tag:blogger.com,1999:blog-19221403085990946042024-03-28T10:37:30.429+00:00DDALUZ' BLOG(GE)RAPHYLetra y músicaRicardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.comBlogger896125tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-20957313277829393302024-03-28T07:41:00.000+00:002024-03-28T07:41:31.977+00:00The living daylights. A-ha (POPFONÍA)<div>
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</a><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi8-D1IhVlYSsDGqtBmsJ1W0nM_oWCB1-4HHJEmlSlV2YvihMoVu-jYiZcEURYH520rsPLzqqpr7rqAwRqwfojExTtPiFOz51qvrJJ2qXtRATbNihDV3XinsxfRt10m00IFZONmhZQzgrYk8l9TVv0hKriFkUhw9_esMIbK8cjZegg6j7Snr0M27C6PMmQ" width="400"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEi8-D1IhVlYSsDGqtBmsJ1W0nM_oWCB1-4HHJEmlSlV2YvihMoVu-jYiZcEURYH520rsPLzqqpr7rqAwRqwfojExTtPiFOz51qvrJJ2qXtRATbNihDV3XinsxfRt10m00IFZONmhZQzgrYk8l9TVv0hKriFkUhw9_esMIbK8cjZegg6j7Snr0M27C6PMmQ">
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</div><div><br></div><div>se ralentiza mi tiempo de reacción visuo-motor en el deseo frustrado, la espera es un organismo que tardea con el tiempo elaborando respuestas, generando falsos movimientos en alguna parte del espacio, estimulando neuronas</div><div><br></div><div>me trata la visión con primorosa sensibilidad, se queda fija la luz bajo el manto de lo cambiante, suele dar importancia a lo que no pose, una realidad cruda. Es una habilidad periférica que no puede entrenarse, un recordatorio del ser, de la vida que te trasciende sin días, una potencia que no depende de tu ego (y eso le pica). Hay un saber ilocalizable emanando de todo objeto de visión, y te sabe </div><div><br></div><div>es tu decir memoria actualizándose, una total coordinación motora que reordena hasta donde te permites, una capacidad de decirnos nuestros lados sin necesidad de mirar, de querernos en una precisa interacción</div><div><br></div><div>proyecto imágenes desde un ojo gigantesco que revuelve el cerebro hasta agotarlo, el espacio se vacía en una pasmosa estabilidad sin punto de apoyo, carece de claves </div><div><br></div><div>hay una extraña certeza en la no-imagen, se hace luz su periferia sin detalle que focalizar; hay una inmóvil sensibilidad como presencia que tienta a darle forma, fijarla como guía, desplazarte en el espacio por poseerla. "It's everywhere"</div><div> </div><div>llaman a mis ojos las cosas que comprendo y las que no, esa zona de visión central que el cerebro decodifica, prioriza detalles según su programación, el sentido de sus propias palabras organizando el mundo, definiendo cosas, reconociendo rostros en su creciente espiral, impersonal geometría </div><div><br></div><div>mi retina va de centro a periferia en una pausada toma de aire y su exhalación, y alcanza los grados de la informe información que nos rodea, el perpetuo diálogo del Ello y el Yo </div><div><br></div><div>me recogen imágenes en la Vía Láctea tal parada de autobús, transeúntes que no advierten mis fotorreceptores, pequeñas células de información encargadas de detectar mi luz. El cerebro interpreta</div><div><br></div><div>aquella zona central llega a cerrarse ante la extraña certeza,</div><div>por un instante descansa de su racional gestión: se ha parado el tiempo </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-35116843494489468262024-03-26T08:22:00.000+00:002024-03-26T08:22:01.810+00:00(a, por, desde mi maestro) Ricardo Llopesa. POÉTICAS <div><div>
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</div><br></div><div>se van los años de un trago,</div><div>se hace la espera cielo</div><div>de cruda justicia </div><div><br></div>cuello de botella <div>en un querer pedigüeño <br><div>te tiene, su vino rancio <br></div><div><br></div><div>descansa el ahora</div><div>en una sencillez compartida </div><div><br></div><div>se ha alargado el cuello de amor salvajino. Veo por él mi techo </div><div>de estrellas, y en su titilar voluble</div><div>orgullosas tal el espíritu</div><div>de mis sueños. Allí, </div><div>donde mis caderas se abren, reposa la noche en una quietud </div><div>blanca </div><div><br></div><div>se ha adormecido la parra </div><div>en mi huerto, los pájaros le repican</div><div>que de tanto trino se embriagan.</div><div>Juntos, añoramos su fruta </div><div><br></div><div>me ha acostado la noche</div><div>entre las ramas. Mimosas </div><div>se yerguen por tocar</div><div>aquella estrella con su punta </div><div><br></div><div>se hace la parra memoria</div><div><br></div><div>fui por amor creado y destruido,</div><div>fui parto y deceso como fruta</div><div>que el viento dispusiera,</div><div>soy hija de cualquier semilla,</div><div>sacrificado insecto </div><div><br></div><div>el yo te ama porque eres,</div><div>sin nombre, sin ultraje, sin tacha,</div><div>sin la violencia infame</div><div>que te desmembró,</div><div>inmaculado recinto </div><div><br></div><div>es tu ausencia día acosado,</div><div>una falta de aire en tu costillar,</div><div>una herida tensa de mano virgen</div><div>hurgando en mis labios </div><div><br></div><div>me pinta el ahora un retrato</div><div>con trágico velo, el genio asoma </div><div>su alborotada barba, </div><div>su amarillenta bilis, </div><div>una anciana soledad</div><div>que el recuerdo atrapa, la piel terrosa acartonándose.</div><div>Y sin embargo dios</div><div>corazón en mano</div><div><br></div><div>me invoca tu nombre</div><div>de lunático conjuro, su sombra</div><div>evoca cuerpos perfilados</div><div>en su contraluz: altiva llegas </div><div>reconociendo mis ojos de vidrio.</div><div>Te sirvo la mesa </div><div><br></div><div>es mi inmundicia inframundo,</div><div>cuarto de revelado donde voltear </div><div>lo percibido, una alquimia </div><div>del subsuelo, vegetal magisterio </div><div>al que desciendes por libar </div><div>su savia, la justa dosis </div><div>que no quema. Duerme la bestia</div><div>de nuevo con su velo de musgo,</div><div>y en la copa del árbol escriben</div><div>las ramas sus mejores versos.</div><div>Galantes aves los cantan </div><div>en una liturgia de eternidad </div><div><br></div><div>vierte el poeta su vino</div><div>a los corazones dorados</div><div><br></div><div>lleva madre a sus vástagos</div><div>con devota entereza, alegría</div><div>y miseria en tí conviven </div><div>con difícil templanza en el oscuro</div><div>cuarto de las revelaciones. </div><div>Suben al ático por respirar</div><div>entorno, tierra húmeda</div><div>donde revivir la hierba. </div><div>Había sido su muerte dulce</div><div>dejándose hundir sin queja</div><div>en el secarral. Y besé sus labios</div><div>fríos de infinita paz. </div><div>Arriba ayudan las montañas </div><div>con su roca austera. Bebo allí</div><div>de su fecundo cáliz </div><div><br></div><div><br></div><div>va el poeta en su féretro </div><div>de absenta bañado, un príncipe</div><div>de vagabundos ebrios </div><div>de sinestésica glotonería,</div><div>la ardorosa digestión </div><div>de sus infiernos. Lo veo pasar</div><div>desde mi ventana, el viejo trasto</div><div><br></div><div>recuerdo al poeta joven olvidando sus versos al quemar la noche,</div><div>hiriéndose los pies por la calleja</div><div>gris, arrastrando la lengua</div><div>por un río de alocadas lenguas </div><div><br></div><div>impregna lo divino toda maestría</div><div>que el tiempo pervierte</div><div>en necesario giro: habrás de ver. </div><div>Y habrás de compartir,</div><div>aún si la mugre te ahoga, </div><div>aquellas noches de baile</div><div>con las viejas ruinas de los siglos, </div><div>el fuego verde que te ardía,</div><div>tu amante hecha de luz </div></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-29367444075258361972024-03-22T06:26:00.000+00:002024-03-22T06:26:41.791+00:00(a, por, desde mi maestro) Pedro Gandía Buleo. POÉTICAS <div><div>
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</div><br></div><div>mi línea de ceniza perdura</div><div>en el espejo inmenso</div><div>que el viento bruñe</div><div>por darle un sentido. Queda</div><div>esa sombra entre los días </div><div><br></div>en esa línea me sitúan<div>los abismos vertical, </div><div>arriba y abajo se prolongan</div><div>columna alada, y de vida</div><div>ungido se libera la sierpe</div><div>que lúbrica alcanza estrellas</div><div>ha ya mucho marchitas. Sí,</div><div>perdura su música <br><div><br></div><div>teje el oscuro animal </div><div>sus puntas con el brillo tenue</div><div>de un deseo dibujado </div><div><br></div><div>el fuego tensa de un orgasmo</div><div>sepulcral las cuerdas de ese útero celestial, derrama su esperma</div><div>ardiente las miríadas de luz</div><div>que a mis sentidos seducen </div><div><br></div><div>mece la tarde una mar </div><div>de voces púrpura: </div><div>"no need to fight, never </div><div>a frown with golden brown".</div><div>Una de ellas se estrangulaba </div><div><br></div><div>soy también la noche salvaje</div><div>violando de rocío virgen</div><div>la desnudez que amanece,</div><div>la herida antigua y constante </div><div>que con su líquida luz negra </div><div>hace de lo real artificio </div><div><br></div><div>traían las aves nubes blancas</div><div>en un carro de rosas encendidas </div><div><br></div><div>abruma esta batalla perpetua</div><div>con las punzantes picas</div><div>de sus satanizadas fuerzas,</div><div>maltrecha belleza del equilibrio</div><div>frágil </div><div><br></div><div>y se oye el canto ahogado</div><div>"no need to fight, never</div><div>a frown with golden brown"</div><div><br></div><div>soy el caballo salvaje</div><div>de torso encendido, de ojos</div><div>turbios que el deseo prende,</div><div>de labios hinchados en el venero </div><div>'de los besos criminales</div><div>como una de las bellas artes'</div><div><br></div><div>es la memoria ser </div><div>sin necesidad de progresión, posibilidad abierta en un espacio</div><div>vibrante donde todo signo</div><div>se amaga </div><div>ante su propia divergencia infinita </div><div><br></div><div>perdura tu línea de ceniza</div><div><br></div><div>perfilo las líneas</div><div>con las que entrelazar estrellas, </div><div>celeste gímnico que alivia</div><div>la tiniebla, donde se forja el hierro </div><div><br></div><div>se hace la noche fragua,</div><div>sucumben allí los hijos de la vigilia,</div><div>forja los pensamientos </div><div>con el acero nuevo, había destruido el poema su propia lumbre,</div><div>narciso que el agua inunda</div><div>con natural lascivia </div><div><br></div><div>te da el sueño la otredad</div><div>irreconciliable, el ahora mítico </div><div>donde representarte</div><div>en cada personaje, te llega </div><div>el humilde ruego de un mañana, </div><div>una frecuencia sutil </div><div><br></div><div>arde cada sueño en su ficción, </div><div>restos del lar que la arena cubre, y ligero te elevas con alado pie.</div><div>Has entregado al aire tus tesoros.</div><div>Abajo, en tierra, relucen otros </div><div><br></div><div>el poema te pregunta</div><div>los versos no escritos, </div><div>y hasta cuestiona el camino</div><div>que andas. El poema es un punto de infinita densidad que eligió</div><div>expandirse, crear materia</div><div>indiferente a tus creencias.</div><div>Letras y números conflagran</div><div>en forma de nueva estrella,</div><div>te da el sueño la otredad</div><div><br></div><div>se hace la noche dádiva</div><div>de su más alambicado anhídrido.</div><div>Me viste la mañana</div><div>de la más erguida hoja.</div><div>Han ungido mi frente con ceniza </div><div><br></div><div><br></div><div><br></div></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-77504576804845023762024-03-20T07:36:00.000+00:002024-03-20T07:36:52.015+00:00La rama dorada. James George Frazier (SIN FONÍA de los libros)<div>
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</div><div><br></div><div>el estar obra sus autorías como pretendida demostración de existencia, primitivo pensamiento mágico común que toda institución beatifica o condena. Justifico mi presencia como principio vital, primitiva costumbre de la que se sirve la comprensión para otorgar significados por analogía </div><div><br></div><div>para la revelación del ahora detienes el pequeño proyector mental, y te acoplas a tu trama física con la precisión del aire, despiertas. Reinterpretas la leyenda matizando cada figura, a más luz más sombra. Superpones planos en ese juego de luces, tan susceptible de tornarse tiniebla. El corazón yace al fondo esperando inspiración </div><div><br></div><div>he seguido líneas autoriales en su evolución, de animal a hombre sin lógica declarada, de mundo a cultura en la simultaneidad de los procesos, asombrosa semejanza, diríase tan matemática que parece mágica. He seguido arriesgadas derivadas por establecer una pica mental en la escalada. Y no me diferencio en esa antropología de nadie. Uno, dos, tres la búsqueda que una entidad superior propiciara, el favor de mi propia deidad, los alcances de un efecto natural desde su lógica, el producto de un entendimiento ilimitado que mi pobre razonamiento intenta capturar. Soy efecto de esa causa a la que no alcanzo, mi ley es un presupuesto mediador entre luz y oscuridad, tan mágica como todo mi desconocimiento, una física desamparada </div><div><br></div><div>tiene mi ánima estallidos de un júbilo tan remoto como subpartículas en una danza caótica, como si ella formara parte de ese invisible entramado donde la dualidad carece de sentido. Sentado en el jardín leo el vuelo aparentemente desordenado de toda especie voladora sobre el tejido de un crepúsculo abrumador </div><div><br></div><div>uno, dos, tres se postulan estar que obra clarividentes autorías como práctica división del saber, la mágica atribución de reconocimientos según el principio tribal, tan salvaje. Empatiza lo selvático con lo selvático con su barniz de racionalidad, semejante y antagónico echan su pulso bajo la tutela de una determinista biología. El luego trae sus términos de equilibrado en una estructura que supera nuestro concepto de justicia. Pero es metáfora de una sombría semejanza. Me contamino inevitablemente persiguiendo las cosas que me rodean, física metonimia de los reflejos en los que creo fragmentarme con ese mágico pensamiento, tan racional que sufro sus efectos. Hice de la otredad objeto, como una esfera ilimitada en la que pongo mis estanterías tal mago principiante bautizando cosas. Por simpatía me confundo, mi disculpa que con este mismo texto elaboro. Sí, baña un mar antiguo la psique con incomprensible persistencia, una suerte de deuda compartida con el tiempo. Mientras, las cosas interactúan una relación secreta de atracción y repulsión </div><div><br></div><div>refiere la novela que escribimos ese obrar que metemos en cubitos de hielo que al calor de un receptor revive. Le dota de atributos, predicados a veces impuestos con violencia, mortíferos significados </div><div><br></div><div>titulo actos como piezas teatrales que cuadrar en la esfera, un pellizco de obra que algún autor sacara de su bosque sagrado mientras se miraba en el espejo de Diana. Sigo la leyenda en mi pecho inscrita tras bañarme en esa agua antigua; y lloro la muerte de Virgilio. Renacido, "ando jardín" hacia la rama que intuyo al fondo del jardín tomando consciecia de que soy fractal de ella. El viento me acalla </div><div><br></div><div>en la rama se concreta la esencia de toda creencia, van los sistemas entrechocando en su elementalidad, un relativismo que fricciona antiguo y moderno en forma de esforzadas tesis pagadas con sangre, un riego de sucesos por el que el pensamiento mágico aún clama sacrificio. Desposamos cielo y tierra a humano coste en los esponsales estacionales, el ciclo elegido, la leyenda común, el mito aceptado: el sacrificio del buey </div><div><br></div><div>obra el estar su enormidad desde extropológica inteligencia atravesándonos con y sin forma, nos abarca </div><div><br></div><div>pone el cuándo sus interrogantes con su lápiz de carbono, se agita la rama al fondo del jardín concibiendo en tí la magnitud que esconde; me embarco entre los infinitos pensamientos que me atraviesan hasta ensordecer, pido a la soledad me explique las reglas de su templo y me desnuda </div><div><br></div><div>escribo leyenda desde una autoría inmensurable, voy tejiendo aspectos del ser dando luz a su entramado, queda ante mí el mito esculpido que quizá restaure, obra el estar sus fundamentos </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-47669407556369449752024-03-15T07:18:00.000+00:002024-03-15T07:18:48.272+00:00Caravan to midnight. Robin Trower (ROCKFONÍA)<div>
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</div><div><br></div><div>hube intentos de viaje inhóspito y austero, alimentaba la escasez como ofrenda a madre Tierra, estiraba los caminos hasta la extenuación. Mi gobierno reina el tiempo excavando los pozos del alma en busca de agua fresca, una ruta de regiones inhóspitas. Tira la psique con lingüísticas cuerdas de esos cubos de henchido cuero </div><div><br></div><div>voy en caravanas sobre dunas de palpitantes corazones, cruzan desiertos hasta inesperados oasis, cruzan épocas doradas con sabanas repletas de espléndidos animales, peligrosos regresos como bucles obsesivos. El aparente viaje es ilusión de vida, una medida de tu grandeza, un intercambio de saberes con los intermediarios que elegiste. Tu nomadismo mental equilibra indolencia y fervor, comodidad y esfuerzo. Trapicheas con tu sal, tu piel, tu oro verbal, tu bisutería lingüística, tus preciados bienes, el lujo de vivir. Llevas ideas en las nubes que te acompañan, "el rayo que no cesa" decía el vate, la arquitectura de todo un diseño evolutivo, los infinitos aspectos de lo inmutable. Transformas materia </div><div><br></div><div>es difícil el cálculo de los modos y fines según priorizas, tan impreciso como los puntos de trayecto que estableces entre el Es y el Soy. Sabes culturas que introducir según la región mental a la que viajas, comercias con ellas ajustando las formas, mezquita, pagoda, catedral, pirámide, promontorio, círculo de árboles, Sol, Luna... Y planificas urbes como reflejo adoptado, oscilante balanza entre el arriba y el abajo, inexactos pesos del cristal más pulido, culturas respondiéndose unas a otras en tu propio templo, tu entorno inmediato partiendo de tu cuerpo. La necesidad como impulso mide el polvo acumulado, el oro derrochado, los embargos de espíritu. Parece que hay cosas que retener, nudos que deshacer, e importas causas ajenas, efectos extraños, formas que semejan vaguardia frente a diseños tradicionales fabricando tus propias figurillas de barro. Agradeces la arqueología para remodelar tus figuras, que ahora cueces a diferente temperatura, sudas en esa adaptación novedosa rellenándole huecos al universo, retirando escombros. Puede que tanta práctica te ceda un lapsus en el que el Es y el Soy se diluyan </div><div><br></div><div>voy en caravana desde una edad olvidada, nomadeé con tribus sin identidad intercambiando desiertos mucho antes de que llegaras tú, se cultivaban </div><div><br></div><div>entre quemadores de incienso nos cosechábamos, con lujosos vidrios nos esmaltábamos, entre lámparas de aceite, al anochecer, nos arrullábamos, y con preciosas piedras amazonitas nos ofrendábamos. El granate de tus labios se henchía se deseo, poderoso cáliz del vino más embriagador que sol y tierra produjeran, el imperio de toda potencia oculta </div><div><br></div><div>escribe mi historiador particular sus crónicas siguiendo antiguas rutas hacia su origen, revive al garamante en su danza ritual, con los dátiles de secretos oasis se relame, a la sombra de sus palmeras descansa. Se organiza el escriba en su historia como forma de control, esa pizca de ilusión en el desierto, el espejismo de un secreto que no lo es. Evita su reflejo en la charca del oasis </div><div><br></div><div>la sal de mi cuerpo se dora ante el sol, polvo de oro de un rito ancestral que ofrendo al río de la vida (Heráclito y Parménides se están bañando conmigo, ahora, y amablemente reímos mientras Demócrito se emborracha en la orilla entre Orfeo y Dionisos, un guiño de eternidad). Estos bienes se van recolectando por vía láctea y se envían a través del tiempo al espacio que lo requiera. Sí, comercio contigo toda medida necesaria, la riqueza de mi imperio, la exótica élite y la más fructífera arcilla</div><div><br></div><div>recibo tu oro sobre mi tronco de cedro, tu más sacra animalidad que me unge de vida, con las más lujosas telas me viste. Hacia el conocimiento transportas diseños de un refinado interiorismo mientras te sobrevives </div><div><br></div><div>describes entretenido los oasis que visitastes: te dieron alivio en el desierto, desde el pequeño pozo al verdor exuberante. Se iluminan los ojos del viajero en ese regadío del alma, lleva el niño de la mano al padre escalera arriba, donde solo hay aire. Más arriba, la luz los funde. Abajo, la tormenta ha sepultado el oasis. La caravana, reabastecida, se pone en marcha pagando su tributo a la tierra </div><div><br></div><div>recorro mis distintas funciones a través de los siglos, el surgimiento de aquellas rutas que nos dieron sentido, las medidas de equilibrio. Revivo mis caídas a uno y otro lado de esa balanza tan sensible, las que posibilitaron el descubrimiento de nuevos recursos en el nunca </div><div><br></div><div>atravesarme es perpetua duda, el reto que me guía, el agradecimiento al camello que me aguanta aún si voy dormido, este difícil transporte de milenios, este viaje devastador del mundo de célula a espacio sideral. Se ha sentado el escribano al fondo </div><div><br></div><div>fue mi primera ruta un haber entre luz y oscuridad, áreas cruzaba flamígeras juntando partículas. Iban de aquí para allá sin un orden gravitacional, como ardillas sobre la rama. Cruzaba reinos de leyes dispares. Y aquí tomé la curva hacia tí con la bendición de lo grande. Hube una ruta que discurría entre las ciudades y sus siglos, ascenso y declive de su ebullición, los campos de oro que atraían el riesgo, el cruce de destinos, los puntos de partida para la aventura del pensamiento </div><div><br></div><div>se dejan ver mis estrellas en la vasta vegetación cósmica, se sirven de mí como indicadores de altura, mi disposición anímica por sobrevolar montañas, deshacer horizonte. Mi sombra en la duna oscila con el viento, se desprende mi arena por los barrancos erosionado rocas. Un espejismo de mí se agudiza en lontananza con su punzante dolor. Esconde un oasis</div><div><br></div><div>estiraba los caminos en la navegación de cabotaje por los aspectos de mí reconocibles, costas alternativas se ofrecían con sus dorados reflejos, me suministraban puntos de referencia, reinos del tiempo donde excavar nuevos pozos, el riesgo de una nueva exploración </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-77740093983723294242024-03-11T07:56:00.000+00:002024-03-11T07:56:51.893+00:00Siffanto. ROSA DE RUMBOS <div>
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</div><div><br></div><div>tus diferentes aspectos forman mares desde los que nombrarme, como rosa me circundas </div><div><br></div><div>da el niño su mano al viento, que por ese mar le lleve, padre y madre de una genealogía primordial, un alfabeto protocelular </div><div><br></div><div>su peligro es una navegación enrarecida, un exceso mantenido: se aceleran las partículas para una próxima eclosión, absoluta incertidumbre, repentina quietud. Ha humedecido la borrasca mis escarpados pensamientos, ha convertido el peligro en isla edénica </div><div><br></div><div>te nombre y el origen vibra, aquí en el ático vislumbro toda relación como una, toda probabilidad como alivio, toda derivación en su matriz esencial, todo nombre uno. Se ve el mar al fondo </div><div><br></div><div>el mar me sitúa ser sin un entre, una atracción multidimensional, una mayoría de edad </div><div><br></div><div>has recibido los nombres de la antigüedad, soberbio espectro de edades renaciendo, dominios libertarios donde el suelo reinaba </div><div><br></div><div>desde el ático surgen sentidos ilimitados, una extensión hacia penínsulas ignotas del pensamiento, profundos desfiladeros hacia nuevos nombres, pequeñas radas en un golfo magnífico de estimulantes aguas que no hallo en el mapa </div><div><br></div><div>mi antigüedad acostumba a transportarme a puertos de abundantes bienes, a atravesarme con transversales vías de conocimiento que uso en mis mentales trapicheos </div><div><br></div><div>mi nombre deriva de ancestral designio, pequeña porción de un brutal origen que supera mi entendimiento en terrorífico grado, todo aspecto diluido </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-15113864817759001962024-03-08T06:12:00.000+00:002024-03-08T06:12:33.496+00:00Brickfield. ROSA DE RUMBOS <div><div>
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</div><br></div><div>voy soltando los ladrillos que me puse por los campos, preceden mi tránsito por este mundo, un frente de altas presiones y causas desproporcionadas, la intensidad de periódicas tormentas solares, sequedad de días sin nombre cuando el polvo esparcido deviene rojo. Llego a términos con la frecuencia adecuada que el viento trae </div><div><br></div>hoy lancé ladrillo ardiente que en rojizo erial se deshacía, y se aparecen las regiones litoreales del ser desde el interior abisal, llanuras donde el yo se desnuda hasta lo vegetativo y ejerce el sol su paternidad. Es mi fuerza menudeando desafiante entre las plantas, arrastrando el polvo hacia nuevas formaciones líticas, tapando toda huella. Hay una sentida certidumbre que desplaza a la razón, tan saludable con aquellas esencias florales, una primordial humedad de espíritu de la que todo germen vital dimana, donde enfermedad es curación. Ha variado el viento la mañana en estallidos de luz, una nube fresca me trae el océano, y no hay más causa que la plenitud. Traen algunas voces sus ciclónicos sistemas, la rasa frecuencia de mi tierra que es esta llanura que mi razón estrecha, la forma que en cualquier momento quiebra y los puntos cardinales giran sobre mi eje. Se apilan los ladrillos para su reciclaje Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-89547997280693232782024-03-07T08:29:00.000+00:002024-03-07T08:29:39.990+00:00Scoundrel days. A-ha POPFONÍA <div>
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</div><div>me funda el tres entrelazándose a una profunda insatisfacción, el vuelo raso de una melancolía apelmazada sobre la lejanía. Voy maquetándola con pequeños grabados en mi estudio, llego a oírla sin darme cuenta de que hay algo que hacer con sus cautivos, refrescar mis capacidades de adaptación a ese requerimiento con nuevo rostro, breve impulso de voluntad. Reparo mis costillas rotas responsable, y sugerentes imágenes me acompañan: contienen tuétano emocional. Del cielo caen ideas en pictórica yuxtaposición, dibujo el blanco en dirección al negro mientras los pájaros se arremolinan en torno </div><div><br></div><div>fui formado en estilos sintéticos con alternativas vías, un club de mortíferos miembros </div><div><br></div><div>la primavera asiente a mis caprichos creativos, se ha llenado la sala de palpitantes días, e irrumpen en la memoria maniáticos. Han emprendido las aves su gira estacional. Compartimos escenario y el tres se estrecha en ese festival de sonido y movimiento, rítmico jolgorio al que saludo, prístino fulgor que las manos no tocan, el lugar que da impulso a mi aliento, la belleza de su causa. Sorbo de ese corazón por doquier en inalienable juventud, su anónimo canto abierto del que participo </div><div><br></div><div>se ha estirado el tiempo esta mañana hacia lo absoluto, nulo relieve mental en la fluidez del aire: nada destaca en la artística disposición de las montañas, ni en la llanura que mis sentidos tanto estiman, panorámico saber que domina la línea de horizonte hacia donde van los años en tropel. Demostrativa me adjetiva la tierra desde su frío protector, y creerás que me escondo justo cuando más vibra ese inalienable corazón ("no es la cuchara la que se dobla", decía aquel aedo). Cualquier fanatismo es una forma de terror definida, petrificada, el germen de cualquier cruzada, una trágica fábula que algún romántico barniz camufló, una ingenuidad involutiva. Hay una pizca de verdad en cada fractalidad del pensamiento si en cada una de ellas ves el universo entero. Y tus sentidos no pueden. Y tu razón no llega ni con su más tecnológico brazo, ni con su más totalitaria fórmula. Siempre se escapa algo: tú. Todo empezó al nacer: elegiste conocer. Y aquí nos encontramos, esta escuela por la que vamos medrando de giro en giro: somos gravedad. Quién iba contigo de la mano? Realmente crees que te soltó? Me dí la vida por llegar a tí, me dí un nombre por serte reconocible, e imité la música de las esferas tirando abajo las puertas de la percepción. Ese amor es también la roca </div><div><br></div><div>hay ocasiones que me interpretan la arrogancia de seguir vivo en estas tierras, dicen sus voces a mis pies que no marchen, que no se eleven, que sigan pisándolas que ellas les darán su hierro, su oxígeno maltrecho. Quédate por aquí, me dicen, y voy girando con el planeta, con la galaxia, con esta forma gravitacional. El siete me registra en esta danza concertando mis movimientos, una aquiescencia contra la que me rebelo. La caída es un profundo letargo, un supuesto del arriba y el abajo, un perpetuo filosofar </div><div><br></div><div>he decidido seguir mis propias huellas en la arena dejando las puertas abiertas tras de mí, cambiar sus nombres al cruzar los puentes, convertir mi propia compañía en una tirada de dados. Los segundos deambulan copiosos en sus atmosféricos trabajos, satisfacen mi demiúrgica ilusión. Encuentro el aire entre los metros necesarios, centímetros de renacimiento, kilómetros de celeste urbe operando correcciones a mi percepción. Se hace musical la tierra comerciando con mi enardecida sensibilidad, hay una suerte de aprendizaje asistemático entre las psiques. Hoy cultivaré esta pasión en forma de orquídeas. De nuevo visitan las mariposas el jardín </div><div><br></div><div>ya no me bastan los deseos increíbles, las gráciles imágenes que inundan nuestros cerebros, opiácea pantalla para su inactividad. Transcurro en una juvenil curiosidad rebajada en su lascivia, una mesurada escasez. Resultan palpables los copiosos segundos deshaciéndose de imágenes indiferentes al acierto o al error. Aprovecha el ahora cada fondo saludable, favorece el equilibrio entre el arriba y el abajo, el adentro y el afuera, su forma axial sin puntos cardinales que lo delimiten. Y hasta se promociona como forma de conocimiento puro desde algún extraño lugar donde el tres entrelazado deviene uno </div><div><br></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-70023538880666714922024-03-02T08:35:00.000+00:002024-03-02T08:35:53.890+00:00A, por, desde Miguel Romaguera (in memoriam, a mi maestro). POÉTICAS <div><div>
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</div><br></div><div>me seguía la orilla </div><div>con su íntegro perfume, </div><div>lo marino en mi mental oleaje,</div><div>la arena volátil como masivo movimiento, un mundo llano. </div><div>De ahí los horizontes que el deseo</div><div>fabrica escindiéndome, las líneas</div><div>que aquí confluyen como las olas</div><div>que me siguen. Soy el agua</div><div>y la arena del tiempo, sol</div><div>en el regazo de la luna que sale</div><div><br></div>llega mi sombra<div>trepando por los árboles, </div><div>desvelando un mundo descomunal:</div><div>uno de mis animales sucumbe</div><div>en generosa ofrenda a sus raíces.</div><div>Crece la hierba en esta orilla</div><div>donde las sombras reposan,</div><div>y en ella eternas se entallan <div><br></div><div>mi más austero guerrero</div><div>fulge entre tus ojos, </div><div>en tu frente de aguas plateadas</div><div>sin que tú lo sepas. </div><div>En tí vive como voluntad</div><div>oculta, la figura que detestas. </div><div>Te sigue la orilla</div><div>con su cadencia de remotas imágenes, te cae la lluvia bendita </div><div><br></div><div>viene a mí el acantilado</div><div>y su ausencia de tiempo,</div><div>viene el abisal viento</div><div>que desprende mis miembros. </div><div>Pero trae consigo semillas</div><div>de universos distantes. </div><div>Aquí sentado, me recuerdan</div><div>los pájaros la presencia del aire, </div><div>la luz plateada de tu frente,</div><div>un único pensamiento </div><div> </div><div>otea un joven infinitos promontorios que el agua vela. </div><div>La línea de horizonte sostiene cuerpos celestes como malabarista deidad. Le trajo la noche </div><div>sus estrellas de mar, todo</div><div>el vigor del cosmos </div><div><br></div><div>me sigue la orilla</div><div>con su aroma penetrante, </div><div>un eros palpitante de piel</div><div>marina, de aguerridos moluscos</div><div>despidiendo a Helios, </div><div>el triunfo de una jornada</div><div>que ya acabó. Son las olas </div><div>nana estelar para la vida nocturna.</div><div>Cruzan la volátil arena cometas</div><div>como trazos de humano deseo</div><div>que sonrojan a las nubes. </div><div>Van y vienen las formas</div><div>con las olas hasta hundirse</div><div>en su fondo, mar oscuro</div><div>del misterio. Y, en semejante llanura, palidecen las estrellas </div><div><br></div><div>no alcanzo el más allá, sigue</div><div>el muchacho oteando su infinito</div><div>con la orilla a sus pies.</div><div>Irradia ese exceso vaporosa</div><div>veladura en su mirar, </div><div>distorsiona distancias</div><div>confundiendo sus límites. </div><div>Viene el viento abisal</div><div>con sus voces de ultratumba</div><div>en un caos primordial, viene</div><div>el agua de las primeras bacterias,</div></div><div>la jornada que ya terminó </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-47945508025061936472024-03-01T08:10:00.000+00:002024-03-01T08:10:33.184+00:00Recogiendo el agua de lluvia, Edward Wilkins Waite (1854-1924). LLORAR DE ESTILO <div>
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</div><div><br></div><div>puedes originarte en blanquecinos nimboestratos que persistan tus células convectivas en su constante renovación; puedes requerir el movimiento como forma de ascenso que te propicie liviandad, las condiciones de una plausible explicación de tus actos. Puedes recibir los sucesos con todo su volumen emocional dilatándose en tí hasta enfriarse</div><div> </div><div>eres fenómeno atmosférico condensando el vapor de tanta información dispersa, y formas gotas conceptuales que fertilizarán tu suelo, convolutas flores, valvares, siempre imbricadas. Puedes originarte en las gotas de mayor peso precipitándote a cada voz </div><div><br></div><div>eres fenómeno atmosférico preservando naturaleza, dejándote regar por los nutrientes de vida que la otredad te da</div><div><br></div><div>desde líquidas partículas te defino variando tu diámetro espiritual, dispersando tus milímetros de personalidad según alcanza mi terrestre cuadratura </div><div><br></div><div>mis convectivas células rozan frenéticas con la tierra hasta la abrasión, arde el aire en mi superficie, se expande, y asciende buscando el frío que me equilibre. Hay latitudes de mí donde la templanza, una orografía de húmedos relieves que las montañas protegen, laderas orientadas a barlovento de dulces precipitaciones. Desciendo calmado en este juego de las termodinámicas emocionales, esta inestabilidad borrascosa </div><div><br></div><div>mi llover depende de la presión, mi volver a tierra depende de mi fricción en superficie, sonaré diferente, renovadas células en nimboestratos </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-86368185388189278342024-02-29T08:58:00.000+00:002024-02-29T08:59:00.695+00:00El jardín de Claude Monet. LLORAR DE ESTILO <div>
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</div><div><br></div><div>va por el jardín tu paisajística influencia, va ganando siglos de entendimiento </div><div><br></div><div>tienes constancia de tus primeras creaciones, ese río amarillo que discurre por tu valle, esa dinastía de artísticos parques por donde campaba el noble espíritu, donde flechabas palabras, el fruto prohibido. Esos cultivos contenían primitivas inscripciones, tallas sobre el caparazón terrestre, caracteres ideográficos sobre los que las aves se posaban, las plantas esplendían. Esas dinastías te convirtieron jardín, una imagen antigua de la que no sales, geométrica figura con símbolos como muro, planos para estructuras con un estanque en el medio. Un granado crece</div><div><br></div><div>fuiste rebelde jacobita y su deliciosa confusión, una influencia por renacer; carolino desprendimiento fuiste para futuros diseños, marcada tendencia hacia la síntesis de políticas simetrías, arquitecturas de poder elevándose ante las muchedumbres. En mi pequeño jardín la casa es un bajel a la deriva. Conserva en sus sentinas encuentros, castillos florales, una desinteresada sencillez, incluso reinos distantes sin corona (el joven rebelde se sublevaba) </div><div><br></div><div>la terraza del espíritu fabrica reyes y puntos cardinales, capitales de la poesía más voraz </div><div><br></div><div>contrasta mi formalidad sus paisajísticas influencias, fuerza su rigidez alterando tópicos; pulcra, recorta sus topiarios y parterres lingüísticos, deja crecer sus parlanchines arbustos con medido artificio. Hacen los siglos sus axiales simetrías, por ellos ascienden las prominentes tradiciones que pueblan tu jardín. Miro y les escribo cosas bellas, elijo obviar sus defectos en aras de orden interno, la simetría adecuada. Mi tullida formalidad trae ese reino originario, diseños sobre el diseño, simétrica redundancia, una gratitud natural</div><div><br></div><div>soy rey de mi paseo por el parque del espíritu, soy el ciervo de inmensa cornamenta en su cima, y aún así me arrodillo ante sus criaturas: hay un brillo que las acompaña. La grulla ha regresado y, a la orilla del río, resplandece </div><div><br></div><div>antes de la forma lumínicos balbuceaban los significantes remugando significados, los posibles encuentros que desarrollaran tu diseño, el continente al que dar contenido. Va ganando siglos esa paisajística influencia, de lo doméstico a lo universal, éticas estéticas y sus prácticas diferencias con sus énfasis temporales, perpetuo contraste en transición, matices de una misma ilusión. Se complementan pensamientos en esa arquitectura de humana voluntad, aún si se conciben como espacios independientes; se disponen en cultivos exhibicionistas que el arte ornamenta, y en arreglos complejos se anudan en la misma exclusión, entrelazados setos de Historia, aromáticas hierbas como marcadores de un libro. Alguien abre el nudo por donde discurrirá la arena dejando flores a su paso en mis topiarios y parterres. Se elevan a veces, en ese llano, reservadas terrazas para la contemplación donde lo complejo se desata </div><div><br></div><div>pasea el rey por su parque: en el estanque de centro burbujean los peces </div><div><br></div><div>traje de lejos artesanías extrañas, la ambrosía de numinosos conocimientos, de bosques y grutas ocultas. Sus estilosos artificios crean florales dianas como medicina natural, pequeños regresos sin reglas a una armónica proporción de mí mismo. Se integran las superficies de agua en las secciones correctas </div><div><br></div><div>gobiernan las dunas de arena el sur de mi persona, una plataforma de literaria observación donde mi historiador fabula sus bosques de vino y carne. El bajel, varado, se reviste de pulidas piedras en recuerdo del mar, de las islas donde planté árboles. Cuelgan de las ramas gotas de eternidad. Filosofa el rey en su decadencia</div><div><br></div><div>mi jardinería se reconoce en el discurso de los siglos, en los símbolos de viejos conceptos evocando utopías, aquel edén personal de abundancia y joven plenitud. Conoce el conflicto amagado del que surge su opuesto, laborioso jardinero al que va instruyendo, y del que, a veces, se apiada. Asomado a la terraza, sentado en la duna, se contempla</div><div><br></div><div>juegan ahora primaveras y otoños a las sillas musicales, traviesa dinastía de elaborados parques; me inician ladera abajo conectando imposibles pensamientos, descubriendo subterráneas galerías de mi ser. Junto al lago miro mi rostro en el agua, un dragón azul surca el cielo. Recuperan mis cansados ojos su fuerza. Y van detrás de los dragones </div><div><br></div><div>un coro de informales voces remontan la ladera, son milenios contándose sus historias, recogiendo migajas de información extraviada. Datan períodos, protegen palacios, nombran arquitecturas, señalan a coro </div><div><br></div><div>traigo de lejos textos antiguos que mi filólogo traduce, traigo detalles de otros jardines, de árboles en forestas extrañas</div><div><br></div><div>pasea el noble rey por sus jardines de placer, breves primaveras bajo carpas de alegría. Boté una barca en su estanque central, la de los suntuosos banquetes, la del festín de vida. Van por allí los siglos ganando entendimiento bajo las carpas, aquella paisajística influencia </div><div><br></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-53506608497800057772024-02-23T07:24:00.000+00:002024-02-23T07:24:06.101+00:00Toi 1452-b. SIN FONÍA (de los astros)<div><div>
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</div><br></div><div>soy sempiterno efecto y su causa, la onda y su partícula leyéndose incansable en su desplazamiento. Desde mi mundo acuático te describo de emoción cargado, la historia como ficción circular, la ciencia como numérico relato que viene y va. Mi literaria invención varía sus claves de entrada en el pentagrama dimensional, y encuentra las pruebas necesarias para cada momento. Se hace eternidad</div><div><br></div>de agua cubierto supero mi apariencia, científica ficción<div><br></div><div>¿cómo el ahora te observa desde lejano exoplaneta? Ese antes está en tí, relativa cercanía que la razón rechaza, se alerta ante su descomunal órbita, tan cerca que te sonroja al empequeñecerte. Desvirtúa la no separación sus astronómicas unidades de distancia, liebre y tortuga se confunden, la abisal inmanencia te enloquece, ser carece de apariencia </div><div><br></div><div>se van tus supuestos años luz dibujando distancia, una velocidad considerable sin sucesos, un recorrido vertiginoso, ir tan rápido que todo significado desaparece, segundos embargados a la materia, fragmentos de cuerpo que se diluyen, burbujeantes universos, la vida en un solo pensamiento. Me cubre de agua </div><div><br></div><div>astrónomo te investigas por los vericuetos invisibles, describes tus particulares descubrimientos en cada tono que plasmas, cada revisión de tu jornada. Modelizas tus visiones por irradiar tu entusiasmo, sacudes el agua de tu cuerpo</div><div><br></div><div>desde el lejano exoplaneta te cubro de océanos, recojo tus dudas: saltan perseguidos los peces voladores</div><div><br></div><div>es lo verdadero una certeza acuática, vez que ninguna investigación obtiene, aquello que no observé, un telescopio invisible. Deviene el espacio abisal potencia, vertiginosa altura sin referencias donde todo elemento sobra. E investigas </div><div> </div><div>cuestiona tu planeta el nombre primero, hace difícil lo fácil, se olvida de sí, científica ficción. Crees en el con terrestre fé, vas posibilitando mundos. Y no estás allí, absoluta incertidumbre: incansable te desplazas </div><div><br></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-70685966610086882212024-02-21T08:54:00.000+00:002024-02-21T08:54:02.027+00:00A man needs a maid. Neil Young (LIBRO YLÍRICO) <div><div>
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</div><br></div><div>los principios que rigen tus corrientes de pensamiento son inaccesibles; hace tu cabezal triguero su siembra extensiva, un corte ancho sobre la materia siendo él también materia; retiene todo tu mental tolva, hectáreas y hectáreas de tiempo, un motor incansable. Se te equipó con los sensores necesarios, y vas optimizando tu rendimiento, vas mejorando tus cultivos. Bendita humedad a mí aliento seco, mi grano asiste a tu grano cosecha tras cosecha, esa que antaño te requería un sinnúmero de números y cálculos, temores y sombras para su siega, la trilla ardua que la tolva cribaba. Tira de mí la Osa Mayor esta mañana, estrellas a granel </div><div> transportando mis huesos</div><div><br></div>tus procesos tienen consistencia del árbol, semillas y frutos secos confunden en el tiempo, estacionales maduran tal ciclos vegetales, partículas y términos que usas recolectando propiedades, clasificando, empaquetando conceptos, almacenándolos en tus depósitos neuronales, enviándolos al consumirlos <div><br></div><div>llegas a mecanizar reflejos mentales, escalonaste tu aprendizaje gracias al tiempo, una necesidad que a veces crees determinista, una fragilidad a cada peldaños. Dibujan las partículas certezas evanescentes, sabor de una fruta fugaz, tus pasitos de bebé cósmico. Nada te reemplaza en el proceso cognitivo, recolectas (y los sabores de adhieren)</div><div><br></div><div>es plantación tu intransferible sincronicidad, cosecha de críticas decisiones, un equilibrio puesto a prueba entre posibilidades. Vas con tu atmósfera madurando afecciones, grados de respuesta, enfriando, calentando cualidades, evitando condiciones, del perjuicio a su corrección, de un lugar a otro en un interior ilimitado, inagotable. Te aplazas a tí mismo en redundancias cuantitativas, en vaporosas probabilidades; a las condiciones que tú mismo estableces te expones, imprevisible atmósfera. Con estético acierto sublimas tus deseos, azarosa siembra </div><div><br></div><div>tu más emblemática duda se cosecha con terroso diseño, un cultivo que se extiende con sus oleaginosas ideas, proteaginosas conclusiones de cuño reciente. Con ese ensilaje fermentando te propulsas </div><div><br></div><div>mi pequeña granja de animales y siembra acoge épocas y sus sofisticados principios a pesar de tí, contigo, por tí </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-80579877625263396472024-02-19T07:51:00.000+00:002024-02-19T07:51:35.024+00:00Sick. The Warning (ROCKFONÍA)<div><div>
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</div><br></div><div>uno de mis lados tiene logros de ser abriéndose a sus musas, girando en audaces interpretaciones arquetípicas. Y se sorprende en ese hermanamiento con realidades paralelas, cada emoción un síntoma </div><div><br></div><div>quién o qué da el aviso intuitivo de los bandazos mentales la incógnita, siempre tú la recompensa, su tiempo inmensurable. Han conformado las rocas un punto fijo </div><div><br></div><div>tu fuera es pasado, una proyección de tí mismo, el acto de apertura a toda posibilidad, las distintas presentaciones de tu ser entre las rocas, la espinada rosa seductora, la espera de futuro sin avisos, el aparente crecimiento de tus representaciones, sus matices nuevos como pinceladas de un saber adquirido que como una gaita inflas y desinflas con su melódico pitido, y estrepitoso, tu juventud en mundo aparte </div><div><br></div><div>se actualiza el mes con años imprevistos, horas pesadas del fondo marino: comparte un niño sus conchas en la orilla. Dentro de los hoyos que excarvó cosecha sus más espirituales ceibas a resguardo del cangrejo y sus totalitarias pinzas. Participa el mes de las leyendas más arcanas </div><div><br></div><div>me copias, te copio, cuántico enlace, floral partenogénesis de la mente, sin rostro, sin habla, físico enlace de los cuerpos como manifestación, biológica respuesta,</div><div>bandazos como esas aves que ahora ondean en el cielo, un momento de escena nítida. Caen plumas como aviso sobre las rocas expectantes, partícipe te hacen de esa ceremonia sin nuncios ni proscenios que el tiempo interpreta </div><div><br></div><div>de múltiples realidades me compones que habré de sustraerme, de nombres que habré de acallar, de edades plañendo a la par como guitarras y voces heroicas compitiendo entre sí en el narcisismo planetario. Quemaron la biblioteca de Alejandría, cayó su faro </div><div><br></div><div>de todo género participas, a cada apertura de nivel asistes, cada gramo de conocimiento </div><div><br></div><div>día y noche como origen de tus números, de tu concepto de tiempo desde el que empezar tu constructo bipolar, de la arena mágica que el arenero esparce sobre tus ojos en la noche para tus sueños, lugar de aviso </div><div><br></div><div>y de cada aviso eres partícipe hasta formar leyenda, uno de tus lados pierde arena </div><div><br></div><div>con lo sencillo tratas por refrescarte, reconoces niveles ecuánime, de todos participas, el premio eres tú </div><div><br></div><div>mismidad es, con o sin mención, digas o no, una maternidad de poderosas raíces en el tiempo, vayas donde vayas </div><div><br></div><div>del monte y su montaña la contemplación de día y noche, la rueda que idearás, el número que va creciendo, el sabor y textura que añadirás al mundo, el agridulce logro, tu parto. Sí, tu origen participa de toda edad, a millones luz oficias su magnificencia </div><div><br></div><div>con extraño brillo se te destacan las siluetas, recuerdo frente a aviso de lo que eres, tu pertenencia a un mundo insondable mientras la roca clama por tu atención y das tono a tu ritmo entte las olas que te llevan. Tumbado, regateo con fronteras </div><div><br></div><div>nítida escena, perpetuo cambio percibido o no, regateas con el tiempo tus sucesos, el pan de cada día que compartes, pequeños logros de ser abriéndose insondables </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-89713721622898307282024-02-13T07:32:00.000+00:002024-02-13T07:32:34.912+00:00(A, por, desde) Li Bai. POÉTICAS <div>
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</div><div><br></div><div>conversa la montaña </div><div>entre mis células, jade verde</div><div>que por mis límites pregunta,</div><div>de fronda la sonrisa que da sosiego</div><div>al corazón ardiente.</div><div>Flores de almendro le fascinan</div><div>en esta fría corriente invernal,</div><div>un reino le traen ajeno al mundo,</div><div>a los ojos de los hombres </div><div><br></div><div>me miro alejándome </div><div>de mí mismo, subiendo</div><div>una torre de nubes.</div><div>Majestuosa grulla real</div><div>se ha posado en una de ellas </div><div><br></div><div>un sapo me ha besado</div><div>oscureciendo la luna llena,</div><div>jugo gástrico me hace </div><div>hasta disolverme entre estrellas. </div><div>En las tinieblas brillan</div><div>intocables, soy la oscuridad</div><div>que las mira </div><div><br></div><div>constelado me atraviesa </div><div>un arcoiris de nacientes soles</div><div>salpicado: palidece la mañana. </div><div>Por la torre de nubes desciendo</div><div>de astro ionizado, la grulla</div><div>ha alzado el vuelo, toda certeza</div><div>con ella, pero al menos</div><div>palpita el soñador en la belleza</div><div>de su sueño. Sobre aislado otero</div><div>contempla el palacio infinito </div><div>de oteros y mares, inspira</div><div>el tiempo exhalando sus miedos,</div><div>deviene aire, se hace el ya</div><div>pura existencia. Oracular,</div><div>masco laurel entre insectos</div><div>y escarcha en el melancólico</div><div>giro de la Tierra, envuélveme </div><div>la noche con su ropa húmeda</div><div><br></div><div>agitose aquella suavidad</div><div>de blanquecina luz que todo abanicaba. Sentado, se abre </div><div>mi pecho a las hojas verdes: </div><div>están mirando a las estrellas. Mudas, deslizan las rocas </div><div>su silencio por mis piernas, </div><div>de cualquier pensamiento</div><div>mi cabeza desnudan. </div><div>En su defecto, lo entregan. </div><div>Súbito, me besa un sapo </div><div><br></div><div>se ha dignado la grulla</div><div>a mirarme en esta bruma</div><div>mental, no me distingue</div><div>del paisaje. De mi emoción </div><div>beben las flores, agua turbia</div><div>que al valle desciende </div><div>en un silencio abrumador.</div><div>Mi sombra, solitaria, distante</div><div>se perfila sobre el líquido.</div><div>Ahí va río abajo </div><div><br></div><div>se ha hecho verano la montaña</div><div><br></div><div>secas las flores tazón les sirvo</div><div>de mi propia sangre, solitario</div><div>acto de amistad con el todo</div><div>que nadie verá. Lo cercano,</div><div>lo lejano: junco elástico</div><div>que en la orilla oscila. </div><div>Brindamos alzando a la luna</div><div>nuestras cráteras de agua y sangre,</div><div>esa comunión como regreso,</div><div>un ahora en compañía.</div><div>Propicia el goce súbitas primaveras, grillos que despiertan, </div><div>una luna perfumada</div><div>de danzarinas sombras. Ebrio,</div><div>es mi corazón un insecto más</div><div>que el río lleva </div><div><br></div><div>liba la luna mi luz más tierna,</div><div>jade verde sendero arriba </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-46270512361346392872024-02-10T08:28:00.000+00:002024-02-10T08:28:54.499+00:00Oropéndola crestada (CONFONÍA de las aves)<div><div>
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</div><br></div><div>nominal te extiendes como especie hacia parajes insulares colgando en el espacio, se oscurecen tus alas al dar la espalda a esos límites, pesan tus plumas. Selvático me criaste, pardo pelaje dispersándose por los caminos entre artificio y células. Varías tus diferencias entre cantidad y cualidad, cierras dudas con un suspiro </div><div><br></div>das nombre a tus ciencias colgando crespones de las cosas, un orden que acaba por heder, una ictericia de la razón <div><br></div><div>colonia te criaste de entretejidos obreros construyendo lágrimas a los árboles donde anidar, midiendo dominios de mayorías, una elaborada exhibición de conductas huecas, falsas reverencias; pusiste los huevos moteados del abandono</div><div><br></div><div>haces hábitat con tu conducta, cada encuentros te extiende como masa bajo rodillo, te enriquece cada punto cardinal que te registra, cada bosque transitado, cada estación biorítmica</div><div><br></div><div>en los espacios infinitos se te cría y te desplazas sin movilidad alguna, los realizas y de su vastedad te nutres, da tu soledad sus frutos y su néctar del alambique estelar, emite así el árbol desde sus vibrantes hojas, su cantarina savia, el sonido que en tí cree </div><div><br></div><div>ave conspicua, irisa tu pluma lo oscuro, deja estela brillante como rayo nocturno, y en la lluvia de colores te arqueas. Se hace luego grueso el caminar, amarllean las sendas, que se estrechan </div><div><br></div><div>te reconozco, vieja alma, en la hojarasca</div><div><br></div><div>se apagan los colores, se escora el camino por donde centímetros y gramos jocosos brincan; se giran, te hacen burla </div><div><br></div><div>escupe la pluma sus nombres con el almizclado olor de la razón engrasada que, invasora, se extiende </div><div><br></div><div><br></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-47659075943494165192024-02-09T09:15:00.048+00:002024-03-28T10:35:15.371+00:00Odepics XV<div>
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</div><div> sky seeping into soil</div><div><br></div><div><div>
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</div> heaven's speleothemes</div><div><br></div><div><div>
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</div> sky trees</div><div><br></div><div><div>
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</div> onto rummy territories</div><div><br></div><div><div>
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</div> spider flower</div><div><br></div><div><div>
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</div> carboniferous dragonfly</div><div><br></div><div><div>
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</div> the trombone plant</div><div><br></div><div><div>
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</div> the crusted branch</div><div><br></div><div><div>
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</div> learning to fly</div><div><br></div><div><div>
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</div> looking for an abdomen</div><div><br></div><div><div>
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</div> straight to the heart</div><div><br></div><div><div>
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</div> ogive ribs submerged</div><div><br></div><div><div>
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</div> curiosity killed the crocodile</div><div><br></div><div><div>
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</div> the burning piece of film</div><div><br></div><div><div>
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</div> the snake and the nest</div><div><br></div><div><div>
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</div> bulbs</div><div><br></div><div><div>
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</div> deconstructed pipe organ</div><div><br></div><div><div>
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</div> visiting the mall</div><div><br></div><div><div>
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</div> decomposing sprig</div><div><br></div><div><div>
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</div> lips amongst twigs</div><div><br></div><div><div>
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</div> the ring flower</div><div><br></div><div><div>
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</div> in the land of wonder</div><div><br></div><div><div>
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</div> the flower clock</div><div><br></div><div><div>
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</div> sunset gong</div><div><br></div><div><div>
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</div> seabed city building</div><div><br></div><div><div>
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</div> while my guitar gently breathes amongst the leaves</div><div><br></div><div><div>
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</div> my personal collider</div><div><br></div><div><div>
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</div> strangers in the night</div><div><br></div><div><div>
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</div> midst the reedbed</div><div><br></div><div><div>
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</div> at the train station</div><div><br></div><div><div>
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</div> desert moon</div><div><br></div><div><div>
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</div> down by the river</div><div><br></div><div><div>
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</div> the genie in the lamp</div><div><br></div><div><div>
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</div> sublab</div><div><br></div><div><div>
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</div> the lightning game</div><div><br></div><div><div>
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</div> the face on the mountain</div><div><br></div><div><div>
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</div> inner thermodynamics</div><div><br></div><div><div>
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</div> wanting to dive and flow</div><div><br></div><div><div>
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</div> time machine</div><div><br></div><div><div>
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</div> my stargazer lily twins</div><div><br></div><div><div>
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</div> leaves footlights</div><div><br></div><div><div>
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</div> capillary vessel communication</div><div><br></div><div><div>
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</div> old ghosts</div><div><br></div><div><div>
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</div> gold on leaves</div><div><br></div><div><div>
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</div> at a weird dimension</div><div><br></div><div><div>
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</div> the butterfly and the sun</div><div><br></div><div><div>
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</div> connection</div><div><br></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
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</div> through the eye </div><div><br></div><div> </div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div> </div><div><br></div><div> </div><div><br></div><div> </div><div><br></div><div> </div><div><br></div><div> </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-20930633407447334502024-02-08T07:30:00.000+00:002024-02-08T07:30:11.130+00:00Spice of Life. Kazumi Watanabe, Bill Brudford, Jeff Berlin (CONFONÍA)<div>
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</a><img border="0" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgnsP-wCBmnY3QXybg71U9-iGIk_q-FmDPDAuqVn84nmPlrp1S8ftvVkrUC36VeVxB47ubQFIXciNJmcte8c0mReAQrWZDnZRUWJqnwHYS_YQGhneeFE0A9Q-_lagT9lHILbIzsEXEj9NSKfg5TP7skZQ8vGF31x3yPXK7jNwk1ZGCt400INv_rB0bRnrE" width="400"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEgnsP-wCBmnY3QXybg71U9-iGIk_q-FmDPDAuqVn84nmPlrp1S8ftvVkrUC36VeVxB47ubQFIXciNJmcte8c0mReAQrWZDnZRUWJqnwHYS_YQGhneeFE0A9Q-_lagT9lHILbIzsEXEj9NSKfg5TP7skZQ8vGF31x3yPXK7jNwk1ZGCt400INv_rB0bRnrE">
</a>
</div><div><br></div><div>cuántos kilovatios de visión, cuántos gramos de mordacidad se esconden en tu acortada cuña lingüística, esa cajita de Pandora personal que va contigo a todas partes, ese gramófono poliédrico romanceando oxidadas melodías, esa cajita musical girando con tu galaxia mientras hablas del bien y del mal. Amoroso te columpias entre los sonidos distantes, uno y todo entre lo posible y lo imposible, lo finito y lo infinito, tu aquí y tu allá. Caleidoscópico renaces improvisando líneas de acordes que en pequeñas burbujas dan aroma a tu aquí. Renaces cálido color compilando luces, abriendo polvorientos archivos de días prohibidos, obras de la tierra de los sueños paladeando sus sabores </div><div><br></div><div>vas a la carrera con tu funcional piñón fijo, todo un profesional de tu espaciotiempo disociado, tu propia escuela de sucesos dando forma a tus imágenes, cercanos sonidos. Y contra las rocas te lanzas que fosilicen tus huesos</div><div> </div><div>has trabajado las horas levitando sin darte cuenta, lloviendo mordaz tus marcas como bonanza, lapidándote de sentido hasta enmudecer </div><div><br></div><div>las décadas te van girando sobre tu eje familiar, ladeándote frente al mundo, acallando tu furibundo grito natal, dirigiendo tu imprimación sobre las rocas. Te vas fundiendo con el aire </div><div><br></div><div>lo infinito es una depresión profunda sin caminos, ilimitada sombra desde la que a veces ves tu vía láctea. Gatos solitarios se te cruzan con su mirada neutra, su amortiguado paso indiferente a los cantos de sirena del mundo. Una ciudad lejana interrumpe ese cielo nocturno en absurda réplica. Lo vivo y lo muerto aquí se confunden. Sigues levitando en las hojas sin darte cuenta, y en tu ermita de piedra te escondes. La visión en un gramo de arena, una gota de agua especiada de vida </div><div><br></div><div>durante los años te lanzas cuando el estómago te brilla salpicado de especias, y con mil rostros giras </div><div><br></div><div>te van girando las décadas sobre un eje familiar que sigue ramificándose, un tsunami de aguas coralinas, esa cajita de Pandora abierta y resonando indiferente a tus gustos, querido vagabundo, hilarante tambolirero lanzado a su aventurada fusión de kilovatios por segundo </div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div><div><br></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-88605347558714385702024-02-03T07:57:00.000+00:002024-02-03T07:57:37.334+00:00Blinded by the light. Manfred Mann's Earth Band. POPFONÍA<div>
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</div><div><br></div><div>el hombre de los muchos rostros tiene en rojo un diario oculto, tiene el alma de un flamingo nómada solazándose en las salinas, la ligereza de la luz en los cruces. El hombre de los muchos capítulos no atiende ya a lo voluminoso, no magnifica lo irrisorio. Glorifica la tierra, sus rocas en el fuego solar amalgamadas, los rumorosos ruiseñores del silencio, cada reloj un ángel en la estación a ningún lugar, la vida apasionado tango de frecuencias, la dulce expiación del tiempo </div><div><br></div><div>te descubre talentos, la música incansable, la investigación virtuosa, el indomable impulso. Te humaniza las cosas, les da su imprimación frente al olvido, hace grande lo pequeño si no te excluyes. Las rumorosas rocas te dan su historia, un empezó, la artesanal música del siempre, el seguimiento que glorificas. Tu humano éxito puntual sobresale en el año exacto, allá, en lo alto del siempre. Le das ídolos, iconos que alzar y arruinar, valores de distinta frecuencia, distintos talentos. Interpretas cada texto como creador según tu escuela, un elenco de nombres pasando a través de negros agujeros, gracioso aprendizaje. El hombre llega de infinitos nacimientos, composiciones aprendidas, sólo música</div><div><br></div><div>en tus mitades partes años como nueces, continúas tras preocupaciones menores tal diletante zorro en su versión de caza, estimando distancias, retirándose a su madriguera por parar el tiempo. Y ves las aves jugando a los números, componiendo geometrías, breves registros de conexión ultramundana, recapitulaciones, revisión de algún capítulo desatendido, breve muerte recordatoria. Al separarme, resuena el minutero, atiendo la escena: cambia. Aquel momento dejó pasar, se hace vasto el presente, innovador, digno, rezuma creatividad</div><div><br></div><div>me encontraste, esta melancolía de la aparente separación, el arquetipo de la fractura primigenia, la fundación del gran salón de los espejos, de los nombres como reflejo del más pulido de los cristales, del telescopio más sagaz, del microscopio más fragmentador, el más refinado acelerador. Ya no te ves. Hay un joven pianista en las calles rasgando tus fibras desde el vacío, la constante olvidada, el siguiente problema, un nacimiento más. Asume mi boca la dirección señalada, su artística transformación, seca síntesis. Ingreso en las formas, adopto un tema con el instrumento que me das, el necesario fracaso hasta la sintonía adecuada, la época en curso, la firme voluntad de ese momento. Se abre el camino </div><div><br></div><div>los años como nueves se reagrupan con suave alternancia, experimentos menudos coqueteando con lo imposible, creación como alegría, ejecutada síntesis, el movimiento armónico de los planetas en tu interior. Júpiter vela por tus luces, nocturno espíritu del equilibrio. Te encontró intacto sobre cada continente, en cada era, una pasión puntual sin más demostración que tu plenitud en ningún lugar. Esa música te redime, hombre de los muchos ojos </div><div><br></div><div>trabajan tus rostros implicados la exigencia justa, las cosas compañeras, salinas del alma para tu nómada flamingo, el ser y estar aceptados, onda y partícula en connivencia. No hay sustitutos. El tiempo se alía reforzando pilares frente al vertiginoso cambio que a duras penas percibes. E interpretas textos según la estrella nueva, enriqueces tu demagogia variando rumbo, privilegio de tu poder. Llegas, me encuentras, alivias la melancolía edénica, das vida a lo inaprehensible </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-6330698471506891012024-02-01T08:15:00.000+00:002024-02-01T08:15:06.578+00:00Enheduanna. POÉTICAS <div><div>
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</a>
</div><br></div><div>la bienamada furia de mis cielos es verdad impía, salvaje mediadora entre frecuencias.</div><div>Se torna el lugar latido puro,</div><div>restaura el auspicio de las cosas, </div><div>el día se viste de túnicas flotantes</div><div>que con la luna se confunden.</div><div>Se eleva el lugar </div><div>hacia sus legítimos umbrales,</div><div>queda su poder intacto</div><div>de abisal belleza </div><div> </div><div>tu esencia señorea toda plenitud</div><div>particular, cada esplendor</div><div>sin especie ni género, cielo </div>y tierra amándose en cada pecho,<div>cada templo de materia encendida,</div><div>cada ornamento que lo celebre. </div><div>Se viste de un deseo altivo,</div><div>salvaje mediador que os hará</div><div>fecundos. Señorea guardiana <br><div>de todo pensamiento y sus manos de luz, de cada elección y su tacto, cada latido </div><div><br></div><div>a su servicio me rindo,</div><div>que entré rebelde en el templo</div><div>como príncipe en ciernes</div><div>con mis rituales de juventud.</div><div>Sí, portaba el canasto </div><div>de flores silvestres alabando </div><div>sus odoríferas potencias</div><div>hasta embriagarme, hasta ser</div><div>arrojado a su más tenebrosa resaca. Allí llegó la luz</div><div>oculta de todo a mi alrededor,</div><div>de las sombras que lo cubren,</div><div>el entapizado de un desierto </div><div>majestuoso. La belleza</div><div>en cada grano de arena,</div><div>el silencio en cada duna.</div><div>Mi boca sólo conoce la confusión,</div><div>el cesto es ahora ceniza</div><div><br></div><div>el dragón despierto y su ángel</div><div>guardián giran en una rueda</div><div>de equilibrios, ruge y canta</div><div>entre tormentas y calmas, </div><div>reverdece y marchita en los ciclos</div><div>terrestres y espaciales, frena</div><div>y acelera nuestro paso por el orbe,</div><div>inunda el valle </div><div>de mi propia montaña. La Luna</div><div>recuerda mi reflejo agradecida,</div><div>y la esencia de un fuego primigenio que no tiene ascendencia.</div><div>Señorea montada sobre las bestias,<br></div><div>reparte los dones</div><div>que habrás de descubrir</div><div>sin acabar de entender</div><div><br></div><div>tu veneno de sierpe</div><div>sobre el mundo requiere</div><div>su antídoto, el trueno violento la ceniza que nutra un nuevo bosque. </div><div>Me inundas montaña abajo, </div><div>me cabalgas abestiada </div><div>con tus más indescifrables ritos,</div><div>en aras me tomas </div><div>de un entendimiento </div><div>al que no accedo </div><div><br></div><div>absorto en las tormentas </div><div>te doy mis alas, y piso tierra,</div><div>cada aleteo un amor lejano. </div><div>Sirvo a tus decretos </div><div>sin oír tu voz en la llanura ruidosa,</div><div>se empinan las colinas</div><div>obligando reverencia, acentuando el peso de mis piernas</div><div>que, temblorosas, acuden al rayo</div><div>y al trueno clamando consuelo. </div><div>Te trae el tiempo el acto reflejo,</div><div>su sentido de justicia.</div><div>Se ha calmado el cielo,</div><div>un suspiro lleva tu aceptación,</div><div>vuelven a cantar los pájaros </div><div><br></div><div>todo los poderes señoreo,</div><div>un himno de luz turgente,</div><div>una radiación incesante,</div><div>la perpetua cópula entre cielo</div><div>y tierra coronándome</div><div>de florida tiara, guardando</div><div>mis órbitas por el sistema,</div><div>sosteniendo mis manos en círculo </div><div>por el que todo cabe.</div><div>De mi pecho cuelga anillo de oro </div><div><br></div><div>en la batalla derribas opuestos,</div><div>siegas la tierra de tallo duro,</div><div>y el miedo embistes</div><div>con la tormenta rugiente.</div><div>En mí truenas desencajando</div><div>el corazón </div><div><br></div><div>de tu sagrado impulso me hablas, de tus ancestros constructores de ciudades, de mi pertenencia a las tierras que descubro, de tus pies</div><div>alados llevando información</div><div>entre universos, de mi humana fertilidad a semejanza de la estelar, doméstica supernova que de exceso revienta. Tengo el granero</div><div>lleno de semillas, un tesoro</div><div>de potencias, mientras habla</div><div>la ciudad de amores desencontrados. Desnuda,</div><div>pululan sus habitantes impetuosos</div><div>mientras, en venerable tránsito</div><div>la estiran </div><div><br></div><div>un arpa de suspiros<br></div><div>les canta su marcha fúnebre</div><div><br></div><div>corren números desnudos</div><div>por la montaña, báquicos ríen</div><div>y se mezclan pisoteando</div><div>las plantas, quemando los árboles </div><div>para seguir montándose los unos</div><div>sobre los otros </div><div><br></div><div>por tí los ríos, mi sangre, la montaña que espontánea viene, el desfile mundano y sus danzas de la lluvia, mi alma cautiva </div><div><br></div><div>engrandecida señoreas los agudos farallones del alma mundi, que con tu mirada afilas, corazón furibundo que todo, en su destemplanza, empequeñece. Señoreas los reinos de calma donde la bestia, apacible, reposa, eres hija de la reverencia extraviada, eres la tierra que me forma, mi bienamada </div></div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-74243589503169021872024-01-27T08:09:00.000+00:002024-01-27T08:09:22.813+00:00Wisteria. SIN FONÍA (de los árboles)<div><div>
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</div><br></div><div>en infinitos esquejes me multiplico según el don concedido, en técnica me convierto cultivando el tiempo </div><div><br></div>mis lapsus de histeria plantan flores que me trepan médula arriba, mi corteza llenan de tupido jardín hasta asfixiarme. Se adornan de temporada con lo más innecesario <div><br></div><div>tus cuidados te pretenden especial, tóxica planta en el herbolario, semillero de histerias colectivas, de un futuro vómito colectivo </div><div><br></div><div>tu origen te conoce, de tí se descolgó hace tanto ya que lo olvidas, y te adscribes especie, género, trepadora planta porque sí, frenético impulso. Tu origen te lleva dando desde el tiempo todos los estados posibles que tu razón tratará de sintetizar. Te facilitas, querido Leucipo, en una práctica dualidad entre lo uno y lo plural, tu sentido del orden y el caos, tus condiciones de vida y sus desechos. Crees optimizar. Traen mis lapsus de histeria lo increíble, crece la hiedra desbocada, optimizo </div><div><br></div><div>cultiva lo que necesitas su saber en esotéricas síntesis, viajeras cápsulas que sólo el tiempo destapa: se airea el jardín, de intemporalidad se riega </div><div><br></div><div>resiste la vieja fortuna a tus embates, a tus síntesis facilonas; cultiva tus capacidades en luna de cosecha, tu evolución ideal, tan difícil, tus encuentros de casual apariencia, tus plantaciones de esperanza inconfesables resistiendo al frío cálculo, a las intensas heladas del corazón. Fomenta sin que lo sepas los factores lumínicos de tu existencia deshaciendo superfluas condiciones, sol y sombra jugando a esquivas dualidades, aún si no ves beneficio en el corto plazo, aún si ves contradicción. A ella le importa un bledo si crees o no crees, el color de tu piel, la fé que dices profesar, atea o no, política o religiosa, historicista o no, exo o esotérica, productiva o pasiva, nihilista o apasionada...Y es inmanente más allá de la luz, más allá de tu miedo, incontrolable </div><div><br></div><div>necesitas del abono diario, del fertilizante emocional para tu floral desempeño, la función que cumplas. Creces en el durante con la energía que admites, un ahora sin años, cuando tu razón no interfiere. Necesitas la fuente constante de los nutrientes cósmicos, la constante desde la que partiste, la floración perpetua, lo único indispensable. Y fertilizas otras plantas bendiciendo tu propio estiércol en afán de equilibrio, el suelo que pisas, el nutriente recibido </div><div><br></div><div>hallaste tu suelo, descubriste la siembra adecuada, y andas tú jardín de síntesis necesarias que te den la idea de ser. Orgánico, fresco, profundo, los recuerdos son un aquí y ahora omnipresente, pero no retienes. Conservas la humedad iniciática del suelo primigenio, y hasta admites charcas. Con su arcilla te entretienes creando formas, recreando tan arcano mito, la humedad constante en tu durante. Cultivas el correcto desarrollo en cruda selección sin más interferencia que la razón compulsiva, profundo suelo, duras raíces. Y exploras esa fuerza inagotable. Un ave está saltando de rama en rama, de trino en trino </div><div><br></div><div>voy aprendiendo mis dosis justas de otredad, de riesgo calculado; voy reconociendo la frecuencia probable en cada entorno, indiferente a la especie, el lapsus de histeria y su flor trepadora. Crece mi entorno en sus capacidades, libera sus potencias con periódica asiduidad, sequía y charca jugando a sus duales, el riesgo comedido: crezco </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-68913088281098132242024-01-25T07:37:00.000+00:002024-01-25T07:37:20.678+00:00Alpenföhn. ROSA DE RUMBOS <div><div>
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</div><br></div><div>tu norte te debe su húmedo cielo, el espectacular ambiente que te prepara primavera, que acelera tu pulso con sus mantos de frío </div><div><br></div>es el nombre denominador común que usas desde tus cimas con el viento originando la tormenta, acelerando efectos <div><br></div><div>la inexactitud da margen a los fenómenos, a revertir lo precipitado, variar temperaturas según el roce, la fricción que en tí se manifiesta, la relatividad de las formas </div><div><br></div><div>me significo parte de ignorada procedencia, carne de aquel viento transmisor, tan poco romántico. Mi dialecto es abreviatura de un grafema antiguo anterior a su escritura, de un fonema fetal previo al nombre </div><div><br></div><div>esa termodinámica explica los vientos de las más altas cordilleras, tu obligada ascensión a sus cimas en aras de tu especie, condensar lo etéreo en su fría expresión, traer la lluvia a pesar de la sequía, la calidez de un diagrama comprensible, la teoría que parece no fallar, la hora que te descubre parte. Y consideras los días en una percepción que se estira, una temperatura templándose. Van tus cimas acompañándote, el lugar desde el que precipitarte. Sí, esa termodinámica te explica, radical fenómeno en el valle de ignorada procedencia. Miro al pasear las laderas hasta sus cotas más altas: en una de ellas me siento, masivo ascenso hacia el aire frío, estática altitud, profundos desfiladeros, relativas formas </div><div><br></div><div>he producido la ocasión tal nube lenticular, gaseoso platillo donde las ideas convergen. Estoy llamando a las condiciones necesarias que hagan visible lo invisible, planeadora ascensión </div><div><br></div><div>el límite es una marca en el tiempo, alguna forma errónea que dejó huella, alguna región del alma oscurecida, tan difícil de determinar. Es mis pies en la masiva ascensión, la termodinámica entre valle y montaña, los días que se contraen en un bloqueo estival, el invierno añorado, sus mantos de frío </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-29048257702209005992024-01-24T06:54:00.000+00:002024-01-24T06:54:41.467+00:00Ibn-al-Rumi (a por desde). POÉTICAS <div><div>
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</div><br></div><div>acunas mi corazón en el techo</div><div>de estrellas recostada, </div><div>y entre ellas te confundo</div><div>pensamiento, llama que lleva</div><div>oculto mensaje en hojas de fuego.</div><div>Postrado va mi gesto nocturno </div><div>hacia el sol durmiente: su luz ansía</div><div><br></div><div>descubrí mi pecho para mostrarme cicatriz, vaga noticia</div><div>de una edad dorada, de la tierra</div><div>de tu amor sedienta. Pedía</div><div>en su espera el latido aquel, </div><div>y se dormía, recostado, </div><div>como estrella recién nacida.</div><div>Nebulosa madre acuna</div><div>al niño entre sus velos: flota,</div><div>como antaño, sobre sus tierras.</div><div>Todo gira en perfectas sincronías, incluso el astro golpeado</div><div>por un asteroide extraviado</div><div>para que estés junto a mí,</div><div>ahora, recostada, idea profunda,</div><div>latido antiguo. No puedo</div><div>retenerte sin petrificarme</div><div>sal de tierra y su quebradiza</div><div>sequedad. Siga la vid su vino </div><div><br></div><div>me susurra el polvo su ansia,</div><div>desaparecer en él, ser </div><div>sin más brillo que un reflejo,</div><div>mendigar la luz de unos ojos,</div><div>saborear su crudo, agridulce poder </div><div><br></div>lo que llamas vivo<div>es búsqueda, pensamiento</div><div>que ronda urbes como cementerios, corazones latiendo </div><div>en estrellas apagadas</div><div><br></div><div>"y no me dejes nunca más"</div><div>le cantabas al corazón, tú</div><div>que conoces sus secretos,</div><div>sus más luminosas flores,</div><div>sus más oscuras raíces. Ven,</div><div>le decías, dónde crees que estás</div><div><br></div><div>cada despertar un lapsus de infelicidad, el beso de un alba descomunal, la total inversión de tu percepción. Vuelves a recordar el corazón primero, la noche en que lo real era absoluto sueño. Acalla la consciencia por una silenciosa, abrumadora conciencia. Nada se mueve. Ahí está la Luna engrandecida de estrellas punteada, un firmamento en suspensión, mi cadaver gigantesca sierpe saliendo de su envoltorio, todo suceso a la velocidad de la luz, un recién nacido que el vacío flota: la caricia del éter le divierte, toda mano, todo labio, el beso al corazón de un ser descomunal. Se esconden los cuerpos en este clímax de vida. "Y no me dejes nunca más", le cantaba el bardo aún si no había cuerpo </div><div><br></div><div>pasean mis preocupaciones </div><div>por el bazar de las causas, quedan en las tiendas del desenfreno, no se encuentran. Inclinadas, torcidas, desequilibradas, aceptan cualquier engaño, el brillo de cualquier baratija, la imagen que las calme, un patrón oro. La sangre hierve como testigo de vida en cualquier abismo. En la cima se hiela. Y proclamo mi Estado de Dependencia de todo lo que me rodea: del aire que respiro, de la tierra fecunda, de los seres queridos y no queridos, de mi país vecino y distante, del gobierno que me legisla, de mis sentidos y miembros, del cerebro de lo orgánico y lo inorgánico, de los neutrinos que me cruzan, de una mariposa alienígena...De lo que mis ojos ven algo más allá de su nariz, de lo que no ven, tan infinitamente oculto: va la perla creciendo. Allí el canto de los pájaros, el corazón de tu universo y sus interminables arterias, la subpartícula de la subpartícula de la subpartícula, tan invisible, tan tú mismo. Flamea tras la tormenta solar, tras el frío espacial. Allí la fuente generosa que nutre la vida, tan tú misma llenando mi pecho </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-76942203368071235792024-01-20T08:27:00.000+00:002024-01-20T08:27:59.387+00:00Álamo temblón. SIN FONÍA (de los árboles)<div><div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiIvNtGWyZYJetjaOJTY3BObzDZuh2py8l982qXZb89XULwxmq_6RKFzBbk6rh5OV68kJ84Rh9p26OSbvcsKdxr6skPXFlBH_hCJAw1MRIrkjZRFpUVjIJYgaKLpuvN8n_SpwFeWXDhBSs4a-_LY5FYoIAs4B7bQfJBH_j2l9CGwt1eomtb5_PyneYulNA">
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</div><br></div><div>apareces floral con tu velada amenaza de vida por proteger </div><div><br></div><div>y estás trémula en esta brisa que nos estremece, este fluido en que mis crótalos encogen, este viaje del espíritu <br></div><div><br></div><div>una muchedumbre de especies se hibridan al alba sin mediar lenguaje, ocasional abundancia que disfruto, la viabilidad de un semillero universal </div><div><br></div><div>el árbol me describe caducifolio en mi esbelto porte, y hasta alcanzar la verdosa corteza de las nubes me estiro; hace el tiempo grietas en mi piel, hace gríseo el cabello sobre mi arraigado tronco, hojas que alternan sencillez y complejidad. Sí, observa el árbol mi carácter ramificándose en sus experimentos vitales, pausados, extremos, lampiño rostro del niño que juega, roma barbilla del baqueteado adulto, las secciones más planas de mi cerebro. Soy otoño en la inmensa gama de colores, vistoso concilio de hojas y aves, de géneros entre amor y lucha tal decía mi amigo Empédocles, de flores aciculándose para pinchar las nubes, de preciosos amentos como collares de perlas. Se encapsulan los frutos en pequeñas bolsitas fonéticas madurando significados, liberando a la materia de su peso. Es semilla su excremento que el viento dispersa, bendito tamo en la apasionada anemofilia de aquella muchedumbre </div><div><br></div><div>nombra el árbol a sus pobladores, les da el epíteto adecuado, les da el movimiento a seguir en la trémula brisa </div><div><br></div><div>en ese laboratorio de especies tectónicos temblamos </div><div> </div><div>es fina la información en mi madera, fáciles astillas del tiempo y su brutal tornería, la elaborada cestería para las palabras con que forro la vida, los ornamentos que se extienden por el camino como rodales, naturaleza que consideras tamizada </div><div><br></div><div>y te crees independiente tras ardua lucha, trémula suficiencia que en un ay se estremece, tus crótalos zarandeados por un viento atroz </div><div><br></div><div>ecólogo de tu valle te acompaña tu bosque de infancia, la hoja caduca que quebraste, la humedad de tus riberas más bucólicas. Esos rodales de la mente rebrotan tal pioneros en otros bosques, reforestan tu alma que en otras orillas, a veces, reposa. Prometen el mar</div><div><br></div><div>en la montaña me refugio, redibujo mis atlas mentales, me habita el monte cubriendo mis escaseces. Los ojos de la serranía, como la vieja Amalteya, me amamantan. Y floral apareces </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-1922140308599094604.post-56674783296736344302024-01-18T07:54:00.000+00:002024-01-18T07:54:53.805+00:00Jabuticaba. SIN FONÍA (de los árboles)<div><div>
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhY-GzxuCK2DlQQnyOElv9wg6Q_MaeaTZ0j6Pj6xXtoBXz-ZVlXmCFYmOkHzQFEUSapDKjndi4dn-7Rfeds8VutDJzne85gYTskYqNLHQQtGzlVW9uKZY2KFfOqjGJ_JBpgvZHe9RuxAAWM7e3txPfZNx3UT2ytKH1pIvUOeyhyxxIkV0UXhoGwWLJ-5h4">
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</div><br></div><div>soy mi propio fruto desclasificándome, perecedera baya sin cáscara trepando árbol. Se hace mi pulpa jugosa en la altitud, que al ingerirme paladeo el agridulce sabor de luz y sombra. Se pierde esa frescura, en la multiplicidad me consumo, doméstico licor de mi maduro tallo, la medicina imposible de sintetizar </div><div><br></div>nació el árbol familia, como esas mirtáceas que rondan mi jardín, los infinitos nombres de un árbol lingüístico inacabado. Te siguen llamando desde solitarias sierras <div><br></div><div>no me uses para hacerte daño, ruralízame en tu área emocional, cultiva hogar al alcance de tu mano, úsate como remedio </div><div><br></div><div>eres un aspecto más del tortuoso árbol, rama y corteza espinosa dando fruto y sombra. Creces pegado al terrestre tallo, tronco de muchas formas, de colores que maduran</div><div><br></div><div>naces planta de cada continente, nombre por conocer, sonido de tu fruta al caer. En la corriente de pensamientos me mordiste por descubrir tu causa, la medida de tus capacidades, tu natural misión, tu área emocional. Seca, húmeda, en el valle , en altitud, reportas tus hallazgos con empírico empeño, la ciencia que elegiste. En lo más hondo me encuentras de tu ser, rico litoral de los asombros </div><div><br></div><div>expresan tus ojos inmortalidad, el canto constituyente de universo, el halago de vida sinónimo de pensamiento, su hermosura mi gracia, una viva oscuridad </div><div><br></div><div>mascullaba tu nombre entre las plantas, a tí adaptada mi clima tolerando lo leve, lo breve, la más fiera helada </div><div><br></div><div>en libros registro aquel cultivo equinoccio tras equinoccio, las palabras que me reproducen</div><div><br></div><div>quiere el decir una lengua fructífera, el sonido gástrico de la vida, las hojas del árbol en vívida búsqueda, los ramos que de mi tronco brotan, la raíz descubierta desde la copa, el sabor a tí </div>Ricardo Pérez-Salamero Garcíahttp://www.blogger.com/profile/16966141851437172174noreply@blogger.com0