me clasificas acorde a tu tamaño, respondes a un modelo común
me vas descubriendo por superarte a tí misma, hallazgos de alejada observación, ave fénix detectando espacios de verdadera luz
tu astrónoma invisible te espera incansable para que puedas ver cada vez más con amoroso telescopio, te lanza a tus agujeros negros sin imágenes de apoyo , si acaso espectros de posibilidad que no puedes confirmar. Cada nueva estrella te va acotando
existes aún en viaje y llegada a tus lugares de reposo, tratas de explicar esa Física incongruente de la que eres partícipe
recibes tus nombres de poemas viajeros escritos entre anillos planetarios, inspiradoras mitologías. Te saluda tu estrella vespertina
tu invisible investigadora se proyecta en sus propias explicaciones con brillantes predicciones que mantendrá durante años, siglos, milenios incluso. Esa temporalidad te necesita como forma de autoestima, forma masa en mi línea de visión, me da los datos que apuntalan la luz que puedo ver
cada hallazgo un salto que lo remueve todo en inmensurable sincronía, atrás el tiempo se compara a sí mismo con la permisividad de un remonte original
me estudias ser desde tus ventanas, eras enteras con las que familiarizarte, conductos de conocimiento leyéndote los libros pertinentes, segundos que contienen todos los capítulos, ahoras que te tienen en un comienzo perpetuo
eres mi estrella más lejana, una constante desconocida que en mí existe, un brillo súbito, explosivo que el tiempo te regala. Veo la luz que no llega de ella, indetectable, una grácil magnificencia en todo cúmulo de materia, y no es milagro
suposición tras suposición te descubro abriendo eras de posibles formaciones a explorar, generaciones que sabrán detalles inadvertidos, telescópicos, microscópicos, hechos observables a los que dar aprobación
la medida de tu Universo se expande en la luz de los objetos que estiras y desplazas, longitudes que te acercan a tí mismo, distancias que te van respondiendo cúmulo tras cúmulo a tí incrustados
tu autoestima se va equipando con brillantes rivalidades, masivo conocimiento primordial a partir de los elementos, eres sol y luna sin eludir la mutua observación con tus lentes interiores
esas galácticas distancias ven tus pequeñas manchas mezclándose con la luz, te indican cada distorsión gravitacional, te detallan los curvados vidrios en tus ojos con sus imágenes deformadas, te amplifican la luz de tus objetos más cercanos. Hay un desvío detrás de cada cúmulo mental, de cada astro que te orbita y su espacio-tiempo. E investigas acorde a un modelo posible
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