Libro de los Aforismos
y otros Ístmicos Barbarismos
Tras el equinoccio de primavera, más allá de esa íntima percepción
interna del animal que siente, o pre-siente, los cambios
estacionales---temperaturas, luz solar, polen, eclosión de plantas y
animales de toda índole...---como una suerte de magnetismo terrestre que
le impulsa, la galaxia entera, nuestra querida Vía Láctea que tan
maternalmente nos nutre de vida y muerte hasta el último poro de
cualquier planeta o ente orgánico con su luz---sostenida por la materia
oscura en un perpetuo perdón de supuestos errores de trayectoria
'vital' (seas asteroide o persona)---finaliza un extraordinario viaje
cósmico por los pliegues espacio-temporales de nuestro universo,
burbujita absolutamente anti-antropocentrista del multiverso, para
trascender la era del sacrificio (Jesús) y seguir al "hombre del
cántaro" (Acuario) como el propio maestro explicitó tras haber recogido
el testigo de anteriores maestros en el tiempo.
Todo seguirá igual
en su apariencia, tu vida cotidiana. No, el cambio lo percibirás en tu
interior que, como aquel señalara, apunta a tu corazón.
Esa
alteración afectará también a tu capacidad sensorial---hasta ahora de
muy baja frecuencia, muy apegada todavía al animal---abriéndola quizás
(sigues siendo libre) a una dimensión más en la vastedad de las cuerdas
vibracionales.
Pasado y futuro, tus viajes mentales intentando huir,
calcular, modificar tu presente por considerarlo imperfecto, incompleto
o insuficiente, cesarán en su intensidad de imágenes y palabras,
juicios y aciertos/errores de percepción (reajuste de la misma): Aquí y
Ahora la eternidad
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