códices y "volumina"
de verdades reveladas, de alfa
a omega tras los visos gravitacionales,
tras los siete sellos
que asimiles sin dogma
los misterios
corren, vuelan, se esconden las sibilas
por el monte con aspecto de animales.
Rasiel convierte el aire en libros
bajo la ínfima luz de las estrellas
o en el tibio sol de la mañana
Una niña alarga sus dedos
en la campiña francesa, lee
con el corazón el libro abierto
de la nada y la totalidad
Le da la mano Paracelso
y ambos retornan a la fenicia Byblos
a contar en papiro su aventura
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