al giratorio disco me lanzaste hasta deconstruirme, esa otredad con sus pérfidos momentos en la que me acoges, todo por ver en el giro. En tus derivas me inclinas hacia lo más pequeño por inspirarme, me amadrinas, me apadrinas
y me sorprendes con tu masiva mente, todo yo arroyos en permanente actividad sin reducción de espacio y tiempo. Apenas te sigo en esa red donde musical compartes posibilidades, su relación, la imagen familiar con que te capto. Sanguínea me viajas enseñándome el verdadero mérito, animal sensibilidad que nunca me abandona, feliz hogar
me apareces escena mundana, momento que me acoge copando mis sentidos, una oportunidad alternativa entre las cosas, una participación fuera programa, extenso giro de las formas, primigenio ser presencia no contiene accidente, y abres el concierto de las rocas y las plantas con violento trato
debuto iniciático a cada aparición, su tema tarareo como si lo conociera con pasmosa sencillez, nombres le proporciono con sus gramitos de peso, de intérprete le hago de lo femenino a lo masculino, y lugares le alcanzo con mis ojos
nacen esos arroyos a su debido tiempo, parecen separarse y crecer sin dejar de ser madre, se hermanan como cuerdas de guitarra en esporádicas relaciones especiales para dar sus notas, aprender sus temas. Y mudan bajo el grácil vuelo de una bandada de aves en la "estación de los amores" para una nueva gestación: ¿qué fue de aquel arroyo que me dió su tema, aquellos cantos rodados que ahora recorren mis venas? Debuto iniciático entre las cuerdas donde toda guitarra suena, voces, coros, estrellas, el giratorio disco que me lanza
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