(Tr.Eng-Spa from a Shvoong review)
La historia más triste y posiblemente más horrible de la colección de cuentos contados por los viajeros en la ruta de peregrinación de Canterbury. Virginnius, un caballero noble y respetado, tiene una encantadora hija de catorce años de edad, ingenua e inocente de los avatares del mundo. Un día, el poderoso juez de la ciudad divisa a la chica y decide que debe poseerla y hacerse con ella como algo de su propiedad. Sabe que no puede seducirla o violarla llanamente, por lo que se embarca en una elaborada conspiración para destruir la reputación de su padre. El juez solicita la ayuda de un delincuente local, llamado Claudius, para que haga la falsa afirmación de que Virginnius robó a la niña en su infancia para criarla como suya. El juez, obviamente, cree la evidencia y condena a Virginnius a muerte declarando que la muchacha se convierte así en su propia hija adoptiva por su propia seguridad. Virginnius es incapaz de encontrar una defensa para salvarla y no puede vivir con la idea de su hija sea una esclava del juez. Virginnius mata a su hija cortándole la cabeza. Confiesa su asesinato, (una muerte por misericordia) y el juez lo condena a ser ejecutado, pero a esas alturas los habitantes de la ciudad se han percatado de la conspiración y fuerzan a Claudius a confesar su participación en el asunto. mandan al juez a su propia prisión, donde acaban sus días. Virginnius adopta una postura sorprendentemente indulgente con Claudius y le permite marchar libre.
La historia es bien acogida, aunque el Anfitrión ahora pide que le siga algo más suave. Otros interpelan y solicitan una historia con algún tipo de moraleja. El Limosnero promete que les dará esa historia y se retira a una posada para pensársela antes.
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