sábado, 25 de enero de 2014

de El Libro de Ash-Rael [with Om So Hum Choir]


OM SO HUM Mantra

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Sale el sol. Un día más. Y una voz interna, propia y al tiempo ajena cuestiona apremiante, exigente: ¿más?, ¿estás seguro de esa adición?. Y ríe, pero ahí está el sol. Hoy, ahora, el viento sopla fuerte y gélido. Disminuir la velocidad del aire aquí en Marte ha constituido una labor inmensa de ingeniería con esos gigantescos paneles atmosféricos orbitando el planeta para regular la temperatura y evitar los fuertes contrastes que generan esos vientos.
 Y aún así el sol tiene un brillo especial aquí, desde este balcón, sus reflejos de tonos rojizos en las zonas yertas, o las chispas verdeantes que rayan el aire desde los campos cultivados, los invernaderos, los acuíferos. Quizás sea el apagado rojizo lo que atrae esta melancolía matinal, este volver a conocerme en paz con los fantasmas que aún susurran desde la noche. Congraciarme con el rey sol, como buen espécimen solar, es un acto que elijo cada amanecer a pesar de los lastres del sueño, del tiempo, de la materia: 
           
 "¡Oh, Padre incorpóreo! ¡Oh, Hijo hecho de barro! 
  ¡Oh, vibración sutil que nos conecta 
   en incesante comunicación! 
  En tí, padre-madre, hijo-cosmos, 
  vibración de infinitas frecuencias, 
  en ti está todo como en el principio, 
  manifestada densidad infinita: 
  tu elección de conocerte por ti mismo:
  No (te) culpes por ella, celébrala (un día más): 
  No olvides tu origen" 


















 A pesar de este viento helado que me rasga la piel, con él, sobre él, el libre rezo de mi alma que en él se  manifiesta, y en el sol, y en los colores, indistinta, esta unión, o re-unión del ser como unicidad sin exclusión siquiera del gélido desgarro. Personas que aparecen y desaparecen de tu vida cuando más firme parecía el vínculo hasta reconocer en una voluntad impersonal que trasciende la propia una mecánica cósmica impertérrita, insensible, justa. Esa aceptación es dolorosa en la medida que la voluntad personal se resiste, se aferra a lo que percibe como viviente y se confunde con ello, por seguir andando.
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