47 Ursae Majoris d
de ser luz constelada a distancia
que se descubre interior, órbita
presente alejándote de tu sistema
de vida, duración masiva alargándose
espectros gramaticales
descubres designio, haces de uso gramatical
como modelo de nuevos sistemas,
permisivas veces de la voz probable,
el tres anunciado por esa órbita diaria,
excéntricos seres descubriéndote método,
radio veloz en imágenes directas,
un púlsar que mide tu tiempo
55 Cancri b
eres calor diciéndose en tus similitudes,
una relatividad elevada, principio causal
por proximidad a tus estrellas.
Ves indicios que se te inclinan obedientes
en grados cosificados, creas temperatura
a tu entorno con tus altas expectativas,
el calor de tu sol interior, tu masa
aproximándose a tierras orbitales
como días acompañantes de cuerpo gigantesco,
tomas y bebes, inhalas sus aires,
practicas allí lo imposible: ser uno,
rocosa similitud improbable que te posea,
satélite del Ya en la marea cósmica
destrozando esos cuerpos,
esa captura gravitacional
la similitud te descubre descubridor,
fecha de métodos, detección de inmanencia
en un lugar inesperado, designio categórico,
un estado estelar materno
constelándose como un cáncer de vida,
recta ascensión con leves declinaciones
del verbo distanciándote de la materia,
años luz de magnitudes espectrales,
apariencias de temperatura a cada elemento,
edades que te orbitan como argumentos,
los excéntricos seres que te derivan
metal pesado, ángulo de distancia,
días acompañantes radiando sus atmósferas
desde tu cuerpo, el anterior, el siguiente, celeste
tus designios denominan alternativas,
un saber virtuoso de reglas y nombres,
de objetos binarios, una llamada formal
que te utiliza en la confusión
tu sol simula interiores, gráciles astronomías
que miden tu influencia, la gravedad
de tu impulso, el radio de tus tendencias,
contabilizan tus contradicciones más lejanas.
La elevada relatividad de tus sistemas
descubre mundos
la reverencia de tus indicios da gravedad
a tus piernas, composiciones inciertas, suposición
química de una estabilidad, creencias sin nube,
los espectros que dominan tus líneas de absorción,
que te derivan metal pesado, suficiencia,
ese canto atmosférico que transita tu estrella
eres abreviatura impropia, designio extrasolar
que orbita masivo tu dualidad,
constelación enfermiza que te aproxima
luz del ahora
Tatooine
hallas la búsqueda en lagunas mentales
de dichosa obstinación, doctas teorías
que comienzan una estrella, dos, tres estrellas
la contradicción anida en ti, solo en ti
como giro de esos cuerpos gaseosos, tú
hacia fuera, yo
hacia dentro en órbitas esotéricas,
gigantes que migran hacia otras órbitas
del ser interestelar. La dicción contraria
inicia validaciones. teorías, una fuerza
existencial en sistemas del Ello
como astros imposibles
investigas aportaciones, pruebas de existencia,
estudios orbitales de ti mismo por observar
el movimiento aparente de los cuerpos,
dar nombre a lo manifiesto tras su estela
eres científico empleo de indicios,
espectral existencia de múltiples aspectos,
continuación telescópica detectándose materia,
dato revisionista de una naturaleza gigante,
un gas reconociéndose extrasolar, la docta teoría
que da valor a su estrella, juicio sistematizado
como giro de esos cuerpos gaseosos, tú
hacia fuera, yo
hacia dentro en órbitas esotéricas,
gigantes que migran hacia otras órbitas
del ser interestelar. La dicción contraria
inicia validaciones. teorías, una fuerza
existencial en sistemas del Ello
como astros imposibles
investigas aportaciones, pruebas de existencia,
estudios orbitales de ti mismo por observar
el movimiento aparente de los cuerpos,
dar nombre a lo manifiesto tras su estela
eres compatibilidad verbal, vigencia gaseosa
de cada estrella representada, eres artista
de la propulsión posicionándote
mente, una posibilidad con nombre especulándose
aspecto, hipótesis, una luna más
de cada estrella representada, eres artista
de la propulsión posicionándote
mente, una posibilidad con nombre especulándose
aspecto, hipótesis, una luna más
eres científico empleo de indicios,
espectral existencia de múltiples aspectos,
continuación telescópica detectándose materia,
dato revisionista de una naturaleza gigante,
un gas reconociéndose extrasolar, la docta teoría
que da valor a su estrella, juicio sistematizado
eres amante de sagas celestiales
con nombre de hallazgo, presencia giratoria
en un sistema doble de absoluta irrealidad
haciendo gigantes de gas
chocas contradicción con la extensión
inmarcesible, con la comunidad bacteriana
escéptica a tus razonamientos
te constituyes nombre, diferencia,
un sistema que gira
un sistema que gira
Dulcinea
demasías del estar, coronales eyecciones
de tus desacuerdos interiores a cada elección
menuda, cotidiana, tratas tu masa con los lamentos
de un partir constante que te erosiona
el alma, la procesa de agridulces contrastes,
suposiciones corregidas a cada instante
representas la observación sin fecha,
ese detectar provisiones al tiempo,
estrellas maternas, arias inaudibles entre las constelaciones,
ese ascender rectilíneo entre las distancias,
los años luz que la rutina obvía
entre los espectros cotidianos, sus órbitas
elementales, cada excentricidad asimilada
derivándote amplitud, siderales días
como elongación de tu subjetividad
supones masas, seres similares, tamaños
terrestres posibilitando tu lógica, formas
de una metalicidad superior alineándose
en el cerebro como sistema, creación inmanente
que atrae volátiles provisiones.
El ahora tiene un núcleo sin masa
que urge posibilidades, un hielo incandescente
para el comportamiento de tus organismos
sus órbitas elementales hallan cercanías,
momentos de intensa fe en lo otro, creencia
sin análisis estableciendo tierra
orbitas visibles medios, el agridulce contraste
que descubre tu solitaria unicidad,
la ayuda de los espectros cotidianos
que se aceleran en su búsqueda, la precisa observación
que se revela presencia nocturna, masa invisible
tu proximidad altera las opciones,
esa levedad elegida del cálculo,
la temperatura de los cuerpos
ante la incomprensible posibilidad infinita
reducida a suposición, a nubes pasajeras,
esa atmósfera espesa de la dispersión
en la superficie perceptiva robándote el aire,
las oscuras nubes pasajeras
las posibilidades existen vida,
conocimiento inexplorado
el contraste agrio te conoce, se descubre dulce
entre las órbitas cotidianas, sus arias inaudibles,
ese ascender entre las distancias, los años
luz de evolución creando inmanentes,
ese conocimiento explorado anunciándose
Rocinante
acumulas noches astrofísicas, historias
trabajosas conjuntando personas, una,
series temporales prolongándose número
ajustas vidas en órbitas que se aparecen
intuición, presencia, un luego que se va curvando
luz permisiva, solución, una gracia algorítmica
que te observa sin juicio, patrones
de arriesgada responsabilidad, masiva idea
rozagante radio de nombres aprovisiona
a tu estrella, esos grados de luz
que optimizan tu paso, la longitud de tus días
como si fueran el último
rozas saberes amurallados, distancias
sin luz realizándose estudio, otra estrella
esas murallas te recorren hora,
posesión períodica de los problables,
suficiencia que se compara en superficies,
gaseosa masa
tus periodos van de la mano tras las murallas
apareciéndosete intuición, un ruido
analítico que precisa del aire, del agua
interna de las similitudes, una astronomía
de lo incorpóreo orbitándote tiempo,
la distancia trascendida
precisas la dulce confirmación de la existencia,
el rozagante radio de los nombres
equipando tus murallas, tu astrónomo
espectral observando la insignificancia de tus manos,
una silla austral para los detalles desapercibidos
que parecen regresar en el tiempo,
los números en la cola del Yo
61 Virginis b
planeas variaciones vírgenes atribuyendo posibilidades,
presencias masivas que descartan el cuerpo
anuncias comprensión alrededor con tierra
en tus manos, comparas sistemas movedizos
dentro de cada posibilidad, pensante presencia
que orbita tu disco duro, polvo de existencia
desapercibido. Habitas distancias virginales
huyes controversia en metálicas relaciones,
señalas ligerezas en reveladores porcentajes
que se calibran método, una abundancia relativa
la distancia muestra excesos, infrarrojo pálpito
que parece ser por sí mismo, tu relación
con la existencia, un disco de polvo.
Alrededor, granos de tierra, teoría oscura
que absorbe a tu estrella, un espacio
que se postula vida en obesos segundos,
relativa abundancia
constelas emociones, la virginidad de lo aparente,
una magnitud inmensurable que brilla
ante tus ojos sin verla, encuentros
cuando habitas las distancias, los años
luz de lo que llamas pensamientos, movedizo sistema,
los soles cercanos de tu día a día
enrojeciendo emotivos desde un saberse
existencia, la orbitada presencia alrededor
amarillean los espectros como hojas otoñales,
tenue sol que perdiera masa desacelerando
las presencias, un giro antiguo
de novedosas estimaciones, millones
como obesos segundos de toda creación
orbitas estrellas cotidianas constelando
pensamientos caducos, vanas emociones
que ya perdieron su masa. La tierra
en tus manos completa periodos,
se descubre método nuevo, radiante
Kepler 186f
creas posibilidades, existencia, encuentros
con los habitantes de la similitud,
tierras de lo probable que llegan
a tu alrededor
eres una órbita rojiza descubriendo
estrellas habitables, números y letras
con un telescopio sin masa
objetivas sentimientos como inteligencia,
una búsqueda telescópica emitiendo
sistemas, tu alrededor, señales a intervalos emocionales,
detectas dichas de ser observando distancias,
se habitan las estrellas con tu luz,
el presente emitido anterioridad
tu unicidad metafísica deriva órbita,
radio estelar, centros ocultos de la cantidad,
la luz transita planetaria la tierra, tu
alrededor como incertidumbre, diámetros
de amor según el grado de ocultación.
Aproximas lo pequeño y lo grande
al dar volumen a los sentimientos
astas de tiempo se encuentran
creencia que albergara formas,
se encuentran de azul masivo
estimando combinaciones, la deriva,
composiciones de roca y océano,
la densidad de tu pecho. Creas
probabilidades, masa atmosférica, veces
de tierra acumulando habitantes. La rojiza
órbita emite su flujo juvenil
como vida primordial, eleva períodos,
lo probable se elimina en medidas,
dota el a través de estimaciones, varía
tus composiciones hasta los extremos
de la inverosimilitud. Tu cuerpo irradia
similitudes de océano y roca, de tierra
alrededor, una masa absuelta de presión
orbitas relativo lo habitado,
soles externos de la suposición,
la rojiza suficiencia de un anclaje
terrenal, océano y roca, tu gravedad
compositiva en artes del concepto,
un artista del tamaño de la tierra
habitándose de anfitriones estelares,
creando posibilidades, tu alrededor
CONSTELABAS
Casiopea
madre de las entrañas que alardeas
de tus hijas estelares, mar oscuro
donde las criaturas se ufanan
de su belleza salvaje, eres la ira
monstruosa que devasta mi tierra.
¡Sálvame de los salvadores y su oráculo
fatuo! Solías apaciguar ese mar
de vida efervescente sin necesidad
de sacrificios. ¡Despójame de mis ropas
mundanas y entrégame al mar!
No espero tus manos, ni heroico
duelo sino el regreso, cautivar
a mi cabeza degollada con el coral
de tus luces, vencer a la vida
sitúame en los cielos, aquella bóveda
del tiempo que me constelaba
entre mis semejantes, ese trono
originario desde donde representaba
mundos. En tu espejo sostengo imágenes
de posterioridad, los símbolos a esclarecer.
Allí escribía los nombres, y te me aparecías,
seria, sobrenatural, un principio cósmico
indeleble descubriéndose a cada rayo
compilaba milagros, errores corregidos,
un catálogo de gestos silenciosos,
siglos de reconocimiento brillando
en sus formas como cielos boreales
y me carteaba con las estrellas
poniendo nombre a las cosas
como un genio de lo breve; describía
lo antiguo en la superficie
de las mentes, calibraba imágenes
y posiciones de ascenso, la rectitud
de tus horas y mesuras, la declinación
de tus verbos visibilizando materia,
completando la parcialidad de tus grados,
entrando los números que brillan en los cielos.
Guardas objetos mundanos como amuletos
del miedo, reliquias idolatradas
como meteoritos de las lluvias celestiales
tus juguetes mentales dejan remanentes
arquetípicos como supernovas explosionadas
en los confines del tiempo; fuentes
de luz viajando en frecuencias superiores,
lácteos gigahercios encontrándote
en tu tiempo como una nube de materia
luminosa ionizando tus extremidades
varías los colores de tus tierras
en tu mirada próxima, tu sol
te ensimisma en la multiplicidad
inabarcable, compones años y órbitas
emparejando las miradas, torneando
la arcilla en tu ilusión de movimiento.
Compones presencias desde objetos
inertes, la masa disuelta en tu corazón
tienes, hermano, distancias impensables
luciendo en tu frente, cúmulos
en tu catálogo de silencios gestuales,
la estela de existencias desconocidas,
posiciones de ascenso, el respeto
de tierras lejanas variando sus colores:
sitúame en los cielos, hermana, entre las luces
tienes estrellas en tus ojos, hijo,
y te cuentan galácticas razones
que iluminen tus observaciones,
un ámbar de partículas del conocimiento
inabordable, lácteos megahercios
de ignotas civilizaciones. Brilla
en tu burbuja como invisible espectro
solazándose entre los universos.
Deja a tu sol ensimismarse
con sus vástagos, e imagina
los remanentes de aquel entendimiento puro
bajas a veces a saber de un centro,
de la temperatura y la velocidad,
del giro de tus cálculos; haces
masa y forma, pérdida y curación,
variaciones de brillo sobre los arquetipos,
variables eruptivas del pensamiento
llamaste a los espectros del cálculo,
de la medida y el ángulo de visión,
a las veces solares amarilleando
en tu conciencia, sus variables
acontecías historia apareciendo humano
al que observar, un techo de años,
de letras y montañas, de efigies idolatradas
tu sol te mira cercano como un centauro
de los cielos, se te aparece magno
en su reconocimiento, te zigzaguea
por entre las venas inmediato
te señala muertes al otro lado
de tu vida, seres irreconocibles
que usamos para encontrarnos,
nortes del cuando y lo posible visibilizándolos
en el cielo de otras latitudes
miras cercano los polos de tu pensamiento,
ves horizontes y ciudades enardecidas
declinando en su violencia, el aire
montaraz que reaviva tus extremidades
tienes cimas de ser como picos
emocionales, mar oscuro de la vida
efervescente, las formas culminadas
de un saber ancestral. Tienes
la noche austral mirándote
con los ojos caídos sobre el horizonte,
norte de lo posible observando
las latitudes más extrañas de tus universos
¡Despójame de mis ropas
mundanas y entrégame al mar!
Recoge pues las estrellas
y da los nombres de lo magno,
suprime las distancias de la luz,
que de ti nunca salió
Orión
estás representando el alzamiento
arqueado de los árboles: buscan
sus copas el encuentro, vellocino dorado
se tocan los lados en ese viaje
vida y conocimiento escriben su leyenda,
cuentas en el ábaco de estrellas
que te acosan invisibles: tus hijos
son titanes de la materia en un atlas
colosal, los dioses que pusieron los cielos.
Todavía pereces en tus ciclos,
y continúas tu viaje persiguiéndote
eres mito estelar, una asociación
de dioses proyectados desde tus entrañas,
la estela de seres ignífugos,
versiones de una llamada profunda
existes tradición y sostén del amor viajero,
despierta luz de la inteligencia, gemelo
oscuro del día, una lejanía hermana
que desafía recursos, que flecha
a tu animal con su filo diamantino.
Eres un brillo oceánico en el aire
inamovible tras el bosque que flota,
lejano mar y sin embargo inmanente.
Sigues lanzando tus flechas a la oscuridad
por dar el blanco a tus razonamientos,
y ves así objetos nuevos en el universo,
tu ábaco de cuentas que tanto amas
aun si falsea tu creencia en la separación,
el lugar donde halla consuelo tu soledad
se crea leyenda desde tu fantasía
sensible, describes propiedades de los cuerpos
que contrastas, celebras las equivalencias
asertivas de tu realidad, tu nuevo mundo
realizándose acorde a predicción;
nombras y escribes tus imaginarios
asociando magníficas proyecciones,
dioses cognitivos que signifiquen ser,
heraldos de la expansión de conciencia,
los épicos héroes de la infinita curva
en prominente Quizá brillas
visible en el tiempo, una estela
reconocida en noches silenciosas,
un invierno contigo mismo y el frío,
horas del amanecer en que medias
entre luz y oscuridad, y te ves
cielo y tierra amándose inseparables,
río salvaje salpicando limo y estrellas
tu ábaco de bitácora recuenta pasos,
derrota estelar, apariciones sin nombre,
nombres, estelas, géneros, la brevedad
de las colisiones imperceptibles; describes
iniciáticos saberes, la antigüedad
como una superficie de despegue,
asciendes el abajo a recta, declinas
tu visibilidad en grados escolares,
parcelas el conocimeinto en números
especializados, en diminutos brillos
chispeantes, estrellas objetos entre sí
por medir tu ignorancia, ninguneas
la lluvia de los rayos invisibles
estelas colindantes asoman montaña arriba,
dioses gemelos trepan como alados toros
de un templo derruido, el frío invierno
el futuro como mito es un gigante
de fugaces estrellas, una cuenta
que viola tus números temporales,
un hijo ciego regresando al origen
donde no hacen falta los ojos.
Sigues cazando ideas voladoras
por la promesa que te diste, aniquilas
al animal sobre la tierra por ese enfado
ancestral, gigante mito creacionista
que aún remueve tus entrañas.
Renaces ciclo, enorme bucle
de versiones lanzadas a la oscuridad
has destacado hemisferios según el viento,
riges realidades sistematizadas cuyos espectros
se hacen masa y luminosos segundos,
astros rojizos que tus ojos no perciben,
tamaños y distancias sin brillo del ahora
dándote ilusiones nuevas, una esperanza,
secuencias de hidrógeno y helio en tu núcleo
haciendo efectiva tu luz
se hacen masa y luminosos segundos,
astros rojizos que tus ojos no perciben,
tamaños y distancias sin brillo del ahora
dándote ilusiones nuevas, una esperanza,
secuencias de hidrógeno y helio en tu núcleo
haciendo efectiva tu luz
eres molécula en las nubes del pensamiento,
estructuras el polvo como plasma, nacen
las futuras estelas que te ubicarán
en nuevas realidades, una distancia nueva,
luz amagada de tierras lejanas formando
nuevas teorías, nebulosas del pensar,
una emisión interminable de esa reflexión,
regiones oscuras que tu flecha blanquea.
Destacas intensidades de tu emoción
se dibujan los asterismos en la mente
por conocer tu centro. Distancias
la luz alejándola de ti. Y sin embargo,
eres mar inmanente. Comprendes
sistemas y principios a la vez
que flotas etéreo acompañando estrellas,
orbital espectro de períodos cosmogónicos,
días de mantras infrasónicos, multiplicidad
reducida a binarias proyecciones
de tu biología. Azul mar blanqueándose
con la espuma de tus labios, sol
que eclipsas con las sombras de tu duda.
Y sin embargo, secuencia de hidrógeno
y helio haciendo efectiva tu luz
trota ahora una nebulosa por la mente,
un caballo de irisadas crines, frío
invierno que me acerca el alma, moléculas
que puedes ver en el contraste
que crees separa al emisor del receptor
un caballo de irisadas crines, frío
invierno que me acerca el alma, moléculas
que puedes ver en el contraste
que crees separa al emisor del receptor
resaltas objetos que localizas
en el espacio profundo del tiempo,
persigues estelas que pretendes montar,
aquel caballo de irisadas crines, y posees
diámetros de eclípticas como un amante
desesperado que no sacia su hambre.
Tus textos envejecen con la premura
de una geología adversa; verbalizas
por rellenar vacíos, significas por aplacar
tu hambre. Ves pasar las nebulosas
en círculo hasta renacer a un nuevo ciclo.
Regiones oscuras resurgen como llamada
profunda, y descubres nuevas astronomías,
nuevos reflejos llegados de un tiempo
que se estira inalcanzable. Distancias la luz
en el espacio profundo del tiempo,
persigues estelas que pretendes montar,
aquel caballo de irisadas crines, y posees
diámetros de eclípticas como un amante
desesperado que no sacia su hambre.
Tus textos envejecen con la premura
de una geología adversa; verbalizas
por rellenar vacíos, significas por aplacar
tu hambre. Ves pasar las nebulosas
en círculo hasta renacer a un nuevo ciclo.
Regiones oscuras resurgen como llamada
profunda, y descubres nuevas astronomías,
nuevos reflejos llegados de un tiempo
que se estira inalcanzable. Distancias la luz
observa: estelas de amantes cruzan
el cielo nocturno como letras
de un alfabeto olvidado, semejan
estrellas que hablaran a tus ojos
el cielo nocturno como letras
de un alfabeto olvidado, semejan
estrellas que hablaran a tus ojos
tus objetos se esparcen por la habitación
de los cielos profundos como juguetes
que vieras por primera vez. Se buscan,
dorado vellocino de un viaje inacabado:
trapecios, triángulos, cúmulos del pensamiento
se abstraen prominentes Quizás, describes
iniciáticos saberes que den su estela al tiempo
tu periférica luz no tiene dueño,
incluso acompaña a la masiva negritud
de tus agujeros negros, suple
tu ignorancia con semillas de saber,
orbita la vida como un mar inmanente
regalándote estelas cuando te lo permites
incluso acompaña a la masiva negritud
de tus agujeros negros, suple
tu ignorancia con semillas de saber,
orbita la vida como un mar inmanente
regalándote estelas cuando te lo permites
destacas hemisferios estelares
como chispeante cerebro, varían
tus miradas el brillo de la noche
cuando alcanzas el silencio, magnificas
la luz al suprimir los ángulos,
nocturno sol que evidencias lo invisible,
fugaz azul sin nubes, observa
como chispeante cerebro, varían
tus miradas el brillo de la noche
cuando alcanzas el silencio, magnificas
la luz al suprimir los ángulos,
nocturno sol que evidencias lo invisible,
fugaz azul sin nubes, observa









No hay comentarios:
Publicar un comentario