(Tr.Eng-Spa from a review by Aliomar)
El tema principal de Soneto 130 de William Shakespeare es el amor, por lo que se le considera un poema de amor. A lo largo de los versos, el orador describe a su amante de una manera poco común, un modo con el que los lectores no están familiarizados cuando leen poesía amorosa. Los poetas escriben poemas de amor para presentar lo hermosas que son sus amantes comparándolas con símbolos naturales de la belleza tales como el sol, la nieve, la primavera, las rosas, etc.. El orador del "Soneto 130" compara a su amante con símbolos naturales de la belleza pero de una manera totalmente distinta. Como resulta evidente al leer el "Soneto 130", todas las comparaciones que el narrador hace no son, sorpresivamente, a favor de su amada. Sin embargo, a pesar de la desagradable descripción, el lector puede aún sentir su amor por ella.
La gente comparte un estereotipo común de los poemas de
amor. El orador en este tipo de poemas tiende a retratar a su amante
como una bella dama más allá de toda comparación transmitiendo así al
lector que el motivo fundamental de amarla es su apariencia y su
encantadora belleza, sin importar cómo piensa o sus comportamientos.
En el poema de William Shakespeare, el poeta no se centra en absoluto en la belleza de la
amada. Por el contrario, enfatiza una y otra vez que no es
bonita ni agraciada comparándola al "sol", al "coral" o a las
"rosas". No usa estos símiles para mostrar al lector su
belleza, sino para demostrar que no la hay ni en sus rasgos ni en su apariencia.
En "Soneto 130", Shakespeare lleva el poema de amor a un nivel más profundo. Al leerlo, el lector concibe que la imagen y las apariencias no tienen el poder de salvaguardar una relación estable. El narrador tiene particular intención de presentar a su amante en esta específica imaginería. En el dístico afirma que a pesar de la falta de hermosura él la ama, no por la belleza externa, que no tiene, sino por su hermosura interior. Esta declaración muestra al lector que el poeta es un hombre que sabe amar con el corazón en lugar de con los ojos. Al escribir este poema, Shakespeare se burla de la forma en que otros poetas escriben poemas de amor. Su amor por las mujeres depende de la apariencia externa de la mujer, cuanto más guapa más crece ese amor. A lo largo del poema, Shakespeare expresa mediante su narrador que dicho amor basado en apariencias, cueste lo que cueste la belleza interior de la persona, resulta superficial y perecedero. Por el contrario, el amor verdadero va por debajo de la superficie, valora a la persona por lo que es desde el interior y no da ninguna importancia a la apariencia.
El poema está
considerado un soneto típico de
Shakespeare. Se compone de catorce líneas y está escrito en pentámetro
yámbico. El esquema de rima del soneto es: ABABCDCDEFEFGG. Otra
característica
importante de este soneto es el "Cambio". El Cambio
es una línea, o más, en el poema donde el tono de voz del narrador o el
tema del poema se altera radicalmente. En "Soneto 130" este cambio sucede en el pareado
donde la actitud del hablante se modifica completamente. El poeta dedicaba
las
primeras doce líneas a criticar a su amante describiéndola de
forma
repulsiva. Sin embargo, en el dístico proclama con inmediatez que la ama
a
pesar de sus críticas a las formas de su apariencia.
El contenido está
intencionalmente planificado por Shakespeare en esta concreta forma y división. El
poema se divide en tres cuartetos y un pareado. En la primera cuarteta cada
línea está dedicada a una comparación entre la amada y un símbolo natural,
mientras que en el segundo y tercer cuartetos cada una de las
comparaciones se extiende para ocupar dos líneas e ilustrar así la imagen que de la
dama quiere el orador transmitir al lector. El dístico de "Soneto
130" tiene gran importancia pues contribuye en gran medida a realizar la intencionalidad del poeta al escribir el poema.
Como acostumbra a ser,
cuando un poeta escribe un poema utiliza recursos literarios que den
forma a sus
pensamientos, sentimientos e ideas. En "Soneto 130", el narrador
describe a su amada mencionando y dibujando sus rasgos. Refuerza las
pinceladas de su amante mediante el uso de símiles y metáforas
para mostrar, en este caso, las diferencias entre la mujer y los varios
símbolos
de la belleza con el fin de dar un retrato lo más fidedigno posible de
la dama. En cada línea de los cuartetos, el poeta introduce dos imágenes
comparadas. Una de ellas es un hermoso símbolo natural, una
exageración si dicho símbolo se atribuyera a una mujer. La otra es una
imagen
de una mujer imperfecta de la que el narrador está enamorado. En la
primera línea, por
ejemplo, el poeta usa un símil para comparar los ojos de su amante al
sol:
"Los ojos de mi amada no son como soles". El narrador afirma que no hay
ningún parecido entre ambos mundos, denotando que los ojos de la mujer
son descoloridos y no brillan (como
el sol).
Para concluir, "Soneto 130" retrata la
imagen perfecta del amor. En su poema, Shakespeare consigue transmitir lo que
tenía en mente. El amor verdadero no se preocupa por el aspecto externo de la
mujer, sino por el interior. Formas y cuerpo hermosos no son requisito
suficiente para el amor verdadero. El amor requiere atención, y también piedad.
Pic: red crossed, The Pic-Poem Book - (K)Eros
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