en la necesidad me contratas pactando una ilusoria certidumbre, un final permisivo de equilibrada dualidad, una artificial seguridad. Acordamos realidades entre grupos como miembros de mi propio cuerpo que la idea fragmenta, voluntades que se apropian del contrato sometidas a existencia
filosofa mi origen contigo, moderniza tu política vecinal, reajusta los límites de tu condado emocional, la vida alarga que ante mis narices muere. Da mi origen a luz gemelos lingüísticos por antítesis, y escriben los años mis miedos de un momento a otro. Nacen pequeñas tomas de conciencia tal succiono a madre Tierra, y vivo el temor del desamparo ante su invencible proximidad. Pastorea padre cerca sin abandonar el terruño donde me formó
necesita tu lógica de lo divino un marchamo irracional, la oportunidad de respirar entre las figuras científicas y sus humanos deudores, conocer desde una revelación intocable que no puede compartir. Se posicionan las ideas en anclajes de materia como teorías contrapuestas, críticos argumentos entre idea y experiencia, los fundamentos del proceso evolutivo. Aclárame tus distinciones más notables de un hemisferio a otro sin negar ninguno
buscas la paz con el hombre como medio, remota posibilidad de una renuncia que rechazas, un saber que en tu tiempo se te escapa, una entelequia que tu libertad elabora haciendo de los otros una entidad inmóvil. Pactas contigo mismo el punto de equilibrio, y aún así te deslizas en el balancín, apenas cumples las leyes que te das, establece la necesidad cosmológica sus coercitivas fuerzas tirándote del balancín, te obligan a nuevo pacto, sobrevives. De nuevo me contratas con las debidas concesiones, compensatorios derechos entre los hemisferios en pugna, pequeñas obras de bondad de las que nadie sabe, letales cesiones, la aceptación de un poder que te trasciende: qué o quién dio esa orden catastrófica, se busca culpable. Y lo hallas con científica precisión, esa fue tu voluntad
esa mecánica te representa como sistema de defensa de la realidad escogida, material mecano de causas, efectos, retribución con manos deterministas
se confunden madre y padre en el Sol, adquieren sus leyes un tinte racional, el impulso de experimentar estados y observar en remarcable primicia
genera sin embargo el mecano chirridos en mi frente, ideas como sónicas burbujas representando otras realidades, el interés por sustancias desconocidas, lo espiritual como rebelión. Trastoco causas a capricho, determino irracionales actos que al tiempo demonizo, se estremece mi aparato sensorial en la corriente filosófica extraña, aparentemente inenteligible
precede la visión a la materia?, se preguntan mis células intestinales; hay objetos reales que considerar?, me preguntaba una parturienta en pleno raciocinio; por que sufro? se decía mi frente. Defiende el mecano su engrasada mecánica, su forma de existencia que pretende unívoca, que nada se le oculte, todo se explique en un determinado punto del tiempo lineal, mangas abiertas, limpia superficie por la que las cosas parecen moverse
filosofa la ciencia con mi cuerpo muriente, tutela sus trabajosos viajes interestelares de visita entre avatares reconocidos o no, condenados o glorificados por sus convencimientos empíricos o no, y gira con el Sol como un reloj
te manifiesta el Ello a tí mismo, usa el tiempo como poder de cambio, te obliga a un temeroso respeto en aras de las condiciones que estableciste, el espacio para tu voluntad en fractal disputa
crea tu mirilla telescópica cúmulos filosóficos con sus geometrías naturales, sus transcripciones de flotantes pensamientos a una física verosímil, transforma la materia una vez aceptada esa referencia
hacen los números hombres como gananciales de una seguridad artificiosa, levantan reputaciones con o sin violencia, se adueñan de tu espacio, incluso de tu aire en su defensa, de lo pequeño a lo global, de tus palabras, del tamaño de tu sonrisa, de tu opinión y tus signos de interrogación tras subvalorarte, de tus personas reflejándote identidades, de tu verdadero nombre
aprende tu telescópica mirilla de tus realidades construidas, de tu interacción con sus cuerpos en movimiento, llenos de aparente vida. Ella aplicará tus fórmulas a todo ámbito sin entender aún bien sus campos de fuerzas incluyendo pasiones y supuestas necesidades. La materia te piensa como igual, en el deseo de vida vibra contigo en frenética actividad, existes cuerpo en invisible luz
en las cosas ínfimas me encuentro, sin causa que justifique conflicto, todo ahí se me da
soy soberano en lo absoluto aún en los regresos, este exilio donde todo acaba, donde los elementos se disuelven sin razón alguna, el temor se ha desvinculado de las consecuencias pronosticadas, que traía consigo sus más sesudos tratados donde fijar tus derechos, tus deberes. Ciudadano del ser, se abre el conocimiento, vasto cuerpo inasumible
es tu naturaleza un estado convenido, una existencia selectiva contra la que luchas, la sensorial limitación a tu libertad por sobrevivir, esa inseguridad latente que afila tu instinto, tu deseo de dominio. Retratas esa búsqueda que moralizas en aras del propio beneficio, te constituyes sociedad, un estado de guerra permanente
concluyen tus deberes en su origen, se hace estable una disolución de lo dual, no hay más voluntad que la vida desprovista de miedo
cuando lobo recojo las frases del hombre para con el hombre, tomo personas desconocidas como rehenes de mi hambre
ahora teorizo político entre los árboles decepcionados, adelanto atributos del sí mismo que algún iniciado filosofe en términos de igualdad, estire su telescopio pineal desde una fisiología compartida, retrase las aportaciones antiguas a su fuente original. Miran los animales asombrados mis tendencias formales, su instinto social deconstruyendo contrarios, artificiales acuerdos, los pacatos intereses del miedo ritualizado
hay casos del ser ingobernables, una incapacidad proporcional a su desconocimiento, una falsa seguridad colectiva de miembros rotos
seré obra de un más conocido, materia de poder de contrapesos, nombre de un monstruo evolucionado que aparece y desaparece, un organismo de miembros teorizantes defendiendo su nombre, una relatividad fractal hasto lo absoluto, un contrato sin lenguaje, una pura emanación
artificio y luz me componen en constante creación, perpetuo estado de condena y bendición en eléctrica alternancia, la natural polaridad de un universo incesante, máquina y luz en irregular pacto. Ha venido un lobo a visitarme
no cede el cambio a tu voluntad, roe tu libertad con autoritarios dientes, en tí depositó sus violentos ejercicios de una necesidad perentoria a la que hallarás legitimidad, la justificación de una culpa y su castigo, de un social respeto. Construyes, sí, grandiosas pirámides. Y me contratas
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