Peral SIN FONÍA (de los árboles)

te cultivo en la frescura del remonte matinal, remotas existencias me prueban como alimento prehistórico, en mí hallan vestigios de cultivos antiquísimos. En tí articulo la obra del tiempo

eres árbol de tamaño inmenso originando regiones enteras de pensamiento, madera con la que fabricar mundos, instrumento de todo viento

tus especies son frutos comestibles, y te incluyen. Usas frecuencias como portainjertos para las formas cultivadas

tu palabra equivale a cada aparición en la lengua elegida, cada dialecto un encuentro. Refieren mismidad con infinita diversidad, una multiplicidad de cultivos

esos mundos te conocen, y hasta te saborean fruta consumible en la frescura del remonte matinal. Y sin embargo te conservan en el fermento cósmico

fuiste también cultivado crudo en tu historia natural, guisas tus menciones con mieles variadas, tus libros cocinas con especiadas recetas de antaño

siempre creí que el género se originó en las estribaciones de una cadena montañosa lejana, que se extendió a lo largo de otras cadenas evolucionando diversidad, especies reconocibles, la enormidad en cultivos comunales derivando sus dudas entre subespecies, silvestre distribución de formas por los bosques de nuestros relatos, los jardines más nobles. Y me sugieres variedades preferidas en los relatos que llevan tu santo nombre

te supongo certezas de las que carezco, mi superficie interna llenándose de hojas caídas, mis orígenes como fruto de una ardua fabricación. Te supongo una maduración sin límites en la frescura matinal