me acoge la oscuridad, 
materia invisible de algún universo 
extraño a mis sentidos, 
ese sentimiento de orfandad 
al que sólo la maestría sin tiempo 
del auténtico aedo visibiliza, 
le da color, le da voz, sabor, tacto, 
los sonidos de toda una sinfonía 
de la luz,
forma ante tus ojos 
 
  
 
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