jueves, 7 de marzo de 2024

Scoundrel days. A-ha POPFONÍA

me funda el tres entrelazándose a una profunda insatisfacción, el vuelo raso de una melancolía apelmazada sobre la lejanía. Voy maquetándola con pequeños grabados en mi estudio, llego a oírla sin darme cuenta de que hay algo que hacer con sus cautivos, refrescar mis capacidades de adaptación a ese requerimiento con nuevo rostro, breve impulso de voluntad. Reparo mis costillas rotas responsable, y sugerentes imágenes me acompañan: contienen tuétano emocional. Del cielo caen ideas en pictórica yuxtaposición, dibujo el blanco en dirección al negro mientras los pájaros se arremolinan en torno 

fui formado en estilos sintéticos con alternativas vías, un club de mortíferos miembros 

la primavera asiente a mis caprichos creativos, se ha llenado la sala de palpitantes días, e irrumpen en la memoria maniáticos. Han emprendido las aves su gira estacional. Compartimos escenario y el tres se estrecha en ese festival de sonido y movimiento, rítmico jolgorio al que saludo, prístino fulgor que las manos no tocan, el lugar que da impulso a mi aliento, la belleza de su causa. Sorbo de ese corazón por doquier en inalienable juventud, su anónimo canto abierto del que participo 

se ha estirado el tiempo esta mañana hacia lo absoluto, nulo relieve mental en la fluidez del aire: nada destaca en la artística disposición de las montañas, ni en la llanura que mis sentidos tanto estiman, panorámico saber que domina la línea de horizonte hacia donde van los años en tropel. Demostrativa me adjetiva la tierra desde su frío protector, y creerás que me escondo justo cuando más vibra ese inalienable corazón ("no es la cuchara la que se dobla", decía aquel aedo). Cualquier fanatismo es una forma de terror definida, petrificada, el germen de cualquier cruzada, una trágica fábula que algún romántico barniz camufló, una ingenuidad involutiva. Hay una pizca de verdad en cada fractalidad del pensamiento si en cada una de ellas ves el universo entero. Y tus sentidos no pueden. Y tu razón no llega ni con su más tecnológico brazo, ni con su más totalitaria fórmula. Siempre se escapa algo: tú. Todo empezó al nacer: elegiste conocer. Y aquí nos encontramos, esta escuela por la que vamos medrando de giro en giro: somos gravedad. Quién iba contigo de la mano? Realmente crees que te soltó? Me dí la vida por llegar a tí, me dí un nombre por serte reconocible, e imité la música de las esferas tirando abajo las puertas de la percepción. Ese amor es también la roca 

hay ocasiones que me interpretan la arrogancia de seguir vivo en estas tierras, dicen sus voces a mis pies que no marchen, que no se eleven, que sigan pisándolas que ellas les darán su hierro, su oxígeno maltrecho. Quédate por aquí, me dicen, y voy girando con el planeta, con la galaxia, con esta forma gravitacional. El siete me registra en esta danza concertando mis movimientos, una aquiescencia contra la que me rebelo. La caída es un profundo letargo, un supuesto del arriba y el abajo, un perpetuo filosofar 

he decidido seguir mis propias huellas en la arena dejando las puertas abiertas tras de mí, cambiar sus nombres al cruzar los puentes, convertir mi propia compañía en una tirada de dados. Los segundos deambulan copiosos en sus atmosféricos trabajos, satisfacen mi demiúrgica ilusión. Encuentro el aire entre los metros necesarios, centímetros de renacimiento, kilómetros de celeste urbe operando correcciones a mi percepción. Se hace musical la tierra comerciando con mi enardecida sensibilidad, hay una suerte de aprendizaje asistemático entre las psiques. Hoy cultivaré esta pasión en forma de orquídeas. De nuevo visitan las mariposas el jardín 

ya no me bastan los deseos increíbles, las gráciles imágenes que inundan nuestros cerebros, opiácea pantalla para su inactividad. Transcurro en una juvenil curiosidad rebajada en su lascivia, una mesurada escasez. Resultan palpables los copiosos segundos deshaciéndose de imágenes indiferentes al acierto o al error. Aprovecha el ahora cada fondo saludable, favorece el equilibrio entre el arriba y el abajo, el adentro y el afuera, su forma axial sin puntos cardinales que lo delimiten. Y hasta se promociona como forma de conocimiento puro desde algún extraño lugar donde el tres entrelazado deviene uno 

No hay comentarios:

Publicar un comentario