(Tr. Eng-Spa. from a Shvoong Review)
En la segunda mitad de la década de 1790 Wordsworth quedó muy triste y abatido por varias razones. Para superar esta depresión, hizo un viaje por Escocia con su hermana, Dorothy. Sin embargo, Wordsworth descubrió que no podía disfrutar de la belleza de la naturaleza como solía. No podía disfrutar de la hermosura de los distintos lugares que había visitado en el pasado. Así que temió que Yarrow no pareciera tan agraciado como esperaba. Su temor era en parte debido a que las cosas en realidad no pueden ser tan bellas como imaginamos. Pero también era debido al hecho de que Wordsworth había hasta cierto punto perdido,o temía que había perdido, la capacidad para percibir las lindezas de la naturaleza.
Wordsworth y Dorothy viajaron por
Escocia. Visitaron los ríos Forth, Clyde, Tay y Tweed. Después de eso llegaron a Clovenford.
Allí Dorothy propuso visitar el Yarrow Valley (Valle de Milenrama) a
orillas del río Yarrow. El río y el valle
eran conocidos por su rústica belleza, celebrada en
canciones, poesía y por el boca a boca. Wordsworth, sin embargo, no
estaba dispuesto a
ir a ver la ribera de ese río de tan célebre encanto. No quiso
negárselo a su hermana directamente, por lo que dibujó un bonito cuadro
de las
variadas cosas bellas que suceden en el valle aduciendo que así
permitirían que dichas bellezas sucedieran. Sugería por tanto de un modo
poético muy sutil que si acudían allí, esas bellezas podrían no darse.
Una delicada insinuación de que probablemente allí en absoluto estaban
las bellezas que él había imaginado.
La gente
de Yarrow, solía ir a la ciudad de Selkirk
para comprar y vender. Por
la noche regresaban a casa. Las mozas que habían ido a trabajar volvían
a casa por la noche. A orillas del Yarrow, se alimentaban las garzas,
las liebres se entrenaban al sol y los conejos
cavaban sus hoyos en la tierra. Al poeta le gustaría recorrer el río
Tweed y no ir al Yarrow. Para disuadir a la hermana de su
propuesta, el poeta sugiere una serie de hermosos lugares a visitar---Galla Water, Leader Haughs, Dryburgh, el Tweed,
con sus blancos gorriones cantando, y Tivot-Dale. Habiendo tantos lugares
hermosos para ellos, ¿por qué perder el tiempo yendo al Yarrow? El
hermano mayor le decía a Dorothy que el Yarrow era solamente un río
deslizándose bajo algunas colinas oscuras. La preferencia
del poeta por otros lugares en vez del Yarrow no era sino aparente, no era de verdad.
Sólo buscaba disuadir a su hermana.
Dorothy se asombró de que su
hermano, un gran amante de la naturaleza, pudiera rebajar de esa manera
el primor del río Yarrow. A ella también le entristecía
que su hermano hablara con desprecio del río que ella amaba. Viéndola
pasmada y afligida, el cariñoso hermano se corrigió,
elogió el Yarrow y destapó el verdadero motivo de su negativa. Al
elogiar el río, Wordsworth vuelve a pintar el cuadro del Yarrow que él
había formado en su imaginación. El Yarrow, dijo el poeta, era un río
dulce con hermosas encinas verdes.
En sus orillas, los manzanos que crecen en las rocas se agachaban
esplendorosamente. El poeta desea que crezcan. El
poeta quisiera que los bueyes, las vacas y demás animales domésticos
pastaran en el
prado de Burnmill. Los cisnes flotan en las aguas del lago de St. Mary y sus imágenes se reflejan en las tranquilas aguas.
¿Acaso Wordsworth y Dorothy no iban a ir allí dejando pasar
esos primores? El poeta temía que si iban allí, esas maravillas dejaran de existir.
Wordsworth dijo a su querida
hermana que nunca deberían ir al Yarrow. Que simplemente deberían estar
satisfechos con
saber que existía un edénico Yarrow. El río debía permanecer invisible
para ellos o se arrepentirían. Con los años, Wordsworth
había compuesto un cuadro del precioso río y sus orillas en su
imaginación. Le amedrentaba que el verdadero Yarrow se quedara corto con
lo que él había, hasta esa fecha, imaginado. Quedarían así decepcionados
y frustrados por la realidad. En su vejez, quizá tuvieran preocupación y
ansiedad. Podrían no desear salir de viaje. Podrían sentirse tristes.
Sería entonces cuando el recuerdo del Yarrow podría consolarlos. Para
entonces habrían visto muchos lugares hermosos que probablemente no
encontrarían tan subyugantes
como esperaban. Quedarían así desilusionados. En esos momentos tendrían
el consuelo de saber que la tierra tiene al menos un lugar precioso: el
Yarrow.
Pic: Yarrow, The Pic-Poem Book - Nature
Libro: GRAFEMAS DE LA TIERRA Y EL CIELO
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