jueves, 5 de junio de 2025

Sinfonía del nuevo mundo. Dvorak CONFONÍA

tu conjunción adversativa imprime un movimiento cognitivo, quizás un tema exótico emulando el espíritu de tus melodías. Indica su precisión su preexistencia, la fuente de inspiración que les alienta

devoré sinfonías sin desmayo en un estado de amor conjuntivo, le componía siglos enteros de evolución, mundos que articular. Y lo contaba de cachito en cachito 

era aventura sin términos ni término, un conservatorio de esforzados viajes mentales, un ir conociendo mi propia mitología

me empiezan los lugares y su tiempo contextos de vida recomponiéndose

hay años mediadores que permanecen en esa unión, dejan por escrito esa transitoria comunión en festivos pentagramas, en cuartillas que invisible violonchelo protegiera de las llamaradas solares, sinfonías sin número 

hay siglos buscones de esencias vitales, industriosos, expansivos acelerando acontecimientos con romántica liberalidad, mágico realismo

tu ficcional durabilidad es unas vacaciones de la razón lógica, das tu resto al mundo, te desinstalas para nuevo alumbramiento. De tu supuesto secreto migras bohemio al corazón de la tierra seca, una pequeña felicidad a su contacto, tus órganos en atenporal comunión hablando su lengua, toda nostalgia desterrada, todo es ahora

la aventura deja en tí hondura que va borrando huellas, seres e historia la música que te lleva

tus medidas del tiempo se difuminan a cada fabricación, las va cubriendo el cielo de literarios temas, paraísos de búsqueda con leve contaminación, esencias con ahínco perseguidas liberadas de tiempo

genuinas culturas te buscan con excelsas construcciones, tan ajenas a un yo 

padeces de incertidumbre, pero te inspira, largos segundos confundido en tu propio movimiento, un poema que acude pantorrilla arriba con heroica determinación, un impulso ancestral. Y valoro esa conversión operística que no se cierra

mi crítica sensibilidad insiste en su capacidad evocadora abriendo espacios a la grandiosidad, paisajes de impresionante hondura que te devoran

eres reto de un por qué histórico al que acudes, inviolados parajes en la frontera de lo admisible

comprensiva me pintas las sombras de lo maravilloso, genuinos paisajes sin dueño, me novelas romántica un último estertor de la razón, recitas la música de un poema que lanzas a construir mundos, una epopeya fundacional con la mejor intención, tan inexacta

tu hijo, ese mundo, relatará los pasajes más hermosos, los más atroces en nombre padre, una leve sonrisa de la madre te saluda, el misterio 

y esa música te pregunta por sus músicos, cada composición un caso. Y escribes

es esta sinfonía números haciendo mundos, la filarmónica del tiempo acogiéndote con clamor

exigen tus paradojas una música del deseo, convertirse vasos comunicantes

me entrevistas insistente en los días sin melodía, tratas de descubrir el falso suelo desde el que creas, aquello que me indigna y reacciona, el acicate de nuevas suposiciones

y reajustas tu exposición al mundo, una leve oscilación experiencial en el teatro temático, frustración y euforia en el vals de las posibilidades, un toque de verosimilitud a tu escucha focalizada, un tiempo dirigido

sí, me devoraban los ritmos más tribales con sus melodías en conserva tratando de escuchar el futuro a componer

llegan los entonces como momentos culminantes, pura creación

me comparte la tradición sus elementos sincopados, una popular caracterización

siempre fui precoz, hambre estudiada de cualquier instrumento conversor de cosmos, platónica decisión de vertiginosas consecuencias, anímicas penurias de difícil salida, tremendo vals 

no tengo país, apenas mundo, si acaso volátil y frágil burbuja con una imagen en su interior. Llega y flota en la música dándose expresión, buscando autenticidad. Trae algún himno que le dé notoriedad, alguna composición que elaborar, un cosmos en sí 

se justifican los entonces, difícil reputación, receloso imperio de los sentidos que con fervor defiendo, doctos nombres como causa

devoro coincidencias en el deseo de alentar simetrías, una armonía apartada de cualquier sistema, un aprendizaje que admite toda forma

conservo tu música infinita que tanto genera sin pedirme algo, que alivia mi turbación con amorosa fidelidad

hay espíritus sin propósito fundacional, pura creación sin escuela, posibilidad de formas en quietud absoluta

me acepta la música e imparte su magisterio explayándose tiempo,  estacional variación sobre las percepciones de toda una vida, conservatorio del alma. E insistes en tu acceso a él sin poder aqui instalarte allí, adversativa conjunción 

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