sábado, 14 de diciembre de 2024

Impromptus. Schubert CONFONÍA

son tus similitudes pistas sobre mi propio desarrollo, comienzos de un compás distinto de menor a mayor, aspectos que ahora se destacan sobre un nuevo tapiz de sonido, arpegios del continuum con ambos brazos mansamente desplegados. Se torna el diálogo melancólico, preguntas de elevado registro y su tardía respuesta en un silencio inesperado, el compás recapitula sobre temas ya observados, transita hacia nuevos encuentros, secciones en desarrollo

el momento de la exhuberancia es una pequeña pieza lírica, un último piano al amanecer componiendo vida, una colección de números amaestrados el verano anterior, un otoño allí mismo añadido 

esa obra de los números momentáneos se quiebra en un  rango de compases estirados, un final de sonata sobreexpuesta, una acentuación suma que te conmovió. Me deja una impresión tras el descenso salvaje, el preludio de un recuerdao 

aquel ademán musical me encontrará en forma de conocimiento con ilusión de pasado, la enseñanza integral de un programa excedido, de un concierto de mónadas individuales en repetidas frecuencias

se edita la obra con sus variaciones más difíciles, modificadas melodías y su incidental tema, giratoria rosa de vientos y su romántica moción, vibrantes cuerdas llevándome a través de otras escalas, quebrados acordes, octavas de mediación. Me utiliza la alegría frente al patetismo con virtuosa pasión, áreas me alcanza de corporal levedad, en aquella repetición de frecuencias me acompaña fugaz movimiento

me termina cada momento tras la idea improvisada, remonto el tiempo en primordial soledad sin percibir vida 

obra este número su magia entre piezas ya caducas, proporciona un relumbrante contraste que se hace íntimo, reconoce su propia relatividad con ágiles neuronas interpretando su tema: resulta adictivo. Me repite los compases en léxica progresión, aparente armonía, permisivo tono. Resuena el momento con renovado acorde, revivido contraste, una dinámica conductista que me trae un sol. Tengo en la mano una cadenilla que al viento vibra, lejana melodía 

ha moderado la pieza su inicial entusiasmo, puntea ahora el recuerdo como en balada tierna. Me acompañará unos días, quizás horas, con su tema en fortissima marcha agregándome repetitivos acordes, sumándome variables al continuum, acortando la nota vieja. Usa mi ambivalencia por modular el alcance de mis proyecciones, dar el temple a mis manos que entrelazan su tresillo espaciotemporal. Suena en mi pecho ese clímax lírico que imita naturaleza, sus dramáticos intervalos de pura condensación emocional, su amoroso apaciguamiento donde las notas se estiran hacia el final del tresillo

tu conexión carece de momentos, entras movimiento en tu sonata con un conocimiento subyacente, y reconoces cada partícula sin dejar de sorprenderte, sus más complejas piezas estructurados desde un comienzo que olvidaste. Tienes remotos recuerdos e improvisas patéticos acordes con la ira de tus limitaciones, salpican tu vida de sincopados ritmos en un movimiento descendente que irá formando tu carácter. Serio, llenas de melodías tu hogar, retomas motivos en tránsito desde una tríada incomprensible que extiendesren forma de signo. Movimiento ascendente, van tus manos perfilando la figura correcta 

se acelera tresillo con ruidosas corcheas, convierte el momento en musical literatura, me deja marcas que luego interpreto con caracteres menudos, inapropiados las más de las veces, secciono con gamberros acentos dinamizando su tempo, me anticipo en rítmicas fantasías. Ya retomaré el tema subyacente en la coda apropiada, sin sorpresas, bajo un sol reluciente 

se editará la obra relacionándose contigo en la longitud y tensión que a cada momento decidas, su dramática cascada de arpegios resonándote en la extensión que elijas, los compases y tonalidad que establezcas. Tu melodía es tu piel tocada por la mano de arpegios, devienes cascada en el aire sostenida, una cromática suspensión de tus acristalados reflejos, una climática ascensión. Te acompañará el tema hasta el fin de tus días sin que a nadie se lo puedas probar, tu piel de acordes aferrándose a la vida, su romántica esfera en los atardeceres 
  
da el sol su silencioso canto, un nocturno de radical piano juntando tus manos, tus dedos como tonos de una melodía ancestral , sus arpegios subrayando el canto con sutiles giros armónicos, dulce persuasión de tierra enamorada, un solo pensamiento inviolable carente de similitudes 

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