así eran las tardes, unas
tras otras llenándose de té,
del zumbido impertinente
de todos los insectos estivales
que calor, humedad, el repentino
fresco de una lluvia inesperada
llenan de ansia por vivir
su corto tránsito,
del agitado cuchicheo entre refrigerios
hasta saciarse de inmundicias,
hasta poder intercambiar las tardes
en el tiempo como cubos
de un puzle sin sentido, como puntos
de color que, reordenados,
impresionaran un cuadro
sábado, 2 de septiembre de 2017
from Summer afternoon, Tea in the garden, 1901- Théo van Rysselberghe
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