una alabarda de plata
rasga el horizonte
a darle el cielo
la vieja dama Calderona
asciende la sierra un día más, airea los caminos del año nuevo
aquí, se dijo el explorador edetano,
aquí levantaremos Edeta
arrecia el frío del Norte
pero el valle nos resguarda
que los pueblos del mar
no nos despierten sin aviso,
que allá el aullido de los lobos
lance su alarma a mis vecinos
y en las noches de luna llena
someteré al dragón que nos persigue
un receso de silencio la montaña
a solas en los brazos del viento:
la venera
sombra fresca alertando a mis sentidos,
Yo, guardián de la natura más salvaje

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