I, 9
Only one who has raised the lyre
already, among the shades,
may sense how to return
the unending praise.
Only one who, with the dead, ate
of the poppy, theirs, from them,
will not lose the slightest
note ever again.
Wish even the image in the pond
that blurs for us, often:
know the reflection.
Only within the double sphere
will the voices become
kind, and eternal.
Sólo quien haya levantado la lira
ya, entre las sombras,
puede intuir cómo devolver
la infinita alabanza.
Sólo quien con los muertos haya comido
la amapola de los muertos,
ya nunca perderá ni el más sutil
de los sonidos.
Desea incluso el reflejo en el estanque
que, a menudo, se nos desdibuja:
aprende la imagen.
Sólo dentro de la doble esfera
devendrán las voces
amables, y eternas.
El Mito
Only one who has raised the lyre
already, among the shades,
may sense how to return
the unending praise.
Only one who, with the dead, ate
of the poppy, theirs, from them,
will not lose the slightest
note ever again.
Wish even the image in the pond
that blurs for us, often:
know the reflection.
Only within the double sphere
will the voices become
kind, and eternal.
Sólo quien haya levantado la lira
puede intuir cómo devolver
la infinita alabanza.
Sólo quien con los muertos haya comido
la amapola de los muertos,
ya nunca perderá ni el más sutil
de los sonidos.
Desea incluso el reflejo en el estanque
que, a menudo, se nos desdibuja:
aprende la imagen.
Sólo dentro de la doble esfera
devendrán las voces
amables, y eternas.
El Mito
“Orfeo, a pesar de su enorme pudor, decidió casarse con Eurídice, para lo que pidió permiso a Zeus,
quien se lo concedió sin dudarlo. Su unión fue extremadamente
feliz, pero poco duradera. Eurídice fue mortalmente mordida en el
talón por una serpiente venenosa mientras huía de Aristeo, quien
la perseguía para tomarla por la fuerza. Orfeo quedó enormemente
desconsolado y se propuso devolverle la vida pese a todo, por ello
imploró a los dioses su devolución al mundo de los vivos. Esta
hazaña no tuvo ningún éxito, motivo suficiente para bajar a los
infiernos y pedir la ayuda de Hades
y de su esposa. En su andanza iba entonando bellas canciones
sobre su profunda tristeza, las cuales ablandaron los ánimos de
Hades e hicieron que llegaran a un acuerdo: le devolverían a su
amada, con la condición de que en su camino hacia el mundo de la luz no
podría mirar hacia atrás. La subida era lenta, ya que Eurídice
aún estaba herida, pero cuando estaban a punto de conseguirlo,
Orfeo sucumbió y giró la cabeza ansioso. En ese instante su
esposa se desvaneció para siempre en el mundo de los muertos y
Orfeo sólo pudo abrazar el vapor. La desgracia le cegó e intentó
de nuevo penetrar en el reino de Hades, pero Caronte, el
barquero, se negó a transportarle de nuevo. Orfeo se quedó en las
puertas del infierno siete días más, pero, al ver que no obtendría lo
que deseaba, se fue. A partir de entonces estuvo vagando por el
desierto tocando su lira, encantando a piedras y animales, sin
comer nada, y rechazando en todo momento la compañía humana.
Terminó en una región de Tracia, donde muchas de las mujeres allí
existentes intentaron desposarse con él pero no tuvieron éxito.
Después, en venganza por los rechazos que sufrían, estas mujeres,
durante unas fiestas en honor de Dioniso, acallaron con sus
griteríos la voz de Orfeo para que no perturbara sus deseos
asesinos, rodearon al héroe y lo mataron, despedazándolo”.
Cine: Orfeo negro, Marcel Camus (Francia,
1959)
Cómic: Órficas, Max
Novela: La lengua oculta, William Golding
Óperas: Monteverdi, L’Orfeo; Gluck, Orfeo y
Eurídice; Offenbach, Orfeo en los infiernos
y mucho más...
y mucho más...
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