Caspar David Friedrich,
The Temple of Juno in Agrigento c.1828-1830
simbolizas la renovación de tu paisaje cotidiano
en reflejos de un alma figurada, apariciones
en planos creativos que íntimamente te llaman,
herencias alegóricas a orillas de un mar imaginario
citas modos, ejemplos que navegan solitario
símbolo por mentes ocupadas, oscuros puertos
en frentes menudas, épocas que restauran significados,
evidencias contemporáneas demandando obra.
Tu rey adquiere las orillas de aquel mar,
el robledal de los años tardíos, la victoria
tendenciosa de tus temas, pictóricos demiurgos
que intensifican los colores de tu casa,
otra obra
poeta nacido conocimiento, escrito viajero
por la romántica constancia de los elementos,
la aparición creativa de tus cuadros mentales,
los significados renovados de la antigüedad,
un traje proscrito en la expresión figurada .
Tratas costumbres, modas, obras abrochadas
a tu frente, arribas, anchuras, abajos, cabezas
del mientras que aparecen cerradas de estilo,
un imperio de brillos y ceñidas transparencias
cabes última postura, persona a través
de las apariciones, cuadro en los puertos oscuros,
edades de la vida, año que se incorpora,
hijo naturaleza representándose tensión, libido
observada luna, y preguntas al silencio
A Walk in the Forest, 1869, Ivan Shishkin
señoreas las estaciones, tus paisajes poéticos
en el bosque salvaje, animales y aves profesándote
las claves del día, una escuela de arte
que te completa pinturas, muertes trabajosas
en cada novedad planetaria, descubrimientos
de un niño astrónomo al que le llevan su nombre
consideras inspiraciones en poemas
salvajes, un norte solitario,
una cima desnuda, una montaña
eres décadas superadas, eres grado fragmentario,
método honesto de lo absoluto
en ficciones de naturaleza, eres arte
del Fue, una encarnación singular del ser,
vida escribiéndose período, revelación, belleza,
vastedad de los esplendores elementales,
pintura que convierte el símbolo en método.
Eres un estudio forestal, un también excepcional,
un grabado de estrecheces asociándose
al movimiento, eres república gimnástica
esculpiendo años, un después académico
graduándose honor, un oro imperial
reflejándose en tu estudio
los años convertidos símbolo pintan
el tiempo, trabajosas muertes, regresos,
ciudades en círculo en acuarelas de feria
Wharfedale, John Atkinson Grimshaw
falleces en cementerios de la luz
donde las colinas legan sus paisajes,
feneces urbe resurgida interés en obras
segundonas, una mitad expuesta a la luz de la luna
desarrollándose galería de posterioridades,
mente del mundo que evita lo sucio,
depresión industrial en los barcos del alma,
en tus muelles de la evocación.
Transcribes nieblas, la bruma precisa
que amaga al espíritu en el frío ropaje
de las mañanas documentadas,
de las epístolas vitales que dejas tras de ti,
diarios de la materia comprensiva, artística vida
Park Row, Leeds, 1882, John Atkinson Grimshaw
dulcificas tu reverso en partes asumibles,
músicas deambulando por tu sala espinal
decorada de juventud, de silencios estéticos
estabas sobre paisajes de fidelidad,
sobre estilos luminosos de la vez,
precisas estaciones suburbiales del alma
remirándose a la luz de la luna, los muelles
de la evocación pincelándose efecto,
permiso, detalle, aspecto de ser,
esa húmeda niebla de la extrañeza
alienándote noche
Portrait of the Son in Workshop (Small Antique Dealer), 1882,
Konstantin Makovsky
mueres causa, accedes calle eléctrica
a una santidad colectiva, tema conocido
como fundación de arte, una creación ambulante
que protesta viajera en su parcialidad,
una psicología artística relacionando los colores
de tu mente, las formas ponderadas, retratos
del aprecio en un juicio superficial,
una otredad visionaria de los precursos
Ciphers and Constellations, in Love with a Woman, 1941, Joan Miro
ves el aquí elemento, realidad confortable
escapándose artista de las maneras,
bárbaro arte que te mira firmamento,
un imaginario huidizo en volátiles lienzos
colocas el pasado delante, un yo soy
pintura, forma parcial, constelación
exactitudes celestes se estrellan símbolo
sobre tu laberinto mental, negritud primaria
de tus graznidos nocturnos, pájaro invisible
de la creación que no cesa
ves pintura el mar profundo del humano
ofreciéndote partícula, una plaga de colores
Portrait of photographer, Christian Franzen, 1901, Joaquín Sorolla
la época se mira atrás
diciéndose por qués, potencia de un arte,
siente las veladuras de cada obra,
juega contigo como espacio, te retrata
ficción sobre el lienzo de los tiempos
empleas procesos de certeza, impresiones
serviles de un arte compartido,
la pasión mundana como magia vitalicia
viviéndote época de prodigios, la ciencia
de los hechos iluminando tu retrato
Dans les bois, 1865, Albert Anker
el padre autor se abandona discípulo,
pintor de los años entre las artes,
asiste obras de regularidad en una jungla
el padre muere casa, vida pasando, invierno
que muda en su estudio pintor
sufres tu propio ataque paralizante,
sigues óleo que te pinta muertes
esculpes entradas que decoren tus actos,
permisivos años de construcción artística
que embellezcan tu universo,
y nombran nuevos
los años pintan niños hacia la vida
como esposa, nacimientos tomados de cada dibujo,
asisten estudiantiles al universo como viajeros
de la vez, conocen las obras del continuum
se cartean padre de todo deseo haciéndose pintura,
primaveras de regreso, dibujo viejo fumándose
vez, una exposición del círculo
te casa hijo de las veces, mujer de bosquejos
que te retratan niño adormecido, fondo
casado con tus obras partes la vida
en colores dominantes, la luz que resiste
erótica en el sentido, un arte localizado
en los harenes de tu imperio vital,
la diferencia pictórica que te imagina
casada con la escultura infinita,
una obra materna
eres cuando desconoces, eres hecho extranjero
a tu mente, una exposición de la memoria,
una juventud de imágenes olvidadas
variando su ruta neuronal, eres viaje
retratas prolíficos retratos de historia
herida, de años reencontrados en galerías
del sueño, inspiraciones viajeras orientándose
entre tus harenes neurológicos
dejas países temporales, estudios
escultóricos del regreso al después
por obra de tu imperio
What is Truth. Christ and Pilate. Nikolai Ge
la sombra que no duerme es un silencio
que no cesa de decirte, ligera arquitectura
de las figuras posesivas, una disposición invertida
de tu percepción presentándose símil,
ejemplo, capilla de huéspedes laterales,
tabla pía de las procedencias
naces origen, migración de siglos, muerte
y niño criado enfermedad, siervo
matemático de físicas universales, un artista
pintas tardes testamentarias que elogian
tu liberalidad, conservas la ilustración
del bien prohibido, la autoría de tus blasfemias
literarias, arrojas de ti el juicio admitiendo
la academia de los años, te expones
arte inacabado
mueres después, mueres figura violácea
en el centro de tu propia obra, dorado
lazo de la suntuosidad, fino
brocado de los interrogatorios extremos,
la enojosa figura que frente a ti se sienta
con una soga en la mano. Tu perfil
figura tonos de cálida policromía
cerrando el horizonte
las figuras obran anatomías y tipos
mentales, repiten la tablas pías
de las procedencias como leve pasión
participativa, un retablo de santidades,
de manos y túnicas sin nombre,
la duda extensa como un taller
de los antepasados adornando la historia
tu fondo preside arcos de luz, una puerta
ulterior apenas entreabierta, ventanas
laterales que observan paisajes y arquitecturas
como árboles frondosos, esa tenue policromía
que pende por detrás de ti, la críptica
geometría de tus escrituras pintando épocas
el destino es cruce de voluntades y misterio,
un trabajo de vidas benefactoras cambiándote
el rostro, un castillo perdido de supuestos,
dibujos coleccionados entre tus manos
vuelves allá historia, materia sin respuesta
escribiéndose hombre, arte del allá,
te haces filosofía
vuelves retrato de prolíficas historias,
mensaje resurrecto, versión de un entonces
en el imperio de tus años
los años vuelven pintura del tener,
sujetos de las frases permisivas, una ciencia
del oro espiritual profetizando imágenes ,
violácea figura en el centro de tu obra
tomando el mundo entre apolíneo y dionisíaco,
una escritura de excepciones
la vez fotografía puntos de partida, soluciones
a tu centro, la luz arqueada de tu fondo
hablándote sin voz el arte
la pintura profesa tu imperio vital,
los recuerdos de un amor inquebrantable
respondiendo a tu solicitud, los retratos
que te llevan el día en su materia
materializas a los demás en una arbitrariedad
inexplicable, una ingravidez creativa
visualizando fábulas irreales
la ilógica de las apariciones deriva
como un río de lenguajes revelación,
la experiencia flota amante musa
de los años
el mundo es infancia vegetal, la arbitrariedad
de un ensueño y su nostalgia
el yo construye mundos secretos, miradas
ingenuas de la inmediatez, coherencias
de lo concreto que se adhieren a tu piel,
una insistencia imaginativa fuera
de toda lógica aceptándose como yo.
sustancia de vida, un viaje intelectual
el momento embarga formas, funde
sustratos profundos de la vivencia, personajes
que arraigan en tus hechos como particulas
de un repertorio vital, imágenes reducidas,
un vocabulario gráfico que se encarna
memoria, olvido de una unidad indisoluble,
símbolo
el poeta de la cabeza hueca
es plenitud del mientras, un otro paterno
que te priva de aquella consigna olvidada
el yo se momifica en el apenas, esa síntesis
que te posee de brillos se emancipa
de lo real, aprende sus rasgos aparentes,
imagina mezclas lógicas del espacio, narraciones
del tamaño que agreden toda ley aceptada,
las enseñanzas que articulan lo diverso
en conexiones figuradas, tu fondo
naces origen, una inquietud de la energía,
naces arte de las estrellas que te llevan
partícipe de toda renovación, naces disputa
exigente que te vincula a la tierra
llevándote condiciones, un peregrinaje
de vuelta
Honfleur, The Old Wharf, 1825, Camille Corot
indicios natales en casas palaciegas
que marcaron lecturas, ilustres naturalezas
manifestando su deseo pictórico al aprendiz,
dibujos familiares que vocean su arte
primeros pasos de las impresiones
rebeldes instituyéndose juventud,
herencia de paisaje, sólida frescura librándote
del sentido, trozos de quizás pincelados
en tus ojos como peldaños de historia
bautizas tus retratos con nombres
funerarios, con años causales, muerte y
sepultura de naciones, de academias,
eres alumno vitalicio de un liceo invisible
tu género aéreo pinta miembros aprendidos,
cultiva paisajes coronarios que preceden
al camino, claros revolucionados por impresiones
radicales de imprecisa fidelidad, una óptica
atmosférica de luces expresivas
tus revolucionadas miradas temporizan
con singularidades, maduran alternancias
fragmentarias carentes de narración,
paisajista del alma viajas frecuencia
en bosques trabados, contraes empeños
de renovación aéreo género
irás vez más allá, aserto del siempre
dándote volumen, un cuadro que atravesara
todos los tonos, toda diferencia
tus bautismos obran percepción, polémica,
poemas críticos al filo de la vida, elogio
vacuo en los salones del ego
ver la luz masiva perfilando los árboles
cada mañana, cerrar el después con los detalles
que se recortan sobre tu pecho
ahondar estilos al ir vez que conoce,
campos gráficos como trabados bosques
donde exponer universos, la adquisición
de partículas que el tiempo subasta
en los salones del ego
volverás vida en los paisajes, itinerante
obra por puentes exponenciales donde los años
eligen miembros aprendidos
hierático clasicismo te ofreces encuadre, ideal
naturaleza que te entiende como universo aparte,
presencia cambiante de figuras fragmentando
tu estar, una recreación de los colores
que te impregna de luces
naturaleza que te entiende como universo aparte,
presencia cambiante de figuras fragmentando
tu estar, una recreación de los colores
que te impregna de luces
en amaneceres crepúsculos de luz difuminándote
campo, íntima sombra, matices del reflejo
solar en los ocasos de tu ánimo. Color, padre,
matices, madre, un telar de tonos vocálicos
que rodeen mi alma. Avanza, hijo, da tu lengua
a los pájaros que regreses al futuro
campo, íntima sombra, matices del reflejo
solar en los ocasos de tu ánimo. Color, padre,
matices, madre, un telar de tonos vocálicos
que rodeen mi alma. Avanza, hijo, da tu lengua
a los pájaros que regreses al futuro
largo viaje de la densidad fascinándote
de luces y misterios, de sones monumentales
pintando mundos en formación, poéticas
cromosómicas como puntos de apoyo, colores
de luces y misterios, de sones monumentales
pintando mundos en formación, poéticas
cromosómicas como puntos de apoyo, colores
coronas paisajes de aprendizaje al observar
pasivo la exactitud natural, una muerte
antigua como destreza del alma
al componer sosiegos, la sólida frescura
tu fidelidad al origen se contempla entonces
sencillo aire, una libertad inexcusable,
pasivo la exactitud natural, una muerte
antigua como destreza del alma
al componer sosiegos, la sólida frescura
tu fidelidad al origen se contempla entonces
sencillo aire, una libertad inexcusable,
la impresión de un largo viaje
serás innovado proceder, un arquetipo
que da su herencia al sentido, una estética
fragmentaria definiéndose todo, un paisaje
pensándose entre tus ojos, frescura diestra
que da su herencia al sentido, una estética
fragmentaria definiéndose todo, un paisaje
pensándose entre tus ojos, frescura diestra
la mirada se acostumbra al brillo, queda
bruñida de los reproches del saber,
bruñida de los reproches del saber,
bebe la buena música de la tierra
Gran cometa de 1882, Jose Maria Velasco
notas ideas viscosas reptando costumbre
por los siglos, tradiciones mitificadas
representándose paisaje por tus geografías,
lugares de consciencia independizándose
del yo, intelectos que se recrean mundo
su poder conceptualiza inteligencias, artes
estrictas que se llevan los lugares
a los valles de la descripción, propone
orden en filigranas de paisaje sembrando
tradiciones, marcas polinizadoras
estrictas que se llevan los lugares
a los valles de la descripción, propone
orden en filigranas de paisaje sembrando
tradiciones, marcas polinizadoras
sucediéndose en la diversidad
su impronta dora imágenes
sostenibles que difunden el verbo, una simpleza
mimética de los frutos de la imaginación.
Meticulosos elementos otorgan singularidad
fisionómica a tu comarca espiritual, cielo cálido,
luz de nubes, montes de observación
interna, espíritu fecundador. Tu estilo
se contempla naturaleza transformándote,
se verifica interior, te piensa tiempo,
meticulosa síntesis de los elementos
mimética de los frutos de la imaginación.
Meticulosos elementos otorgan singularidad
fisionómica a tu comarca espiritual, cielo cálido,
luz de nubes, montes de observación
interna, espíritu fecundador. Tu estilo
se contempla naturaleza transformándote,
se verifica interior, te piensa tiempo,
meticulosa síntesis de los elementos
conocida la simpleza, renaces niño apasionado
de nocturnos mentores, de las formas visibles
que figuran la vida humanamente redimensionada
que figuran la vida humanamente redimensionada
aprendes lo que enseñas al decantarte
hecho, un dominio constante que te mira
de forma creativa, una sensibilidad manifiesta
hecho, un dominio constante que te mira
de forma creativa, una sensibilidad manifiesta
la visión aprehende los elementos, esa paz
meticulosa de de lo panorámico, un eje
de entendimiento que perdona sus errores
meticulosa de de lo panorámico, un eje
de entendimiento que perdona sus errores
sugerir formas compendiadas en la dosis justa,
un lirismo fisionómico de lo peculiar,
significados ideales que incluyeran motivos
por los valles de la descripción, la dosis justa
eras una marina naciente, una latitud
un lirismo fisionómico de lo peculiar,
significados ideales que incluyeran motivos
por los valles de la descripción, la dosis justa
en palabras distinguidas, lugares episódicos
de la mente figurando vidas, el celaje
histórico profanado por las nuevas mitologías
puedes ver la aprehensión consciente, la obra
inscrita en tu dorso desnudo como un discurso
científico que ideara identidades, la arqueológica
de la mente figurando vidas, el celaje
histórico profanado por las nuevas mitologías
regálame maneras que luzcan invención
en imágenes arcaicas, dame ritos honorables
con un sincretismo visionario por el valle
que tu alma surca con velas desplegadas,
dame vías por símbolos, mánchame urbano
con síntesis absurdas por el valle de las dudas
en imágenes arcaicas, dame ritos honorables
con un sincretismo visionario por el valle
que tu alma surca con velas desplegadas,
dame vías por símbolos, mánchame urbano
con síntesis absurdas por el valle de las dudas
puedes ver la aprehensión consciente, la obra
inscrita en tu dorso desnudo como un discurso
científico que ideara identidades, la arqueológica
presencia de tus lugares ancestrales escogiéndote
episodio por el valle de las ilusiones
cortés naces ascendencia en un mar
episodio por el valle de las ilusiones
Edouard Cortes - New Bridge/Boulevard de la Madeleine
cortés naces ascendencia en un mar
cercano, cortés habitas el ser como realidad
que te envuelve en tus años, belleza
primera rotando crítica en preguntas
primera rotando crítica en preguntas
del sí mismo conociéndose poema,
totalidad escénica desarrollándose paisaje,
urbe, sistema nervioso cósmico de infinitas variantes,
luz de estaciones de una paz iniciática,
la alternancia herida como arte
cortés cedes honores mundanos, causas,
convicciones inmovilistas, sencillo círculo
de la belleza primera que muere palabra
entre los galardones, prestigio en calles sin nombre.
Cortés robas galerías emocionales tras
Cortés robas galerías emocionales tras
el tiempo llevado por la división,
pérdida escénica en las calles sin nombre,
artículos mutilados por una mano de arcilla,
orígenes familiares exhibiéndose patéticos
desde el interés que apaga la luz de las estaciones,
prolífico hurto de la belleza primera
cortés acompañas la muerte
cortés acompañas la muerte
como una música de los volúmenes
a la escucha del sí mismo
recibes segundos de oro en universos
solitarios antes de su muerte,
galardones de honor en artísticos seres
sepultados obra magnífica de su tiempo
conoces sin saberlo presencias poéticas
que admiran críticas el talento en tus salones,
las décadas que se pintan número
en las formas que recibes, en las impresiones
que plasmas final de una vida, de aquel universo
solitario que viaja ahora inspiración
viajas paisaje y costumbre, viajas calle y mercado
en temas del entonces, viajas costa
intercalándote irregular en los salones
de otras almas, estancias fulgentes
donde la vida aprende a conocerse,
la amistad de lo inamovible.
Te rindes a ella en homenaje, una gratitud
silenciosa que sobre los paisajes se reune
en exposiciones nocturnas
trabajas genios inabordables que mudan
su luz infinitesimal en marcos que se quiebran,
artísticos seres de leve exposición
a las noches de luna llena, ánimas
iniciadas en los corredores de un tiempo
sin espacio, no hay materia en su trasladarse
naces recurso del movimiento, impresiones
a bordo de sentidos pilotados por vínculos
celestes, un mar de ánimas liberadas
Seascape, Warren W. Sheppard
The Bay of Douarnenez, 1897, Eugene Boudin
solitarios antes de su muerte,
galardones de honor en artísticos seres
sepultados obra magnífica de su tiempo
conoces sin saberlo presencias poéticas
que admiran críticas el talento en tus salones,
las décadas que se pintan número
en las formas que recibes, en las impresiones
que plasmas final de una vida, de aquel universo
solitario que viaja ahora inspiración
viajas paisaje y costumbre, viajas calle y mercado
en temas del entonces, viajas costa
intercalándote irregular en los salones
de otras almas, estancias fulgentes
donde la vida aprende a conocerse,
la amistad de lo inamovible.
Te rindes a ella en homenaje, una gratitud
silenciosa que sobre los paisajes se reune
en exposiciones nocturnas
trabajas genios inabordables que mudan
su luz infinitesimal en marcos que se quiebran,
artísticos seres de leve exposición
a las noches de luna llena, ánimas
iniciadas en los corredores de un tiempo
sin espacio, no hay materia en su trasladarse
naces recurso del movimiento, impresiones
a bordo de sentidos pilotados por vínculos
celestes, un mar de ánimas liberadas
Seascape, Warren W. Sheppard
verdosa con tu jersey hecho a mano,
vivías área de estíos como una cripta
de los mares, un reencuentro acuático
tras islas de aprendizaje, un arte movedizo
asentándose alma entre los avatares,
la vibración sanadora que se expande
desde el origen manantial
que abriera los portales maternos
esbozabas escenarios de traicionera arquitectura
esbozabas escenarios de traicionera arquitectura
sobre los planos de lo inusual
te exhibías cuerpo de luna naciente
te exhibías cuerpo de luna naciente
desparramándote lácteo sobre los océanos,
el diseño ancestral de un ingeniero desconocido
eras marina latente, muerte
que navega los reflejos nocturnos
Fra Turen Til Notodden, Theodor Severin Kittelsen
la lluvia antigua da hogar a tus rutas,
viste de lagos tus montes sirviendo
paisajes privados, tallas del alma
que como un mural copara tus ojos,
dibujan niños que se evaporan
ser nuevo es, conoce pero no sabe,
ser nuevo es, conoce pero no sabe,
razona nombres, registra lluvias
vio la lluvia medida artística
vio la lluvia medida artística
que fenece entre los años,
arte del ser que inspira naturalezas,
arte del ser que inspira naturalezas,
ilustración legendaria del orden estacional
mudas, das hogar a la lluvia, cercas
los años con arte lugareño, este tiempo,
este folklore ilustrado que recopila
estaciones, los cuentos de un troll borracho
estudias fugas, regresos ficticios,
la naturaleza inspirada paseándose
en el mural de tus ojos, este tiempo
feneciendo entre los años, tu hermana
como un faro lugareño escribiéndote poemas
mientras los niños se evaporan
naces provincia de las tardes
dibujándose entre las nubes
The suckling child, 1894
tu luminismo estiliza los siglos, surge mediación
mudas, das hogar a la lluvia, cercas
los años con arte lugareño, este tiempo,
este folklore ilustrado que recopila
estaciones, los cuentos de un troll borracho
estudias fugas, regresos ficticios,
la naturaleza inspirada paseándose
en el mural de tus ojos, este tiempo
feneciendo entre los años, tu hermana
como un faro lugareño escribiéndote poemas
mientras los niños se evaporan
naces provincia de las tardes
dibujándose entre las nubes
The suckling child, 1894
Ex-voto, 1892
They Still Say that Fish is Expensive!, 1894
Joaquín Sorolla
tu luminismo estiliza los siglos, surge mediación
entre tendencias, proyecta espacios de una luz
travesera pincelando las almas
impresionas arterias y venas sin propósito alguno,
impresionas arterias y venas sin propósito alguno,
radicalizas los colores en fundidos gruesos,
defines la visión del cambio. Impresionas
el interior de los cuerpos
con tus realidades lumínicas
estilizas el nacimiento de los años,
estilizas el nacimiento de los años,
posteridades propagándose en las impresiones solapadas,
el nacimiento de todo arte plasmándose
el nacimiento de todo arte plasmándose
en períodos, luces que desembocaran
color en los países, especias de claridad
proyectándose ser entre los elementos,
reflejos de humanidad
virginal fundido coloniza las almas
independientes, lugares nuevos, el libre acontecer
de tus migraciones interiores, vida
entre los siglos estilizados, siglos extranjeros,
orígenes despoblados, naturalezas artísticas
que proveen al mundo viejo de crisoles
para los nuevos fundidos. Lumínica observación
imagina temas, paisajes, una belleza nueva,
significados puros del comienzo
vives cruciales desarrollos de la historia,
los cambios de sentido, la revolución
de una nueva búsqueda, de respuestas
sin esencia, los apuntes filosóficos de la otredad.
Y te lanzas tú mismo respuesta, lugar
de identidades ilusorias ajenas al sí mismo
con la transparencia de un niño audaz
pincelado amor que fluyes color
pincelado amor que fluyes color
desarrollándote especie que tinta la oscuridad
en sus filosofías de inquietud
legas centros mitológicos, asideros
legas centros mitológicos, asideros
de una verdad perecedera como ámbito,
la obra imperecedera de tus días
la bruma melancólica figura paisajes,
Port Collioure, Henri Jean Guillaume Martin
la bruma melancólica figura paisajes,
el misterio de símbolos abisales
obrándose en íntimas liturgias,
lecturas que suscriben tu melancolía
participas de la gnosis arcana
participas de la gnosis arcana
en el salón de las rosas, cruzan
tu paladar capitolinos decorados, sorbes
años de rendición palaciega
teñido de poesía, caminas los paisajes
teñido de poesía, caminas los paisajes
como un misterio, rocías la atmósfera
de secretos, de espíritus antiguos
que serenan tu paso, compones el aire
de profunda alegoría, de ideas mundanas
andando de puntillas sobre la broza,
donde tus palabras mueren
en la cruz del pico una legión cabalga
donde tus palabras mueren
Poet, Henri Jean Guillaume Martin
en la cruz del pico una legión cabalga
de nombres, fallecen título de algún arte bello
lleva el museo los nombres, palacios
lleva el museo los nombres, palacios
del verbo en conserva, cromáticas arqueologías
sin fondo de los grafemas
la mañana nace calle, padre augusto
la mañana nace calle, padre augusto
burilando un ébano afilado, nace madre
criando la constancia de lo orgánico
fallece arte bello, fue amante
fallece arte bello, fue amante
de la gracia viajando poética
hacia sus revelaciones, una impresión
espontánea que teorizara su estilo,
un pincel de las formas pequeñas,
la luz de cromáticas arqueologías
investigabas la blancura detallada
recopilando la obra de las formas
esquemáticas, los reflejos elementales
que ilustraran tus almas renacidas.
Hacías historia de volúmenes humanos
escribiéndose en los desiertos
has relacionado años visionarios
recreando las muestras del delirio,
sombríos bosques, ruinas, el caos
de nuestras visiones acusadoras.
Proveías a la naturaleza de reminiscencias
reveladoras, teorías de lo sublime
Paradise Lost, Gustave Doré
investigabas la blancura detallada
recopilando la obra de las formas
esquemáticas, los reflejos elementales
que ilustraran tus almas renacidas.
Hacías historia de volúmenes humanos
escribiéndose en los desiertos
has relacionado años visionarios
recreando las muestras del delirio,
sombríos bosques, ruinas, el caos
de nuestras visiones acusadoras.
Proveías a la naturaleza de reminiscencias
reveladoras, teorías de lo sublime
naces litografía sobre el aún
cobrándose tu juventud atemporal.
Te abren las obras puertas
Te abren las obras puertas
por donde el graznar de los cuervos,
fructíferos viajes que dilataran el tiempo.
fructíferos viajes que dilataran el tiempo.
Cronificas tus estancias doradas
donde el mundo se ilustra de experiencia,
de las geografías vitales
has implicado átomos ganchudos
que pasan próximos a tu piel
como libros de peregrinaje: gustas
de los hechos silenciosos, de la riqueza
existencial acusada de inverosímil.
El arte de lo cotidiano te fantasea
microparaísos que se pierden
en un abrir y cerrar de los ojos, idilios
de totalidad obrándose en pequeñas
comedias de lo divino, te versionea
ligero de forma tus apariciones
falleces en cada brevedad
falleces en cada brevedad
sepultándote en los cementerios de palabras
has dotado de imágenes la esencia
de lo clásico, pozos de fantasía
que se vierten en lo social
como viaje. Tu peregrinaje
es un texto dorado en la blancura
detallada, las imágenes irreales
de los suburbios de tu alma,
las lúgubres visiones que te ocultan,
los ejercicios de la fascinación
hacías fotos en sepia como dorados
braceos con lo personal, los nombres
de tus nacimientos como estrago.
Y fallecías de nuevo creyéndote
de tus nacimientos como estrago.
Y fallecías de nuevo creyéndote
la causa de ti mismo, la muerte
de tus lugares, una sepultura de palabras
sin nacionalidad ni origen conocido,
tu familia, tu pareja, tu educación
tu familia, tu pareja, tu educación
en liceos del aire sin género,
tus historias de los volúmenes humanos
en pinturas de galaxias que se hermanan,
los enigmas fabricados como acicate
los enigmas fabricados como acicate
ilusorio para los caballeros de la mente
dorabas los estragos del artista
dorabas los estragos del artista
esculpiendo países quijotescos
de un ingenio a corto plazo,
de manchadas comedias de lo divino
imaginándote lector, artista, un teatro
del ellos y del ellas entre los siglos
te versioneabas lustroso en las galerías
de lo cotidiano, las callejuelas de una blancura
detallada, retratos del plasma resultante
de las infinitas colisiones de nuestros microorganismos
contemporizas con tus impresiones,
Odilon Redon
Underwater Vision, 1910,
Buddha Walking among the Flowers, 1905,
Christ in Silence, 1897
contemporizas con tus impresiones,
un sino de gustos idólatras, trabajas
sobre blanco y negro los colores
como un príncipe renacentista atrapado
por el arco iris, símbolos supuestos
del sí mismo. Empezaste murientes obras
en tu floral naturaleza, volcanes
del sueño azaroso, y más allá
de los límites del mundo
naciste del vino, de sus corrientes
naciste del vino, de sus corrientes
subterráneas preconizando ignotas realidades,
retratando museos como años,
personas del ser sin nombre; naciste
retratando museos como años,
personas del ser sin nombre; naciste
oronda primavera de las flores
avinatadas feneciendo en tu sepultura,
nación de familias vegetales educando
a sus alumnos pintores, sus movimientos
simbólicos ocupando los conflictos.
Tus miembros son siglos indistinguibles,
legiones del honor artístico
pretendías arte de lo invisible,
nación de familias vegetales educando
a sus alumnos pintores, sus movimientos
simbólicos ocupando los conflictos.
Tus miembros son siglos indistinguibles,
legiones del honor artístico
pretendías arte de lo invisible,
su riesgo de símbolo cegador extirpándote
los ojos, un mundo de onírica apariencia,
desapariciones ancestrales como ánimas
de la forma, humana pesadilla
pero significabas silencios, obra
pero significabas silencios, obra
intraducible, palabra feneciente
sobre tu sepultura, la indeterminación
cuántica de tus experimentos, la sugerencia
significativa describiendo misterio,
principios herrumbrosos que escapan
de la naturaleza percibida, de toda época,
un arte desacostumbrado a la cabeza:
sajabas los bustos pétreos
de donde colgaban arañas sonrientes
yace en ti lo inmóvil surcado
yace en ti lo inmóvil surcado
de impresiones, artificiabas los cursos
subterráneos del todo como un amante
literario, un poeta de la historia,
literario, un poeta de la historia,
viviente mito materializándose ciencia,
arte de los reflejos referenciales
sumando imaginaciones, cuadro
de la mezcla cromática de realidades,
de ficciones vigilantes del sueño,
de consciente e inconsciente acechándose
así la fantasía como un caballo blanco
así la fantasía como un caballo blanco
mezclándose con el gentío, pagana
ciencia de los animales imaginarios, industrial
maquinaria de los iconos poéticos
sobre la corriente subterránea, el vino
primordial derivando en mística extravagancia,
en claves de futuro suscitando realidades
los años cultivados se matizan
los años cultivados se matizan
más allá del blanco y negro, te van
rondando litográficos con lumínica ganancia.
Sí, te alcanzan como leves acuarelas,
como temas oleaginosos del ser
ensimismado entre los mitos, partículas
alucinadas de una visión interior
obras inicios en tu épica curiosad,
obras inicios en tu épica curiosad,
te opones a las corrientes impositivas
que dominan las épocas, a la impresión
general: experimentas el color
desde lo extraordinario, dibujas
mismidad llamando a los orígenes
por dar vida a tus flores fenecientes,
das maneras humanizadas a lo inverosímil
como leyes verosímiles, pones
posibilidades al adentro
con una ilógica invisibilidad
admirabas ciertos pozos literarios
admirabas ciertos pozos literarios
que te ilustraban sobre la oscuridad,
leías en la amistad la estrechez
de toda ciencia, estudiabas la osteología
como evolución mortífera de los reflejos.
Sí, en el cultivo de los años fundabas
arte como independecia del poder,
hasta exponías tu propia libertad
como separada de él en los salones
de la estupidez. Sí, ese cultivo
oficiaba las migajas de tu vida.
Obras el después como símbolo,
acuarela leve de tus flores feneciendo
has biografiado tus formas esculpiendo
has biografiado tus formas esculpiendo
las anónimas guerras de tu ser,
un álbum de ríos novelados bajo tierra,
el culto a tus años sin nombre,
a tus apariciones decadentes.
Brindo por ello con el vino salvaje
estrechos disociados de tus movimientos
Alley of the Summer Garden in St. Petersburg, 1869, Ivan Shishkin
estrechos disociados de tus movimientos
mentales, divagas perezoso en tu república
de grados y de líneas, en tu gimnasio
de grados y de líneas, en tu gimnasio
de los estudios escultóricos, tu arquitectura
mental, esa escuela de los años, un imperio
de las artes santificadas por el oro
del espíritu, por todo lo ulterior.
Y lo anterior
tu santidad vive el tiempo
Y lo anterior
tu santidad vive el tiempo
como un trabajo imperioso, un arte
del regreso, un círculo de itinerancia
acuática partícipe en el todo,
tu exposición al mundo
eres planeta descubriendo astrónomo
eres planeta descubriendo astrónomo
otros planetas, su atracción, su masa,
llevas los nombres que fragmentan
en método tu visión, pintas tu búsqueda
de absolutos por engullir naturaleza.
El arte del regreso encarna
nuestra singularidad como un lema
del vacío, ser vida artística obrándose
revelaciones, una belleza que esplende
su vastedad por las planicies de tu alma.
Tus métodos encuentran períodos,
desarrollos formales del símbolo,
naturaleza muerta, poemas de inspiración
salvaje y solitaria. Se desnuda
ante ti la montaña en tardes de conversión,
sus miembros como restos de tu imperio
profesándote sus colores de tiempo
en los paisajes de su escuela
has coleccionado artistas en las galerías
has coleccionado artistas en las galerías
de tu alma, has pintado las columnas
analíticas de tu mente, naturaleza
muerta de tus florestas artificiales
dibujándote el rostro, grabando tu alma.
Eres dueño de las estaciones, resides
Eres dueño de las estaciones, resides
en el sur y en el norte de tu santidad,
allí donde tu análisis no llega,
donde se pintan los paisajes oscuros,
frondosos, donde tu poética es bosque
salvaje, animal y ave de lo ignoto.
Sigues nombrando muertes como cuadros
tus calendarios son lúgubres gobiernos
tus calendarios son lúgubres gobiernos
fundadores, una exposición itinerante
eres dueño, eres aldea del sur
eres dueño, eres aldea del sur
y del norte donde tu santidad
se viste de paisajes, de hallazgo
repentino, de muertes frente a tu caballete,
de cuadros como monasterios estelares
tu república de los grados y las líneas,
tu república de los grados y las líneas,
seno y coseno de antiguas raíces
sin etnia, sin tierra, padre que comercia
con los años instituyendo el abandono
como escultórico estudio, la arquitectura
regenerativa del tejido cosmológico,
la forma como tiempo, el imperio
de las artes santificadas por el oro,
allí donde nace la materia. Grados,
líneas doradas atravesando gráciles
tu vida, tiempos complementarios
en el arte del regreso. Y regresas
en tu circular itinerancia a las aguas
de la madre, a los años como piezas
de rompecabezas, grados, conversiones,
desnudos los miembros de tu imperio
tiñéndose de luces, de catedralicios tonos
del color y del sonido, talleres
del alma revelando sus paisajes
en la escuela de una anciana santidad
partícipe en el todo te expones
a los mundos con el arte de los universos
aquea columna, dórica, jónica como análisis
aquea columna, dórica, jónica como análisis
y síntesis de la naturaleza: adquiriste
la grandeza de tu propio cosmos,
y la oscura frondosidad de tus paisajes,
vida artística obrándose revelación.
Esa grandeza no tiene dueño,
poética transhumancia de tus estaciones,
tu trazo oriental retrata amoroso
las costas pictóricas del conocimiento
contienes vida, una espina antigua
que te urge como carbón encendido
en el papel ardiente, ovales lienzos
ungidos con las premuras de tu espíritu.
Tu trazo fundaba metrópolis sin nombre
Tu trazo fundaba metrópolis sin nombre
como accesos de saber, escenas
cotidianas de tus gentes cercanas
con sus pequeñas prominencias personales,
tardíos maestros del arte de la vida
¿recuerdas cuando cabalgabas libre
¿recuerdas cuando cabalgabas libre
de todo fugitivo pensamiento? Describes
el pensar esclavo de cada amanecer,
parcelas tus actos como agentes
de destino, te apropias de la distancia
con la luz que emanas: líneas
que como un niño trazas a tu frente
de la mano siempre de mujer
soñada. Te mira desde la eternidad.
Sin ella, sombras de incertidumbre
se proyectan sin curación posible.
Has cosechado momentos como luces
internas abriéndose panorámicas,
Has cosechado momentos como luces
internas abriéndose panorámicas,
has capturado lugares y gentes
en tus parcelas de destino elevándose
como ruego
cabalga, huye de tu esclavitud
cabalga, huye de tu esclavitud
mental sobre el papel ardiente
apuntala tus tiempos de buenaventuranza
apuntala tus tiempos de buenaventuranza
en duradera observación o cimiento
tu obra pastorea entre lecturas,
tu obra pastorea entre lecturas,
presume capítulos de tristeza,
de prontas posibilidades, de emancipación
mística, de oscuros éxodos por valles
solitarios, de claves para un nuevo avance
naciste amoroso trazo de niño
naciste amoroso trazo de niño
augusto, de calle apacible, de maestros
tardíos poseedores de una fraternal
autoaceptación, de serviles años
a las pictóricas costas del conocimiento.
Frutas puntiagudas colman tus islas
varías color al reflejarte, invitas
varías color al reflejarte, invitas
a la mirada a contemplaciones
ancestrales por retratar tus símbolos,
por relacionarte invisible, por enriquecer
al niño con tus puertas
de salida, tus árboles sin tejado.
Propones percepciones alternativas
que apoyen la oblicuidad de tu mundo,
una alegre suficiencia espiritual
la esclavitud de tu pensamiento
la esclavitud de tu pensamiento
oscurece la vida, papel quemado
completabas guerras complejas
completabas guerras complejas
contra tu propio análisis, interpretas
longitudes, la escolástica descripción
de tus movimientos con la urbanidad
de todo un sistema filosófico, apacible
calle de las esclavitudes, doméstico
saber de las pequeñas canciones
cotidianas. Has plantado vida
en cada actividad como un ruego
rama paterna a tu izquierda,
rama materna a tu diestra,
eres siempre brote joven como espina
del árbol que se enciende. Suenas
y resuenas en la danza de los niños
bajo su mirada eterna donde me abismo.
Oyes su paso a veces, el umbral
en las puertas de salida, se retuerce
el mundo en tus éxodos oscuros
figurando cuerpos. Arriba, ventanas
opacas ocultan la piel que supo
la noche como un ruego
me dejaste deberes y pánicos,
retratos del nunca intransferibles
eras una artista de vida especulada,
eras tiempo cambiante mirándose
en mis costas, vacua certeza
de la intimidad, tu soledad retrato
de las escenas cotidianas, gentes
cercanas habitando mis bahías
era sentido diurno haciendo camino
como el carboncillo sobre el papel
ardiente, un desfiladero de segundos,
de centímetros encendidos sin historia
binario contraste, el uno es cero
binario contraste, el uno es cero
y uno, él y ella, ramas opuestas
que se encuentran, una composición
oleaginosa abandonándose al tiempo
me visitas como una frontera
bordada de lagos, un viaje de los desencuentros
poblándose de guías espirituales
poblándose de guías espirituales
eras una artista de inicios y aprendizajes
litografiándome el alma, un patrón
paterno que gobernara en mis costas
señalándome los faros nocturnos,
un oficial de obra reparándome desperfectos,
un navío circulando por mi hígado:
traías las calles apacibles, blancos
hogares de lo inamovible
era inquieto movimiento, un desfiladero
de colgantes retratos sobre la arenisca,
una probabilidad inabarcable en el regreso
retratas materia inclusiva, riqueza
figurativa desprovista de nombre,
tu individualidad conocida en la rutina,
una escena que se pinta a sí misma
con los leves cambios del día a día
retratos del quizás estereotipándose
como realidad, apuntes de tu rostro
en otros rostros reconociéndote,
detalles movedizos como lagos de frontera
la luz te atiende como fuente
de microrrealidades, recurso de formas
estudiando materia, lo que no es
sí, tu obra pastorea en las cosechas,
arándanos y fresas en la boca, puntiagudos
frutos de tus islas picoteados
por las laboriosas abejas del saber,
hidromiel en lienzos sin género
procesando información desconocida,
mapeando la obra de la inmensidad
tus muertes fueron verdes bosques
atravesados sin forma, portales
sin lienzo ni papel cortesía de los cielos:
no había estilo, ni realidades, ni materia,
sujeto y objeto fundidos en sumaria
ejecución despedazado el carboncillo.
No había arte, era un punto
de partida. Sí, tu obra campa
entre los arándanos y las fresas puntiagudas,
una isla indígena de la emoción pura,
sonido y furia de inaprehensibles lontananzas
tus miembros ligan como la mayonesa,
saben a éter, casan con mi entorno
me visitabas, sí, hermana entre lecturas,
indígena tierra de intimidades
atravesada, frecuencias cromáticas posando
en mis sentidos, viaje centrífugo
hacia mis propias puertas de escapada,
un monumento hecho de islas
fuiste mar, fuiste el más allá, centro
y fuga de todo arte, eres vida
regresando obra retratista
regresas llamada, blanco hogar, patio
trasero desbrozado, un huerto de frutales
te miran los siglos, y eones de vacío
con el flemático frío de las estrellas
viejas, te mira un final pintado
en tu frente sobre líneas, regresas
como un ruego
Grey Line With Black, Blue And Yellow, 1923, Georgia O'Keeffe
de prado y sol, cálices aromáticos van
trotando por estas eras maternas,
vigorizan todo por quien nombres,
eras conde de oblea y vino
toda hierba se solaza de fe llena
toda hierba se solaza de fe llena
como una artista especializada
en los paisajes del sol, una madre
asistiendo al sagrado corazón
asistiendo al sagrado corazón
de las cosas, un huésped traído
del más remoto vecindario. Quedas
virginal en esa fluvial fraternidad
y mudas arte en tu matrimonio
y mudas arte en tu matrimonio
creativo, abstraes formas genitales,
una hierba fresca negando consistencia,
una sexualidad alimenticia tomando
tu tallo, retratándose nacimiento.
tu tallo, retratándose nacimiento.
Tu casa de prado y sol te une
al tiempo, falleces herbáceo
al tiempo, falleces herbáceo
por el jardín trotando como un cónyuge
asilvestrado, un lerdo elemental
en los ciclos del universo.
Míralo, te columpias virginal
en ese río de las fraternidades,
asilvestrado, un lerdo elemental
en los ciclos del universo.
Míralo, te columpias virginal
en ese río de las fraternidades,
esa ligazón artística de los contrarios.
Acosas a las moras y arándanos salvajes,
habitas las pinturas lanceoladas, globosas
moviéndote el alma en sus bodegones,
Acosas a las moras y arándanos salvajes,
habitas las pinturas lanceoladas, globosas
moviéndote el alma en sus bodegones,
la floral abstracción de tu mente
femenina sobre el paisaje de tus miembros,
ciencias menudas, letras distinguidas
compadreando en las arbóreas academias.
Presides una libertad sempiterna
comienza el abrojo su arte, eneldo
serio instituye sus lecciones ilustrando
el paso estacional, enseñando tiempo;
te estudia cada verano entre tus filosofías
creándote temas de causa y efecto:
"si todo cambia forma a tus sentidos,
¿qué se te escapa inamovible?
¿Qué Es?", susurran sus lacinias
de seco amarillo. Y te acercan
su arte como acuarelas virginales,
dramáticos dibujos de la abstracción.
Llevas su maestría al columpiarte
has servido a esa emisión anciana
sellando armonías inexistentes, parajes
oscuros de celidonia y aciano invasores
reverdeces en nuevas inspiraciones
para pintar los cráneos de civilizaciones
antiguas, la muerte de lo cambiante,
luisa fresca de tu fe en las semillas
tu muerte fue una impugnación
tras la voluntad amagada, un patrimonio
de haceres y planes, de sucesos cerrados,
un hogar fantasmagórico como tema
donde la montaña te pertenecía,
un legado de esplendores en la hierba
alojándose entre las estrellas
hierba húmeda haciéndose leyenda
como espíritu que vagara por tu drama,
audaz singularidad explorando la abstracción,
ese pasar de los elementos como realidad
aceptada, como mundo, la belleza
de tus ojos impregnando imágenes
y grafías, mudando en tu matrimonio
creativo, pagando cuerpo su precio.
Húmeda hierba reconociendo biografía
tus lecciones de humildad claudican
en el Ello vigilante, te estudian
desde banderas de ansiedad y tiempo
insustanciales bienes lucran vacíos,
seco abrojo inaugura materia, propiedad
histórica, naciones como museos
compras despueses que sufran
de inmediatez, muertes novedosas
enterrándose ceniza en sus principios,
y mudas de permanencia a nuevos pasados:
el tiempo es un hogar fantasmagorico
voces herbóreas estudian tus posiciones
febriles dejándote casto y ungido
de libertad sobre el lago de la creación.
Mientras, la ciudad y sus galerías
administran futuros, vanguardias en quiebra.
Estabas, creabas desde la mímesis
inconsciente, formabas Ello en olor de
trementina, enfermabas de mundo
enseñando tus febriles posiciones.
Y eras sin embargo virginal
fosilizado efigie en tu hogar fantasma,
la hierba numerosa y la tierra
húmeda te redescubren insecto
el universo vehemente faculta
tu aprendizaje, se entera de tus ideas
como un instructor desenfocado, estabas
desorientado en tu experimentación,
te alejabas primaveral de lo aprendido,
enseñabas pues un pensamiento
fundamentalista en las fauces del movimiento.
La hierba tersa te dedicaba sus acuarelas
de invierno, su universo virginal
cuidan tus manos el barro circundante,
te enseñan pastizales donde reescribirte,
te regresan a tu humilde fragilidad
al final del día. Mudas cónyuge sin años
diseminando tus cenizas sobre el cuerpo
de deseos en tierra ahíto, tu hogar
el viaje de los gozos varía
su curso, irisa en otro orden
los valles y portales de la mente,
enseñan el amarillo del abrojo
en los benévolos veranos
enseñas lo que aprendes gira
como un vuelo columbiforme
completándose en abstracciones novedosas,
en sensaciones arborescentes sobre
la hierba húmeda. Dices de galerías
urbanas, de cosas que tiempo se alargan,
te muestras columbiforme sobre los años
no conoces, piensas menudeces espinosas
que te retraten la especie, silencios
imaginarios que te revelen
los contornos de la hierba
enfermabas de mundos sufrientes,
de colapsos pictóricos en tu hogar
fantasmagórico, visitabas los años
como acantilados que colorear
con inspiraciones prestadas, como paisajes
mentales de las buenas intenciones.
Visitas hogares del símbolo poetizando
las plantas alucinógenas sobre la hierba.
El viaje de los gozos acampa
de nuevo en los parajes oscuros,
la menudencia de tus pensamientos
en los portales de la mente
adicionas principios a la cabeza,
departamentos normativos que van
secando la acuarela, vibrantes
vistas que se apagan como ocasos.
Ponen los amaneceres nocturnas
por diseñarte una verdad fugaz,
la acuosa sensación de un azul
pulsante que iluminara tu horizonte.
Dibújase la hierba al carbón rotunda
vivías la ciudad en adúltero caos,
rugosos distritos cuarteados por pandemias
de asfalto y hormigón, imágenes preciosistas
terminando en soledad, la eliminación
de todo énfasis en el significado
cosificándote sobre sutiles temores.
Se vendían emociones por minuto
en la subasta del mundo
fueres retrospectiva, tus galerías
te arrastraban en esa exposición
fotográfica, desnudaban tus sensaciones
por retratar fragmentos de ti,
su dolorosa equidistancia, tu mirada
como un perpetuo interrogante sin vida
aceptabas esa muda constante
del tener pero evocabas un centro,
un iris estelar que negara tu insignificancia,
la validez de tus interpretaciones
en los años de divorcio creativo
te esposabas a restos vitales, una colusión
destructiva de todo sistema de pensamiento,
a palabras que evitaran cualquier relación
tu lápiz honra memorias, elige
miembros dispersos del cosmos
y los toma como pan de cada día
se te dio un lugar, una gente
en quien reconocerte, la prominencia
de lo sensual en imágenes festivas,
suelo fértil de la creación, la llamada
constante de un querer que aplazas
y mudas hierba menuda de horizonte,
tú, hábil y preciosista noche con lunas
de triste reinado en tu iris
perdiste concreción, te ganó
la periferia celeste como ayuda
las galerías urbanas, fueres retrospectiva,
prensaban tu voz anónima, la forma
de cada momento arte
y viajas en el caos explorando
las escarpadas cumbres emocionales,
los desiertos cercanos donde terminan
los romances, el árbol de la vida
santificando la hierba, brizna
a brizna como fragmentos de totalidad.
Tu silueta contraría a los cielos
capturada en nuevas perspectivas
el museo urbanita, fuere retrospectiva,
obra su ruido en constante exposición.
Y aún así presides una libertad
sempiterna que honra el carbón
de tus átomos, tu lápiz otorgado.
Admites la vida y la muerte
extiende tus kilómetros de hierba
por colinas y playas, tus pies de roca
en plazas y arquitecturas distintivas, eres
la escala también hacia tu luna
triste, la celeste ventana de los años,
el tallo laborioso que custodia
a tu insecto, piedra y hueso del mundo
que te forma, la arquitectura del paisaje
que reconoce siluetas, solitario
amante de tus aprendizajes hablando
con la nada, fantasmagórico hogar,
explicándote lo inexplicable como a niño
de una hermosura virginal, intangible,
lejano en corazón errante
acércate, crea tu ilusión, hojas
y hojas como momentos, vida
estanca y llamada, un centro
ilimitado imaginando especies,
masa cósmica, islas libertarias
donde explorar tu ser, flores
de solícitas civilizaciones desconocidas,
benévolos veranos vibrando en cada hoja,
salvajes niños con tréboles en las manos
correteando el horizonte
hierba fresca, fueres retrospectiva,
te humedeces de individuos geniales
que trepan su escala, son tras el ruido
y propugnas flexibilizar tu rigidez,
retratos de mayor intimidad, una psicología
de paisajes no tan idílicos, un arte
del conocimiento que viaje por tu drama.
Generas extensión, círculos del círculo
que viaja, alejas tu visión de las ruinas
adyacentes burilando diversidades,
historias últimas, un perpetuo apocalipsis.
Sigue activa la piedra conociendo
hasta tu último pensamiento, tus obras,
tus nombres, las transiciones de tu mente
de volcánica libido creativa
ciencias menudas, letras distinguidas
compadreando en las arbóreas academias.
Presides una libertad sempiterna
comienza el abrojo su arte, eneldo
serio instituye sus lecciones ilustrando
el paso estacional, enseñando tiempo;
te estudia cada verano entre tus filosofías
creándote temas de causa y efecto:
"si todo cambia forma a tus sentidos,
¿qué se te escapa inamovible?
¿Qué Es?", susurran sus lacinias
de seco amarillo. Y te acercan
su arte como acuarelas virginales,
dramáticos dibujos de la abstracción.
Llevas su maestría al columpiarte
has servido a esa emisión anciana
sellando armonías inexistentes, parajes
oscuros de celidonia y aciano invasores
reverdeces en nuevas inspiraciones
para pintar los cráneos de civilizaciones
antiguas, la muerte de lo cambiante,
luisa fresca de tu fe en las semillas
tu muerte fue una impugnación
tras la voluntad amagada, un patrimonio
de haceres y planes, de sucesos cerrados,
un hogar fantasmagórico como tema
donde la montaña te pertenecía,
un legado de esplendores en la hierba
alojándose entre las estrellas
hierba húmeda haciéndose leyenda
como espíritu que vagara por tu drama,
audaz singularidad explorando la abstracción,
ese pasar de los elementos como realidad
aceptada, como mundo, la belleza
de tus ojos impregnando imágenes
y grafías, mudando en tu matrimonio
creativo, pagando cuerpo su precio.
Húmeda hierba reconociendo biografía
tus lecciones de humildad claudican
en el Ello vigilante, te estudian
desde banderas de ansiedad y tiempo
insustanciales bienes lucran vacíos,
seco abrojo inaugura materia, propiedad
histórica, naciones como museos
compras despueses que sufran
de inmediatez, muertes novedosas
enterrándose ceniza en sus principios,
y mudas de permanencia a nuevos pasados:
el tiempo es un hogar fantasmagorico
voces herbóreas estudian tus posiciones
febriles dejándote casto y ungido
de libertad sobre el lago de la creación.
Mientras, la ciudad y sus galerías
administran futuros, vanguardias en quiebra.
Estabas, creabas desde la mímesis
inconsciente, formabas Ello en olor de
trementina, enfermabas de mundo
enseñando tus febriles posiciones.
Y eras sin embargo virginal
fosilizado efigie en tu hogar fantasma,
la hierba numerosa y la tierra
húmeda te redescubren insecto
el universo vehemente faculta
tu aprendizaje, se entera de tus ideas
como un instructor desenfocado, estabas
desorientado en tu experimentación,
te alejabas primaveral de lo aprendido,
enseñabas pues un pensamiento
fundamentalista en las fauces del movimiento.
La hierba tersa te dedicaba sus acuarelas
de invierno, su universo virginal
cuidan tus manos el barro circundante,
te enseñan pastizales donde reescribirte,
te regresan a tu humilde fragilidad
al final del día. Mudas cónyuge sin años
diseminando tus cenizas sobre el cuerpo
de deseos en tierra ahíto, tu hogar
el viaje de los gozos varía
su curso, irisa en otro orden
los valles y portales de la mente,
enseñan el amarillo del abrojo
en los benévolos veranos
enseñas lo que aprendes gira
como un vuelo columbiforme
completándose en abstracciones novedosas,
en sensaciones arborescentes sobre
la hierba húmeda. Dices de galerías
urbanas, de cosas que tiempo se alargan,
te muestras columbiforme sobre los años
no conoces, piensas menudeces espinosas
que te retraten la especie, silencios
imaginarios que te revelen
los contornos de la hierba
enfermabas de mundos sufrientes,
de colapsos pictóricos en tu hogar
fantasmagórico, visitabas los años
como acantilados que colorear
con inspiraciones prestadas, como paisajes
mentales de las buenas intenciones.
Visitas hogares del símbolo poetizando
las plantas alucinógenas sobre la hierba.
El viaje de los gozos acampa
de nuevo en los parajes oscuros,
la menudencia de tus pensamientos
en los portales de la mente
adicionas principios a la cabeza,
departamentos normativos que van
secando la acuarela, vibrantes
vistas que se apagan como ocasos.
Ponen los amaneceres nocturnas
por diseñarte una verdad fugaz,
la acuosa sensación de un azul
pulsante que iluminara tu horizonte.
Dibújase la hierba al carbón rotunda
vivías la ciudad en adúltero caos,
rugosos distritos cuarteados por pandemias
de asfalto y hormigón, imágenes preciosistas
terminando en soledad, la eliminación
de todo énfasis en el significado
cosificándote sobre sutiles temores.
Se vendían emociones por minuto
en la subasta del mundo
fueres retrospectiva, tus galerías
te arrastraban en esa exposición
fotográfica, desnudaban tus sensaciones
por retratar fragmentos de ti,
su dolorosa equidistancia, tu mirada
como un perpetuo interrogante sin vida
aceptabas esa muda constante
del tener pero evocabas un centro,
un iris estelar que negara tu insignificancia,
la validez de tus interpretaciones
en los años de divorcio creativo
te esposabas a restos vitales, una colusión
destructiva de todo sistema de pensamiento,
a palabras que evitaran cualquier relación
tu lápiz honra memorias, elige
miembros dispersos del cosmos
y los toma como pan de cada día
se te dio un lugar, una gente
en quien reconocerte, la prominencia
de lo sensual en imágenes festivas,
suelo fértil de la creación, la llamada
constante de un querer que aplazas
y mudas hierba menuda de horizonte,
tú, hábil y preciosista noche con lunas
de triste reinado en tu iris
perdiste concreción, te ganó
la periferia celeste como ayuda
las galerías urbanas, fueres retrospectiva,
prensaban tu voz anónima, la forma
de cada momento arte
y viajas en el caos explorando
las escarpadas cumbres emocionales,
los desiertos cercanos donde terminan
los romances, el árbol de la vida
santificando la hierba, brizna
a brizna como fragmentos de totalidad.
Tu silueta contraría a los cielos
capturada en nuevas perspectivas
el museo urbanita, fuere retrospectiva,
obra su ruido en constante exposición.
Y aún así presides una libertad
sempiterna que honra el carbón
de tus átomos, tu lápiz otorgado.
Admites la vida y la muerte
extiende tus kilómetros de hierba
por colinas y playas, tus pies de roca
en plazas y arquitecturas distintivas, eres
la escala también hacia tu luna
triste, la celeste ventana de los años,
el tallo laborioso que custodia
a tu insecto, piedra y hueso del mundo
que te forma, la arquitectura del paisaje
que reconoce siluetas, solitario
amante de tus aprendizajes hablando
con la nada, fantasmagórico hogar,
explicándote lo inexplicable como a niño
de una hermosura virginal, intangible,
lejano en corazón errante
acércate, crea tu ilusión, hojas
y hojas como momentos, vida
estanca y llamada, un centro
ilimitado imaginando especies,
masa cósmica, islas libertarias
donde explorar tu ser, flores
de solícitas civilizaciones desconocidas,
benévolos veranos vibrando en cada hoja,
salvajes niños con tréboles en las manos
correteando el horizonte
hierba fresca, fueres retrospectiva,
te humedeces de individuos geniales
que trepan su escala, son tras el ruido
Checks game. Nikolay Bogdanov-Belsky
deambulabas por los atributos
de realidades paganas, formabas
iconos de una belleza pétrea,
minucias pictóricas describiendo épocas,
la desigualdad aparente de las cosas
que como en procesión hacías desfilar
ante tus ojos, episodios de la Historia.
Retratabas tu propio deambular
como una mazorca a desgranar,
lanzando esa coronta a los cielos.
Empezabas escenas de tema sencillo,
realidades como paisajes que levitaran
sobre el horizonte, sabrosas coronas
seráficas que reptaran tu tronco
por formar iconos nuevos, grafías
danzantes de tu diálogo interno.
Se entumecen tus miembros ambulantes,
piezas bondadosas de tu cuerpo, arpegios
descendentes de tu ánimo en el horizonte
que levita. Vasijas con tus cenizas
brillan prístinas por las esquinas
de tu vasto salón de los huéspedes
no ponías obstáculo a los imperios,
seguías rígido las convenciones aceptadas,
preferías la Historia, mito incluido,
los paisajes petrificados deambulando
sobre el horizonte. Hay nobleza
en tu obstinación, un arte siempre
desfasado, la maestría académica
de un álter ego invernal. Esa franqueza
infantil, camaleónica, deja obras
de un poder intimidante: abrazan
causas observables, lejana esencia
tus mitades se disputan los retratos,
realidades, ironizan sociales sobre su época,
demandan matrimonio en sus lapsus,
enviudaban para una nueva juventud,
nuevos paisajes por el camino de la luz.
Tus superficies son agua y pintura
siempre insatisfecho con tus líneas,
recreas hasta el dolor la sorda llamada
de los seres ambulantes: quieres
recuperar certeza, las partículas
pre-icónicas, la natural enormidad
del no nacido, aquel artístico deambular
entre las obras del universo. No alcanzas
límite alguno, profano atributo, ni ves
los afectos de tus seres cercanos. Deambulas
totémico por el arte reseco de las piedras.
Has asimilado principios y pertenencias,
los círculos, lejanos si quieres, de tu realidad
como símbolos de inspiración. Figuras
influencias y obligaciones que te posicionan:
aceptas las tendencias, una llamada
que se multiplica por segundos avanzando
tus vanguardias, momentos de conquista,
la aceptación de las nuevas ideas,
la rigidez que proscribe tus experimentos.
Proporcionas posterioridad, prístinas vasijas
que se multiplica por segundos avanzando
tus vanguardias, momentos de conquista,
la aceptación de las nuevas ideas,
la rigidez que proscribe tus experimentos.
Proporcionas posterioridad, prístinas vasijas
iluminándose a cada estancia
solías intelectualizar las épocas
como dudosos sostenes del arte,
apartabas realidades inexplicables juzgando
el entonces, afirmabas el dominio
como causa de tus retratos amenizándolo
con el compromiso de lo moral.
Eras un vasto cultivo de los siglos,
un petrificador de los iconos populares,
un lapsus conyugal en el tiempo,
como dudosos sostenes del arte,
apartabas realidades inexplicables juzgando
el entonces, afirmabas el dominio
como causa de tus retratos amenizándolo
con el compromiso de lo moral.
Eras un vasto cultivo de los siglos,
un petrificador de los iconos populares,
un lapsus conyugal en el tiempo,
la niebla sobre el estanque calmo
naciste aldea ingobernada, icono
escultórico en el imperio de la piedra
escultórico en el imperio de la piedra
y te rebelas como búsqueda
infructuosa de lo Otro servil
a los motivos sensoriales, la realidad
presenciando tus absurdos heroísmos,
tus circunstancias como caldo de cultivo
de los temas aceptados, principios
idealizados que se diluyen de nuevo
con la gentil crudeza del vacío.
Sirves a la proliferación de formas,
de géneros, de escenas a domesticar,
de geografías humanas y no, de lugares
como retratos manieristas que hicieran
naturaleza. Surges tema de figuras
antiguas, mito creativo de posterioridad,
cuadro del pasado interpretando el presente
infructuosa de lo Otro servil
a los motivos sensoriales, la realidad
presenciando tus absurdos heroísmos,
tus circunstancias como caldo de cultivo
de los temas aceptados, principios
idealizados que se diluyen de nuevo
con la gentil crudeza del vacío.
Sirves a la proliferación de formas,
de géneros, de escenas a domesticar,
de geografías humanas y no, de lugares
como retratos manieristas que hicieran
naturaleza. Surges tema de figuras
antiguas, mito creativo de posterioridad,
cuadro del pasado interpretando el presente
sigue activa la piedra observándote
jocosa en tus prominencias emocionales,
ríe volcánica ante tus paisajes
jocosa en tus prominencias emocionales,
ríe volcánica ante tus paisajes
y propugnas flexibilizar tu rigidez,
retratos de mayor intimidad, una psicología
de paisajes no tan idílicos, un arte
del conocimiento que viaje por tu drama.
Generas extensión, círculos del círculo
que viaja, alejas tu visión de las ruinas
adyacentes burilando diversidades,
historias últimas, un perpetuo apocalipsis.
Sigue activa la piedra conociendo
hasta tu último pensamiento, tus obras,
tus nombres, las transiciones de tu mente
de volcánica libido creativa
educas a tu niño interior con los retratos
que impresionaron a tu alma, los paisajes
activos de la mente como miembros
de una academia infinita, el arte
de una realidad inefable que te une
al vacío, los mares enterrados
que impresionaron a tu alma, los paisajes
activos de la mente como miembros
de una academia infinita, el arte
de una realidad inefable que te une
al vacío, los mares enterrados
en la helada fraternidad del cosmos
literal tu siglo de estéticas anteriores,
el avance de tus vanguardias estilísticas,
de tus ideas estableciendo lo genuino,
principios de tu nuevo imperio
que brillen con la rapidez del símbolo
el avance de tus vanguardias estilísticas,
de tus ideas estableciendo lo genuino,
principios de tu nuevo imperio
que brillen con la rapidez del símbolo
en la perpetuidad del libidinoso apocalipsis
con tan sólo tu razón continuas
el viaje transformando tus proyectos
en nuevas formas que la duda
resquebraja, en ocasiones de luz
hiriente que impregne tu obra, realidades
acogidas por tus testamentos inconclusos
tu suerte es un cambio perpetuo, férrea
mirada relacionándose con lo inconcebible,
una joven divorciándose cíclicamente
de la materia, madre profunda del Ello
al que abandona. Su belleza es amante
de lo múltiple, de cada época
sin ti proclama el mundo pareceres
revolucionarios, el compromiso de voces en ruina
te vales de mi amistad ciega
y me susurras contactos atemporales:
se realizan en testimonios de trivial apariencia,
de exquisita prudencia, vaporosos paisajes,
aire quebradizo, una melancolía reposada
estirándose sobre la escena dimensional.
Tiempo, tanto como literaria apariencia,
transcursos de una cotidianidad transcendente
The beautiful lady without pity.
The Garden Bench, 1882, James Tissot
pones comillas a tu elasticidad
espiritual, encuentras arte en quien
tuvo un luego, una inmortalidad en vida
como medianímica conexión, materializas
figuras, rostros desconocidos en el umbral
de los sueños. Eras señora del arte,
cuadro completo de hermosura
y fealdad, el domicilio de espíritus antiguos
mostrando las luces de una naturaleza
apenas conocida. Llevan en las manos
los retratos que ilustran el mundo
solías hacer jaque a los países
y condados grabados en tu alma.
Tildabas personas, lugares, fechas.
Desfalleces en el bullir de las moléculas,
te educaron en una escuela de abundancia,
de hipérboles emocionales, de movediza
cultura, áreas de conflicto camuflado.
Eras caballero de honores fatuos
son indiferentes tus creencias a lo que es,
a la naturaleza extrasensorial que te rodea
y eres, tuviste un luego. Tus ocasiones
son años desmenuzándose en el polvo,
visiones de una naturaleza atemporal,
una traslación de voces en ruinas,
la vibración de tu sistema solar
es tu digresión sierva de tus tildes,
median entre momentos, breves ilusiones
de idea poniéndose de cuclillas
para una nueva conexión. Entras
desconcertado en los años vírgenes
convenciéndote de apariciones y conatos
narrativos, de los sucesos y sus formas
vivías la abundancia en tu escuela
de talla y colorismo, de encantadoras
piedras grabándose en tu alma
con la señoría de lo inmortal, la belleza
de una fórmula matemática equilibrada
tanto eres como literaria apariencia
o científico método, una fotografía
ectoplasmática o la fuerza que todo cuerpo
induce, un destino en contacto
con la nada. Tus contrarios se piensan
en modas pasajeras, calan en círculos
de tiempo, eligen adeptos, chocan.
Me mencionas los conatos narrativos
de tu apariencia literaria, las propiedades
científicas de tus balances analíticos,
la evolución de tus afirmaciones espirituales
modernizándose a cada experimento.
Ideas la astronomía de tus células
flameando con los vientos solares
a fundar nuevas Físicas, permisivas
Matemáticas de lo augusto, la morgue
de pétreos ministerios de la buena fortuna
décadas de descomposición, de sentimientos
compañeros modelando tus jóvenes
teorías. Vas mudando vidas
hasta edades olvidadas, relaciones
y transformación de tu mirada acomodada
el eco de tu apariencia literaria trata
con la ciencia entusiasta del espíritu,
las creencias de afirmación y negación
que retan a la razón como pasatiempo.
Son tus contrapuntos fantástico río
en los vientos solares, un académico hogar
de personajes en los conatos narrativos,
la aventura en el país de la niebla
pasas las vidas retomando plenitudes,
los retratos y acuarelas que ilustran
el mundo, las órbitas y cuerpos
de tu sistema solar como testamento
de una creencia antiquísima: tuviste
luego. Regresas de tus muertes
como traslación de sus voces en ruina,
como apunte de una naturaleza desconocida
nunca fuiste capaz de totalidad,
eres totalidad indiferente a tu creencia,
eres pérdida como transformación,
y desesperas del tiempo como espacio.
Pones en tus manos los retratos
para una conexión que no perdiste,
amas tanto la vida, que odias.
Décadas de despertares ignorados,
de naturaleza sobreponiéndose a sí misma,
de espíritus ocultos entre tus pasatiempos
te exhibes serie de pasajes vitales,
año inmisericorde con tu pasado, testamento
del bullir de las moléculas estilizado.
año inmisericorde con tu pasado, testamento
del bullir de las moléculas estilizado.
Es tu mérito la ilustración viva
sin convenciones de los paisajes sagrados
sin convenciones de los paisajes sagrados
con tan sólo tu razón continuas
el viaje transformando tus proyectos
en nuevas formas que la duda
resquebraja, en ocasiones de luz
hiriente que impregne tu obra, realidades
acogidas por tus testamentos inconclusos
tu suerte es un cambio perpetuo, férrea
mirada relacionándose con lo inconcebible,
una joven divorciándose cíclicamente
de la materia, madre profunda del Ello
al que abandona. Su belleza es amante
de lo múltiple, de cada época
sin ti proclama el mundo pareceres
revolucionarios, el compromiso de voces en ruina
has constituido magníficos movimientos
circulares de tu Historia al servicio de reflejos
antiguos, revoluciones del tiempo que innovaran
el continuum desde la ignorancia
y el olvido, años de superación, de valor
circulares de tu Historia al servicio de reflejos
antiguos, revoluciones del tiempo que innovaran
el continuum desde la ignorancia
y el olvido, años de superación, de valor
te vales de mi amistad ciega
y me susurras contactos atemporales:
se realizan en testimonios de trivial apariencia,
de exquisita prudencia, vaporosos paisajes,
aire quebradizo, una melancolía reposada
estirándose sobre la escena dimensional.
Tiempo, tanto como literaria apariencia,
transcursos de una cotidianidad transcendente
criticas tus tachaduras como vanidad
de certidumbre, restas belleza a tu eclíptica
personal cuando subastas tu modestia.
Suma, libra tu aire del después, cuadra
tus niveles en el jardín de los momentos
de certidumbre, restas belleza a tu eclíptica
personal cuando subastas tu modestia.
Suma, libra tu aire del después, cuadra
tus niveles en el jardín de los momentos
el seno de tu mirada acomodada
dio nombre a tus juguetes mentales,
y cambia sus admirativas exclamaciones
en las revoluciones de búsqueda.
En tanto literaria apariencia se realizan
giros y obras de grandeza. Tu amistad
unifica susurros e impresiones del alma,
un último y precioso retrato de la vida
dio nombre a tus juguetes mentales,
y cambia sus admirativas exclamaciones
en las revoluciones de búsqueda.
En tanto literaria apariencia se realizan
giros y obras de grandeza. Tu amistad
unifica susurros e impresiones del alma,
un último y precioso retrato de la vida
desde mi ignorancia pude ver
la asiduidad de tus ocasiones,
el desconocimiento de mi razón;
pude apreciar la riqueza
de mis carencias, definir
estilos luminosos tras tu sombra,
la intensidad de los colores huidizos;
pude componer equilibrios arbóreos
de toda estética desnudos
la asiduidad de tus ocasiones,
el desconocimiento de mi razón;
pude apreciar la riqueza
de mis carencias, definir
estilos luminosos tras tu sombra,
la intensidad de los colores huidizos;
pude componer equilibrios arbóreos
de toda estética desnudos
Thisbe, 1909, John William Waterhouse
te adaptas como un escarabajo
en las piras del mundo, atisbas
a los dragones nocturnos
por las esquinas de tu casa
cuando la luna ruge a las estrellas.
Te adaptas a la visión ciega
entre las telas de araña
como un poeta de sotobosque
enrojeciendo ante su leyenda.
Tibios sonetos se derraman
en los episodios lunares
como números cabalísticos
sobre los lechosos mantos.
Has temporejado tormentas
como frágil bajel endureciendo
sus sentinas a cada golpe de mar.
Es lisa tu piel enamorada
del conocimiento hablando
a través de mis fisuras,
de mis paredes agrietadas.
Me culminas en flores de cerezo
que de un soplo desaparecen,
me incluyes en tu mito
como barján movedizo sobre
tu piel rocosa, mínimo episodio
lunar. Sí, eres referente
lumínico, un atisbo nocturno,
parte sin mancha de toda visión.
Inspiras mi propio mito,
el que alude al soneto primigenio
piras irreconocibles arden
en las islas de los amantes
piras sin atisbo de signo enfrían
mi casa en silenciosas octavas
vértigo y fuego se representan
en los mosaicos del alma, siglos
como teselas del universo
en perpetua reconstrucción,
gongorino romance de una fábula
convenida. Me escribes trágico
como tema interestelar, un amor
que aprecia su tiempo amante.
Enrojezco en su discurso,
me adapto a tu narración
como pareja de hechizados
bailarines, haces amantes
conspirando contra sus hijos
en los romances prohibitivos.
Tu amor cristaliza en salazones
que ilustren el tiempo, su fábula
atisbándose en el horizonte.
Me asilvestré en los poemas
sin raigambre, la fábula encendida.
Mi historia arde poética
entre los cristales rotos,
castillos en ruinas absurdas, cómico
episodio de visiones caducas.
Sueña la noche grillos libidinosos,
el lírico hablar de la hierba
revelando microscópicas piras
donde atisbar tus ojos.
Posaste en mi tu mano
de fantasías y lejana música,
de orígenes ajenos, de montañas
alusivas a un amor primigenio,
de jóvenes amantes bailando
al lunático rugido entre mis grietas.
Mudas, noche, amarga sueñas
orientabas mis encuentros
sentimentales mentando épicas
de la perpetua metamorfosis
ovillándose en tu narración
te adaptas, sí, tu antigüedad
te permite atardeceres cristalinos
donde reconocer sensibilidades,
la majestuosa madeja de la evolución.
Sitúas muestras de sol en mi piel
por donde atisbar el origen
del miedo, piras nocturnas donde
los amantes se avergüenzan
de sus formas, tan dispares. Bebes
de mi cuando recorro mi antigüedad
en el inmenso ovillo de los sueños.
Tierna, me cuentas tus historias
viviste el reinado del pesar,
la prohibición de la mirada hasta
descubrir su grieta, la separación.
Ibas voz atravesada por las hendiduras
del deseo, vez intensa de las noches
sin silencio. Huías sin amparo
por las moreras frondosas a beber
de la luna entre los huecos
de mi piel rocosa. Dejé caer
mi verbo como una mancha
sobre lechosos mantos, las huellas
de un creer antiguo, un velo
de falsa certidumbre rasgándose
con el puñal cuidadoso de tu amor.
Me escondía en el lugar de las dudas
conveniendo el esporádico abrazo
del mar. Dioses apenados incineran
tu ropa vieja que guardes nada,
"cenizas de un magnífico columbario".
Se tiñen de púrpura los frutos de la morera
y atisbas dragones nocturnos
en pequeñas tramas ígneas,
amantes que se sonríen
en relatos ancestrales, majestuoso
ovillo de la perpetua metamorfosis
realizándose en los sueños de tus noches
The Shrine. John Williams Waterhouse
nos mira la casa del agua
desde el cielo nuevo, límites
que se desdibujan de estilos
y técnicas caducas, realidades
que llegan sobrepasándonos,
una hermandad de fluidos
emocionales evaporándose
en el nunca. Contienes la pesadez
de míticas influencias en tu relato
entrenado, una continuidad invisible
la casa del agua abre el tiempo
a los hijos de un comienzo,
la conversión hacia una plenitud
sensorial, un impresionismo del ser
dedicándote su saber, abre tus temas
al delante como misterio abordado.
Me has imbuido de encuadres
desdibujándose, de símbolos
ramificándose fuera de marco,
de vida engullendo los espacios.
No decae la historia en el agua
me has vestido de relatividad,
una composición compleja que estira
las mentes evitándose a sí mismas
en la humedad de este nuevo jardín.
Me asfaltaste con la arquitectura
de lo pragmático hasta olvidar
mi alma proyectada en las cosas,
las partículas que danzan
en la oscuridad. La nueva casa
vuelve a ornarse con los juncos
tersos donde surgen los niños
sí, tocas los invisibles flecos
de mi sentir con el aroma
de tu femineidad, secreta árula
a los sentidos que en la casa
del agua se visibiliza. Oyes
los pasos de amorosos recuerdos
que en la quietud florecen,
bendices la luz que te traspasó.
Delicado arte brota de tus manos
que dan testimonio de tiempo,
de tu andar tortuoso entre los valles.
Te mira la casa del agua
sin severidad alguna tu piel dorada
y romanceas con la muerte, alondras
de un reino ido visitan tu sepultura
que de yedra te viste relativo, eres
cónyuge divino, un arte delicado.
Me ocupaste con el movimiento,
ese impresionismo del ser,
esa hermandad de fluidos
que tanto te distrae, tu amor
como forma que simbolizar,
género, imagen, obra, la notabilidad
de tus sueños en una copa
que se ofrenda, tu odisea.
Romanceas con la muerte, divina
esposa evaporándose al amanecer
tu secreto altar libera
sus esencias mirando a Acuario,
delicado arte de tu santidad
has nacido tras cada muerte cotidiana
en pinturas infantiles, regresas
al aprendizaje de tu obra, tu tema
oculto a los sentidos, delicado
arte de tu viaje interior reflejo
tras reflejo de vidas paralelas,
antagónicas, una creatividad sin género,
las proyecciones del alma inagotable
me distingues en tu tema, me viajas
como agua que se hiciera literaria,
un claro en el bosque donde se sientan
los druidas, secreta árula
de nuestro propio mito, tu influencia
dejando impresiones del ser, colores
que se harán visibles, dorada piel.
Sales del sueño como oráculo
con tus flores en la mano
me nombras realidad tangible,
divino cónyuge, y corre el agua
por el universo estableciendo su casa.
Hay una colina en la que me reúno
contigo, delicado arte del silencio.
Me conocí a través de ti
nos mira la casa del agua, alondras
inquietas aletean en la oscuridad,
se desdibujan estilos y técnicas caducas
en este curso inalterable de la vida
tras la luz que percibimos
The beautiful lady without pity.
John Williams Waterhouse
tradúceme sin piedad
tu análisis de la belleza,
dama ocasional que indisciplinada
te hermana con las distancias
imposibles, con un querer
la vida que a través de tí
aprende, ese ojo infinito
que desprecia tu cuerpo
por inspirar al tiempo.
Precisas los sucesos
impíos que originen
poema, tu romántica
sinopsis. Marchito
deambulas al encuentro
de las aves cantoras
con una tristeza sin nombre dialogas.
En tí motiva un bosque de encuentros,
narraciones hermosas del misterio
antiguo, de la probabilidad liberada.
Vas errante a lomos de montañas,
a cada gruta te entretienes, sueñas
seres amorosos a los que sucumbir
en profunda dormición, se te destrona.
Tradúceme sin piedad
la belleza de tu poema
era penumbra tu boca abierta,
hambre onírica advirtiendo sueño,
pendiente del miedo gélida
una aflicción antigua nos subyace
debajo de cada arma, cada palabra,
de cada lanza, racional proyectil
de nuestras debilidades. Marchito
deambulas entre aves cantoras
inarticulado me inicias en atracciones
poemáticas, pictóricas inspiraciones
arbóreas resaltando lo terrestre,
sin autoría, sin más canto que el color:
agónicos lirios de rocío reviven,
de sol rezumante mi frente febril
me originas estrofa, soy verso
andante, cuarteta de las montañas
formalizándose arte, de ave canora
rima para un valle de valses, lengua
absuelta de cualquier esquema
dama ocasional de mis predios
trayendo compleción sin distancias,
belleza aún en los ojos del neonato,
la niña alada de los ojos salvajes
que no distingue entre vida y muerte
fui escrito en oscuridad,
en vidas anteriores, en autores
que se relacionaban con lo eterno,
lo improbable personificándose,
llenando el tiempo de fragancias.
Se hacía el amor en las miradas
se escinden las personas
de luz en inspiradora dicotomía,
mujer en muchos hombres,
hombre en cada mujer ladeándose
hacia lo irresistible, maravilla
del origen. Te sentabas a mi vera
en los restos del día, cantabas
se formaba tu amor sublime
en la voz melodiosa, grácil,
de un ademán cosmológico,
astral contrapunto de lo salvaje,
en la impiedad de lo oscuro,
nutricia energía de los cielos.
Me llegas hasta la raíz, ciclo
de savia y aire manando sin cesar,
de plenitud y vacío incomprensibles
vivo en esta cueva encantada
el llanto del cielo antiguo,
los suspiros de cada ojo estelar
mirando impertérrito a sus criaturas,
la evolución de las leyes que se dieron.
Sí, a mi vera cantabas
hasta cerrar los ojos
salvajes. Me soñabas
fui escrito símbolo, dama
ocasional de los despertares,
rostro de las tardes baldías:
en los crepúsculos se consume.
A tierra me ataste con lazos
de sangre, la frecuencia más honda,
la posesión más absurda: la muerte
Moonlight. Grimshaw
partiste de una obra reflexiva,
un ministerio acuático de limo
viviente; museo eres de vidas
amalgamadas donde los pájaros
revolotean. Guardan tus bancos
arcillosos preciosas piedras
con los secretos sellados
de antiguos compromisos
con la vida. Gloriosos otoños
en tu pecho, la sombra de árboles
milenarios retratando edénicos jardines.
Reina de nenúfares, galería del peligro
constante que impulsa distancias,
rey de los frágiles puentes
que nos comunican. Cae aquí
la noche de esencia pigmentada,
criadero de estrellas, de espérmicas
nubes encendidas: reflexiva obra
que va fluyendo de sedimentos
rebosante. Parloteo en las calles
cruzando los puentes, mirando el lunar
reflejo en las aguas: me mira ella
indiferente, refrectado en la galería
del peligro inmanente, glorioso otoño
de los idilios ardidos. Ciar en exiguo
bote por los estuarios de los corazones
desmenuzados, anclar por un segundo
en un museo de estrellas, respirar.
Hay nieve hoy, y niebla, leve
amarillea mi piel en la calle
de los parloteos. A la luz de un candil
musitaba anoche mis sueños,
desconocidas torres, mi propio castillo,
reina de nenúfares, rey visionario
fuiste imaginación pura, vía
de conocimiento intransferible,
ave de tu propio paisaje nocturna.
Naces pecho materno, informe
totalidad, y vas falleciendo trozo
a trozo hasta el olvido: te crees
causa, voluntad, y su efecto
tal trilero de la materia: va
pesando más. Levantas las manos,
se mueven solos los cubiletes,
te ríes de ti mismo. Leve absceso
de eternidad, aéreo desprendimiento.
Se orna tu paisaje de nuevos oropeles,
relatas tu propio mito. Firmamentos
me enterraste en una colina
extraviada de tu onírico paisaje:
por allí paseo, lunar reflejo, como legado
de otros paisajes, modernas urbes,
prediluvianas razas, reflexiva obra.
Me expone la luz a mi propia ira
que, neblinosa, en un soplo
se reconcilia con el frescor nocturno
en esta galería del peligro constante
me biografío en las sombras
adquiridas, en el parloteo
de las calles como hijo de
la lejanía, rancio esposo del camino
con su arte a cuestas. Pinto sin cesar
las veredas con paisajes interiores,
literario óleo que se va untando
de sincrética y deshonesta filosofía,
de aves, frutas, flores, de vivientes
bodegones del apego a los sentidos.
Luz y color me representan
el mundo hasta el detalle que persigues,
que liberas: biografío paisaje muerto
cuadrar sombras muestra mundos
como aspectos del ser, escorza
máculas y depresiones cutáneas
del camino, ciudades atiborradas
de ruido; muestra las evocaciones
que se esconden bajo el lecho
nocturno, transcribe la lírica
bruma que empaña mis ojos.
Preciso del frío que retiene la vida
en su forma más básica, la posterior
humedad que penetra el sentido
que a las cosas les dí. Se hace flexible
el ropaje que me fue dando la vida.
Despertó una mañana sin bruma
documenta tu vital epístola época,
sombrío registro de materia conductual,
una funcional incomprensión
reflexiona tu obra en su mansión
de signos, gruñe como una bestia
atrapada, desconoce la muerte
en su castillo, su foso de nenúfares.
Musitaba anoche sus sueños
a la luz de un candil, el rey
absorto en su añoranza de mar
esta lejanía luce su sombra
con el silbo nocturno en claro
de luna. Escenas del sincrético
óleo pigmentan amaneceres
de nítida innovación, invocan
rústicas imágenes de campos
llovidos: croan en sus charcas
nuevas criaturas de la poesía,
surcan el río enjaezadas estrofas
hijo de sombras que obras
anochecer en el río de estrellas,
que en tus colinas hábil das a luz
crepusculares ambientes de lumbre
rojiza, la imagen antigua damas
del atardecer bajando laderas,
sus hijos poemas sin nombre
se vela el paisaje de imprecisos colores,
de nuevo infiel a la luz más sencilla;
luminosos detalles aturden de realismo,
climáticas pinceladas que me levantan
del suelo los pies; a veces vienen
los mirlos a bañarse esplendorosos
en esta paleta imprecisa, mi alma
salpican del limo viviente, un sonido
remoto de planetaria memoria: todo
aspecto amable tensa invisible hilo.
Penetra la humedad todo sentido,
despierta la mañana sin bruma
dulce hogar aquel no-tiempo,
espacial reverso esta escritura,
música que en voz se escapa
a deambular por entre caminos
agrietados, desmenuzados cachitos
de un corazón implacable, silencios
de rojiza lumbre los paisajes interiores
Premonición (1953). Remedios Varó
aún rulas años que te fumas
en la falsa soledad de la culpa,
detallas aún tu huida tejiendo
el sueño de tu alma montaraz.
A los espíritus de cada montaña
les habla, por cada gruta húmeda
la magia se deja revelar de insectos
luminiscentes. Ruedas aún día y noche,
anciana metafísica de aburridos inviernos,
de muertos como diurnas libélulas apagadas.
Palideces aún en tu taller de palabras
que corta la guadaña en los mercados
del verbo, eres aún gitano infante
entre las plantas aprendiendo
su dolor callado, del rojo escondido
bajo los callosos troncos. Eres vital
alegoría en estos valles umbrosos
donde, ajardinado, el hastío se asienta.
Hablan de amor las libélulas,
llenan de vacíos su tiempo.
Los gatos, hambrientos, miran
la oratoria inútil de tanto muerto.
Mezclas aún en tus mentales tubos
al sufrido eremita y al prisionero
del tiempo, revelaciones meditas
hasta romperte la crisma, poner
del revés el mundo, clamar
por un lapsus paradisíaco:
creas, destruyes como rayo
caprichoso cualquier presencia
según la forma que le diste.
Pero sigue ahí esa energía
pidiendo poema, malabarismo
mental, juglares del alma que proyecten
su imagen sobre las aves tejedoras,
damas ancestrales de los caminos
tortuosos, esferas ocultas que se hagan
luna. Maulla un gato hambriento
entre los helechos, retrata a insaciables
vagabundos del elixir estelar, al soñador
de la visita inesperada, discreta. Destruyes,
creas mundos paralelos que te exploran,
ríos de abundancia en los que ahogarte,
lecho seco donde maullar hambriento,
la belleza de tu propia bestia en ritual.
En gigantesca nave viajas, capitaneas
tu particular bajel doméstico, depuras
esa perla de la impureza innecesaria
al jugar con el tiempo. Ves así la espiral
serpentínea en su tránsito cosmológico,
sumiso a ella, insumiso, atrás, adelante.
Aún rueda tu bicicleta infantil
hacia la ingravidez que la razón
sepultó tras siglos de gravedad.
Tejen las aves mantos de palabras
como pequeños plomos en tu caña,
y sonríen los peces bajo el agua
del río abundante, bailan los helechos
con ojos de gato taimado. Yace ahora
el caballero roto en el lecho seco:
está pintando amantes de bodegón
no hay remedio a la energía, eres
ella invarable en las ciudades,
en la tierra seca criando gusanos,
realidad que en formas se te escapa
al deshacer cualquier analogía
tus pies aligeras por los montes,
liberas toda persona del verbo,
el nombre santificas de romero,
de tomillo naciente, das remedio
a los prodigios amargados tras el velo
de la forma que marea baja varó.
Resides de nuevo en lo inmutable
cónyuge de simpáticas lagartijas,
de academias vegetales en el arte
de vivir del aire, de una amante
sin forma. Y al moverte prescinde
de cualquier punto cardinal, pura
electricidad que enciende el cuerpo
organiza el universo seminarios
del exilio, motivos que promuevan
conocimiento puro naciendo
de imaginarias conchas, arduos
caminos de aceptación y aparente
renuncia donde pintar amantes
se establece la belleza admitida
como temporal diseño de realidad,
viajas poeta del sueño ese exilio,
y evocas mundos concomitantes
tu fe en los contrarios da por sentado
fallidos remedios a tu fractura antigua,
aliviado adquieres identidades ajenas
titúlame tu juicio, arranca
pétalos de margarita sentenciada,
emíteme tus señas de identidad
como legítimo ser en su imperfección,
dame remedio ante el infinito.
No me reconoces. Solo la fractura
primera pudiera hacerte vislumbrar
incólume tu verdadero origen.
No veo sino tus formas, el sueño
que a cada instante conformamos,
cada fracción que decidimos crear,
cada enana roja que en la oscuridad
intuimos. Me cazas y no tienes nada.
Cuéntame tu historia, artista, aquí
en mi jardín de los remedios
temporales donde mi doméstico bajel
varó hace mucho tiempo ya, donde partí
naces provincia creciente de amantes
pensamientos que van cristalizando,
naces remedio que a lo otro se hermana
de tu obra enviudas adquiriendo
monumentales galerías de tiempo
entre rotas margaritas te mueves
como espinada rosa universal,
suceso en busca de remedio nuevo,
albacea de los bienes más sutiles
mundo y arte se impactan
acogiendo la imagen fresca,
se dan homenaje alternativos,
disponen literarias líneas
como tarot representativo,
al tiempo apelan como instancia
de lo real, dictamen del juicio
conserva el bello arte sueños
del asombro vital, museo interminable
con señales que se encienden y se apagan
aduciéndote procesos nuevos, tu ilimitada
creatividad sin pertenencia, tu herencia
el Nombre santificas por nacer
vid sana a cada ciclo, la pérdida
una hija que marchó en obra antigua
introduce el bello arte la gracia
que se fuga libre de tu albedrío,
una amistad de lo inmanente
que desconoce el movimiento
copan tus lienzos con la minuciosidad
del pensamiento, fabricas reflejos
de infinito como orfebre cósmico
tendiendo cable entre planetas,
insecto y hábitat, ciudad y persona.
Te fascina la volubilidad del sueño
y su física imprevisible, la dejaste
de llamar magia, tu división en planos
de conciencia de un absoluto irreductible,
la amorosa pequeñez de tu aparato proyector,
tu morada humilde tras la limpieza
paternal me alientas al estudio
ecuánime de mi propia vivencia
en la tertulia interna. En mí resides
apagando y encendiendo el proyector
partícipe de mis células, del dibujo
colectivo que las entrelaza. Estudias
la sonrisa de las lagartijas en paz
se tiñe a veces la atmósfera
de opaca casuística, figuras
yertas, desérticas esfinges,
entretenido puntillismo que retoma
cachitos de tiempo, una concesión
que de la promesa angélica te desvía
en aras de la mundana curiosidad,
iconos, ciencia, obra, frecuencias
retornas a la memoria grácil
como líquido de tu propio grial,
del terrón seco te desprenden
que otros cielos lo aneguen.
A tu casa vuelves sin dibujos
estilizas tu agradecimiento
con símbolos elementales, sueños
elaborados desde primario árbol.
Remontas camino velando
por tus propios pasos, subes
por ver de nuevo el valle entero
compartes la magnífica onda
primera con pequeñas muescas
sobre el dibujo colectivo, oníricas
circunvalaciones como frágiles
burbujas reflejando la sonrisa
de amorosas lagartijas. Romperán,
refrescarán sus lomos bienhechoras.
Erróneos trazos del dibujo
quedan como necesarios
cadáveres de tu evolución,
deshacen el concepto Error.
Exquisitos, se exponen ahora
en museos de horror o de arte,
se subastan, se entierran en este juego
de lo real y lo irreal. Seguimos
estoy expuesto al ojo de Sirio
en pleno día, sin remedio su arte
me alquimia de todo virus
y bacteria, todo polen galáctico,
de insectos como hadas y faunos,
expuesto al sueño ajeno llámese
memoria o pensamiento, cultura
u orgía, celebración o maldición,
vasto campo de inmensas fuerzas
me desintegro, me integro,
solitario sueño del ego separándote,
apacible vacío de la unión, una lógica
irreconocible, fluido etéreo que se enquista,
que fluye ahora vapor de astros.
Se estiliza tu agradecimiento, historias
vive tu vida sus lienzos minuciosos,
ilustrada niña entre muebles rotos;
los días decora de animados trajes,
hace bocetos al amparo del bosque,
una música que requiere tu silencio.
Vive tu muerte su onírica escritura
reclamando obra, el hechizo impaciente
me sirves veleidosa tus accesos
místicos clareando en lo visible,
sales de mí mencionando el busto
de alguna sublimación ancestral
y me pides que lo desvanezca. Pones
de nuevo mi reloj en su muñeca
tu guerra te posiciona piedra
que lítica se entierra obstrucción,
clava las ánimas a frágiles ilusiones
desactivando el conocer, a desgastados
poemas te afilia sin vida. El cansancio,
sutil miedo, desvirtúa tu amor, abruma.
Crees huir a tu cueva, separarte,
pero ser es infragmentable
a pesar de ti, por ti, contigo.
Te acompaña ella más allá
de lo que llamas muerte,
cualquier rostro. Me pisas
hasta ser invadida por tu propio pie.
Y vas aprendiendo punzada a punzada
acoge N tus miedos, los expone
a la noche que su forma cambie,
una plástica de nuevos colores.
Destaca otras épocas, minucioso
lienzo, añade teselas a un mosaico
infinito, exhibe la diversidad
inagotable de tus intuiciones, te cuelga
como ropa vieja entre las estrellas
vive tu vida sus remedios místicos,
sus análisis en la alquimia de lo múltiple.
Vive tu muerte su obra en la torre
traduciendo recuerdos de ónice
me encantabas con el tópico
de la unión carnal, bohemio
me rebelaba contra el orden
de mis propias elecciones,
con lo desconocido me carteaba,
a través de ti me reconocí
partícipe me haces de tu sueño obrando
números y bestias en un mar de vides.
Me abrigas en tu curvilínea trayectoria
mental donde tus recuerdos de ónice
regreso, se ilustran refugios antiguos,
viejos devocionarios que apaciguaron
tormentas, galerías de olvidada bondad
maridaste árboles de exóticas latitudes,
en la negación te encarcelaste por invadir
la vida, y me hablas de libertad. Marchas
amigo de arte e intelecto, del sensual efluvio
de lo viviente cuando de tu refugio sales.
Todo se lo lleva el aire en un suspiro,
de ti mismo te salva en la urgencia oscura,
desubicado cuerpo de la eternidad. Blanca
casa del regreso, de la memoria verdadera
que no llega a sitio alguno, allí donde la gracia
emana como fuente del agradecimiento.
Cárdeno resucito a los moretones de la vida
te vuelve a separar, crees, el miedo,
sutil cansancio del proyector agotado,
cesa el retorno mientras varado duermes
en un recodo del río, crees. En su profundo
lecho yaces con tu yo más íntegro. De nuevo
emerges al poema que te escribe esa muerte.
Partes una vez más con tu ciencia microscópica,
macroscópica en los límites de N, de mosquitos
y multiverso poemático, esa madre acogedora,
desgarradora, con tus hermanos desperdigándose
entre los cuerpos más lejanos. Trabajas países,
ilustrada niña de nuevas etimologías, expandes
surreal amor de las cosas, acechanza magnífica
de la creación que en ti contiene su dual,
destrucción. Al aire me expones que oxide
mi piel hecha de helio en esta galería
de los sueños, hecha de un pensamiento
inalcanzable habitado por N. "Partí
hace mucho tiempo ya", una gota
en el océano que desvirtúa la memoria
de mi chiquito proyector, amables recuerdos
de tu humanidad, sensual efluvio, manos
de arte y ciencia que en el vacío, súbitas,
te sueltan. Te encuentro en ese exilio
brillando sin óxido alguno porque acepte
tu origen, tu más compleja naturaleza,
acientífico remedio de tu pesada gravidez.
De amor hablan las libérrimas libélulas
Lady Day II. Sam Gilliam
regentas la mañana con frente
despejada, tus toxinas liberas
nocturnas con rupestre gracia,
y vas coleccionando la fresca
inspiración de incipientes frutales
has sido reconocido en más de una ocasión,
y te han pintado de colores hasta perder
de vista tu esencia, veladuras, distorsiones
hasta empañar tu nombre con el aguarrás
de una lógica productiva, práctica: herencias
de pasado, voces internas de la duda, conocer.
Se llena tu lienzo de manchas que habrás
de restaurar sin tiempo que borrar, fases,
exploración de nuevas vías por donde respirar
se te destacó en el juego de los relieves mentales,
frecuencias sintonizadas, dispares, escala
engrandecida, minorizada, despreciada, amada,
monumentos al futuro, vacía explanada
de los días grises, números que no salen
de sus madrigueras, encargos de lo cotidiano,
falaz autosuficiencia como sensitiva trampa.
Me enseñaste tu arte en tierra virgen, tu sacra
carnalidad, el filo de los abismos dedicados,
tu taller del tiempo con sus paneles de luz,
de sombra. Palabra impartías profunda
con tu voz antigua venida del pleistoceno,
cristalina elocuencia de una diosa olvidada.
Humana, señalabas estrellas, me cocías barro
nací a ti tupido de pieles mudadas,
casa infantil sin dueño donde habitan
los recuerdos, estímulo imponente
a tu voluntad de dominio sobre lo que crees
real. Me licenciaste en lo dual al exponerme
mundo, individuo, grupo, filiación, una institución
del absurdo fractal de lo visible y lo invisible.
Me graduaste en la maestría del horror y la belleza
trabajas frecuencias con y sin textura,
incorporas flashes que se yuxtaponen
en el tiempo hasta surgir materia,
forma de apariencia nueva, elemento
ignoto de una tabla periódica infinita,
sorpresiva configuración de electrones
que tu predicción desdice. Y apareces,
mundo te expones en la galería de lo real
cubriéndote de estilizadas veladuras,
del corrector aguarrás de un gigantesco
péndulo moral que arrastra cuerpos.
Te coronan, te destituyen, te encierran,
te matan, te pintan hasta el exceso, rocoso
esmalte en diminuto, insignificante lienzo.
Se hace densa la materia, explota, renaces
iniciáticos filos desgajan tu carne
en la escuela del tiempo, te casan
con tu espacio en todo momento,
vas reconociendo cada giro
de la serpiente estelar: muda
tu piel por reconocer la vida
método, "a organizarse coño", aplicación
nueva, apagaron la luz, drástico cambio
de opinión, técnica novedosa, saturar
el lienzo hasta su asfixia, aire, agua,
otra capa, desmenuzar hasta el absurdo,
acumular cosas, acolchar dolores, trazar
divinas geometrías que te desincrusten
la arena, "a organizarse coño", se llena
la casa infantil de recuerdos amañados.
Andan tus antecedentes por delante de ti,
enanitos poniendo pantallas al camino,
testigos de tu amor, de tu odio; surge
la expresión requerida, semánticos campos
de flores marchitas estilizando tu paso.
Te mueves en los años como invisible
onda que corrigiera pasado ahora,
aquí como partícula ante rendijas
de futuro. Reflejas tu universo maestro
influenciando sus formas. Sacuden
tus emociones la tabla periódica
dibujando nuevas nebulosas en tu casa,
abstractas figuras de tu melancolía.
Hay un olivo creciendo en el jardín,
a todo fluido luminoso se te expuso
me convertiste en idea movediza,
un soporte resbaladizo inspirándote
como ventana abierta al cosmos,
al aire fresco abierta del amanecer,
hasta que el marco se estrecha. Sí,
ilimitado portal eres de existencia,
un diafragma que cierras y abres
a voluntad, una lente que se estira
tiempo. Sí, improvisas accidentes
como fisuras por donde rasgar el velo,
quedas suspenso en vacíos temporales
donde intuyes dimensiones extrañas,
esculpes según testigos formas nuevas.
Adormecida tu voluntad de dominio
se esfuma el mundo y tu apetito,
anhelas embellecido sueño por obra
de una rendija que no viste.
Viene apenas caballito de mar
tu apogeo creativo tiene su infierno
donde arder lo superfluo, tu mentira
desgastada, tu oxidado filo, tu geometría
caduca. Musica la oscuridad grieta nueva,
se abren rendijas entre las notas viejas,
caballito de mar apenas
te mueves luz de nuevo por los años,
abstraes de la materia expresiones
de tiempoespacio, tierra inmaculada;
generas estilo, expandes lo visible.
Todo clarea hasta brillar, y mudar
tu piel sin percibirlo. Conoces tu reino
como artista viejo que ya renunció
a sus antecedentes. Traza, pausado,
melancólicas figuras de gas estelar,
humo limpio que las galaxias irisan,
semánticos campos de flores caducas
vertiendo vaporosos sueños a lo que ya es.
Caballito de mar apenas su lágrima
La siesta. Camille Pissarro
te defiende doña Ironía de la historia,
una pizarra de cárnicos experimentos,
de casos declinados en la luz de gas.
Articulas número y género revisando
vida en formato de Historia, te escribes
me impresionó tu lluvia, transcendía
todo acervo metereológico, embargaba
aliento en su movediza pasión, pizarra
partícipe de cielos figurativos, terrosa
revolución de mis venas, preciso beso
tus calles mojadas celebraban
nuestras cualidades, diluían la tristeza
de antiguas historias, visaban palabras
compensatorias que descendían al vientre,
reclamábamos nuestro reino en tierra
oí tu tono profundo, bailé tu danza
vaporosa sobre los nenúfares de tus aguas,
tu tejado de pizarra celestial, imágenes
de una constancia atemporal, lejana
si acaso, y experimenté tu tema vital
sin barreras de cultura, sin masa
descubrí mi mayoría de edad,
cósmico lapso en mi habitación,
vertiginosa avenida tras la muerte,
un vuelo más allá de la ventana
molesta, evolucionas sin percibirlo,
tus maneras pruebas de soltar la mano
sin caer, quisquillosa coqueteas con lo remoto
por tu avenida de nenúfares, bohemio
espíritu de tu razón de ser. Sí, tu mayoría
de edad impresionó a mi alma con sus reflejos
aprendidos, tu fe en la pizarra de los sueños,
la lejanía de tus ojos practicando infinitud.
Drenamos hasta ser isla santificada,
país del siempre que tus aguas protegen
pesan aún tus pintorescas certezas,
tu plasma vibrante, vivo remodelando
tus maneras, a tu excepción me vendo
por el bien de mi elegía personal,
mi sitio, mi función cotidiana,
la posibilidad de seguir respirando.
Dibujo una estrella en la pizarra
que a la noche contemplo embargado,
su mineral carne vivo a espaldas de mundo
viví tu abandono libre de culpa
hasta infectar mis ojos de belleza,
recurrente ventanal de creatividad
que colecciona humanos paisajes,
que inmortaliza siglos de evolución
pesa tu cuento mesiánico, tu impresión
en mi tejado de resbaladiza pizarra:
sembrará nuevas épocas con la penuria
de mi hambre, decorará otras pieles
expuestas en la retrospectiva mundana.
Cuelgas de mí desdiciendo la muerte,
emulando inmutable la emulsión primera
hacías noches puras en tu pizarra,
vivías lo insignificante en somnoliencia
coleccionando humanidad dedicada,
el comercio de tus ojos con lo relativo.
Sigues tu iniciático curso
deambulando por tu exilio
como un dios defenestrado
has testificado en contra de todo,
del más sublime momento, del más
mísero; has estrellado tu cuerpo
contra el universo hasta crucificarte
libre de toda culpa, resbaladizo tejado
formas parte de rechazo antiguo,
figurativo cielo de una selección
microbiana, una muestra del arte
cósmico que estudia tu piel expuesta,
trabajo anónimo de celestial tallista
embargas, sí, mi hálito con tu tiempo
anárquico, tu mayoría de edad que deja
su piel a zoroástrico buitre, tu idea
de lo cercano y lo lejano, tu mano
que se suelta en resbaladizo abismo
dominas ya muchas muestras microbianas,
incluso microinvisibles, el misterio de la creación
de materia como forma de impensable amor.
Matriarcado, patriarcado, tu péndulo
mental, torsión de tu armónico oscilador.
Crecen las barbas de tu mayoría de edad,
mi querido, exiliado dios defenestrado








































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