sábado, 6 de abril de 2024

Toi 715-b. SIN FONÍA (de los astros)

los años pasados investigan lo dicho puñado de tierra en mano, cruzan mi faz punteados de estrellas desde las que observarme 

esa tierra es planeta diferente a lo que había encontrado

mi científico particular va añadiendo sus domésticos descubrimientos como puntos de ignición para sus pequeños tests emocionales, la base de nuevos años 

la exploración avanza en un espacio que se reduce, estudia los hechos significativos con su escrupuloso ojo, identifica la tierra que piso, designa las órbitas que habito y las estrellas que me visitan. Son sus hallazgos una suerte de anunciación silenciosa, y doy pasos en aras de su representación con cualquier textura. La búsqueda es potencia más allá de cualquier sistema

mi masa corpórea es planeta de variable tamaño, inhabitable a veces, trabajosa a cada ahora 

me ubican los años en la luz terrosa del aquí, completan órbitas de antigua iniciación, aceleran días por contrastar viejas marcas reseñando la diversidad de sistemas escogidos. Pero siempre queda una estrella madre al anochecer, quizá fría, distante, pero fiel. Da a mi entorno su unicidad, habitable tierra, masa estable, la posibilidad de mi estudio 

la investigación define la diferente función de los cuerpos, la variabilidad de sus tamaños, sugiere necesidades por comparación, temporales colaboraciones para sus logros, facilitar su habitabilidad 

resultan los descubrimientos en conjuntos que mi pequeño científico manipulará, en redes de información tal cúmulos estelares que se expandirán, puestos de observación del mundo que no había visto, cumbres, llanos, bolsas magmáticas desde las que especular, una sutil endoscopia del alma que desplaza lo antropocéntrico, notable hallazgo

aporta el doméstico observatorio breves capítulos de historia revisada, de imaginativa astronomía, de vasta existencia. Su medida es búsqueda aproximativa, pequeños lugares de comprensión que nos suelen pasar desapercibidos, posibilidades de universo que habitar 

van de la mano avance y retroceso en su espiral, se investigan mutuamente abriendo y cerrando puertas, intentando entenderse sin más asistencia que cálculos y poemas, estudios misioneros en tránsito fractal estirando la sierpe, desenroscándola, un esfuerzo que refuerza las distancias anulando cualquier revelación. Fascinantes detalles nos orbitan sin sistema

puñado de tierra en mano defino los extremos de mi percepción sin garantía alguna de acierto, sigo estudiando el cuerpo interminable con celestial paciencia, juntando bits de información que encuadrar en mi historia 

los puntos de ignición despliegan misiones de crecimiento imitando la constante cosmológica, ampliando direcciones de búsqueda que alivien la emoción primordial de abandono, común arquetipo de la mente sin raza ni género, tan humana. Se hace maná el conocimiento a su apetito indaciable. Da anticipos el universo a quien despierta, pequeños préstamos evolutivos sin permiso del tiempo. Descubres zonas habitables donde parecía no haberlas, rincones de la mente que se airean, misiones imposibles 

deviene cada aspecto del ser una clave a detectar, tránsito en pentagrama nuevo sujeto a tachaduras, rosetón de caminos frente a mi estrella. El movimiento me entretiene con su abundancia de fenómenos, permite a mi pequeño astrónomo observarse en relación, tan relativa. Los años pasados me descubren fértil tierra de cultivo, un significado que se expande 

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