viernes, 27 de marzo de 2020

CONFONÍA




Mahler nº3 en re menor


I

Kräftig. Entschieden lleva el verano firme
las potencias que el invierno resguardara,
la seducción ruda y brutal de olores que desfilan 
apabullando a los insectos,
obreros de existencia en la excelsa sonata,
un programa oculto

Despertar y fecundación de la materia por el espíritu creador, concebido como el espíritu vivificante de la naturaleza

la vieja luz primigenia se amplía colosal
de lenguajes y emisores gigantescos en su menudo soplo vital,
fortissimo, la marcha salvaje
y entonces las voces graves del exceso cromático
se derriten en las trompas ramplonas de un calor agonizante,
un choque de metales y murientes aleteos
que nos llega, una vez más, en el ahora,
pausado reflejo de una vieja apoteosis
de los elementos


II

Tempo di Menuetto. Sehr mäßig  las flores de los prados 
tributan al pasado sus simetrías en un tempo invariable, 
etéreas notas, diálogos de madera, frases de arbusto 
que alzan el vuelo sobre los terrones secos


III. 

Comodo. Scherzando. Ohne Hast sin prisa 
el cuco de la primavera muda
en un ruiseñor estival, una mágica trompa 
de postillón, un si bemol de lejanía 
que dibuja la explosión de los colores
acallando la algarabía de los bardales. 
Silencio, aire quieto, cálido
antes de una nueva fanfarria animal
y el solo de los ruiseñores de postillón
hasta el exabrupto imperio de la tierra


IV

Sehr langsam. Misterioso muy lento
el respirar
de las frecuencias elevadas, esferas
de los mundos más gaseosos
vibrando a medianoche desde el dolor,
desde el placer a la inocencia la profunda sonoridad
de lo inmóvil, sencilla armonía 
de lo eterno
 Durchaus ppp. “O Mensch!” vuelve 
una y otra vez una brisa
que mece el trigo lejano de la infancia
con maternal mano la rubia espiga
de atardeceres soñados hasta el silencio,
el silbo dulce del pájaro que te despierta
arroyos, habla el niño
 con las ranas, cazador inocente
entre los juncos, una tromba de rayos crepusculares
iluminando una tierra virginal, la mirada

sobre la escolanía crecen los tallos tiernos
de una imparable libido vegetal In der Ferne aufgestellt
El mundo es profundo,
Y más profundo de lo que el día pensó

bajaba el ganado a gritos, tierra seca
alzándose ante el pico majestuoso, la montaña madre
de aquel edén, de esta burbuja irisada
que en un respingo quiebra


V

Lustig im Tempo und keck im Ausdruck la alegre luz
que te recuerda,
en la sugestión del mundo tu origen
por la campana fúnebre cegado,
el compungido diálogo del amedrentado
en la visión ingenua de los paraísos artificiales


VI

Langsam. Ruhevoll. Empfunden  lento adagio 
del sentimiento profundo el instrumento 
de nuestras apoteosis glorificando lo viviente, 
una mirada polifónica, la serenidad, la grandeza,
tu poderosa fe, la hipnótica inmovilidad mística y contemplativa
del río que te piensa, el manto legítimo de la belleza
jamás compuesta
desde el movimiento,
el óptimo amor de esta atmósfera
en movimiento Kraftig. Entschieden.-Con Forsa. Deciso. Tempo di minuetto. Sehr massig Comodo. Scherzando. Ohne Hast. Sehr langsam. Misterioso. Durchaus ppp. "O Mensch!" Lustig im Tempo und Keck im Ausdruck. "Es sungen Drei Engel" Langsam. Ruhevoll. Empfunden.


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Haydn. Die sieben letzten Worte unseres Erlösers am Kreuze

sobre roca macerada por los avatares del tiempo
el invitado a su reino en el oratorio agrietado,
santo ejercicio del espíritu, 
la tormenta de hombres y mujeres
adorando la mórbida corrupción del mundo,
plañendo sobre las raíces de la tierra,
engrandeciendo el culto hasta el granito seco​ 

digna devoción de violonchelos y violines
tras las ventanas del luto arde bajo una vela cenital, 
alígeros dedos la amalgama alegre de notas encontradas
en fúnebre marcha, un niño en Viernes Santo entre encapuchados ​

 el origen se desliza por cada ser
como substancia musical, un prefacio de la vida,
el oratorio de montañas y valles, 
el efecto de la circunstancia
en las paredes, en las ventanas, en los pilares del mundo
cubriéndose de tela negra, de solemne oscuridad

 mediodía ceremonial de púlpitos, 
las siete palabras ante el gran árbol de la vida
llenándose de música, de orquestas infinitas
en el discurso de los planetas
adagio tras adagio​

Cádiz resuena en italiano instrumentale 
sopra la sette parole del Nostro Redentore in croce, o 
sianno Sette Sonate con una introduzione, 
ed al fine un Terremoto en la Santa Cueva,
la cueva de los hombres,
un pastel en una caja relleno de monedas de oro


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Brahms. 

Sinfonía Nº 2 en re mayor. Op.73


tranquila orquesta de progresiones,
de animales que varían sus pautas
en versiones evolutivas, pianos realizándose
en los parajes del otoño,
del tono menor de lo reptante, 
del tono trágico del hambre vegetal
de alegres hojas, reflectantes gotas de lluvia cálida
poblando el pecho de los sentimientos,
los caminos de infinito

tranquila orquesta de escurridizos movimientos
las flores, los gomosos oboes entrelazándose en el tallo,
 dos abruptos clarinetes asomando en las corolas, 
sibilantes fagots las motas de polvo
que el aire endosa a todo
con sus eólicas tubas, todo
meciéndose en cuerdas invisibles

allegro non troppo la grave extensión
de la tierra dormida, los dóciles pasos del niño
en su lírica transición sensorial hacia el miedo,
violoncelos transparentes le columpian por las veredas
con la melancolía de un hielo futuro,
la memoria escuchada, fugada
hasta aquella vereda el tránsito
a la muerte definitiva,
versiones evolutivas de cadencias eónicas
en una única melodía sin coda, 
los vientos extensos del firmamento
sobre un pizzicato de serenos augurios

adagio non troppo el tema de la belleza 
que impera en tus ojos, madera y oro en el centro
de cada drama hasta el acorde último,
la memoria escuchada que se fuga

scherzo, allegretto grazioso quasi andantino de una rima asonántica
de tríos, acaso rondo que un viento ignoto escribiera,
 las vibrantes cuerdas atravesadas
por un amor cuantificable, tu elección, cada elección
las variaciones evolutivas como tema principal
de un arquitecto imprevisible de vientos y cuerdas sin coda

allegro con spiritu de lo etéreo a la materia
que empieza tranquila orquesta de las fuerzas estelares,
solemnes singularidades de infinitos sucesos
acaeciendo líricos en el gran poema de la creación,
un teatro de lunas y astros conclusivos
del que no te escapas ni en los sueños,
un contrapunto de ilusiones devolviéndote a la vereda,
a los trémulos vientos de la existencia,
al asombro del misterio arcano,
los caminos de infinito arrastrándote
a una deslumbrante coda final,
el lírico tránsito

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Sinfonia nº4


origina el verano la nota enfática
de la aparente vitalidad, las tórridas cadenas del pensamiento,
sigilosos ternarios repitiéndose en las estaciones,
la marcha triunfal de los temas florales
 concierto y caos en las mentes del observador

allegro non troppo en mi menor
que mueves las formas, el desliz de los sonidos descendentes,
los quiebros de la materia modulándose
al compás de tus ojos, el río que desemboca
 en las cifras de tus cálculos inoperantes,
Si menor, un cielo menorizado frente al Sol de estío
cuando troncos y arbustos dimanan sus melodías
en la tonalidad del origen
hasta alejarse de ti en las armonías
que fraguarás, acordes, figuras, constelaciones, los tempos
olvidados relanzados en la expansión constante 
de la inmensidad


Andante moderato (mi mayor) un cortejo fúnebre 
moviéndose silencioso a la luz de la luna” la reflexión oculta
de los tiempos internos, el viejo tetracordo griego
sucediéndose en la cara oculta de la luna
en modo hipofrigio, simetrías descartadas, dorio, frigio, lidio
por un momento de ruptura, lento, macilento
en tu momentánea descomposición
sobre el colchón, doloroso tránsito
de infinitas voces que te invaden
hasta reconstruirte una vez más
pagado el precio de tu arrogancia


Allegro giocoso - Poco meno presto - Tempo I (do mayor)
la única y vivaracha alegría accionando
el lenguaje de los troncos, la atmósfera 
de las apariciones, el reencuentro de los hábitos, de lo ausente
articulándose en lo liviano, diminutos aspectos de la rutina
como jovial antecedente de la exuberancia


Allegro energico e passionato - Più Allegro (mi menor) en cada calle
del alma la sinfonía de lo idéntico y de lo personal
en las voces más bajas, en el griterío más variable
realizándose de metales y granito, de formas enquistadas sin fonía, 
los contrapuntos de aquel río que desembocara
Nach dir, Herr, verlanget mich, BWV 150 de difícil ascendencia
en las transformaciones del tiempo 
original, los compases contados de los ciclos,
las imprevisibles variaciones de un gen primordial
desde lo grandioso a lo fugaz, el drama, su clímax circular
reiniciándose a otra escala, mixolidia, asimétrica, distinta, sin tu testimonio
absurdamente solemne:
Yes, Fragile de 1971,
los cuadros de Breughel "donde una fuerte alegría reina por completo
y el final corona de oro 
inverosímiles frecuencias que edifican
otro universo de leyes impensables, sencillo, lujurioso,
incomprensible belleza de un poder inalcanzable,
la majestad que nos lleva
 a “penetrar en el reino donde la alegría y el dolor 
permanecen callados y la humildad se inclina 
ante lo que es eterno


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Pachelbel. Kanon in D-Dur


la progresión en ti de las cuerdas
ramifica tu centro alargando, entrelazando, contraponiendo 
los pensamientos que se afanan en la armonía 
hasta la voz, las múltiples voces
a punto de fuga, de otra forma, de otras danzas
haciendo calles de aparente caos,
el ostinato de arcano diseño,
de inaudible frecuencia, de las líneas que nos atraviesan
como neutrinos imperceptibles,
tónica, dominante, paralelas, subdominantes
progresando hacia nuevas formas

la catedral de San Esteban flechada
por esas líneas cristalinas
olvidó a su organista
de motetes y arias, de pequeñas voces de un coral humilde
trenzando arreglos al caos mundano,
breve, lírica luz irisada de continuo
con la obstinación del cosmos
no siempre interpretada, dramático clavicordio, 
violento clavicémbalo, barroca espineta que surca el tiempo
en formas estrictas o improvisadas por algún virtuoso sin nombre

clara progresión la mirada al pasado
adquiriendo melodía, armónica textura
de los materiales, un ritmo ancestral que determina
tus cualidades, el sonido de tu cuerpo, las piezas de tu voz
como un mosaico tramándose en el aparente vacío,
tu música 
monódica, o delicada polifonía, homofónica 
o melodía acompañada de soledades personificadas, la heterofonía 
de tus apetitos carentes de significado,
los contrapuntos desnudos que describen tu escritura

sencilla progresión el reconocimiento fácil
de tu son en el mundo, instrumento y voz, 
singularidad que aterroriza en cualquier horizonte 
allanando tu canto
uno e infinito, monódico y polifónico
(in)dependiente


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Léo Delibes. Duo des fleurs (Lakmé)


viene la India a mi regazo
en el tórrido crepúsculo del horizonte, mi pecho
 dibujándose, levantándose unísono canto 
y dual, de lo brahmánico 
a los endurecidos tallos de la hierba,
de Lakmé a Mallika el río de la vida
auspiciando sus flores, trascendemtes semillas,
"Rarahu ou Le Mariage" imposible, la hija de Nilakantha y Gerald, 
la semilla de una nueva India
en las hojas de datura, plúmbeo, hipnótico estramonio de cualquier Imperio
llevándote a la muerte, arrancando flores
al pie de tu última montaña

bóveda frondosa, blanco jazmín las estrellas
entrelazándose a tus ojos en las riberas
del amanecer, suave desliz 
de tus pensamientos cautivos que en la luz
se desvanecen como indolentes alas,
las orillas de tu ser estremecidas
por el repentino frío que el sol aviva

viene la India en adormecidos manantiales,
unísono canto y dual de cornejas y mirlos
a mi ribera de estrellas

i

derrámate sombra en lo sagrado,
calma oscura que se adueña de los pájaros 
sonriendo al tiempo, leyendo el corazón bendito 
de los siempre 

ii

confúndete flor, orilla fresca e invocante
de la fugaz corriente de los pensamientos,
las temblorosas olas que encienden los cielos
con tus manos de arcilla, de límites y voces,
de espesos jazmines invocándose a sí mismos,
de rosas artificiales ribeteando la mañana,
el dulce espasmo de tu oleaje 
hechizando la materia, fugaz, tembloroso, pura tierra
de raíces y arcilla reventando los límites, puro canto
en la frondosa bóveda donde pájaros y estrellas
se confunden, comulgan

iii

conócete miedo subiendo maldito por tu espina,
poderoso tiemblo que imparable se alza
quebrando la perla de tu estanque,
las níveas alas que ahora surcan el delirio,
el loto azul que lo poblara

iv
frondosa bóveda de estrellas ajazminada
diluyéndose en mi regazo, la India como dádiva que se libera
en la corriente fugaz de temblorosa ola,
de orillas rebasadas con pies de arcilla
donde pájaros y estrellas se confunden,
de amaneceres risueños, mañanas como ruiseñores
que dulcemente hechizan tu camino,
el canto unísono, dual
de cornejas y mirlos


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Händel. Water Music. Suite en fa mayor (HWV 348)


1. Obertura (Largo – Allegro)

la corriente diaria atardece aristocrática
en regias barcazas, palaciegas mareas creciendo cardinales
en los impulsos de la necesidad,
el otro es tú en el tiempo que la música te interpreta,
 la música de otros muchos en el río, el concierto de la vida
cubriendo tu llegada


2. Adagio e staccato

  rey del luego abandonado a tu suerte
en el regreso a ella, la noche viajera
 del rey satisfecho en aguas sin orden,
iterativa vez de la corriente diaria
hasta el regreso, la tierra de los pies etéreos,
de blancos muros mentales coronando al rey 


3. Allegro – Andante – Allegro da capo Aria

barcaza regia del Nilo al Támesis el otro que en ti fue
 la díscola orquesta de cualquier creencia actuando 
en aristocráticos atardeceres desde el balcón de tus ojos,
en noches oscuras de estrellas asfixiadas


4.Minueto

 solo el rey llamando al rey, dando audiencia al sordo rumor
 que partió hace tanto ya, acuático, subsónico,
la atenta ayuda de cuatro trucos mal aprendidos,
dejar, soltar el entonces, toda preocupación entregada
a los gobiernos del tiempo, el corto débito de una larga vida 


5.Air

padre es música, madre es letra en el tiempo,
la manera civilizada del rey, el recuerdo del allí
 mostrándose en los gestos inclusivos,
la grandeza del hijo​


6. Minueto

piezas, formas, movimiento contado,
particiones de un gesto, la comprensión acuática
musicándose en el destino, dividiéndose en posibilidades
río arriba, río abajo en la gran cena
del faraón, del rey orquestado
resonando en las aguas o en la intimidad de tu muerte
anclada en la vida


7. Bourrée

barco del origen desconociéndose
en cada era, en cada secuencia materna,
cada versión del conocimiento
del uno expandido, de la selección orquestal
moviéndose entre mundos distantes,
el embargo de tus creencias
a su origen


8. Hornpipe

regia barcaza del atardecer
anclándose a la imagen

9. Andante

barroca imagen del infinito
por donde la razón se libera
la sorda obertura del vacío
en esa fuga a la alegría nimia,
un concertino de formas evanescentes


10. Allegro

irisa un oboe el horizonte
de exquisitos rubores, cornos que azulean
sus mejillas siguiendo el vuelo de unas aves
de sincopado ritmo, la nimia alegría pectoral
que en el vientre se hace flujo, un tema
de cromáticas variaciones desde el balcón de tus ojos,
de tus oídos, de una piel que sabe
sin contrastes


11. Hornpipe

contiene el rey solar la música más festiva, 
un Sol íntimo rastreando el más ínfimo movimiento,
la chirimía de los grillos, la danza de las luciérnagas
absueltas del tiempo, 
las épocas del rigodón en la añorada Provenza
sumiéndose aquí entre mis dedos, 
un mar de tréboles irlandeses en la hornpipe,
la bourrée, la giga, la sarabanda
agitando todo lo que es
en aristocráticos atardeceres


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Aleksandr Borodin. В средней Азии (En las estepas de Asia central)


el poema originario del destino,
el ser que celebra la plata de tus ojos,
zarino reinado de la expansión 
haciéndose materia en las voces esteparias, 
una partitura de abriles, de canales descongelados
por obra del idilio caucasiano,
de las caravanas que cruzan los desiertos
de los corazones muertos,
la apertura de la escucha ornamentada 
por el silbo de los pájaros asombrados,
Oriente en un corno inglés, Asia gigantesca en los devaneos de tu corazón
tan antiguo cimbreándose en sus melodías, renaciendo
como étnico contrapunto sobre las milenarias caravanas,
esa cuerda de bronceados pizzicatos,
la repiqueteante marcha del ser humano
entre los puntos cardinales

el silencio
vasta estepa de lo extraño,
la distancia una canción
que el inmenso desierto arrullara
hasta el silencio, una vez más,
el silencio
tiempo lánguido haciéndose armonía en la evanescencia
de tu cuerpo

la cabeza de tu imperio la música
del drama breve escenificándose entre lo visible
y lo invisible sin que lo único responda
a tus invocaciones, la química de todo compositor
uniéndose en poemas esteparios,
la inmediatez prevista por el nunca,
sin colegir obra alguna, el derecho a la inmanencia
estepa adentro, la veneración a la maestría
poemática, la ciencia revelada, la travesía esteparia
abiertamente ilustrada por la imaginación
expandiéndose universo en el asesinato del Yo,
palabras, ambientes, la evocación de escenarios olvidados
por obra del idilio caucasiano,
la correcta conquista del homenaje,
zarino reinado de tu alma

la arena
vasta resonancia de tu espíritu,
el canto dulce de la herida
que la luz divisa reverbera
hasta la arena, una vez más
la arena
colándose entre tus dedos

los cuadros vivientes de tu geografía vital
perfilándose en la plata de tus ojos,
 corona regia del caído en los terrores de los ciegos,
una época, un durante adquiriendo lo definitivo,
las regiones más leves de tu geografía,
el embargo de tu música en los canales congelados,
el poema originario brillando en la oscuridad del fondo,
la sinfonía de la arena entre tus dedos
como estrellas que danzaran en tus ojos,
el poema anexionado al corazón
 de las ingentes extensiones de aquel desierto,
el caudaloso río de la muerte, de los mares interiores
que alimentan la luz

la conquista infructuosa reminiscencias de un miedo ancestral
que dominara los cuerpos, la roca, los siglos
entre los planetas, la tardía férula de los mapas,
del pesar de tu libre albedrío
en la tierra de los nómadas animales, de las ciudades de seda
trufadas de desiertos y de estepas, de fronteras irracionales,
de naturalezas impuestas por los genocidas,
la conquista infructuosa de la historia

la innumerabilidad de la vez, el siempre
reconstruyéndose de esplendores nefastos,
de santos algoritmos, de eximios ídolos del pensamiento
en minaretes y torres de idilio
que el tiempo destruye como parte de la vida
dejando sin aliento a los creyentes,
destrucción reconstruyéndose murallas
de oración, de alimento, de ocio, de orígenes atisbados,
de destinos llenándose de realidad, de rutas ideológicas
confluyendo en posibilidades
hasta el silencio, una vez más
la arena del tiempo diviso, de nuevo
la enorme ciudad del durante

reflejos, la obra del pasado dotándose de visiones,
de limpios idilios atravesando los ritmos cadenciosos
 de los seres, su arena, el desierto…


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Mijaíl Mijaílovich Ipolítov-Ivánov. "Kavkázskiye Eskizy"

(Bosquejos Caucasianos)


cerca el padre la mecánica del joven coreuta,
la catedral de tu instrucción en el antes,
un estudio del ser, la influencia

música de los años desarrollando colores, ritmos,
el servicio coral, la mesurada compañía de los iniciados
en la independencia, los escritores del tiempo,
bosquejos de una deuda antigua
la canción del cosmos sin apenas evidencia,
tu cámara extraña donde el tiempo se escucha
como en Sueños
pionero de imágenes musicadas


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Camille Saint-Saëns. Le carnaval des animaux


1. Introduction et marche royal du Lion
 (Introducción y Marcha Real Del León)

la suite interna del movimiento
como un romance de sabana anaranjada
en la orquesta de minutos


2. Poules et Coqs (Gallinas y Gallos)

editas los meses, los años, estíos flamígeros 
de una memoria ardiente, la idílica villa de tu origen
concebida por una armónica de cristal, 
la viola de un suelo levantisco


3. Hémiones, animux véloces (Asnos, animales salvajes)

planeas sobre el día y sus animales
tocando su humor del aquí y el ahora,
del Ello musicándose en los otros


4. Tortues (Tortugas)

 la original inserción de lo antiguo
en pasos macilentos de la danza evolutiva,
los trozos de la macabra mismidad


5. L'elephant (El Elefante)

sólo darse al íntimo círculo,
la intachable santidad de tus maestros,
una disposición testamentaria de suite interna,
una última muerte del entonces
tu conversión definitiva


6. Kangourous (Canguros)

temor, salto, la frívola reputación de lo prohibido
 interpretándose de vidas, de enajenados movimientos, 
un cisne fantasmagórico privando a tu círculo 
de su íntima santidad, de tu maestro oculto


7. Aquarium (Acuario)

el embargo testamentario de tu suite interna,
el poder de la muerte, del entonces,
tu íntima conversión como la obra de las obras
musicándose en la oscuridad,
una orquesta de púlsares


8. Personnages à longues oreilles 
(Personajes con largas orejas)

fue, descompuesto en la veneración
de lo pequeño, la original concepción
de aquella armónica de cristal, aquella viola de un suelo levantisco
en las frecuecias inaudibles


9. Le coucou au fond des bois 
(El cucú en el fondo del bosque)

no deja el cuco su lealtad a mi ventana
por compartir la grotesca ironía de las presencias carnales,
el permisivo conocimiento de la gran obra corporal,
del sí-mismo universal


10. Volière (Pajarera)

el hoy elegante y volátil de esta jaula de los sentidos,
defectos de una inspiración limpia, de interna rima,
de lógicas microbianas en su exceso,
el piano profundo de emociones yertas,
la contemporaneidad de tus barrotes
constituyéndose estilo, aparente continuidad


11. Pianistes (Pianistas)

el Ha pasivo considerándose en cada tecla,
blanco, negro, la causa, fantasías
de una elaborada habilidad, los temas de una música inaudible
componiéndose efecto sobre una noche del alma,
el clasicismo preciso de tus detalles cotidianos,
tus formas reflejándose en el tiempo,
combinándose líricas entre los siglos
hasta la obsoleta exploración de tu ego.
Inicios, nuevas formas, precursoras músicas


12. Fossiles (Fósiles)

incognoscible amante de la armonía
ofreciéndose en las calles húmedas, pronta rabia
de tus débitos, tu gracia concedida, el conocimiento incodificable
de tu propia música prestada
 desapareciendo en la multitud.
Grande y quedo en tu constancia, el viaje,
las piezas de un piano de colores
saltando entre las islas de un mar aliado,
campanas, verdífugas palmas, órganos celestes,
 la catedral de tu sonata


13. Le Cygne (El Cisne)


de violines y pianos la avenida realizándose
en sus hojas, sus troncos rasgados, los conciertos
de una santa impersonalidad, una armonía amante haciéndose
acreedora de materia, el reconocimiento de su entidad
 que presidiera el tiempo sin títulos,
el hijo adoptado para su sacrificio
entre campanas, verdífugas palmas, los órganos celestes
 de la armonía amante


14. Final​

se mueven las islas de este mar agitado
recogiéndose en minúsculos sentimientos,
la feliz escritura de un sacra amistad
encontrándose como dulzura de aire, 
rojas, azules, amarillas islas 
alineándose como niños a la mesa,
los planetas de un designio, 
la hermosa claridad que brota de cabezas y pechos
 cubriéndose de virginales mantillas de antimateria
como finos y ligeros óbitos de tranquilidad, 
divino auspicio de verdades cordiales, pequeñas,
la conmoción de una mirada sincera


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Franz Liszt. Douze Études d'exécution transcendante



ET n.º 1 "Preludio"

se ejecuta la forma en ciclos, las piezas de un comienzo acabado
en dedos sin edad, un hacedor de visiones
licuándose en lo simultáneo, en ciudades de oro,
 en tránsitos de ascendencias sin título
dedicándose desde el ejecutor al creador
en pianos de neón y sangre


ET n.º 2 "Molto vivace" o "Fusées" (Cohetes)

la confusión de los doce a la mesa ejecutándose
 transcendentes sobre la madre tierra
con las primeras visiones de grandeza
sobre nubes oleaginosas, pilares, luminosos mármoles 
como sonatas de piedra en Si menor, 
la forma que olvida su origen, 
la parte de un piano que deviene solista 
encontrándose entre las rocas de un mar embravecido.
El jamás se escribe en el cuerpo,
un tiempo virtuoso y ascendente reclamando su singularidad,
el estudio de lo especial versioneándose en los hallazgos,
las piezas de un comienzo acabándose historia 


ET n.º 3 "Paysage" (Paisaje)

la declaración paradigmática del genio,
una época intocable, un mundo hecho de ábacos
rindiéndose al virtuosismo, la insuperable técnica finalizándose
en sus discípulos, en variables físicas descomunales,
paisajes del alma


ET n.º 4 "Mazeppa"

en el perigeo de los doce la música 
parece postergarse en ejemplos de luz, de sombras
lejanas que recorrieran las eclípticas,
definitiva cópula entre mayor y menor, las cuartas
de tonalidades concertadas por la obvia luminiscencia
de los doce, las auras que la luz camufla
en tu apogeo con las cromáticas tonalidades 
de un mundo ensordecido, mayor, menor, número, etiqueta, precinto,
presunción, el comienzo inacabado como preludio
de un final, las piezas mi Señor,
las piezas


ET n.º 5 "Feux Follets" (Fuego fatuo)

son los estos, los aquellos, los títulos, la excepción,
este y aquel planeta, una mayoría de incautos, de fatuo respeto 
como débiles llamas dejándose en su frecuencia,
su pasión delirante en las pequeñas primaveras de sus almas,
la excepción, la toma de un nombre,
la obra de un literato mecanizado


ET n.º 6 "Vision

la sorpresa de los años como un ultimátum
de la vida, virtuoso trato de aquellos dedos sin edad,
de la idea contenida en sus octavas
creyéndose veloces en un vacío inmenso.
La vez, lo uno, el trueno sordo de infortunio
estudiándose en los reflejos, el tétrico escaparate de lo otro,
una muestra de erróneas empatías
mientras los tallos del jardín, las viejas raíces estallan
en un quizás, un tormento de culpas y dedos atrofiados,
la cosecha de un pasado de oscuros frutos,
el viaje, su constancia, virtuoso trato
la epístola de una vida degustándose en el segundo
de un comienzo que se acaba
en la abundancia

el contra-yo sectario haciéndose piedra, padre, iglesia,
usurpador que profana la música invisible
en el perigeo de tu médula,
la idea contenida orando revoluciones,
tiempos venideros, el apoyo de aquellos dedos sin edad
como hipócritas garantes de una inocua felicidad,
popes de la emoción acusándose de artistas
en cuevas de infamia, arias y partituras como corazas
para los corazones muertos, los agentes de la muerte
abanderándose de miedos en la orquesta,
enferma escritura de un pentagrama del caos
salpicándose del lodo de mi carne
y absolutos


ET n.º 7 "Eroica" (Heroica)

lo que ha sido llamándose en un conjunto
de acacias, delicados maestros gravitacionales,
un pulso solitario en los rigores del pensamiento,
la permisiva forma acaecida, la vívida música
separándose en entidades fragmentarias de la obra.
Símiles, preludios, dualidades jugando en sus partes
con el tiempo como una colección de joyas áureas,
el sólido sentimiento de intenciones contrapuestas
del tener sin ser, las bases de tu rutina en clave cuántica,
sin por consiguiente, sin derecho alguno ni justicia jugando
su baza de la obra total con llaves de oro.
Nítida belleza de tus preferencias la pieza inacabada
en el contraluz de la inmensidad,
cuando toda pieza encaja


ET n.º 8 "Wilde Jagd" (Caza salvaje)

el ocaso de tus soles aludiendo
a su pureza con los dedos sin edad,
una inclusividad de segundos en versiones arcaicas que convergen,
pavoroso punto de infinita densidad
tras el Ser.
¿Acaso oyes tu final revisándose
en las estelas del cielo, las versiones de ti
en el amor de los universos paralelos?
Dual, te supones potencia en tus ensimismamientos
como una gran linterna que escudriñara los rincones del tiempo,
tu primera versión como un violín solitario
en el concierto de la eternidad


ET n.º 9 "Ricordanza" (Recuerdo)

piezas mnemotécnicas se escriben en quintas descendentes
por el valle de las sombras, consciencia de la conciencia
dándose nombres y excepciones, números, el asombro ribonucleico
que se sorprende en las narraciones musicales
detrá de la memoria


ET n.º 10 "Allegro Agitato" o "Appassionata"

ejemplares dígitos se despliegan
de una inteligencia ajena en geometrías estelares,
la grafía violenta del origen imprimiéndose en todo gen
como aparente separación, eones, eras, piezas
de una inspiración ignota, leyendas, poemas,
la nobleza del hallazgo amoroso
entre los átomos, toda subpartícula en esponsales
de un infinito convenido, sin error, sin lazos,
un caballo salvaje diluyéndose en la noche.
Se acelera el tempo, piezas del quizás
que se imitan como virus galopantes sobre tu montura,
la eventualidad de los eléctricos colpasos
como notas de la causa y el efecto, desbocados caballos
de la grandeza y el delirio de los egos
que un líder rescatara en la eventualidad de los colapsos,
la revolución de los verdugos


ET n.º 11 "Harmonies du Soir" (Armonías de la tarde)

se despliega el ocaso en eones de evolución,
registros invisibles preñando de música la oscuridad
con la maestría de alígeros dedos,
la fuerza sin fin, el joven vigor de toda guardería estelar,
madre nebulosa de la velocidad, de los dedos de fuego
en los descensos del vértigo, la extrema energía
de las infinitas posibilidades de cada dedo,
de cada imagen devorándose en aquellos esponsales
que traen la vida llamándose real,
una inclusividad de segundos, de acordes al trote
entre el arriba y el abajo diluyéndose en la noche

la abrupta roca de un silencio,
la afilada costa del quizás,
quizás el preludio de un eléctrico colapso,
del verdugo encapuchado blandiendo su guadaña
con la pureza de una imaginación desbocada,
del eros y el thanos en su danza

ecualizas los alzamientos del drama, su impacto
forjándose en la dificultad, la maravilla técnica, la visión
de los pianos arcoiris electrificándose en arpegios
de creencias, de una fe irreductible donde entiendes,
la ejecución trascendente de tu música,
un cénit de virtuosos emparejamientos,
el legado de tu majestuosidad acorde
dándose en colores, grados, crescendos acabados
de un afecto vehemente jugando a la magnificencia,
la anotación concéntrica de aquellos dedos de fuego
como providencia, sorda emulsión
que impregna los cementerios


ET n.º 12 "Chasse-Neige" (Ventisca)

el lastre de la última visión se agranda
en su unicidad, esta desolación de lo que ha sido,
este poema ártico en gradientes de luz-oscuridad
que cubre la tierra como una lluvia impía
y aún así vela con su derroche y su exceso
por la justa causa, la límpida mirada del vacío,
tu sonata y tu menor balada,
tus piezas de un comienzo ya acabado
acelerándose de los minutos más cortos,
de tormentosos colapsos entre las hojas,
remotos estallidos y luz primordial
silenciándose en tu alma


🌅🌅🌅🌅🌅🌅🌅🌅🌅🌅


 Claude Debussy. La mer 


el mar se te dibuja sonoro a tu llamada,
un boceto formalizándose de salitrosas ostras,
de imprevistas secuencias construyéndose
en el poderoso andamio de una constancia,
los extraños movimientos de tu etérea ligereza
enmarcándose de espuma en un scherzo azul

el mar se orquesta siglos, de milenios sutiles
de sugestiva riqueza al describir inusuales combinaciones
de una temeraria armonía, de impulsivas pinceladas
y alga microscópica, un ser 
de inmanente conocimiento

el mar es una matemática desquiciada
que busca la proporción áurea
relacionándose con tus sentidos


1. De l'aube à midi sur la mer (Desde el amanecer hasta el mediodía en el mar)

el alba vuela el mar como una íntima proposición,
 un velo de escalonados versos
elevándose en vacías quintas,
la frecuencia en que germinan corazones

el después la sordina de un boceto repitiéndose,
la alteración del número como un ramo de colores
variando con los cielos, la cesión de un centro inexistente
perfilada en la sordina

la melodía se aparece en los arabescos del viento,
provee de excitadas gotas a las orillas,
suscita las voces de cada ola, los clímax donde son y agua
se entrecruzan, se funden en la dinámica de los corazones

los esféricos segundos ejecutan sus burbujas saltarinas
en dúos y tresillos que se deslizan por las cuerdas de azur
evocando el origen de la vida,
la cíclica aparición de los reflejos,
fuerza, resurgimiento, los arabescos invisibles
que arañaron tu alma, especies extinguidas que regresan
como carburante del solemne destino,
un ínfimo movimiento deslumbrante
 de la plenitud perdida, la metálica luz del progreso
acaparador en un acorde sostenido, un brillo fatuo
deshaciéndose en los esféricos segundos


2. Jeux de vagues (Juegos de olas)

el juego como latente ritmo, los latidos, lo uno 
ante tus ojos en infinitos movimientos,
el genio orquestándose en los motivos infinitos,
deconstruyéndose hasta la invisibilidad, hasta el silencio aparente,
las distancias multiplicándose entre las olas
en la aparente continuidad, ritmo, latidos, el juego evolutivo
en su frecuencia líquida de sucesos,
la luctuosa lágrima de un mar, 
la brusca cesura de la conciencia
superponiendo las fusas de un mar centelleante
 al grácil chapoteo del niño

un puntillismo cromático la cíclica aparición
de los reflejos, de las químicas recombinadas, 
de nuevas gestaciones brotando melodía, brusca pincelada,
la radical exposición de un mundo nuevo
en viejas tonalidades, una suma al Ello inesperado
sobre un Sol sostenido

todo tema diluyéndose en marítima coda, 
los tonos mayores de un ejercicio de mar


3, Dialogue du vent et de la mer (Diálogo del viento y el mar)

volutas y espirales de un viento ineludible
en cada drama del reloj terrestre, semblanza de tiempos
en el devenir de las formas, el movimiento
que gira y gira en estribillos y estrofas reverberantes,
 ciclos, cesuras, los acuáticos saltos de la percepción cromática
sentidos como una violencia personal que se hará cosmos,
símbolos como truenos de tempestad
modulándose en el tiempo, la grácil paz de una estrofa en desarrollo,
latente ritmo, latido, una voluntad de ola reafirmada,
la binaria diversidad que se enfrenta en una breve oclusión,
el movimiento aprendido en metálicos trinos
de la luz que progresa en la oscuridad,
brusca cesura el doloroso golpe de un timbal
humedeciéndose sobre las olas de una lágrima,
el mar


🎷🎷🎷



Bitches Brew. Miles Davis


la vez eléctrica ritmificándose en armonías
de cacofónica roca, de callejeros nutrientes
alzándose tiempo y cimbreantes
por los oídos macerados, cronológicos fraseos
que alentaran los silencios, 
una autoría fundacional que fusionara las doradas rupturas

se te graba el alma de los iniciados,
la vivificante sonrisa de la madre a tu diestra,
su libre improvisación de la Idea
en el continuum planetario


"Pharoah's Dance" (Zawinul)

tu animal curiosidad que despierta diferencias, géneros, ritmos,
la música de lo posible como un goteo cuántico, 
el extremo extático y su opuesto, 
una sacudida del árbol de los cosmos 
grabándose en tu alma seducida, 
atracción y repulsión volteándose como moneda al aire,
motivos del ser precognitivo gozándose en las personas,
sus cosas afrontándose en la aparente complicación
 cuando escapan de su sencillez,
cuando lo simple es certeza de deseo,
aprecio de un camino trillado hacia la vez primera.
Otrora de virtuosa extrañeza
captándose en el quizás, gozosa mismidad
terminada de suficiencia, de inasible totalidad
diciéndose en las esferas, el ya del entendimiento, 
la sencillez del deseo, un júbilo posicional frente, sobre, junto a las personas 
del revés, otredad ilusa obrándose en tu mente
como criterio, seducción, admisión ilógica 
que se escapa del algo, de aquella sencillez primera,
de tu amada imagen nutriéndose callejera
y fragmentaria en el rostro de un iluso,
de la incontenible música de los cuerpos
en las décadas, el después, entre los opuestos
de raíz a copa el continuum planetario


"Bitches Brew" (Davis)

cuando lo simple es certeza de deseo
la unicidad sin ejes, sin partitura, sin centro
de giro, la libre improvisación de una claridad
consciente entre los avatares, un legado 
que se escribe perenne a cada hoja, a cada divertimento
de los tiempos, invenciones, sistemas, registros del alma colectiva
ganándose en las partículas, vida en tránsito
ramificándose con las artes, la imprevisible nimiedad de los detalles,
del error aparente, de la nota accidental
que se convierte pieza


"Spanish Key" (Davis)

sextetos azules obrando excepciones de la Idea
con la maestría del vacío y el suceso,
los acentos de un instante terminándose de efectos y de ruinas
por la inocencia del instinto, los horrores de un final
imperceptible como museos de muerte,
deslices de intensidad por el hechizo colectivo,
un siempre surcado de aperturas, de metales crepitantes
entre los minutos, la frase de tus dedos
como accidente de belleza.
Captan los sextetos azules irrepetibles 
la experiencia del delirio,
las escenas del caos en el todo
como conocimiento del vuelo, alado acorde,
tu esqueleto frágil reconociéndose sencillez,
necesidad primaria que se instrumenta de prodigios,
el sesgo del rayo en tu frente
 imágenes exuberantes que de tiempo desvanecen,
de la infinita improvisación

un siempre surcado de prodigios


"John McLaughlin" (Davis)


la llegada del tiempo intencional
de ídolos repleto acechando tus potencias,
tu joven inexperiencia indivisa
formándose escena, identidad, una composición arcaica
sin lamentos abierta al mundo, un registro de registros
consumiéndose en cada vida, en cada aún
mientras construyes catedralicia mente
hacia los cielos, cuando ya no hay piedra.
Se vacían los libros, una conversión al abandono
donde toda música se deshilacha en el aire
como noche sin luna, revoluciones internas
de invisible autenticidad nutriéndose de la tierra,
 la espontánea querencia del instinto, de un más allá interno
donde la llegada del tiempo intencional.
La sólida escena llenándose del talento,
natalicia improvisación de un yo y su entorno,
de magias cercanas, entrañables pájaros de oscuridad
incapaces de trino, secreto ahogo

lo simple, la soledad en tu retina impresa
como un olvido anodadado, vitales citas, la ocasión del tres
debutando entre las aves sin trino,
un nuevo ensayo sin presencias erigiéndose música
en tus labios, el esfuerzo de los actos sin quizá,
relatos, estrellas renacidas, la ocasión del tres
desencontrándose en espiral de drogas, de vorágines nocturnas,
de los eufóricos embargos de la muerte,
las aves silenciosas de la noche
en una furia muda amiga del desastre,
el humano pago de cada atracción, de cada repulsión,
de cada abstinencia, un nuevo ensayo de la vez
de opiáceas venas, eufórico embargo,
simple bondad de los sucesos


"Miles runs the voodoo down" (Davis)

el cuándo cuantificándose de deseos, 
una inocencia revestida de tiempo,
de volátiles fraseos asentidos, compases de una exactitud enfermiza,
las melodías, los tonos del haber como hijos del cosmos
a cada oscura noche. 
El Fue grandilocuente abriendo su boca
con las fauces de la ignorancia, la atónita duda terminada
de falaces ritmos, notas estridentes
que el tiempo convierte en risas,
la sorpresa de aves sin trino prodigándose
 en la escena como los actos del prodigio

capturas una magia entrañable
en piezas de pura conversión, piedras de futuro
con la llegada del tiempo, de un allá pretérito, una mecánica incognoscible
de donde nacen los conceptos.
Músico que yerras la vez
al buscar tus límites, nítida cicatriz del riesgo
sin cálculo de un allá pretérito como senda
de libertad, el extremo de las posibilidades
 del ser desde dentro, sucesos de trayecto,
la externa excusa de un boceto grabándose
visión, inmortal pieza ajena enajenándose,
la certeza de un deseo que se siente inmensidad,
 dolor, placer, vacío, libidinosa furia
creativa en su fusión con la muerte

la vez eléctrica en avances, en decenios
de personas concretas, en palabras como ecos
magníficos que temen la piedra,
un saber familiar que danzara 
como guijarros en la orilla,
como inmaculados genios
en la llaga del tiempo


"Sanctuary" (Shorter)

sentía la evolución del donde y sus ritmos, recuerdos,
acordes y tendencias, hechos monocordes donde
se reduce la inclusión, donde
las rocas se funden en mar hirviente,
esponsales de mismidad bajo los nombres,
conocer tu escena de pétreas figuras,
partículas del querer aprendiéndose entre los elementos,
una inclusión giratoria, pentagramas con ojos,
 finales incandescentes reuniéndose
en tu salón de lectura

sones y hallazgos, duales fraseos del tacto,
el mérito ciego de una sencillez arcana,
los excedentes del aprendizaje alrededor de la vez
como inmanencia, absoluto entendimiento
cuando sabes el acorde universal, la pronta mirada
de la perdición como imposible olvido,
un tacto en frases naturales de asombrosa claridad
como un cuerpo de influjos, modos del siempre

 hacia la carencia toda teoría se enraiza
 de las modas yertas, la ocasión del nunca
 admirándose estilo, vacua existencia.
Sentía la posesión libidinosa formándose
hacia, ese gozo que planea imágenes
en agendas de desgracia, proyectos de realidad

sones proyectándose memorias
como causa, el cambio, eléctrica alternancia en un suspiro
creador que diversifica las pasiones,
las invenciones del genio oculto como cristales preciosos
que irisan la luz en un entonces,
un hábito de músicas dubitativas
los géneros de un trauma iniciático
argumentándose en los sucesos, la espera de una figura de poder
en cielos y cumbres silenciosas por venir,
y puristas días de fragmentos impolutos
improvisándose psicodélicos en cada sistema nervioso,
cada mente relativa

sentía hechos, camadas enteras perreando entre la orquesta
como vías de silencio donde reconocerse,
la evolución de búsquedas entre las magias del ser,
los momentos de fractura donde el accidente,
su hermosa cicatriz como surco tectónico
donde la belleza, los siempre, un determinismo musical
que se ensayara entre los ecos, el vuelo y sus modos,
ritmos, cadencia, temáticos seres de lejanía
entregados a la longitud y el durante
sin dirección, sin concreción, sin compleción
al fondo de ese bosque donde
el fragmento, la rama, el fruto dorado

un yo advierte los límites de la huída,
 las insistencias del tacto, la nada en el sonido
cumpliéndose atonal como un vino rancio
de soledad registrada, un bien

fue masa informe, un casi lo que se oía
entre identidades ficticias, hierro forjado musicándose
en piezas terminadas de ritmo fácil
que todos siguiéramos en aras del hubo,
de influencias filosóficas concretas.
 Dios de fragmentos, efecto, la obtención de fabulosos pasados
caleidoscópicos por el estudio tamizados,
una amalgama de clímax naturales,
de evolución en longitudes, décadas, funciones
vegetales entre los labios, inicios, el giro eléctrico
y los modos del siempre en su reino.
Pureza, embargo letal, el horror inclusivo
que no entiende la nada.
¿Qué pasado? Piezas, horas, un único acorde
sin sentido

 discos de galaćticos restos partían
de símiles e instante, de un ya melódico
 tratándose en ondas, tiempo, tempos de una canción infinita
sobre tu piel creando, un acorde de sucesos en bandas estelares,
en ocasiones de jade con arreglos florales
como siervos de una voz principal que ya existía.
Un momento, los aros del ahora tributan su ritmo
de texturas minerales, de ambientes cristalinos,
de realidades cercanas al concepto, carencias, química
 de voces y saberes cítricos, de melódica ausencia
por alabados dioses de la barbarie, herejías
en la masa crítica como psicodelias improvisadas.
Y la canción se estira asequible
al delirio accesible, a las claves de la concreción
en fraseos reconocibles, tonos de ruptura que se anuncian
con las notas de la vez, de la voz en el instante

 efusiva mente en que vive esta versión de ti,
la isla del también insistiéndose en lo relativo,
una familia de otredades y símiles pensados
que enloquecieran de clasificaciones y etiquetas,
de ligeras escuchas y minutos titulados,
los helados discos en su más hipnótica frecuencia

poliédrica naturaleza de las camadas enteras, los hechos
probándose tiempo, sino, lugar y ya
de lo imprescindible, certeza fácil de lo admisible
hasta lo indecible, frentes de sanguínea perspectiva
que se abstraen hasta el puntillismo ideológico,
una visión, manchas sobre un lienzo desfigurado
 los trazos arplégicos del etcétera.
El sueño es. Invención, creación, la glauca marcha
de los matices, los tactos, una constancia percutiéndose
de minúsculas perfecciones, de búsquedas
entre los áridos oídos, yermas longitudes
del luego, del alguien, del nunca,
de una meta inexistente

el ello sin convención se recuerda
aburrido sobre las galácticas bandas,
 se horroriza en la desesperación del ahora,
 antiguas estructuras tratándose en ondas, una familia de visiones
 musicándose en el después, esfera a esfera,
 caminos hacia, la lenta asimilación evolutiva
que estira las cuerdas de tu percepción,
hacia el llegar, el encuentro, la existencia
 aquí sentida evolucion, la emotiva permanencia
del viaje sin rumbo,
la muerte, la vida


🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺


Time Out. The Dave Brubeck Quartet

Blue Rondo A La Turk

tiempo público de los iniciados, el sonido curtido
que cae de los rascacielos como una celebración,
un estado de azur amable cumpliéndose tiempo,
un espacio de conversión popular

la razón del Ello se busca en la inmortalidad
 de la duda, en melodías de reconocimiento
que se componen de ingenuos todavías,
de múltiplos geográficos del alma,
 situaciones sencillas copiándose a sí mismas
rascacielo abajo, Historia arriba como dones
de una arcana elección.
Entras forma, entras parte, registro de una librería cósmica
donde el tiempo se origina, entras catálogo de ser, pieza inusual
del doble tiempo, un vals de números partidos


Strange Meadow Lark 

ilusa soledad sin métrica te define
en longitudes asentadas, corriente incorpórea
de restos humanos, de finales excepcionales
 iniciándose en ritmo, alternancia, fusión
de duales arrollándose en la arena
como flexible afirmación de claridad

la lógica se cuartea crónica
en vientos ajenos que se alejan


Take five

el aunque se concibe experiencia,
un mentor de las suposiciones, del riesgo adolescente
 lanzándose rascacielo abajo, historia callejera
de músicas sin género, temas de frecuencias giratorias
donde los compases detienen la soledad,
amable azul de un ritmo oceánico
 a ras de acera


Three to get ready

exploras los tiempos en el nunca, 
puntos de misterio, la inescrutable representación del Ello
 como ecos de una brillantez, una expresión de los elementos.
Fue no, tal, la compañía de la oscuridad
 proyectándose indolente en tus logros,
tu origen historia arriba

Kathy's Waltz

el pero se conmemora regreso, 
júbilo de tu tema vital, salto coronario
como una joya de otredad, 
la compañía de la luz y su fugacidad
recogiéndose en el nunca,
un antes de percepciones musicales

no es ni, extensa eseidad que sale
 de los patrones rítmicos, certeza de un antes
viajando inspiración por la experiencia
de los cuerpos


Everybody's Jumpin'


iterante el recurso que se escucha
en soledad, la sorda audición
de la rotación terrestre carente de significados,
 profunda métrica de un sujeto pasivo

minutos y durabilidad se excluyen
entre lo visible y lo invisible
 a bordo de la mente,
el tema que un diapasón lanzara azul rascacielo abajo
como pasos de un gigante

 sencillo logro a ras de acera
en itinerancia, los filtros de un arrullo


Pick up Sticks

este marco que las mariposas atraviesan
 de estilo con la precisión de números
dimana las armonías cardinales, significantes
de una brújula académica, el abandono
de toda improvisación

este ser de estirado júbilo
que marcha agitado, que fluye terso
entre los significados, contrarios, fines, modos
como guijarros de una orilla
se escucha en sí misma música
de la experiencia


🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷



A Love Supreme. John Coltrane


Acknowledgement

es un estudio de acantilados sinfónicos,
de espumas que te corresponden 
con la tenencia de espejos,
un mantra de espíritus salinos
diciendo tu nombre.
 El nàcar irisado enseña su pureza
desde el fondo sereno, el acuático contrapunto
de tu búsqueda flotando en éter,
atmósfera apenas los remotos fraseos,
la cadencia oracional de una prosodia evangélica

 fugaz juego de las notas el movimiento
 distinto, una realidad revelándose
en la memoria de los límites,
discreto acento la suave melodía modulándose
en prédicas del tres

huye en filigrana tu voz de la estrofa,
la frase descuartizada por un dictado magistral
de los tiempos, fugaz juego, oculta armonía ósea

 de sí los timbres que gimen
 exhalaciones de herida abierta,
luces álgidas de furiosa prédica
 arrebatando tu rostro
en la ronca invocación del retorno

reposas en la frase leve, salino espíritu
de una espuma anacarada,
sinfónico acantilado de un mantra subterráneo
donde reverbera tu nombre
esa voz telúrica, el movimiento inverso

sílabas, nombres, la frase deídica
en un laberinto de claves, un punto del arco insólito,
un acto de arrogante humildad
en las tonalidades del todo,
la creación en un saxo

uno y trino, Padre,
un amor supremo viaja en el tiempo
Fa Lab Fa Sib, Fa Lab Fa Sib, Fa Lab Fa Sib…


 Resolution

la piedad de un poema sus notas
generosas alargándose en los impulsos,
tiempos, fuentes, cantos rodados 
alternando caminos, la versión diurna
de tenores malditos

golpes sin abanderados afilan saxofón,
el cristal de tu ventana llevándose el tiempo
en agudas notas, extáticos suspiros
del campanario de tu alma

se contradice el tiempo en redobles, giros,
un acento agresor que repta por tu médula
como un caballo salvaje, la furia del grupo
en un golpe sin abanderados, un segundo,
un movimiento inverso que te entierra
una vez más

asiste una oración muda manchada de tierra,
un yo recurrente, monótono en su estrofa
como salmo de los elementos, un solista de impurezas
vibrando por las arterias del mundo.
Trastea la tierra con tu canto, tu místico paso
descarnado en los descensos vaporosos
a las fuliginosas celdas nocturnas
donde la tierra hierve. Fugaz juego de las notas,
movediza memoria adicta al dolor
que ninguna droga erradicara.
El retorno es materia purificada, un teclado
de gemidos, de ronca desesperación, un lamento
conectado al corazón del cosmos
donde tu propia divinidad.
La frase punzante, la hiriente fragmentación
 diciéndote tu abandono, la descomposición de tu imagen
hasta el vacío,
donde la palabra orden carece de cuerpo

 movimiento agudo del espíritu en calma,
 inaudible vibración de una clave celestial
de etérea voz, la flotabilidad de tu alma
sin nombre, sin límites
en el océano de una muerte indefinida


Pursuance

supremo amor de tus hábitos
te elige historia, número, rodado canto
del tiempo reconociéndose en los otros,
una trinidad de músicas dispares
en armónica libertad, indicios, cambios, idas
y venidas de una rutina musical

 la cara bate al quién, un ácido instante
 que se imita momento, tormentosa lucha
 del yo recurrente que los crédulos siguen
en las procesiones del miedo, la culpa, el sacrificio,
 el mal de los buenos, la forma, tierra, exotérica pureza,
la inocente pulsión animal
que se cofunde con lo que ve,
inocente criatura que reproduce su hogar terreno
instrumento de una música orquestal,
concertina de percusivo fuelle asomando
cárnica, nervio, emoción desbocada
en los circos del mundo.
Una insistencia grupal en la pulsión,
la alerta irreconocible, la muerte como hábito
 reconociéndose en los espejos, la múltiple fractura
de los sentidos vaciándose de espíritu ,
tu santidad sacrificada

 el melódico nervio de tu fuego
atardece en los torrentes, ama en el lenguaje,
suplica dioses, nombres, tormentosa lucha
de los ímpetus, una carne escurridiza
que mostrara sus cesuras, su verdad.
La inaudible vibración de tus entrañas
en el fraseo sencillo, la breve deidad de tu amor,
supremo amor


Psalm

lanzas visiones enviudadas, temas solitarios
en tablas temporales, una suite multipista
llenándose de títulos, las huellas de un árbol familiar
que devienen canción

los significados se malean en cuartos
 y movimientos sordos, temas multitudinarios
de un saber grosero, la ignorancia
de los secretos más morbosos
como entierros orgiásticos del sí mismo,
un caos en orden donde reina la idea,
la más pura imperfección.
Aquel ácido devoto
en los secretos de tu exhumación

la evidencia que duda trinitaria
en expresiones internas, aquel conflicto curtiéndose
en entregas de un sexo subterráneo,
 detalles que se van desvelando lógica, duda,
 escalofriante sorpresa de aquel amor supremo

trazos del poema se escapan en las apariencias,
notas álgidas de agradecida inclusión,
rezos asombrosos que se van desvelando
 revelación, salmódica melodía de inexactitud
y trazo grueso, una impresión silábica del ahora
 representándose en una última cena.
Una fe primera, un yo recurrente ahogándose
en su propia voz, el final de la vez
en el instrumento de aquella música orquestal,
concertante pieza de los pensamientos

somos vez, conciencia exacta, belleza
que golpea hasta morir, un nunca exacto
en los afectos que se orquestan
en músicas mensajeras, secretos entierros
de caducas divinidades pensadas,
el escondrijo del misterio que nos espanta,
una fe primera camuflada en el mensaje,
sorda recompensa del que escucha seres,
una terminal de actos revelados

 supremo amor de los mensajes que creen,
mirada verdadera convertida en vida,
la conmoción que muta espíritu en arte,
una iglesia de cosas, de legados y restos
desenfocados, de alturas transmitidas

y mueres de edad, de causa-efecto,
mueres música en una plegaria de las estrellas,
conmoción que muta espíritu,
la espuma que te corresponde


🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹


Keith Jarrett. The Köln Concert


 enero es un lugar, una casa concedida
por témpanos tardíos, noches eléctricas
de regresos y solícitos pianos marcando el sueño.
El apenas una tarde viajera, kilómetros de
coincidencias, de destinos ensayados
 en salas estelares donde las teclas 
dieron su error, sus actos de juventud en argumentos.
Cedes. Tu espalda resuena horas
 en los archivos akásicos como timbres 
de un descanso operístico, murmullos concéntricos 
en estilos del entonces. Te entretienes acorde,
apéndices de tiempo suspensos,
tardos, convulsos, referencia del neófito

 fragmentos de temblorosa certeza,
lecturas de tiempo, esta letra

 adversativa cualidad de los logros improvisa 
lo innecesario, las herramientas, la maestría
experiencial del aquí ahora
generándose

relaciones de lo extraordinario
nacen entre las rejas
de una magia verdadera

lo extraordinario compone cambios, razones simultáneas
de breve concreción, ofrendas del haber
como historias de soledad luciendo argénteas,
una fonografía recogiéndose
 en el taller de tu alma

emites música de excepciones, veces
conceptuales, un bajel de velas primerizas
 explorarando los ámbitos del ser,
una balada poética o los rugientes daimones del subsuelo
que posibilitan la vida, un instrumento perfecto
 que olvida su oficio en los primeros rayos del amanecer.
Un sonido especular

 el fin pide pasado, una ingeniería de estrellas,
 la fonografía de un tema a pálpitos,
 la indestructible energía que destruye virtudes,
 cualquier tiempo tonal desinhibiéndose
en soluciones interpretativas, un compendio de latidos
como unísono espíritu de su tiempo.

inventas dilaciones guerrilleras
firmando temarios consabidos, ejemplos, historias,
lógicas dedicadas a la sugerencia
como una obra de rítmicos lamentos,
el fin pide manifiestos, una mente de paisajes curvados
 por las melodías del límite,
una inteligencia fronteriza

 incondicional tesoro tu guía palpitante
por las cimas de la forma, un hálito de vocablos
que tocaran tus entrañas en la espera,
los avatares que deparan creación,
 una obra de pautas generacionales,
un lugar, tu centro

 solo suficiencia el nombre, los números, letras
de un libro de memoria inalcanzable,
una rémora de beatas posibilidades
 reivindicándose libertad

la fusión generacional se urge
de hallazgos, de noches adversas, de reveses oníricos
doliendo a cada nota, la insuficiencia del nombre,
del tiempo idóneo

se escucha el Ello en piezas, tus manos
que atesoran la vida, el triunfo de la conmoción
en un paisaje de seductora claridad,
un concierto del fin que desertara
de tus manos figurando ritmos e impresiones
de una vibración esencial, seres de una potencia oculta
llevándote a un lugar,
tu centro

 es nombre, una lanza gráfica
improvisándose Historia, es duda, un sudor solista
 dividiéndose en las gotas del ámbar,
es durabilidad irrespetuosa como legado del origen,
un fragmento de estelas tu guía palpitante
que humana fluye

 las cosas se obran de claros, de materia aparencial
probándose en los tocadores del tiempo,
la sala de los minutos suspensa entre los acordes,
soles como arpegios vibrando en tus sensaciones,
en tu estómago de minutos, tu vientre de conciertos
como d´ádiva de lo etéreo

traduces aquellos vocablos íntimos
en montañas azules, una música de excepciones
que detiene al mundo,
tu centro





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Tales from Topographic Oceans. Yes


The Revealing Science of God (Dance of the Dawn)


mullida luz naciente entre tus ojos,
un arrullo de prodigios olvidados,
los colores el embrujo de las hojas
reflejándose en tu mar de los humores

 una banda de lejanas aves sigue los imanes
de la tierra, las canciones que rondan tu cuerpo
como el oro en un río, aquel arrullo
de seres vertidos en el tiempo

lucífugo pensamiento que atraviesa el instante,
arterias de tierra con grumos de la memoria
se enlazan amables en lienzos de sonido,
imanes diurnos.
Mullida luz del rapto, la ausencia
de pasiones revelándose aprendizaje,
un amor sin geometrías bailando en los océanos

la época se lanza en recibidores del exceso,
de opuestos disputándose la Historia,
de giros espasmódicos en torno a los verbos,
  luz chispeante de libros ocultos,
cuentos transoceánicos

prometeica luz despertando en tu frente
los colores del embrujo, la canción primordial
que nos abarca de caricia eterna,
tu atómica pertenencia al Sol

numéricos enlaces, adjetivos musicales, 
estrellas amantes, la canción del sí
cronificada en el silencio topográfico

 el interior se cubre de génesis reiniciados
por obra de místicas nocturnas, el concierto de las letras y los músicos
acabando sus éxtasis de fuego

la canción primordial del nunca
como un rostro aleatorio de permanente mutación,
la osadía fonética extraviándose en los hechizos diurnos,
 lugares deslucidos por el juego de los verbos
que arruinan el silencio

 esta canción del conocimiento una promesa 
 capturada, la espera de totalidad
en la totalidad,
 el futuro esplendor apilándose
tras las cortinas del sol,
 un momento mundano de cielos sin tiempo,
un banquete de inocencia

la pretensión de tus manos no entiende 
 los temas de tu inspiración, no decide la forma, 
prodigiosos sucesos olvidados
dan vida a cada estrella transformada,
lumínico momento que irisa las curvaturas del tiempo
sin más razón que estaciones, lluvia, flor, vida,
raudas voces presentidas en la creencia unísona

hay árboles de bosque infinito
donde los pensamientos se funden
con estrellas.
Allí donde la madre perdió al hijo
víctima de los hombres llueve
pétalos evanescentes,
refugios de un hogar primordial
donde las raudas voces se presienten,
 un banquete de inocencia,
de armónicos manjares

busca el horizonte tu tierra,
tu ritmo de gracia que el pasado iniciara,
un sentir en la comisura de los labios,
raudas voces de inocencia
de un universo eyaculante,
hay árboles de infinito bosque
donde los claros alivian 
del aparente movimiento, donde los recuerdos
regresan a su origen,
un amor sin geometrías bailando en los océanos,
esta canción 

etéreos avatares procesan el tiempo,
tu leve dosis de saber irisando su curvatura, 
 flores cercanas que se visten de sol y de noche,
 del canto ansioso de los pájaros,
de aceptación, del amor que de ti dimana,
esta canción


The Remembering (High the Memory)

 los años han moderado tu juicio 
en topografías de sentido, breves contrastes
de absolutos, actos que se articulan
sin siempres ni exigencia, compleción,
 silencios donde respirar las estaciones.
Flota la luz en las montañas
como un centinela olvidado,
una remembranza de tu origen

 la memoria navega en círculos creativos
limitada en sus creencias, hija del instante,
historia y búsqueda unísona de lo real
que la canción toma prestadas
a hoyar el tiempo de posibilidades

 los días alargan las noches del grillo,
se pasean henchidos de silencio
en torno a ti como navíos solares
que observaran la tierra,
cruda luz del olvido
en brazos del instante

 la información akásica ve, gira en paisajes
de abundancia de un universo tubular
que tus manos moldean fruta en inmóvil búsqueda,
un pasado nuevo por el amor que conociste,
que teje nuevos filamentos entre las neuronas,
entre las galaxias creando en un ya,
en violento chisporroteo, otra Historia,
otro universo, otro cerebro, una zancada evolutiva
 en la ciudad de las neuronas.
Libre arena, magullados costales, granítico choque
 en cada esquina, incontables big bangs
pensándose en los úteros celestiales,
cerrando y abriendo puertas entre los filamentos

 las colinas de mis ojos olvidados
se pasean henchidas de recuerdos, de cuentos
 regresivos en el bergantín de la nostalgia,
te alejan del ahora en el desafío,
el hierro de una estrella que ya no existe

el mar de tu boca se libera
en pequeñas lecciones, en cielos amantes
con un sol que te señala,
en la permisividad de un viento sin horizontes
donde habita el centinela olvidado

 los muertos revelan su júbilo
en las ondas de ese mar
atravesando sueños, vidas
como una fractura revivida, páginas rotas
bamboleándose de viento,
aves de paso en migraciones dimensionales.
Pintamos las cosas, deformamos el tiempo
como mineros del alma,
una papiroflexia trascendente

tu pasión revela savias
que alimentaran el perpetuo conflicto
de raíces a copa, tiempo
del continuo error-corrección,
 las colinas de mis ojos olvidados
perdiéndose en los recuerdos de una memoria creativa,
un hoy navegante que se aleja
en bajeles de compasión, viajera luz
de las montañas donde el centinela inmutable
criba tus mentiras

cambia el sol sus claves
de infinitas percepciones, se piensan
 velas desplegadas en cachitos de verdad,
ruidosos egos que empujan el tiempo
en ansia de círculo, en arcos irisados
de ilimitadas mixturas, mutables soles, 
un cuento de renovadas topografías
el alma


The Ancient (Giants Under the Sun)

la música ajusta la superficie de tu piel,
la homogénea sensación de tus líquidos,
tu mar interno en monotonías de una voz topográfica,
parajes de abundancia

 el conocimiento como manantiales
de sinfónica magia, unísona majestad
de infinitas sintonías cristalizando en cosmos,
soles de incienso,
de ocho puntas, 
ilíaco sol,
toda la fuerza de los nombres antiguos
entretejiendo la flora gigantesca 
de tus emociones pretéritas.
Viajan hasta ti,
una savia ancestral en la superficie de tu piel

topografía de cuentos asimétricos,
de estaciones con rostro, de humilde virtuosismo
en el frágil tacto de lo abisal, el prodigio omnipresente
tu fondo

verdea la hojarasca, revela soles blancos
que delatan tu sombra, el reflejo especular
que niegas, un invierno de serpientes,
de voces carmesíes de un niño oculto,
de un animal hambriento gritando
en la pútrida hojarasca 

 relato de topografías anímicas,
de claros arbóreos donde antaño bailaban las estrellas
cogidas de nuestras manos resinosas,
de letras imaginarias asociándose
en los vehículos visionarios que descubrían
constelaciones


Ritual (Nous Sommes du Soleil)

la música topografía tus deleites,
horada tus filosofías como un manifiesto
que orease los ríos que te fluyen,
 puertas interpretativas de tu divinidad

toda la fuerza de los nombres antiguos
jugando con los soles de incienso,
letanías de una mirada sonriente,
de amaneceres en los claros del tiempo

 se esconden las puertas
tras los ojos reflectantes, la luz especular,
el quizás de un amor verdadero
a través de la noche

 miramos las pasiones como un fuego crepitante
que escondiera nuestras sombras,
nuestros sueños más profanos.
Témpora de amaneceres donde el sentido se diluye,
donde el tiempo ayuna,
todo rumbo se dispersa
en un silencio sobrecogedor

 cuentas la osadía de tu entrega,
la constancia del mirar con los párpados caídos,
el perpetuo navegar de un alma peregrina,
 cercanas presencias que en un soplo desvanecen,
el abrazo del ahora 
recostándose en ti las horas
que juegan con los soles de incienso

 grupos de granítica progresión se inician
en límites y complejidades, la perfecta profundidad
de sus apariencias, grafías intercambiables
 dispuestas para el más allá, aspiraciones que estallan
en vacíos conmemorativos, mundos disecados
con pilares de nostalgia, imposibles.
Un sonido mendiga por las sombras
de regreso a casa

miramos las frases que bailan
en el ático de las lunas, el recibidor de las esperas
donde el loco canta sus anhelos,
una orografía de esperanzas
donde los seres juegan
con soles de incienso
en el abrazo del ahora

un océano de historias y letras de acuático imaginario
refleja en la noche constelaciones y música


🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸


Romantic Warriot. Return to forever


Medieval Overture (Chick Corea) 

 levantan las veces una formación de cielos, 
de espacio sideral, una pretensión verdadera
llegando en destinos particulares, una relatividad cercana
 revisándose persona, sonido inmediato, la roca
de lo que fuiste en la sinfonía de las eras,
la fuerza inédita que te arrolla
en una breve nutación terrestre, tu roca
regresando como un guerrero de luz,
un recuerdo revisado, una huella sonora liberada

romántico estudio de las grafías presonantes,
su rayo primero, esa ingeniería de fusiones,
mayestática danza 


Sorceress (Lenny White) 

 estamos en un ni siquiera, una formación cercana
 a las ansias de perfección, un jamás monstruoso 
de minúsculos haberes, ciclópeo verbo
de miembros deformes en los acantilados,
 músicos del perdón, palabra dichosa entre las bestias
 que un músico en trance revolucionara
con extrañas cuerdas, los haberes de un placer verdadero,
 palabra descrita en el todo, guindas de certeza
en una nada minúscula, un avatar,
un río de rostros deificándose

resurges centro en las vidrieras
que decide el riesgo, el así, un ni siquiera de saberes,
un músico primerizo encontrándose instrumento
 en los acústicos microorganismos de la odisea humana


The Romantic Warrior (Chick Corea) 

 el tema atrapa el hoy, un día moviéndose de frenético virtuosismo,
un impacto del ya en escalas milimétricas,
rebeldía eléctrica, implacable golpe de las veces 
como piezas de honor asignadas.
El tema compone gozos sosegados,
 arremete romántico con sus partículas más etéreas,
 abre sólidos marcos de posterioridad
por donde el músico se escapa. 
El tema gira exótico en tus acantilados, roca unísona
 de los tiempos explosionando en la fusión,
esa posterioridad de las partículas en neumática notación
que bizantino músico reprodujera,
un vitral traspasado por el rayo, 
esta idea aparecida en frescas lonchas de influencia,
un centro que se imita
 sonido en lo siguiente


Majestic Dance (Al Di Meola)

el regreso es un pionero orquestal,
un ya visionario que llega destino,
una deidad mutante de presencias evolutivas,
el viaje genuino de tu músico interno,
la dicha apalabrada de un hoy ligero
como gracia concedida en cualquier cosa,
 sucesos limitandose a ser.
Un fondo de ahoras sirve antros
de la cópula, un final de claros y culpa, 
un hoy de ociosas menciones, de músicas mundanas,
 veces desvirtuadas

acordes presenciales el atrio armónico, 
las líneas y los timbres de la probabilidad,
 duelo de métricas y de escalas milimétricas
amándose con las manos del guerrero.
La roca de lo que fuiste se forma 
de cielos, de aves en bandada que propusieran
una suave compleción, las vocales de una durabilidad,
un apenas en el estudio de las grafías recurrentes.
Vives, corres el tiempo
en perpetua redención, un además 
de capítulos aparte

 el tema se hace orgía próxima al cielo,
mayestática danza que llega delicada
en los susurros, la bienvenida dación de las sincronías,
milímetros de exactitud y creencia, una fantasía de esplendores
en el viaje transdimensional, la palabra dichosa entre las bestias
que supera los conceptos.
Tus dedos se hacen canto, calor presencial que erotizara
todo desliz, toda elegancia, una suma de emociones supersónicas. 
Lucen hasta la oscuridad

el minuto confirma la vida
bajo tumbas de universo, el quiebro de las impresiones,
calladas disculpas volando en el nosotros, 
la loa de las bestias que quema los minutos,
un cuento de profundidades y colores,
de relieves floreados donde todo tema se menciona,
acaece en adjetivos incomprensibles que rasgan
tu superficie, metáforas fallidas santificando tus minutos,
el impacto, un amor creyente que te trae sus testigos


The Magician (Stanley Clarke) 

en realidades de breve comunión
la fructífera viveza de los repertorios,
los temas de la formación celeste
donde te electrificas como himno, como galaxia viajera,
bandada migratoria del conocimiento,
una posterioridad impredecible

 hablas género, fusión, principio, un período
de románticos guerreros que fundaran nuevos reinos

creyente amor que se aspira espíritu, aire unísono
resonando en un regreso

se hace el corazón de voces hirvientes,
se derrama océano de corcheas,
una palabra en el vacío texto donde oscila el cero,
binaria trascendencia inventándose lenguaje,
una imposibilidad de armonía, de verdad ilimitada

inundas los oídos, la vida misma, todo
en un cachito de cielo concebido,
la gracia indudable de ser.
Un cuerpo de rincones acera el amor
con las aleaciones primigenias

el músico afila su hacha de estrellas,
sus disfraces de marioneta sin rostro
haciéndose sitio entre las llamas,
gente varada en las tendencias que lucran
su pobreza en el tren de la muerte,
límites y perdones nombrados realidad
en burbujas de tiempo


Duel of The Jester and The Tyrant (Part I & Part II) (Chick Corea) 

este papiro de restos, de pretendidas palabras
 radicalizando el alguien, la sentida independencia
de tu música

romántica obra de los números, de los cantos
corales palpando tu voluntad, tu habla presencial
en mensajes por descifrar, formas moleculares de inestabilidad
 que causaran la iluminación de tus manos,
un nirvana de átomos sagrados

tu habla canto de tareas cotidianas,
la tediosa lectura de los amaneceres
en el páramo de las horas, un cuento
de estremecedores sentidos a la mesa
de mayestática coreografía

el después que especifica la piel
en breves punzadas de inmortalidad,
 en melodía vital que ideara soledades,
 mortífera dosis de placer


🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹


Brilliant Corners. Thelonious Monk



Brilliant Corners

escenas de un joven broncíneo acaecen
frente a ti a corregir tu pasado
en poemas de un clasicismo giratorio,
registro vivo de plazas y fuentes deliciosas
donde un tenor camina entre los restos
de una antigua civilización

escenas de un viejo dorado celebrando
los silencios de su abstinencia mundana,
su santa galeria de esquinas y miradas,
el brillo cuarteado por donde ve
el tiempo como un aquí, un siempre
por donde el tenor danza 

el recuerdo esquinas que cobran su misterio
en caprichosas memorias, dobladas páginas de la amistad
escuchándose entre la basura, latas viejas resonando
en tu interior 

un monje descalzo rodea la noche
con las piezas que cuartean la luz,
tempranos cortes de rayo improvisándose
en una oscuridad que se afila,
sigue estelas odoríferas por clubs nocturnos
como un ave predatoria que blanqueara la noche,
hasta copar su centro

captúralo vivo antes de que se petrifique,
esa sal gruesa que te hace distancia 
entre los vivos, sabor amargo del silencio
que se estira corpóreo por el tiempo,
voz recluida en el sulfuroso manantial
de un arte egocéntrico

el canto de voz entregada a un marjal de alimañas
clava su función en un puntillismo esotérico,
señas que insisten en el libro de la vida,
en los oídos ocultos tentados por la vanalidad,
un destino malgastado en la pérdida,
melodía fatua del ingenio y sus máscaras.
Maldices la exigencia sátiro, lúbrico nombre que burla
al pensamiento desconectando el arriba del abajo,
desajuste del arte en pegadizas notas


Ba-Lue Bolivar Ba-Lues-Are

más allá un guía entra el nunca
escribiéndose orgullo, orden, una forma mínima
musicándose neurona nueva, gentil soledad que ahondara
entre los puntos infinitos donde los misterios
operan. Admiras la autenticidad,
los ensayos del corazón en sus cimas emocionales
donde el monje te observa, el verbo que te describe,
metáforas de una imaginería matemática

los devotos de lo mítico entrechocan
sus literaturas de la carencia,
sus colecciones pragmáticas como cromos
de un álbum infantil, descatalogado, las páginas dobladas
de sus alianzas traduciéndose en poesía.
Digresivos bocetos se malescriben
que el viento borra avillanados

radical historia te defiendes de las manos
que aporrean tus más íntimas teclas,
devienes música meticulosa que investiga
la vida, el tiempo, tu origen
en tramas cerradas, narración de esencias gratificantes
que transformen tu excentricidad, te realcen
cálida presencia carnal

juegas a la intermitencia como las estaciones,
azulean tus notas geniales en el amanecer,
manuscribes ese giratorio clasicismo
que visiona futuros, cruces, pistas que blanquean la noche
con sutiles evidencias que el tiempo hace disonar

énfasis secos caen al fondo de un mar de devotos,
raíces que buscan el agua de la infancia,
de la edad de hielo en palabras divinas
retratando caminos, un hogar embarcado
en las perpetuas despedidas del silencio.
El monje se te acerca familiar, generoso
en sus músicas protectoras, eclipses de pertenencia
donde no ha lugar el sacrificio, 
sólo tu pan de cada día

el genio se nutre de una mujer indomable,
de una indulgencia natalicia, la plenitud.
El trance es un teclado infinito
ideándose en perfecciones, la crianza de tu universo
como un hijo celestial. Trabajas exotéricas formas
desde manantiales sulfurosos, tóxicos detalles
en episodios de muerte, cándida adicción a la vida
recreándote como una droga vegetal, 
un explorador de inexactitudes, una planta exacerbada
en jardines bipolares 

observa los opuestos desde los ojos de un niño,
un mundo fabricado a golpe de perfil,
de un olvido impracticable, de páginas arrancadas,
fenómenos de superficie anticipados,
ensayos pictóricos de una música emergente

entre los restos antiguos percute capiteles
con una maestría suburbial, callejera zancada
de acordes acelerando


Pannonica

vida acortándose, estirándose muerte
como luz de estrella que ya no está,
sísmico vaivén de tiempo abriéndose
improvisaciones sobre el suelo mojado,
la historia del estilo oyéndose en un infierno de pianos,
de oraciones nunca escritas
fracasando como cita, el hielo del quizás
en escalas de totalidad, de un extraño amor sónico
recreándose en la calma, la puntillosa estructura
de una voluntad de encuentro

anda el acólito despacio su mansedumbre,
su vaivén sin ritmo en una pulsión llana
que el misterio acecha en los ocasos,
un quiebro mental de ángulo imposible,
de ignotas asonancias que armonizaran
en un silencio de inquietudes, de fraseos abestiados
que se autocomplacen de innovaciones,
un aprender identitario entre los restos
de una antigua civilización, la sonora razón
estridente del mundo en el que vives

se recoge el paso en el naciente estudio
de significados, de la pieza sísmica
que el pasado registra en tu alma
como un prestigio vital, un arte lúdico
que el tenor expandiera entre hermosas columnas
sin capitel

se abre el camino a ningún lugar
a veces sordas, a ojos que el aire irrita
en ciudades sin rango, la rareza de un tono ausente
en el rencor de las expectativas, una visión que se trama
con el minado del dogma, 
la polifórmica incertidumbre del existir

el sí del arte se mira en grafitis nocturnos,
ejecuciones ópticas y tímpanos necesitados,
un quizás alerta a los arpegios del prodigio
como largas notas sostenidas por la compasión,
raudos sinsentidos diseccionados por una falsa necesidad,
curvadas notas, inverosímil digitación sobre náuticos mástiles,
un sueño de poder

el misterio se pasea en leves fracturas,
minutos cuarteados de un canto reverencial,
oscuras familiaridades ribeteadas con los dorados festones
de la confianza, el tono llano, aterciopelado
de una senda húmeda, un fraseo intermitente
que modera la gracia concedida.
Un sastre de verbos cose el infinito
a segundos, asume la linealidad de su traje
con temas de cambio, de juegos de mano con los minutos
que te desgastan soledad, elipisis tonales
que te atrapan en un desajuste orquestal,
libre, unísona energía que alarga su mano en despedida
como tajos de inmanencia, minutos de lúgubre recuento
que hagan del aire certidumbre


I Surrender, Dear (harry Barris)

fuerza el monje sus apetitos,
lo peor de sus manos singularidad
emulándose ante sí como cultivo de luz,
un tacto de soledad hacia los otros,
número pétreo en aquel infierno de pianos
sus manos singulares

ese prodigio se ama fuerza, pieza
centrífuga en su azul de mar salvaje,
el concierto de los alivios, de la mirada útil

blanqueada noche del azul salvaje
el preciado genio alterna rayo y tierra
en sus promesas, monje y acólito de escrupulosos ojos
en las llamaradas de ya

orillas reventadas de adioses
cubren de respeto las esquinas brillantes,
el misterio sutil de noches blanqueadas
como hitos de un camino abrupto,
una obra de prodigios y pérdidas, la dulce curvatura
de tu risa probándose en un tocador cósmico,
tu buenhacer sanando el ruido
de los muertos que te acompañan.
El después es un dios menor, materia impredecible,
el desaliento de una orquesta improvisada

 la plácida queja del solitario tenor
le mira lúdica en un tempo onírico,
un quizás subterráneo de por qués y personas condicionadas
donde el monje ahoga

 sentimiento de fortuna maravilla a la inteligencia,
una balada a una voz.
La luna da líricos giros de inmutabilidad

hace plañir el monje a sus titanes
cuando estiran su luz las estrellas,
tintinean las orillas de cantos rodados
un siempre idólatra, su desgaste obra
en voces que la mente reconoce,
una música de nadie

tanta provocación toma raíz,
guía al sonido en exhalaciones de plenitud,
un cuerpo caído en sensitivas sugerencias.
Los significados se pierden en catálogos
y patrones rítmicos que habitan lo lejano,
un vaivén de sutiles misterios, de acciones menores
hirviendo en la rutina.
Duermen los titanes,
solitario tenor plañe entre columnas rotas


Bemsha Swing (with Denzil Best)

tus primeros tientos apelan a lo humano,
ganar influencias que te completen, paridad
de estrategias en el regreso, la composición del genio

el así disminuye chusco, caduca belleza,
una noción estilosa, versiones movedizas mirándose
en espejos de afinidad, probables que beben
del ardiente espíritu de las preocupaciones,
más hondo, más hondo

tu vanguardia entre las viejas columnas
se deconstruye en domésticas danzas,
música arcaica del sí mismo hecho roca,
una idea del por venir, una calma dibujándose
en el útero primigenio

hurgas en la danza tu rareza,
tu hilarante exploración del sentido,
esa beldad rítmica que acompasa
a una imaginación desbocada, vida
atesorada en las melodías que desgarran el tiempo,
acordes del juglar probándose en el desaliento.
Escapar de un marjal infestado

el peso de tu origen se materializa rasgo,
signo, pieza primera, cielos, acto, aceptación,
la noche blanca en que el monje te ambiciona,
una aventura técnica que fragmenta el tiempo
 en fraseo abrupto, esquinas brillantes
que se desdoblan experiencia, traidor registro de los sentidos
hasta el colapso de la mente, una pantomima existencial
de palabra áspera resonando por las esquinas de tu ser
como hirientes hitos del camino.
Y todo induce al salón de las columnas

lo ajeno se te empareja en balada de juventud,
palabra a fuego lento que va acelerando,
que prevalece como bandada de pájaros
templando el aire sin fundamento alguno,
la irrefrenable apariencia de un camino
que se torna misterio, cordial azul posándose en tu alma
en un bucle de segundos, trucos del tenor manierista,
las frases ásperas alargándose en alabanzas

el obervador ha acerado sus ojos,
registra los hitos civilizadores entre las viejas columnas.
toda sospecha de realidad como extrañeza
coexistiendo en tu intimidad, libre, unísona energía
de las posibilidades como álimos al borde del camino,
un salmo irreverente desafiando la juventud de tu universo,
los sonidos que excitan a las vocales
restaurando la profunda dualidad entre el orden
y el desorden de tu camino, la musicalidad
de tu ruego más callado, la generosidad que nutre
visión sobre percepción.
Tenor y monje insisten entre las viejas columnas,
el lunático giro de la inmutabilidad




Greenslade. Spyglass Guest


 Spirit of the Dance

 somos ánimo grupal, roca conformada por cantos
percusivos centrándose, periodos que se ensamblan
legado, surco sonoro, tiempo y mareas
 desmoronándose creativas, formas duales
alzándose montaña, un espíritu iniciático
que pone en danza las cosas, la magia
báquica del aire que esplende 
 sinfónica en su expansión temática, núcleos
de lo ulterior variando sus mantras
en colores, paisajes, estrategias de evolución,
ritmos magistrales concretándose pieza, vida,
 momento y epílogo, serena instancia de los finales,
el espíritu áureo del que todo mana, 
una fiesta a los sentidos


Little Red Fry Up

 líneas que llaman partículas, la ilación de modos
 en cuarteto, el sonido de la abundancia
 perfilándose en esencias creativas, relaciones 
 sin duda en la ausencia como fuerza,
 hechos giratorios como disolución, los principios
 de un vibrafonista invisible progresando
entre las vertientes de tu ser,
la roca conformada por los cantos rodados
que exploran la idea nueva, el terreno oscuro 

  la canción es un remitente coqueto,
un paradigma atravesado de nuevas referencias,
un desarrollo mágico de lo presencial, soledad
 permitida en suelo firme


Rainbow

 fractales de azul importan sonidos,
 cultos del llamamiento, los tiempos del aspecto,
de la absorción dominante, formas enquistadas
que se enfocan orquestales, sueño recurrente
en etiquetas del hecho, las trabajosas líneas 
de la reputación como páramos insondables
donde la dinámica de lo distinto se cultiva 

la canción es un arco iris
de emociones, la etérea poesía de una experiencia
del tránsito, una lluvia de cielos inspirados,
el vaivén analítico de la mente menuda
enjaulada entre duales, ese amor que parte
a cada instante de unos ojos engañados.
Instrumentas signos, motivos ornamentales
a la multiplicidad, síntesis orquestadas
 recurso para la lluvia por caer,
el canto incesante de la roca detenida,
 coral reflexivo de la existencia
sobre hojas de otoño, mi cobardía


Siam Seasaw

 la presencia es elementos, música sellando
tu independencia, conocer los días,
el lado instrumental de la nostalgia
donde recoges ensimismamientos.
Tu cuerpo es diálogo, una acústica fastuosa
que se adelanta a los hechos, que vira vivaz
a ser, la presencia eléctrica como puente
de regresos, el coral reflexivo
desde donde empezaste


Joie De Vivre

los días convocan detalles, requisitos para un repertorio
vital, composiciones de mismidad en los cambios,
una alineación relevante de los significados,
 voces chocantes diseñadas como escenario.
Los minutos gozan su lado instrumental.
el deleite compositivo de la nostalgia
con letras doradas que fulguran
en los cielos del atardecer, aves rojizas
surcando el sol como invitados del festín.
La presencia es elementos, un paisaje de entrada
a la vivacidad polícroma, una talla precisa de los recuerdos
como floritura cabal de la emoción,
una luz grácil que ilustrara toda melodía


Red Light

 en los mercadillos del alma derivan lo propio
y el nombre accidental, el hecho prolífico
 contradiciéndote los minutos, la ostentosa introspección
 del retorno como melancolía en doradas letras de atardecer,
tu buen talante inspirando épocas, la nostalgia
sin deseo que te cuestiona


Melancholic Race

compositor dual, sabes los nombres del aquí,
 los compañeros de creación llamando a la idea,
 criaturas mitificantes con la pompa de lo absoluto
 bautizando simplezas, anécdotas señoriales.
Sinfónico frenesí del viaje a través de los sucesos,
un piano arítmico ordenando los días,
 una síntesis de los aspectos de tu ser
instrumentando los signos sofisticados, los temas
que formaron tu primordialidad


Theme for an Imaginary Western

  la posición es un hecho creciente,
 ser en dibujos tonales y grafías imaginarias,
 un atril de la mente partiendo nociones
como nueces, esbozos de lo primitivo
haciendo posteridad

versiones de ti forman lealtades extrañas,
 espíritus traviesos completando tempos
 y armonías al piano de los días, el canto
 imponente de las sensaciones, de toda ecuación
de los minutos sin duda, una canción hermosa,
 un efecto climático providencial.
El hecho creciente proyecta su magia
como un tubo caleidoscópico por el que miran tus invitados,
 arreglos que se expanden como las galaxias
desde los detalles convocados, modos del peso gravitacional
en cada objeción, en cada apuro, en cada triunfo .
Tu arte es presencia, función, testamento,
 el cuarteto original, aves que giran las doradas letras
de cada atardecer dedicándote su música


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Steve Hackett. Voyage ot the Acolyte



Ace of Wands

te unes creativo a estrellas exclusivas,
a horizontes de la memoria grabándose en las cumbres,
yaces como un gusano en el lucero del alba,
plenitud genética que se reparte equitativo riesgo
en una obra solitaria, una génesis del viaje

el acólito experimenta personas, oficios, miembros, medidas,
la magia de los comienzos, la claridad cercana y potente
de los paisajes domésticos, la pausa melódica, 
viaja su mosaico de fractales realidades
 abarcando toda soledad inspirada, arcanos de un tarot 
resbaladizo semejando pensamientos, un pasado
 realizándose, años, un antes, un coro
a lo inmensurable en la corte de un rey,
 el signo de una enorme nobleza


Hands of the Priestess, Part I

sincera progresión de pequeñas certezas
pone música a sus propios efectos, la obra 
 experimentándose prodigio de tus manos,
 versiones de tu sacerdotisa interna, 
 cortes evocadores de las bisagras temporales, 
géneros particulares del antes y del después 
separándose en la génesis del viaje, el trabajo 
de lo hermoso cosificándose en lo menudo, 
 proyectos de mismidad, mundos pensándose 
en arrolladores Quizás, una partida del ser
 dejando claroscuros, climas celestiales, dulzura, 
el sonido genético y su plenitud 
en lo frutos del ahora


A Tower Struck Down

el regreso es línea abatida, tema oscuro
de la especie derrumbándose momentos,
brevedad calma que cree, una joya imposible,
 el comienzo de un brillo original profundizando
en arreglos de la anterioridad, presencias del siempre,
  del principio y del fin escuchándote materia,
abandono al tiempo cada día a ciegas

una ùltima suite da cobijo a tu sombra,
 clarifica el significado evolutivo, cuenta
las voces que cargan con el viaje,
las diferentes irrealidades de tus sitios
 y climas, tus capas de ideas
como escamas protectoras del compás 


Hands of the Priestess, Part II

tus manos son versiones evocadoras
 del viaje, surreal mirada de lo arcano
alejándote de toda crítica, ligereza
de lo inmensurable en un paisaje
que bebes como fuente de todo arte,
la íntegra nobleza de la enormidad

Y no es incógnita, nombra el arte plàstico
de lo que sigue, la soledad del maestro


The Hermit

el acólito se trata conceptual en el camino
de los espíritus, conocimiento sin signos
cantándose en las cartas astrales, sacerdotisa
que sostiene la vida en infinitas probabilidades,
el diseño que fuera tu esposa, tu viaje,
la sombra del aprendizaje en el camino
de pastores y caballeros, el tiempo representándose
como corte de un abrasador rey carmesí,
 la riqueza de vientos electrificados
alterando tu equilibrio de especie,
la energía brutal de los supuestos,
la voz que invita a tus ángeles
a que te escuchen

el eremita vocaliza místicas del tiempo,
 eras advenedizas en las líneas genéticas 


Star of Sirius

fulges Sirio como efecto, arropas la voz
 contemplativa con frecuencias poderosas,
los temas oscuros de una imaginación histórica
como rocas referenciales, la impresión genética
de un gusano que yace en los luceros.
Sales majestuosa obra, sales músico de las aves viajeras
 transitando de paradigma en paradigma
los restos de antiguas civilizaciones,
 toda soledad inspiradora


The Lovers

amante en la corte del rey carmesí
 cuentas las apariciones que jalonan tu camino,
 fabulas la acústica de tus síntesis creativas
 con amorosa manipulación

 harmonio estelar hace bueno tu ritmo
genético, tu gracia presente como hecho,
la magia de tu aprecio potencial,
tu danza lunática como una violencia
de las campanas que invitan a tu ángel


Shadow of the Hierophant

concluyes sombras, acólito en movimiento
 intercalando su mística del tiempo,
 cánticos grandilocuentes en la senda
enfermiza de lo épico

el viaje se demuestra acólito, visión sin sentido
experimentándose hasta el acartonamiento,
génesis de las voces, voz traversa
de tu hermano rey carmesí,
trabajo del aprecio en la belleza,
tus manos eremitas amalgamándose
entre las estrellas, Sirio trenzándose
delicias de oyente





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Camel. The Mirage of Moonmadness Nude
in the Rain Dances as a Single Factor


progresivo espejismo estudia tu sello 
de añoranzas, tus versiones de nieve y género,
clasifica tus cronologías en índices creativos,
en gamas que se proyectan a largo plazo
 con sus ramificaciones y frutos 

el sello realiza esfuerzos productivos 
 por encima del respeto, da pasos
 contados ingeniero de un sonido repartido
por islas donde el aire te susurra

el retorno regresa en giros extensos,
 míticos años de nieve y género
reeditándose a sí mismos

formaciones clementes contigo surgen
 en el teatro bárbaro de las divisiones celulares,
el logro de tus manos como música
que diera nombre a las cosas, categoría 
de vida a la extensión de los giros

 giras y giras presencia y ausencia,
 trayecto de repertorios longitudinales
 e incorpóreos gravitando susurro
sobre las islas

rocas consolidadas como pilares de género
 participan grupales en la escena,
 vivas sinfonías proyectándose a largo plazo,
registros clementes con la antigüedad,
tus miembros guardándose de toda carga,
iris arqueado de tus ojos como patrón
de una mirada en blanco

 extiendes la materia con un pensamiento
 grabado, seres jóvenes que anuncian
el giro, esa locura lunar 
que prevee realidades

te despides, una vez más, del último giro,
 comienzas músicas distintas, grupos
latentes, cargas hábilmente compositivas,
 ingenias los pasos contados más allá del respeto 
hacia ti mismo, grabas los pensamientos en canciones 
y ritmos futuros, en melodías temáticas
que varían la mirada, la visten de fantasía

el tiempo desaparece conocimiento,
latente anunciación, retorno. Estableces futuro,
 las aguas en onda tras la cara oculta de una luna,
el giro que nos lleva

 emprendes series selladas como homenajes,
descargas muertos como años en cada despedida,
 giras mundos y centros, giras límites del espaciotiempo,
regresas latente en las pausas 

los años ofician su grave afecto 
por tu médula en conmovedores bandazos,
en indefinidas esperas donde el conocimiento

 entras respuesta prometedora, lejana música
de los espejismos que te sorprenden nada,
 tiempo enrocado en tablero de piedras

 giras longitudes viejas, la ceniza de los huesos
 como cabezas de un programa terminal,
los conciertos de unos ángeles renacidos,
el culto de los besos sobre las arenas susurrantes

tus versiones de nieve y género nombran
lo visual, simulan realidades de cristal tallado,
 imágenes de la separación, rodajas del Yo
en la infinita fragmentación perceptiva,
la marca estigmática de un conocimiento falaz,
la duda como entidad emprendedora, el cambo
 enfrentado, acciones mundanas regalándose
aves enamoradas, la visita de los nombres
en espejismos amplificadose nada, tu piel.
 Todo te regala

 surges escena, década, elemento barroco
de creación, índice histórico, origen consumado
de inicios fantasmales, grupo giratorio

 las aves enamoradas laten raíz 
en las rocas, rastro en un desierto sinfónico,
 susurrante piano en tu isla
donde se cuentan los pasos

 dejas las aves mudar años, una formación 
clemente con la mirada en blanco

el ahora libera totalidad artística,
 consolida rocas productivas en giros 
 nuevos, el estudio de tu sello concebido 
 esposa, puerto de lágrimas emigrantes, hambre
del esposo que envejece roca

 el año edita su polvo en sueños conceptuales,
 en novelas iracundas como océanos

los años salen en grupo a significar 

los meses adquieren nombre, forman 
 voces percusivas a cada paso que cuentan

 sugieres auditivas realidades con un timbre 
 de cargas y latencias convertidas, rasguños
 de tiempo que no dejan ir a tu alma
 perfilada en el sonido, las aves enamorándose
del tiempo como materia, una exigencia de ruptura
donde recala la verdad, los años

sales en el luego estacionario, viajero latente
 buscando el giro, presencia en todas las formaciones

tras la cara oculta presionas puntos
 desaparecidos período de nombre,
 eras de yo permanente en los grupos,
 y mudas año, sello 

el aquí se estrena sonido nuevo, 
 bandada que responde prometedora,
 alabanza que guarda tus miembros
en los espejismos. Llegas sorpresa visible,
 sinfónico tiempo rodante sobre la roca,
te reconoces

celebras tu anterioridad camaleónica
 recopilando latencias, te disuelves
 grupo, punto presionado, música 
de sencilla singularidad

 vivo sonido de bandadas trae la tensión
necesaria en la danza de las lluvias,
y entras respuesta, promesa

sin aire tras la cara oculta abandonas
el giro primordial y devienes desierto

versiones de nieve y género instrumentan escritos,
te relacionan con la marca estigmática de lo falaz
hasta detestarte, magistral presencia que orquesta
las sinfonías definitivas, la escena del tres.
Alcanzas el honor de melodía

desnudo en tu isla ocultas años,
mundos, un saber acabado,
las gamas que se proyectan a largo plazo
 inmerso en giros presenciales, las letras de tu esposa

 último giro, un fue revelador,
 la fecha en que te puedo ver en mi interior,
tu casa de los años llena de estrellas


🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹🎹


Nightingales and Bombers in the Solar Fire. 

Manfred Mann's Earth Band


 supones adelantes en los sonidos, sendas
 latentes de fuego solar, vertientes proyectadas,
un sería situacional en cimas del pensamiento 

 inicias esencias que se descuelgan versión 
como espíritus en la noche, cristales tejidos
 atmósfera adornando tus fantasías 

la tierra recibe su tributo en estos mares 
 mediando sugerencias que se dilatan música,
una hipnosis que suena, una sólida energía 
 que compone tus temas

enjoyas ideas que se escuchan tumbadas 
en un sofá de volúmenes experienciales,
de gratos arrepentimientos estéticos
enrocándose nombre entre los pájaros

das bandazos artísticos que generan presente,
vértigos, aristas vírgenes, capítulos
de aparente cohesión, majestuosas montañas
de visión y atmósfera, la suave absorción
de lo sublime sonando cautiva 
en un oyente. Reconoces los pájaros, los temas 
enrocados en lo alto de los arrepentimientos,
el poderoso ritmo de la tierra acaparándote.
 Álgidos duendes matizan la atmósfera,
 tejen los cristales de la fantasía atrapando
 su espiral de fuerza, el sonido creyente
que nos ciega entre los pájaros 

 lanzar seguidillas de trabajo en lugares
 retorna máscara, un momentáneo aquí
de menor frecuencia, retorna nombre 
vengativo coleteando entre los pájaros
como un giro del fuego solar

un silencio rumoroso convoca los coros
tornasolados de las formaciones celestes,
al inestable vigilante de los cielos
 que en las estaciones señala la senda

marcan las seguidillas su vuelo
solar sobre la buena tierra, graban 
las formaciones aéreas en tu mente

 naces secuela de lo anterior, naces grupo 
terrestre del tres como vida, una combinación
 incipiente de sonidos progresando hasta el cristal,
naces tierra plena proyectándose hombre ,
 forma, principio vocal, joven sería
entre los pájaros

🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶🎶

Starless at a Crimsom Court with Frippertronics. Robert Fripp


 evolución de paisajes sonoros margina 
tus inventos amigos, desconoce las vías 
carmesíes que te caracterizaban, la constancia 
del cambio integra factores alineados
 como cosas y miembros de un reflejo perpetuo

 dado un conocer por seres adivinados
se hacen ideas con manos de rey,
 principios como albores de una música 
encadenada, magnéticas épocas que conducen
 maneras, retardos evolutivos de la separación

 su trabajo es grupo de fuerza creativa, 
es impulso de regreso a los sonidos
 inyectados por las líneas del tiempo

 diario​ anuncio de regresos a tu corte carmesí
donde el rey da forma a tus músicos,
 el regreso de los años como miembros
de un corpus infinito reelaborándose,
 materia escasa de los milagros perceptivos
recomponiéndose principio, sabático anuncio,
música insustituible de una vida impersonal

naces dato en el dorso de un país,
cónyuge orador de pesadas vanguardias,
naces ambiente instrumental de los colores
 relacionando las músicas de las cabezas parlantes,
naces red cognitiva de esos datos

 en un dueto hemisférico llamas al giro
 con manos esposadas, hablas extrañas piezas
de romántica ingenuidad en versiones 
milagrosas, un retiro a tu corte carmesí
donde las apariciones

la escasez de colores proyecta
ánimas especulativas en las desembocaduras
del espíritu

tu retiro causa tiempo, universo,
grupo de fuerza afirmativa, un trabajo 
del vacío que embarga cuerpos,
duración acordada de las vías carmesíes,
tu púrpura corte

sucedes sonido en marcha, un donde 
irreproducible sin retardo ni separación,
sucedes bucle natural generando caos,
 ser atenuado en los niveles,
cónyuge orador de manos esposadas
 casando años, vidas restauradas, antiguallas 
con las que el niño juega​

dado el giro el nombre trabaja atmósferas,
ventanas como inicios improvisados
 de nuevas acústicas, grupos 

 intervienes planetas vacíos, agitas árboles
luminiscentes con temas que se te escapan
a conocer toda forma como nueva 

 una llamada es encuentro heroico,
un inicio musical angélico en recibidores
celestes, una canción sacra trabajando materia,
tu propio cuerpo enardecido, un cúmulo
de apariciones solistas que te expone
al giro, un año de vida participativa
en los conciertos de las cabezas parlantes.
Su explosión, sus barnices sonoros, dioses
como ondas bailando en la llamada,
los caballeros de la mítica corte carmesí,
las piedras que pisas

logros de relatividad doblan al rey
insostenible, fracturan tu lógica en subgrupos
hasta su disolución, instrumentan la inmanencia
 como proyecto, te abandonan al todo,
nada reuniéndose en la corte carmesí
para una última cena.
La luz se construye creencia, una elección
eléctrica, la adopción de enfoques ilógicos
metalizándose grupo, proyecto, árbol
de lento crecimiento humanidad a humanidad

el final del tiempo su principio, produces
masa desde visiones de infancia,
 largo viaje de conciertos solitarios
fraguando paisajes, entornos,
una íntima iglesia de la vida

flirteas con silvanas presencias, exuberantes estilos
que trazan minutos como catedrales, una alquimia
de las posibilidades de la materia ofreciendo
 voces, grupo, giro púrpura

tus miembros añaden figuraciones
desconocidas, doblan reyes como aires
 disolutos, lanzan años circulares
  procesando la llamada

tus inventos amigos caminan enmascarados
por las músicas artesanales, ese continuum
pedagógico de la arcilla en tus manos,
esa corte virginal ofrendado a tu aliento
que profesa su amor en el no-tiempo,
 la perspectiva ilógica que te aterroriza
 elaborando el tiempo, tu paisaje

flirteas con la selección natural en las costas
del miedo, ese planeta vacío adonde te escapas
ahíto de nada, ese segundo lanzado círculo
 como parte del todo, esporádica apertura

naces dato en el dorso de un país,
 pueblo que comienza edades,
 aparición sin título mediando entre dimensiones

heroico encuentro con los miedos
trepa el tronco creando los sonidos,
  los tiempos de vanguardia, tu virtuosismo



🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻

Cook. Premiata Forneria Marconi




Four Holes in the Ground

 queda el hecho, quedan minutos ocupados 
por secuencias celebrativas, una extensa soledad
 donde muestras dimensiones sobrehumanas,
 estribillos de mundo como epílogos,
 supuestos metamórficos en cadencia, una incandescencia
 progresiva que talla los corazones, mentes 
que asisten al encanto de la generosidad,
 virajes señoriales como indicios milenarios
 que testimonian auges y caídas, logros 
que trazan el tiempo en el que vives, grafías
fantasmales con las palabras del entonces,
la música que figura gente, escenas, un lugar
significativo al iniciado, una apreciación
del nunca tocando tu pecho siempre enraizado,
la música del todavía como especie


Dove...quando...

el éxtasis enciende rituales eléctricos, temas
que transforman tu letra, sátira vital
hasta el vacío y su giro, vida microcósmica
riéndose de tus macromecanismos, encarnaciones
 inmersas en tus efluvios corporales,
la progresiva incandescencia de tu diamante ido,
tu propia hoguera ejecutándote de intensidad
en el voraz manejo de variantes,
mecánicos tempos de lo que cambia, de tu ambiente
 entre minutos, la virtuosa complejidad
de tus giros coronándose en su furia,
esa jovial expansión de tus espacios
 luciendo versátil sobre lo esquemático,
 los ornamentos de tu electricidad que brindan
sin sutileza alguna en las fronteras del raciocinio,
 minutos, acciones, atmósfera, dimensiones
 en las líneas de tu frente, líneas inspiradas,
padre que estás en los cielos de púrpura profundo
 en plenitud, una cita vibracional que explosionara
para un universo más, minutos, conciertos, versiones,
 metamórficos supuestos en cadencia
la total armonía mística, oyente, artista


Just Look Away

 giras mundos, materia y volúmenes, ríos de vida
  omitiendo preludios, cortas encuadres
en interludios del ahora, minúsculos patrones
de incandescencia tras la dupla mental.
Eres cuerpo pasaje de tenores celestes,
renaces interludio a plasmar tu brevedad reflexiva,
 vida terrena desarrollando su hermosura
en núcleos evocativos, cosas dimensionales
 celebrándose mundo a cada luna nueva,
islas de vacío que colorear orgánicas
 con la pulcritud de un niño, coda eléctrica
en rostros pautados, un concierto del siempre
 con las letras de la causa y del efecto, la sátira,
verdugo y víctima en un giro interminable,
ser presentido, tiempos afines en las líneas
de tu frente regresando al siempre, la cadencia
 que implementa sentimientos, la cita
vibracional como único amigo
en tu viaje, minutos, sonido, energía,
la improvisación creativa que te enfoca
 horas, vida


Mr. Nine Till Five

las fantasmales grafías priman el gozo,
 traen alineaciones de la mente soñándose
 frontera, giro definitivo encantado en su generosidad,
 propuestas fundacionales patrocinando poetas,
 días, reyes y musas como letras, grafías
 selectas de minutos e instrumentos como una lluvia
sobre la tierra llamando a sus acólitos,
reinos del elogio y la frase virtuosa
 pesando en tu escenario como islas de vacío.
 Se alternan, adivinan tu lógica
de país con rostros pautados, la coda eléctrica
en las líneas de tu frente, vocales
que te enfocan hora junto a los instrumentos.
Sentías necesidad, sonoro mundo impresionado
por tus interludios invitacionales, la inmanencia


Alta Loma Five Till Nine

 se te ocurre el tiempo como una fonografía
 legendaria, una vigencia progresiva
a la que echas vistazos so pretexto de reedición,
 formatos de volumen meticulosos que contengan
 repertorios originales, mundos atractivos
 más allá de la nostalgia, volúmenes percusivos, voces
 combinatorias realizándose testimonio,
 evidencias mágicas de la historia
en las líneas de tu frente continental, alucinantes
 serpientes haciéndose calor, sol, procedencia

tu balada pastorea romántica y reveladora
sobre el cosmos como eléctrico ritual,
se desprende de orígines, de vibraciones estilosas,
 de las islas de vacío con dulce virginidad,
 crea delineados cargos de conciencia
en sus virajes señoriales como monumentos
de absurdas ilaciones, parajes de cadencia.
 Matizas impresiones entrelazando generoso los espacios,
minutos, conciertos, versiones, delicados
 efectos del acorde representativo, un sinfonismo
 de síntesis y antítesis que fulja como una esencia
nutritiva, causa, perpetuo camino hacia la disipación,
el canto que se te aleja hacia un refugio
 deseado, la efímera coda elećtrica desembocándote
 paraje, lazo, experiencia, partícula puente
entre lo visible y lo invisible, concierto, minuto,
 gloria concedida, la mente


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The White Album


 ruegas a tu estrella vuelva cada noche
 de acuerdo a tu regreso, recibes su gesto
 decorando con flores ficticias tu frente,
 rompes la escucha al estudiar su luz

 lanzado al blanco, el nombre se revela
nota​ clara, vívida emisión de origen,
  lanza sencilla tu médula abarcando 
todo estudio, los años, las rocas,
​el ácido dulzor de lo que aparenta estar​

 llevas el nombre a tipologías como cajas
de mercancía organizada, tecleas tardes
 terminales con letras de niño envejeciendo
armonio entre los matorrales​

 fuiste escrito por grafemas lumínicos
 como un pastiche de músicas, de tiempos
 incompletos, una perfección que te es ajena
  sugiriéndote títulos, autoría, la canción
de mil vidas obrándose en el deshacimiento
 repetitivo de la mente, claves inasibles, ideas abandonadas
como un amante exhausto, versiones perdidas
entre las galaxias en ondas expansivas​

tu estrella trabaja naturaleza inmediata,
 ingenia atmósferas con un bisturí de luz
que abrupta da sentidos pasajeros, maneras
​ personales, frecuencias receptivas, ausencias
que en sutil pensamiento se manifiestan
como ecos temporales

posicionas cielos nocturnos, números
y cronologías, corazones solitarios,
sendas que la mente amarillea,
el mágico misterio de las pléyades literarias

 escrito composición interdimensional formas
 materia entre los eones del tiempo, llevas
 nombre a las estrellas como ofrenda
agradecida, tardes de un crepúsculo avinatado
que alivien el deshacimiento, exóticas especias
del alma grabándose en las ondas

 escrito curso trascendente en perpetua conflagración,
 estallidos de violencia graduada en un presente
inacabable, estudio creativo de las partículas
que te asisten en la ilusión de vida,
 repentinas fracturas de la razón por donde
la gran serpiente lumínica te revela
indicios, resquicios dimensionales, un permiso
 del ingenio estelar, tu estrella, tu brevedad
infinita, el angosto pasadizo entre las sombras,
la tensión de ese continuum inabordable.
La fractura se abre en luz infinita

 fundas diseños, la vívida corazonada
que blanquea el tiempo, el nombre
como relieve espacial, fundas orígines personales

la revolución era una versión de lo sencillo,
un opuesto argumental probándose despacio
la ropa nueva, distorsionar lo viejo
con eléctricos finales de emoción,
 lanzar significantes apolíticos en un medio hostil,
la turbulencia de lo extraño entre lo escrito,
 uns soledad extrema del pensamiento subatómico.
Bailan entonces los números
a la busca de sentido

los corazones solitarios se embadurnan
de invisibles, de números alocados en el reino
de los años, posicionan cielos nuevos
en saltos temporables de anárquica matemática,
 revisan los nombres de la Historia
en pequeños progresos musicales, tipologías,
 prototipos, agentes evolutivos del mágico misterio
que incesante crea en perpetua eyaculación,
 especies inimaginables, negaciones constructivas
que en su paradoja fracturan lo creíble,
amarillean la senda momentáneamente por eones,
afanes positivos que adormecen las almas​
por un segundo cosmológico

tus cantos escriben burbujas de trascendencia
 concebidas por los amaneceres, respiros
 del mundo en palabras que se alejan
 menudas, clandestinas por los atardeceres
el autor esencial se rompe en ecos
y puntos biográficos compartiendo el canto
con los insectos y las plantas, ásperas deliberaciones
que preceden la distancia, futuras proyecciones
sobrevolando atmósferas, escenas de un sitar lejano.
Pruebas fragmentaciones experimentales
con virginales gestos oratorios que te desconciertan​

los insectos se mezclan en versiones caleidoscópicas,
revoluciones lumínicas interesadas en el sonido,
 diferentes duraciones evolutivas según la mezcla
 eliminando el grito de su repertorio, tu estrella
azuleando los segundos de tus ojos​.
Trae el nombre, el relieve impreso de los horizontes

 estrenas voces estereofónicas como reinos
de paz, subacuáticos mundos de revólveres enmohecidos
desilusionando a los depredadores, un momento
emérito escuchándose en lejanías, voces del tú
 anunciando su muerte.​
Recordabas las tardes, canciones avinatadas
 escribiéndose sobre las nubes, lisérgicas
 mentes limpiando los tiempos, la estancia
 fructífera del regreso de los años, intensa
emoción del sitar desconocido desarrollándose
 en secretos intransferibles​

 escribían tristezas improvisadas, largos encajes
crepusculares frente al caos como amorosos testigos
de la evolución, corrían alrededor de las llamas
vespertinas por encima de mi cabeza
resquebrajando los minutos con grietas de eternidad,
 músicas amagadas entre los árboles,
la estrella henchida como un dedo ígneo
que sacara el corazón de tu pecho
a devenir evanescente sobre el todo, el nombre
lanzado a formar materia nueva
 por los toboganes del cosmos, espirales de aminoácidos
 en jardines de lava o infiernos de azufre,
las claves que te llevaron a creer
desde el código más simple como apocalipsis,
el movimiento sin nombre​

lanzado miríada de insectos a las estaciones,
un hogar cambiante progresando sobre tu estrella,
estrellas que salen de tu boca como alimento
 traicionado, el rumor que te acompaña
sordo, hiriente, sitar lejano sin evidencias​

 grababas etcéteras antológicos​,
revoluciones apagadas para nueva creación,
 temas a experimentar

los corazones, solitarios, descartan acústicas
innecesarias, insectos lujuriosos, tiempos
​ y atmósferas caducas, los días olvidados,
las horas como cosas fallidas, el ilimitado
 estudio de las formas ensayándose en el vacío,
la improvisación de deseos novedosos

un mosaico de maravillas virginales idea
 números en nuevas combinaciones, temas
indocumentados de tu estrella lanzados
 como reflexiones de la luz sobre la cantidad,
 egos en bandas magnéticas limpiando antigüedades,
una acumulación de cantos contrariados
agregándose versión

 contienes estilos, estéticas dependientes,
contienes creación, autores que dejaron enmohecer
sus revólveres en mares desconocidos, reflejos
de soles por descubrir, contienes la lisergia
de planetas enloquecidos enfocándose
en los artistas más sublimes​

lumínicas revoluciones que evolucionan
en codas tan frías como el espacio,
desnudas en bucles del afuera y del adentro,
en anterioridad y posterioridad proponiéndose
 experimento de similitudes, un carnaval
de la luz caleidoscópica​ que tus ojos no pueden ver,
los temas que el miedo desaprueba

 suenas viejo tocando las tardes
más allá de la redención

 entidades sencillas se desprenden de ti
 en el reino de la paz, lloran
gentiles tus traiciones intransferibles,
te lloran noche cuando la estrella te canta,
 simples acústicas que tu piel orquesta,
 corales que finalizan su mezcla entre los árboles

tu cara se alarga en estructuras de jamás,
 tardes y madrugadas particulares vibrando
 superiores en el altavoz de las estrellas,
cuatro caras

cuatro fuerzas te forman individuo,
cuatro formas asolan a los corazones solitarios,
 miembros, acuerdos, hechos, categorías,
círculos del demás, un mar de leche amarga,
 el año que viene​

tristezas escritas por la meditación reflejada
desde exolunas soñadas, cuatro cortes abruptos
de tu incontinencia original, vivos desmanes
de la separación. El reino de paz
escondiéndose del Yo

 la tarde surge voz de un coro,
hijo de lejanías escondiéndose entre las hojas,
una improvisación sin título, una mezcla
 acelerada recorriendo los lugares del origen

 la presencia tributa a sus difuntos
 la pérdida como relación, niña oceánica
que mencionara las letras de la creación

 la primera aparición te acompaña
a los entonces convencionales, a los procesos​

 escribe abandonos, inspiraciones instrumentales,
la disposición de las acústicas, escribe
el instrumento mismo, su sonido
 solitario, la sorda latencia de su corazón
dibuja mirlos sobre tu cara

 afirmas horas de creación mezclando
 secuencias, presencias, las brechas de eternidad
entre los segundos, los cantos de inmanencia,
el a través de implementándose incidental
para una música nueva​,
la tensión entre la causa y el efecto

cuatro rostros poseían los supuestos
de la existencia, la prueba y la persona,
las extensiones de los deseos corporativos,
la ingeniería del cosmos, la máquina, la autoridad

 observas la cópula de las calles civilizadas,
todos los instrumentos de la voluntad
 acompañándote en los números, los fragmentos
de lo conocido como puestos de un mercadillo ambulante,
la revolución numérica en antologías​

tu trabajo estudia insectos capturados,
 artistas individualizados con frecuencias asimétricas,
 señalas los límites de la longitud, del tiempo,
la ingeniería​ de las decisiones repentinas,
 la producción de preferencias, de adicciones,
de pares mínimos de significación 

 parodias surrealismos despegando inicios,
 intermitencias de contrabando, transliteraciones
imprudentes de las acústicas manidas,
los arpegios más banales de una mano extenuada​

los mirlos del rostro sueñan la luz
 en sus corazones solitarios, el sonido
de un fondo metronómico​ por el a través de,
  la mejor interpretación, coleccionan
los efectos de la luz y se los llevan​

 la codicia se materializa en letras pequeñas,
  cerdos que gruñen​ en su asesinato colectivo,
una involución de relleno jugando con las emociones,
una orquesta de extrañezas ​

 la letra guarda relaciones,​ músicos de metal
 dormidos​ balbuceando teorías, conspiraciones
 de lo extraño deliberando una vez más,
la letra se mofa de lo oculto, remite
a los insectos alucinados, a los diamantes del cielo,
tu estrella​ sobreponiéndose a las líneas
de locura que se trazan colina arriba,
 parodias antigüedades estruendosas, la velocidad
de las revoluciones, el final de los fragmentos
 escritos por los visitantes de otros tiempos,
 dejas los tigres de la imaginación​ tallar
los cuatro cortes abruptos en improvisada carnicería,
las voces de todo encontrándose en tus pasillos cerebrales

te lloran noche escrita, visitan tus hechos
como una casa paterna en la que se grabaron
 las canciones de la infancia, las acústicas posibles,
las versiones acordadas que permanecen inéditas
en los corazones solitarios, las antologías futuras
 que invitaron a tus relaciones, la inseguridad
de una materia ciega, las decisiones de un animal
de prístino salvajismo, tu canto​​

 evolucionas fragmento en las composiciones,
 los irregulares tiempos de tus partituras,
 variación rechazada,​ el rejuvenecedor
toque de las cosas, la letra, tus caras

la revolución aminora sus lapsos
 elegida su improvisación, los minutos
que en su sabiduría dejaron en paz
la tarde​


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Gymnopédies


tu cultura edita apariciones de la separación,
  números sonoros programando el juego, 
 hechos mundanos de fuego fatuo,
mallas de sangre, sudor y lágrimas como variaciones
 homónimas de contemporaneidad.
Camino abajo hay una mujer sonando,
 un arreglo orquestal de pesares y conocimiento,
  música eleusina que el cielo venera

 sencillo espejo incorpora síntesis​
libérrimas de una última cena
en el camino estelar nuevas generaciones
dan título al silencio y lo liberan
 como fondo contemplativo de la inmanencia,
donde las apariciones. Tu nave emprende​
los juegos vitales con la inocencia
de una música aterciopelada.
El genio escucha el deslizamiento de tus trazos,
 suena lugar de odiseas, amorosa llamada
 interpolándose entre los juegos, flor, sol, lluvia,
el canto de los grillos que impele a los saltamontes

hacías ritmo, sentimientos manufacturados​
en piezas reveladas, puntos de la trama lúdica​
 visualizándose en el mundo como oratoria

un velo pinta watios sobre los alambres
del universo, documentas marjales de la forma,
cielos nocturnos a fragmentar la música,
 cantos de los minutos en una última cena
tu lujuria utiliza las piezas en fantasías
 iniciáticas, piezas de historia remezclada, piezas
donde suena la mujer, donde el juego 
se hace sinfonía, pantallas de aquel espejo 
de las síntesis

 interpretas las piezas como citas arquetípicas
de un amor universal, sus variaciones
de oscuridad alternando en su desespero,
alienando la vida en la ilusión del cambio.
La vida calma escucha el deslizamiento de tus trazos

las apariciones adaptan hechos clasificados
 como una danza de lo diverso, el juego,
 sonoras versiones de la historia

 representas lugares bajo la batuta 
de partituras circulares, conciertas milagros 
de orquestación realizándose en decenios, 
 composiciones sin intérprete

tus arreglos son violonchelos de un clasicismo
 idealizado, creación antigua​ de lo posible, inspiración 
 poemática contenida en los torrentes
de la humanidad, flor, sol, lluvia
en los átomos de cada sombra brillando
ambarinos en las ondas del juego

 precaria atracción orquesta numeraciones melifluas,
pianos connotativos que contaminan la palabra,
ese clasicismo incierto entre las posibilidades 

la danza de lo diverso menciona otra danza, 
una antigüedad supuesta, poemas 
de una primera percepción, la desnudez
de los días perdiéndose en referencias,
un desfile de niños en guerra, la palabra 
contaminada, indicios de intención

 el contexto antiguo alude a tus poemas,
 palabras como frecuencias de los siglos,
 puntos de la trama lúdica percibiéndose
como neologismos de un diccionario de la bondad,
 describe la danza de la juventud ascética,
la austeridad incivilizada como estética,
una suposición antigua recorriendo tus espinas

 partir de tu mitad errónea parte la música,
una creación sin aquel fondo contemplativo,
 definir significantes como realidad encaja
los fondos sonoros, momentos de probabilidad
en los que el error se fundamenta, las interpretaciones 
de los sentimientos manufacturados​

la brevedad atmosférica escribe compases
 ligeros, atípicos desafíos de lo contemporáneo. 
Rechazas emociones con elegante narrativa,
los compases de los acordes mayores,
un sol subdominante sobre la tónica general,
la suave disonancia de las melancolías
  encajando los fondos, esa oscura gravedad

 acompañas a los versos camino abajo
donde la mujer sonora, polutas citas arquetípicas
de lo incierto recomponiendo su música, 
los versos atardecen inminentes en verdad,
 descubren tu música

 soltar el entorno en las citas, 
perder los modos, la aparición que
 usaba la palabra como una nota 
de célebre posterioridad, quemar anécdotas
 en el cabaré de las estrellas nocturnas,
 afilar el habla precursora y emblemática
 del movimiento musical, la cita que te adopta


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Piano concerto 1, 2 - Rachmaninoff


conservas tu independencia como elegía
movediza que rindiera sus teorías 
a poemas narrativos, gitanos en un teatro 
de conversiones, la vida otorgándose altura,
reloj de oro que midiera la distancia 
entre los seres, estilizado arte de la libertad

tu familia agita el aislamiento 
de animadas músicas, la vibrante visita 
de los muertos inspirando nombres,
la depresión sinfónica de lo escrito.
Regresa el tempo de un solista 
 con las cadencias de un preludio,
 triunfante sentido de la estima 

el otoño se embarca en señales
 bajo la dirección del gusto, la impresión 
enorme de lo definitivo, facetas
de ser que obran residencias tardías
del romance estival

 reales cónyuges ocupan la artística
 actividad de las reacciones, la crítica 
sinfonía de las terapias que mudan
sus giros por primera vez

 giras hacia el entusiasmo, viajas solo 
 la muerte de lo inesperado, dejas
  desconfiado el destino en su puesto,
 noble gobierno de lo regular 
para la guerra​, la vigilia de las noches,
 la liturgia de los miedos. Sientes 
 la noche puntual corrigiendo polifónica
los cambios aparentes, el calor 
que alivia de lo posterior​

 regresa la casa en miembros familiares,
 reales cónyuges​ completan su obra 
 litúrgica entre prohibiciones y permanencias,
 una filarmónica de perfiles, de audiencias 
del ser​

 abandonaste la ciudad exigente, los horarios
a tus giros reduccionistas, tu tiempo 
de rapsodia homérica sobre paganas
ubicaciones, la muerte avanzaba 
su ciudadanía, la obra temprana de otros 
dando paso a tu melodicismo, la expresión
de los colores menudos sobre un piano 
 explorador de tus propias habilidades 

 naciste a una aristocracia perezosa,​ 
a la musical hija de la claridad,
 naciste cerca de tu nacimiento, 
un lugar de vida adulta iniciándote
 pasaje de memoria, nota equivocada,
 escucha regalada de un niño, sugerencia
maltrecha recién comenzada, las enseñanzas
de un agua romancera ​

 tocabas los años con la virtud del verano,
una rica tenencia que ​​regresaba
 de rojo satén con los compromisos,
  la eléctrica composición de fantasías 
y apariencias, la duradera poemática de la roca

la muerte trajo giros dedicados, fondos 
como romances seccionados por la incompetencia,
un reduccionismo crítico, lo posterior
 describiéndose como compulsión, un pequeño 
conservatorio de abandonos y partículas espirituales.
Experimentas la liturgia nocturna 
incorporando futuros, composiciones perdidas,
la Osa Mayor como hermana que perniciosa
 te presentara las obras de un amor 
 relajado, sobrio, y modificas eventos, figuras,
  primaveras, revocas​ el poder de tu conservatorio 

has renunciado al  tiempo, llevas el después 
 a las partículas espirituales, viven familiares 
 en lo anónimo, contienes poemas corales 
 abruptamente ahijados, musical hija 
de lo grave, atiendes débitos de confianza 
que el regreso anuncia como campanadas​

 el curso de tus temporadas se organiza
en demanda de condiciones, el espíritu
 difícil de la renuncia​ llevándote viaje
por la esperanza del regreso, un teatro
de conversiones en escuelas de santidad,
 solo la opción de componer,​
el traslado de los giros

las audiencias del rapsoda homérico
ejecutan el sitio de tu libertad

partes la temporada en tiempos giratorios,
 realizas marcos de aparición de tu ciudadanía
 como experiencia atesorada, giro
 aumentado de lo posterior, el débito
 lejano de tu familia probándose concierto

 habías vuelto, crítico, numeroso, imposible
 sugerencia de oposición, de sometimiento,
 diario estructurado de tus sueños, un ánimo
  de deseos agitados, movedizos, la elegía
  solista en piezas entusiastas, la pieza
 valerosa que premia la vida ​

se embarca el otoño, muda su giro
con permanencias y divisiones, mi conservatorio
espiritual convierte partículas en pianos, avanza
 contrapuntos de realidad en composiciones movedizas,
 forma rupturas talentosas, se niega tiempos
y vidas, los romances menores, rastrea, de rojo satén,
los entornos tranquilos y las fuentes de inspiración
 que siempre fueron, estaba poema
de un maestro diferente. La fe conserva
los honores de toda teoría en su progreso,
 contrae las piezas a su mínima fantasía
 como suites ambientadas en la roca duradera
para un próximo giro. Lo posterior viaja
 la muerte de la causa dejándote aturdido,
 días elegíacos tributando al aura
de las cosas, una melancolía revelándose
 profundidad, humilde idolatría​ de lo ajeno

 el teatro templa las costumbres, la conversión
 dirige sus trabajos en cada solista,
zíngaros de una ópera caballeresca ​

los tiempos comprometen el tránsito
de las señales, otoño embarcado, una ortodoxia
satinada por los opuestos frustrados, los cónyuges
fracturados en la depresión sinfónica
de tus creencias, finales improductivos, destino
depuesto. La conversión es un regreso
incumplido,​ un reavivar los deseos, un hogar
sin aliento, la fluidez del antes

te casaste con el rojo satén
de los años,​ un débito hermano como ortodoxia
que te asistiera en tus confesiones, un matrimonio
 de opuestos que eludieran la oposición
 utilizando los fondos seccionados
de la incompetencia, pequeñas ceremonias
en los suburbios de tu alma. Vienen testigos
del miedo, marchan los testigos del amor
a sus casas estelares, lunas hijastras
de la claridad sobre los pianos que se cierran,
variaciones de un romanticismo caduco
 afectados por la enfermedad del declive

 entras la muerte como inspiración, un teatro
 perdido en la fatua exhibición, un giro
  compartido por las súplicas que el reloj
dorado mide como comienzo. Completas
obra. La escucha regalada es un niño
 robado en tu viaje de las pérdidas

  bloqueas la nada, describes derrames de tiempo
 perdidos en cabezas industriales, fundas
 fondos seccionados aceptando críticas ​

 un nuevo giro, series sinfónicas de brutales
sugerencias, un conservatorio de infiernos
 deficientes, memorias cercanas que ensayan
 con nuevos testigos, sugieren nuncas, insinúan​ despueses,
reacciones de absoluto por falta de crítica,
la angustia profunda de una sinfonía
en suspenso, una complacencia pobre
de las partículas espirituales sobre un piano
sin manos


♪♫♬♬♬♫♪♩♩♪♫♬♬♬♫♪♩♪♫♬♬♬♫♪

Barden, op.64 - Jean Sibelius


dejaste atrás suites enunciadas, llegado 
a las posibilidades de compleción tenías
 definitivos meses de composición,
un futuro filarmónico de urbano bardo

tu obra es poema breve, una orquesta 
de sibilantes estrenos, una sociedad 
de revisiones tardías, versiones sin batuta 

es probable la cercanía de las piezas,
  las suites sin entrada, el justo movimiento 
de fragmentos. No hay concreción,
no hay certeza sino posibilidad

 dípticos de partículas elementales poetizan
la vida en pequeñas sinfonías, delicadas, breves 
 bellezas del pesar y de la euforia, vosotros,
aedos, bardos, poetas oceánidas

das pistas sobre la proporción,  sobre
el contenido de las negaciones,
tenías meses de vana concreción,
  poemas sibilantes que estudiaban
 postulados de relatividad, la relación 
precisa con los volúmenes del alma,
 poesía que poseía la duda como composición,
el tiempo último de la suite, allegro
 proyección, orquesta y cámara de similitudes

los estudios ven los meridianos
de la claridad, manuscriben apariciones,
 la muerte del autor, partituras fragmentadas
por los oceánidas. Vemos movimiento,
incompletas páginas del partir, los números 
sibilinos como indicación  de tiempo,
tempo moderato y las señales del allegro

¿puedes ser fragmento? ¿Proyectas tu suite
sobre las montañas, sobre el rostro de tus gentes? 
Fechas la indicación con autorías
parciales, antiguas similitudes entre
piezas, la melancolía revisándose
en los luceros vespertinos. Y cae el ángel mítico 
en la palabra como época, sobre
tu piano se adormece

 intriga el destino en proyecciones,
va definiéndose una suite. ¿Queda rastro 
de las posibilidades? Trama complicaciones
que unen momentos, historia poemática
de las sinfonías corales, compone años 
de viaje interior entre
los oceánidas y sus obras

 los meses definitivos son la idea 
bruta, el diario describir de allegros 
y claros, trípticos movedizos 

 sucedes cambio, sucedes proyección
 escrita, error que se examina en las piezas,
una inmediatez de las formas.
Bardos, aedos, poetas en sus dípticos
de elementales, sus trípticos movedizos
del sino como era. Ahora tónica, no dominante

rondabas lo cierto en las revisiones,
  conocías puntos originales de la pérdida,
  piezas de breve suficiencia, minutos
de evocación y duda compositiva

 en tu transmisión diriges el poema
hacia las sinfonías colectivas, das
 visión a lo críptico en mundos elegíacos: 
 quietud, reflejos de iniciación, las partículas
 elementales como un arpa que el sentido
 te arrancara, un acto de renuncia, la muerte.
Obras el misterio en evocaciones,
aquella arpa de la aparente oscuridad
 exploraba vanguardias, esencias del nunca

el invierno concibe serenatas, piensa
  orquestas de diario, rápidas, y bisa
  similitudes con la incomprensión
 añadida de los Peros. Y las singularidades:
la atractiva atmósfera nos libra
de las proporciones grandes

lo incierto es sentir la idoneidad,
esa proyección que remitirá al En seguida,
escenas escritas en el compromiso,
la exigencia remunerativa, el anterior poema


♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭♭



La Cena, Rael, está Lista a la Mesa del Tiempo
cerca de la Fuente de Salmacis, donde la Batalla de Epping Forest en que Danzábamos con el Caballero Iluminado por la Luna, mientras Inglaterra es Vendida por una Libra entre Visiones Angélicas - Genesis



los bancos de niebla en prolífico sentimiento
de curiosidad memorizan tus creaciones,
 crean afirmaciones reptantes que mecanizan
 tu canto, tu haber primero, segundos 
de vida sin duda, tu desertor viajero
 relativizando oscuros y espectrales amaneceres.
Desertabas las alturas, la bahía
de los reyes en los sonidos de una nueva era
hasta recuperar los rostros de tus antepasados,
tu propio rostro

colinas de autores y temas separadas 
en las noches de sol participaban 
de solos y dúos, de clausuras lacrimógenas,
de impresiones genéticas. Se vertían
 seres mutantes a las épocas

 volvías a empuñar momentos de virtuosismo,
bañarte en gloria ajena, polifacéticos 
 acercamientos a los temas vocacionales,
  actuabas sonoro en la historia, renacías
 fusión de formas entre los años, un festival 
de arcángeles anunciadores junto a los bancos
prolíficos de la niebla, eras un mayordomo
de las colinas uniéndose en los amaneceres.
 Rítmicos eones trabajan los rudimentos
del destino en tus manos, bahía
de los reyes, donde los hombres son artistas

 extraías nostalgias, carismas, el anuncio
místico de tu disponibilidad, grandes
 momentos de la separación, tu canto, 
tus octavas grupales en el teatro
de las ilusiones. Ofrendabas un repertorio 
de clásicos cielos y fuentes mitológicas,
la génesis de lo verdadero: intensos
 individuos sin género demostrando partículas,
de lo ínfimo a lo infinito en las colinas,
 extraías los sonidos de las noches de sol

el roce invisible de las revelaciones
  gira musical apoyándose en la técnica,
 en sofisticadas partículas de luz
que inician a los seres, que gira 
 destinos formales de toda historia 
como incógnitas del tiempo, finales
de un saber superviviente, los pies
de los gloriosos individuos sin género

 superviviente empresa de soledades
 desfoga en veleidosas armonías, reprime
la transformación de las estrellas, el colosal 
valor de los rostros recuperados, el aire
nocturno de las almas que parten.
 Encuentran expresión entre los rayos,
   el dinamismo compositivo que lleva 
las versiones de ti. Se hace el amor 
pieza suprema 

fuiste paso respetuoso con las colinas,
 estabas eléctrico en los momentos,
 una electricidad vocálica de la melancolía
a la diversión. Girabas, entrabas,
viajero desertor, las inconfesables ambiciones
de lo biológico, eficaces minisinfonías 
de tus polifacéticas versiones, 
relajados asertos de potencia 

tu paso historia el trabajo 
de los conceptos, compone el canto,
las frecuencias débiles e insípidas,
las sugestivas, las profundas, las baladas 
de pasado, pioneros viajes del fuego,
los ambientes de la infinita densidad. 
Formabas esqueletos de cada acontecimiento,
 transformabas las estrellas en los tonos 
 blandos de las exigentes partículas

los reyes quedaron en impresiones
 silenciosas, soles acústicos en cuentos 
de invierno. Te concedían la revelación 
como inductivas premisas de lo escaso,
 te suscitaban universos de la forma
en el canto de los individuos sin género

 lo nostálgico te encontraba en la música 
  esencial, la voz de las colinas
 como presente de un hogar transgredido.
 Ofrendas el carisma, los estratos
de inmanencia que, acústica, no oculta
las huellas del miedo y del dolor,
 la voz anunciadora

marchita el viento en los inviernos
 del otoño; viscerales, diáfanos instrumentos
de onírica intranquilidad agitan
la tierra con sus palabras borrascosas; 
la atmósfera evoca romances
del espíritu, dramáticos mesías de la belleza
 en el crepúsculo de las colinas,
las voces de excelencia

y te aventurabas en las soledades
de los otros, desertor viajero, participabas
de la materia intencional, de los fragmentos 
que te seguían, que tú seguías

blancas montañas, afilada precisión
de las imágenes, genética música actuando
 entre los grupos, los períodos,
la brevedad de los decubrimientos
  en la melodía de los anuncios 

en esta época conciertas improvisaciones
 surrealistas, mímicas carismáticas, giras
en promociones solitarias, crímenes
que irrumpen como rayos de nostalgia.
 Viejas existencias de lo idílico
como insidiosa desilusión convierten
los temas en cajitas musicales
de historias macabras, vengativas, fantasmas
de una voz trascendente, textos
y tonos desesperados evocando
el regreso de los gigantes, las fuentes.
Potencias melodramáticas componen
 formas espinosas, frecuencias festivas
de inéditas primaveras. Vigilan los cielos,
viajero desertor, destinos que se abren

y tiernas vocean las colinas sus agudos,
 su calidad de deserción, tu canto
atareado redactando letras truculentas,
un rosario de sueños interrumpidos.
Rompen infiernos y gracias, brillan
 anteriores al tiempo, giran continentes,
anochecen los odeones antiguos
donde ingresabas la ilusión.
Su talento al rediseñar los rostros
  ceñía mallas negras, notas femeninas,
 un guardarropa de extravagancias;
teatralizaba los números en durabilidad
 acústica,  caras del horizonte consagradas
 a lo extraordinario. Las secuencias
  asumen el aspecto de un viaje espiritual
evocando los fetiches sagrados

y la cena está lista como piedra
angular que te pide posterioridad.
Vigila los cielos, tú, desertor,
escapa en apasionadas porciones de iniciación,
 doradas visualizaciones, luces proyectadas
a las presencias anunciadoras, ejes 
 transformacionales en pasarelas surreales,
amenazantes fantasmas. Un viejo
te daba una flor, una génesis excéntrica,
una patria que gira de inéditas
primaveras. Tu entusiasmo acaece
en pastorales simbologías, la personificación
de gracias que, lunares, danzan

provenías de la permanencia, de giros
 significativos que alcanzaron las colinas,
  desplegabas efectos, causas, espacios
 que subrayaran atmósferas, servías
la mesa del tiempo donde los manjares
rompían infiernos, donde la inspiración
 frustraba parcialidades, desacuerdos, marchitos
 abandonos del aventurero desertor

 lánguido y sórdido panorama
de las feroces descripciones, atraviesas
 el erotismo irónico de los entramados sonoros,
 de las salas de espera, el seductor relampagueo
de las lamias que ocultaban el dolor,
naves vacías de una conciencia explosiva.
No afloja el momento. Tu pobre
 ambición se visualiza incrédula

el resentimiento adquiere ruptura,
  el canto se hace abandono, genético
 giro de los mundos, límite formal
que te declara prófugo solitario.
Sacude tu unión, percute en tus manos

  un río de estímulos se desarrolla
 genial en líricas batallas del prestigio.
 El arco iris es el proscenio
de las ilusiones que atraviesa lo superficial,
lo extravagante especula con la gestación
 histórica, monumentales sacrificios de lo accesible
 que narran muros y milagros
en laberínticos mundos subterráneos.
Encontré almas perdidas, reptantes, la ciega
 codicia, leprosas entidades atormentado
al viajero desertor, la posibilidad de redención,
la renuncia paulatina, pasados que se ahogan.
Descubrí las aguas subterráneas
de las colinas, los autores de la música,
 las experimentales letras de la perfección


 🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷🎷


Weather Report




el laboratorio metereológico de la mente
te reporta intenciones, tus empresas discursivas
 que abandonan el aquí a versionear
 las migraciones del alma, a sugerir las músicas
 de otras culturas. Bajas a los fraseos
sin liderazgo de lo cosmopolita, el sentido 
de las palabras de la memoria que integran
la luz y la sombra. Refinas páginas mistéricas
desde románticas impresiones que viajan
  rítmicas entre los niños que en ti murieron, 
 las versiones corales de una piedad
que se escribe en tus ojos. Los años 
te reportan la fusión de roca y melodía
como algo orgánico en el tiempo,
 la activa anticipación de tu apertura pineal,
las músicas del mundo en tu laboratorio

 abandonas el ahora para dedicarte 
a la soledad, acortas el querer siguiendo
lo útil, los nombres creativos de la actualización,
  incorporas majestades del giro solar

 bajabas a las percusiones cognitivas apareciéndote 
en procesos temáticos, pequeñas lunas
viajeras que vocalizaran las formas, 
 vocales como años que teorizaran
sobre lo cambiante, los ritmos tristes
 de matrices étnicas que sustituyeran momentos.
 La vida era un rico acceso 
a los temas que se esparcen por el universo
como cargas versioneadas de lo clásico,
almas iniciáticas definiendo tu aventura.
Reportaba la mente regresos, un allí
 consecuente en partículas que desfilaban
 como cabezas pensantes de la historia,
  discursos y músicas de lo continuo 
en soledades acortadas, luminosas intuiciones 
 como fantasmas que navegaran 
por la meditación de un segundo ya pasado 

originas la extensión eléctrica de las partículas
 por los senderos del silencio, el alimento
 abierto de toda improvisación como reflejo
de lo colectivo, las combinaciones elementales
 de roca y melodía diversificándose mundo

te reportaba los trabajos de los nombres
que en en el arte se demuestran inmejorables,
 los conocimientos primerizos como acordes
 de un tejido pianístico, una piedad
 recortándose sobre el mensaje como precisa gracia
 del silencio, sendas compositivas nutriendo
 las sombras. Tu compañía me es futuro
estimulando la ilusión de vida, la virtud
natural modulándose sobre mi voz
ronca de humanidad que en soledad se amplifica,
 se adapta a la oblicua dualidad de las cosas.
 La perfección te intenta clara
 en descripciones del allí tocando
 seres imaginarios, momentos de mismidad
que el laboratorio te reporta, muestras improvisadas
de lo constante y de lo fluctuante tejiéndose
en los ritmos creativos. Bajabas
a los monzones del alma a renacer,
a percutir cognición en el hastío

te reportaba cantos períodicos
del cambio hacia la sofistificación
del pensamiento, esas partículas rejuvenecedoras
 que te conocen meteorológicas durante los años.
 Prosigue tu discreción tras las apariciones,
  la ínfima percusión que solar te gira
en torno de la estima, roca y melodía
 desde las matrices étnicas alternando
los momentos logrados, los síntomas creativos.
Nuevas músicas sintonizan sin liderazgo
con la dependencia tóxica de las imágenes,
 el abandono del ahora borracho de sustitutos.
Se hace color la música 

originas miembros del ser que se acortan
  eléctricos al percutir musicales

 siempre la altura te graba soledades
 como un mundo de bocas literarias,
pequeñas bandadas de pájaros que te entretienen
 por los senderos del silencio, el tiempo
en modelos de posterioridad cambiando
 la manera de concebir la energía.
Tocabas los seres imaginarios indicando
 sus nombres que afinabas una octava
más alta, bajabas a la roca melódico
a concebir instrumentos de sencillez
que usar para dar más cuerpo a tu rirmo.
Te emancipaste de la función restrictiva
que el mundo impone con los límites
emocionales, una técnica vibratoria que te convierte
 en mito de la especie, la velocidad de lo increíble
como armónicos entre las estrellas

originabas ciudades, estados del alma
unida a la información como un arte,
la fusión de roca y melodía en géneros
como miembros del ser

 originas fantasías percusivas que deshacen
lo dual en unísonos acortamientos
de la memoria, bajas aún a tus labores
 fundamentales: las formas te graban
 lugares y orígenes de plenitud cohesionándose
 precisos en el uso eléctrico de lo invisible,
 síntesis sin vida que se pierden
de exuberancia en tus composiciones.
 Bajas aún al abandono dejando ineficaz
tu voluntad, los cambios que te giran
el rostro hacia el futuro. Mistéricas páginas
te demuestran cálido en esa íntima dimensión,
una vejez lírica apareciendo en el giro,
una excelencia de las partículas
voceándose verdaderas entre las estrellas,
modelos de posterioridad en los laboratorios del alma


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Searching for a land - New Trolls


 produces lo que es, conciertas estaciones
de espeso continuum mezclándose
 con las bandas de aves migratorias,
 letras que se escriben como zafiros
 lanzándose entre las aves; produces 
 las rocas que van progresando 
sobre los cuerpos como instrumentos
musicales, voces edénicas bajo la belleza
 como tritones salvajes que a cada generación
renacen. Y naces usado número 

los otros conocen tus visiones,
cristalizan frágiles entre las aves
  sonando como papeles de una pieza 
teatral, la belleza de una idea

 los otros estiran sus miembros 
 lanzados como signos de interrogación,
 te emplazan al nombre migratorio
que se orienta en la oscuridad. Y juntas
  formas, bandadas nuevas que en la noche
desnudan las montañas, pieza 
a pieza desgarrando los montes, el tiempo
 que funde las rocas forzando 
la separación. Componen musicales 
decisiones al reunirse en las ciudades, 
interpretan sus papeles imbuidos 
de las nuevas sensaciones, la duración 
sin tiempo con las letras escribiéndose 
como alados zafiros que, de nuevo, 
migran de momento

el grueso continuum progresa en los cuerpos
como rocas sonoras que nos acariciaran,
 otoños perpetuos y estrellas alineadas
bajo la belleza de los nombres. La música
es esencia que se estira en el tiempo
  reclutando a sus intérpretes, que gira 
tocándote las viejas canciones del vacío 

 has aparecido belleza en el conflicto,
 viva estampa de la orquesta 
celestial concertando la espesura
de las estaciones, la inicua línea
entre lo que llamas vivo y lo que llamas 
muerto. Las bandadas libran el giro
musical con repertorios de una lógica
historiada, estiran sus miembros,
 se reagrupan como mitos rejuvenecidos 

capitula la belleza en las nuevas historias,
  completas el alineamiento con lo vivo 
en las canciones de ruptura. Has extraído 
la espesura concertada con los números usados, 
lanzados a una nueva aventura migratoria 

 sigues siendo, siguen progresando
las rocas por tu nuca como esfuerzo 
que fusiona el tiempo, la roca clásica
de los cambios, la forma baja de tus frecuencias
emplazándote a nuevas formas. Bandadas 
 temáticas cantan la desarticulación
del arte viejo, del artista caducado 

se te lanzó sonido espeso, roca
 sugerente y creativa entre las aves
 separándote en dualidades, otredad, 
produces lo que es como batallas
 al uso, nombras los nombres menudos
como errores atómicos lanzados
en su migración hacia nuevos sistemas.
 Es tu sello el magma creador 
de los números usados en tus conciertos 

 vienes a ser cambio, forma, miembro
que se estira en el continuum
 de las espesas estaciones, las fantasías
  de una sinfonía experimental, los arreglos 
que se escriben como alígeros zafiros  


🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸🎸

Todd Rundgren y su Utopía, Something/Anything,
Somewhere/Anywhere, donde Love is the Answer




de todas las formas de la rosa se hace
la labor productora de lo justo,
los períodos de la concepción, frascos
de certeza en obras que influyen,
  esa sensibilidad de las chispas
 excéntricas, geniales convencimientos
 que cabecean en la mismidad

 leías a sabios alzados en las cornisas
de los rascacielos pidiendo explicaciones:
 pensaba en ellos como medida,
 panegíricos sobre las figuras atormentadas
 por noches del acaso, epítomes musicales
del pensamiento espantando a la oscuridad.
Dedicaba mi cuerpo al alma mundana
 catalogando las obras fantasmales
como un eremita del vacío que persiguiera
lo fatídico, el exceso innegable de la excelencia
  desde perspectivas del absurdo.
El autoengaño precisa mentes desprendidas,
una música fracturada, la época, la nada
como ingente e inclasificable obra, visión

las probabilidades fueron años
de creación, el espanto utópico, tiempo
  figurativo de formas prominentes,
un vampirismo sorpresivo, la extrañeza
 como juego admirativo y anaeróbico.
Manejaba la incertidumbre como reencuentro
de sensaciones, regreso a cero. Sabía.
Encerraste la soledad en su potencia,
 una creación de brillos eremitas
recluso en el vacío, ligeras maravillas
 de una calma amistad

un brujo en la cornisa autentifica estrellas
como ondas de humildad frente a los absolutos,
chispas excéntricas que destellan
en los experimentos del ingenio.
Trataba marmóreos bochornos emotivos,
la ligereza de los egos que sueñan
eternidades, el fracaso de sumergirse
en los talentos mundanos de las cosas,
 la habladuría del nada alejándose
en burbujas de realidad. Los días
se cocían en mundos seminales, décadas
como muñecos urbanos adocenándose,
  formaciones estables  de utópico espanto,
un vómito colectivo en el planeta
equivocado, la tópica aventura

este superar el habla en cosas eclécticas
 sonaba como una fragua de la imaginación,
los frutos de la adaptación, la sofisticada
 hipertrofia de los puntos y las comas,
el oído inabarcable de nuestro universo.
Te encargabas de ponerle nombre
a las cosas como avalancha de fusiones,
 a la vida consumiéndose en sufijos
y prefijos del diseño anterior al tiempo.
El mundo se amplifica en los errores
como excéntricos chisporroteos, la extrañeza
del ruido emitiéndose barata psicodelia 

 habrás dado cuenta de figuras latentes,
  intensos rodeos de la genialidad
 ninguneada, la musical amalgama de los cambios
  que superan al ingenio. Vida y obra
como estética de la que no te evades

podemos seguir siendo en los años,
  perdonamos los excesos enfermizos
de barroca experimentación, la exquisita
sensibilidad de las estéticas estrafalarias,
 la insoportable grandeza de las obsesiones
 tecnológicas carentes de emoción, su infantil
 canción pivotando en las obras
como fábrica de lo cambiante. Toca
vivir contrarios, gustar de excesos,
 los horrores de los visionarios

 me preguntabas por el equilibrio,
 por las visiones artísticas antagónicas,
por lo que es y no es, la dualidad
de una roca. ¿No era síntoma de la perpetua
indefinición? Ibas y venías desnuda
 entre el brillo y la contención, ibas utopía
  solitaria dando títulos a las formas,
 osando electrificar mi vello en síntesis
 absolutas. Protagonizabas el rezo
de mis temas tomándome el ya.
Has protegido mi todo con tus apariciones
como vida frente al juicio, representas
mi pérdida del siempre como infierno
que absorbiera mis talentos. Ya no hablamos
  las cosas como son, el corazón late
en susurros sutiles mientras lucha

 fue patente tu autárquico humanismo
 revelándote psicodélico las puertas
de la percepción, refería el otro lado
 en su fría desnudez, el miedo
 leyéndose en cada pensamiento, lo cierto
 impregnándose de años estroboscópicos 

el camino entre las rocas espaciales
se hace de rostros embrujados, de chispas
  excesivas que llegan a la historia,
sónicas singularidades celebrando
 el ser: el genio divaga en sus creaciones
 ofreciendo variantes del exceso, formas
 de futuro que incorporen lo atípico,
  precisas mentes de la curiosidad
como artefactos de extrañeza, átonas
realidades que devienen pensables

 habías labrado nombres casuales
que en la gracia se recomponen
como rosas ambiciosas, visiones
 sepultadas en los años, y probabas
el hastío creativo de la experiencia
 en solitario, la imposible ferocidad
del ingenio y la imaginación devorando
 pirotécnicas tus habilidades, las preciosas
melodías de cada obsesión abanicándote
a las puertas de la percepción. Abrías
 procesos y repertorios del principio
y del fin en las fracturas continuas

pero citabas referencias, causas
del ser creativo tras las formas,
  logros artísticos de la Mente
entre los libros parlanchines
del cosmos haciendo visibles
las fracturas. La extrañeza recompone
los nombres sin juicio, la inasumible
totalidad como repertorio, al otro
 anterior, una idea sofisticada del alma.
Te fascinaban lo abstracto, las confesiones
de la enormidad, el desconocimiento
 del entonces. Te obsesionaba lo informe
 como una dicha sin salida
que se vocalizara en giros estructurales,
 melodías deconstruyéndose sobre
 nuevos estilos compositivos. Copiabas
 a reyes y reinas de toda latitud,
las formas modélicas de lo futurible

conseguiste solitarias singularidades
de frenética posibilidad. De lo mínimo
a lo clásico por nada, por nadie. Volvías
a la pureza selectiva del no-nombre,
a la fe inesperada, al amor por la vida.
La travesía es un desierto

el brujo en la cornisa fulge
  emblemático en su idílico pináculo,
 excéntrico en su grandilocuencia, un orfebre
de los ruidos que se engarzan
diamantinos sobre nuestras cabezas
 sirviendo de espejo infinitamente fracturado.
Te miras. Una estética, un nuevo miedo,
 los reflejos pintándose en los rostros
como chillones escenarios de la imaginación

te escuchaba real entre las figuras
  industriales, complejo en el anonimato,
tú, irónica criatura del vacío, punto
de maestría diseñándose sonidos
 prescindibles, límite sensorial de las cosas
 pensantes que psicóticas te equilibran.
Serías intención incontenible, alambicadas
sonrisas de los astros, madre
de invención, sonoro camino del arte

 imaginas utopías como solitarias fracturas
 más allá de la duda, márgenes del juicio
  volcándose incuestionables sobre el tiempo
como síntesis de plenitud, de virtuosismo.
Melódicas almas del intelecto despiertan
  bajo ese prisma de los puntos infinitos

pero aquel más allá se constela
en obras para la anacronía
de tus mundos, síntesis de realidad
como pasajes reflectantes por un pasillo
de espejos y memorias, anaeróbicas
tristezas, presagios de ecléctica ambición

¿qué cúspide creíste alcanzar?
¿Colmaste alguna sentina de tu alma,
 doraste la creación de una lógica
 artística? Hablabas contigo, un cero
borroso mirańdose el ombligo
sobre un castillo de elocuencias,
 una imponente soledad sobre las cornisas

la forma buscada del no se embruja
entre las estrellas, emblemas
de las manos que nos dábamos
  por crear melodías del ansia experiencial.
Excéntrico, el talento burila décadas
de espejos que te miran, estéticas
  reflejando los rostros pintados
que se pasean por los escenarios
de la imaginación ataviados con purpurinas,
 chillonas psicodelias de los tiempos
 latiendo en nuestros fueros más internos.
Piensan los puntos infinitos hermosas
desnudeces dorándose en avalancha,
  el origen de las visiones. Auspicias
  esponjas musicales del ser

veías luz maestra tras las caras
 acompañando a las utopías, vivas
 alquimias a la mesa del polvo y los artificios.
Suenas orgánico entre los rumores
sostenidos que te abandonan al miedo,
  realidades compactas de extrañeza,
la sensorial limitación amalgamándose
  estilos de interior, todo 

 abrías la luz con los repertorios
 dorados, te inspiraban reyes y reinas
  iniciados en la obra de los vuelos altos,
 la enérgica y luminosa precisión
de la gracia embrionaria, la inquebrantable
 balada de los amaneceres sentidos,
  una melodía rescatada del esplendor
primigenio, los puntos infinitos del dolor

 maduras exquisiteces de la ambición,
  aspiras a la materia amplificada, la grandilocuencia
 final de la síntesis definitiva, una soberbia


🐓🐓🐓🐓🐓🐓🐓🐓🐓


AVES


Los verderones


recortas iconos como semillas de poder,
tomas el estar desaprendiendo los árboles,
 olmos, tilos y fresnos tu pelo
 enzarzándose con las nubes, arañas
y rosas ruborizándose con tus enojos.
 Te cuentan los insectos sus cuitas
 cuando escarbas el alma entre los frutales, 
y brotan rarezas de la mente 
como una plaga en el otoño maduro

 bañas tu hábitat de vegetación nerviosa,
comes el denso confinamiento del espíritu
 entre los pinares, el quizás de los demás 
que merodean la casa en forma de jardín,
de ausencia permanente, de lugares remotos,
una campiña de pequeñas bandadas
que te buscan en el silo de las almas.
 Quisiste caer silvestre en los cultivos
y verdeas multiforme​, macho y hembra,
en ese estar que desaprende, tu reino 
animal​ sobre la dura tierra, siempre
al filo de la cordura como una línea

arde tu arboleda con los bustos
de los sabios, sus jardines de cipreses 
que bosquejan tus ámbitos. Verdeas
 con el musgo que reviste tus raíces, 
tu pelo como plumas arbóreas 
de las nubes, un color sin dimensiones.
 Varías el blanco y el azul al retoñar
con tus poemas hembra, receptivos, la dura 
tierra que te incuba macho verbal.
 Inmóvil, posas valle cercano nutriéndote
de las semillas que regurgitarás, de insectos
incansables que ni el frío aplasta, 
de los nidos solitarios que ponen los años

 silbas alternativo inspiraciones
ajenas, vuelas entre las ramas
de sus jardines, algún ciprés, reposas
 en tu gorjear que reververa en el valle
con las otras bandadas, campiña 
de letras y números que aletean
y migran en el otoño maduro.
Y vuelas el rumbo de los bosques


La Abubilla


te conoces como especie sin latitudes,
  reconoces la plenitud en tu valle,
 tus ríos y mesetas espirituales, tu norte
extraviado, tu oriente silencioso, tu centro
universal y los meridianos de tu alma,
 tu Siberia mortecina donde hibernas,
la estepa combativa de tus extremos,
 tus penínsulas del placer y del dolor

tu propia existencia y la impropia
 son autoras de tus migraciones mentales,
  regiones de perecederas residencias,
 una parcialidad de probabilidades 
que juegan contigo: ¡sonríe! Cambia
tu centro sus ondas hacia los nuevos hábitats,
 regiones secas que fertilizarás con bosques
nuevos, sus claros, frutales, una viña
lasciva, las arboledas de tu alma

 consideras la separación realidad
 de lo físico, una subespecie mental, cultura
que te entretenga de la monstruosa inmensidad,
aves que fuercen tu benignidad, 
una separación tolerable en un orden 
aprendido: diurno, solitaria, territorial, migratorio

tus preocupaciones reinan
como animales sueltos y asilvestrados
por el filo de lo irreal, y los distribuyes

tus perecederas residencias son texto
indicativo, nomenclaturas científicas, 
 la unión de nombres como cantos rodados

tus aspectos dan testimonio del tiempo,
  las razones de lo antiguo y lo nuevo,
formas que custodien tu orden, ángeles
 de tus nuevas criaturas mentales, gusanos 
de esta nueva tierra fértil o paradigma.
Tienes la habilidad de perforar la piedra
por construir tus templos de acompañada soledad,
tu propia mitología con la impropia,  
los acuerdos contigo mismo que transforman
 a la mujer en hombre y viceversa,
tus infantiles venganzas autodestructivas,
la muerte en vida y viceversa, tu hijo 
como ilusión de la materia 
a la que te aferras, el despecho 
como energía usada por el cosmos.
Y reapareces como un nuevo personaje 
en la tragicomedia de la vida, tiraron
de ti las aves de la benignidad
como profetas que le hablaran a tu sombra.
La Ella, la Reina, te recita magníficos poemas,
el Él te describe cielos y advenimientos
 como paso de estaciones. Te auspician
 en la gracia de una belleza única.
Las palabras dopan el significado,
 engañan al verbo, se aplican 
en su inteligencia imitando a las aves.
Y figuras centros, hábitats de alabanza, 
 leyendas de abundancia sin término.
Ellas dialogan con los inicios,
ellos salen y entran de los umbrales 
de la dualidad perdiendo la memoria 

tus cavidades se van agrietando 
 a contener los atisbos de la inmensidad, 
la aceptación del mal como humano
juicio inexistente en la materia, extremos
 de un desequilibrio molecular, de una ingesta
desmesurada. Proteges a depredadores
y presas a su vez depredadoras asustado
ante tu propia voracidad. Segregas
una sorda pestilencia en tus insultos
  que te ahoga. Creces amorfa glándula
encarnación patógena del miedo.
​Ellas impregnan tu cuerpo de voluntad,
ellos te untan de absurdas emociones​.
Te conoces como especie

auspiciado, enciendes colores, haces
 hueco a lo árboles de tu arboleda, 
 alimentas la superficie de lo visible
 con tu copete de plumas desplegado.
Y caminas erguido por esa tierra blanda
donde los animales te buscan predadores

alimentas crisálidas de esencia 
entre tus pinares, reproduces el plumaje 
de las aves que tiran de nosotros
 desde los distintos arco iris abatidos, 
las alas de una gigantesca mariposa


La Urraca


tu cultura animal, supersticiosa, tiene 
 conocimientos engarzados como pechinas
a los dichos perdidos entre ruinas 
castellanas, referencias engañosas a solícitas 
esperas, a leyendas crísticas de la agonía,
un rosario de pájaros desconsolados,
malditos de eternidad en las islas del Yo

te comportas en la apariencia inteligente, 
requieres pruebas de poder, un lenguaje
que congenie con los amaneceres
  procurándote presencias. Atacas 
predador increpando las formas, 
corriges terrestres contrarios por descubrir
tu animal cultura agrupándose
 en estrepitosos comienzos, por abrir 
tu piel a los cadáveres lingüísticos. 
No sacias tus huesos, te comportas
 inteligente almacenando sitios, collares
  excedentes, el alimento brillante que sientes
  especial, y lo llamas tu tesoro. 
 Trozos, cristales rotos, joyas sin valor 
que en un espejo se desvanecen.
 Ahora, sólo, te observas primate​

supiste de tus relaciones con la mismidad,
  realizaste oportunidades de forma,
  precoz poder del decir a la noche 
 presencias invulnerables, de procurártelas
 como sustento y reproducción

picoteabas en los dichos como habitante
de las altitudes, como animal
de afilada cordura clasificando
géneros y especies, distribuyendo
fenómenos inteligentes, creencias 
 animales que se extendieran
 como un cuerpo encefálico de lo humano​

en ventanas anunciadoras la muerte 
se hizo casa, una creencia objetiva
 brillando preciosa sobre los cuerpos 
encefálicos, una creencia básica 
para tus argumentos. Episodios 
de aventura comunal, blancos reflejos
 en las frases del poeta, Virgilio
de la mano de Dante como signo.
 Traducías psiques sin edad,
 creencias brujas como chismes
del origen, nombrabas presencias
 entre las ruinas castellanas.
En ventanas de anunciación el parloteo
de las aves más satíricas, las descripciones
volátiles de alas y blancos reflejos,
  escápulas deformes de seres oscuros.
Su cuerpo irradia pequeños soles
 en torno a las formas: colores 
 cobrizos, matices de pertenencia, 
mis ojos pequeños y fuertes

 amenazabas a perniciosos intereses 
desovando días de bondad, primaveras
 de abundancia, requerías pruebas
de poder sobre los hechos, expandir
  la razón hacia lo inexplicable, tu escasez

alargabas los escalones del ascenso
  con círculos y dimórficas siluetas,
   excepciones corporales, voces ásperas
de la exigencia, pequeñas plumas 
tras tus ojos

no saciaste tu aprendizaje
ni con la humana voz de  la individuación,
un mente reconocible reproduciéndose

te adaptaste alteración procurándote
presencias, geografías espirituales
que distribuías en templados encuentros.
Sí, expandías inteligencias menudas
 sobreviviendo ambientales como alimento

tus presencias habitan excepciones,
 bosques y parajes sin roturar
que agradecen la cercanía de lo humano

tus presencias se adaptan a las formas
  permisivas que se alimentan de frecuencias
  saltimbanquis en busca de las primaveras.
 Desovan días de volátiles amenazas


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Klaus Schulze. Moondawn in the timewind 

behind the dark side of the moog as 

la Vie Electronique


deconstruías principios con tu paleta 
lingüística sintetizando ritmos, recursos 
 antiguos de los sueños anaranjados, nombres 
esenciales de las escuelas mistéricas

tus travesías envuelven aterciopeladas
frases de lo ausente, ritmos minimalistas
 que giran gravitatorios como un halo
sobre tu cabeza. Conformas voces
  iniciáticas de lírica urdimbre entrecruzándose
 con los cuerpos adyacentes de litúrgico espíritu.
 Eran minutos de desaparición, siempres 
de secuencias hipnóticas sin proporción. 
Sutiles capas de brevedad pausaban
 ese surrealismo inspiracional, esa claridad
 de los universos enigmáticos, esa aventura seductora

tus esquemas clausuraban el desconcierto 
con nacimientos imprevistos, músicas
y artes nuevas, nombres sin género
en los trances de la síntesis,
un presente de sueños anaranjados,
un templo solar de cósmicas chanzas

la línea del tiempo que la mente
traza para entenderse graba oscuras
  anunciaciones que dan forma 
a su realidad, una apariencia de evolución
 con los extractos de la anterioridad

te indica biografías, inicios, filologías,
  teorías que percutan en la materia
como escenas alternativas al presente,
 integras artes productivas que se entrecrucen

dabas forma a los límites de lo pensable
 con una electricidad neuronal controlada,
 un ballet de entregas personales como vía,
plateadas historias de contemporaneidad,
obras sin vanidad ni suspense
como sonidos de ballenas en el agua.
Tu virtualidad se hace carne,
lado oscuro de la creación

tu música irradiaba su propia danza
oscura como cuadros que el viento
azotara a la luz de la luna. Tu línea
del tiempo origina cuerpos amorosos,
el espejismo de las dunas vivientes
engullendo tu ego, tu angustiosa identidad 

la ira escoge rostro y sueña
mares de excidio donde la oscura danza,
rememora un más allá hacia un atrás
que está delante, domos y molinos
de bronce tentando tu furia, tristes
secuencias hipnóticas sin proporción
sobre la línea de tiempo, constelaciones
de seres lunáticos en lagos de desmemoria.
El ilusorio continuum en la infinita 
densidad de unas tierras sombrías.
Arden las estrellas esta noche
dibujando la silueta de los corazones

lo posterior es mente trasladada,
acto de energía autoconsciente,
una traslación chamánica en soledad

la oscura danza inicia ubicuos
seres de la memoria, dibuja líneas
temporales como lunares rayas
 de los excesos amorosos, los espejismos
 de neuronas como dunas donde claudicar

tu aparente soledad visiona 
el magnetismo de los cuerpos, eléctricos
árboles de la noche como alivio
a tu ínfima identidad. Adoptas 
anonimatos escurridizos por experimentar 
la libertad, inaccesibles evoluciones de la psique
 en más allás desplazados, la danza oscura

el desconcierto es vida intensa, 
 informe materia dividiéndose 
en retos de probabilidad como agujas 
de reincidencia en lo inesperado.
  Desapareces en una de las capas de brevedad
como síntesis de los viejos ritmos,
 memorias usadas donde claudicar.
Tu música neuronal es danza oscura,
un vínculo cósmico de los sueños anaranjados


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Rick Wakeman. Las seis esposas de Enrique VIII
y su viaje al centro de la Tierra


solo hijo vibras en los años
como el corazón de un piano
esposado a los planetas, enriquecedor
viaje a los centros magnéticos, espirituales,
de los mitos y leyendas en los círculos
de la existencia. Tus manías suenan
como terrestre conexión con las rocas,
el juego de filarmónicas estaciones
realizándose conocimiento, obra
de despertares como rapsodias ardientes.
 Profetas modernos viven 
en esas bandas sonoras como burbujas
o mundos accesibles en noches silenciosas,
viven más allá de los planetas conocidos
como países de aire limpio, una pasión
heroica, evangélica, familiar en el tiempo.
Una suite zodiacal de dioses
proyectados por la mente colectiva,
de noches del alma en una corte
submarina, de reyes fantasmales
desvaneciéndose entre los profetas.
Este ocaso aspira a amanecer
en sus sombras conectándote con las rocas,
tu trilogía inaprehensible rehaciéndose
en un centro, esa burbuja de futuro.
Lo extraño se suaviza en la magna carta
de las estrellas, cuando aceptas tu herencia.
Una suite de despertares disueltos,
de oración sin palabras, de mera contemplación
sin sujeto ni objeto: la conexión 
con las rocas vive inmutable.
Esa emoción es onda en los mundos,
círculo surreal atravesando el tiempo
en toda dirección, un romance
antiguo que reina tras la materia
como flor del tiempo. Las visiones
surgen de lo acústico, ese corazón
de un piano desconocido, sin funciones
vitales, que sin embargo vive
en cada célula. Verdes campos
invaden mis ojos viajeros como evangelios
de presente, tapizan mis sentidos
de mundo y horizontes, llenan
mis oídos con el tributo de los pájaros,
cubren mi piel de tierra fresca,
rehacen mi trilogía natural.
El arte de las rocas blanquea
mi racionalismo obsesivo, deja
una estela en la proa de mis pensamientos
sumergidos, de repente, en una corte 
submarina. Ha refinado paradigmas,
el mismísimo centro de una burbuja
los años son preludios de siglos,
crónicas de humanidad variando
en su riqueza vital como nieve
derritiéndose entre las estrellas,
cayendo de los cielos como clasicismo.
Sí, los druidas en los bosques
soñaban la luz que emana de sus siluetas,
silenciosos pájaros sobre la tabla
armónica de un piano, las variaciones
de su canto sobre la tierra inspirando
la gracia de algún ser humano.
Siempre tú viajando centro
a los mitos y su arquetipo que, en el tiempo,
se desarrolla, esa odisea del eterno
retorno o colección de antigüedades
 vivientes como brujas de los bosques.
Frágil es la frontera del abismo,
la unión en la espiral ascendente,
la vida al borde de la muerte,
la vida compilándose en sus temas
recurrentes. Sí, lo mejor de ti
como claves últimas de ascensión,
cada palabra esencial diseño 

renaces intérprete del ser
integrando prolíficas progresiones
del nombre, realidades polivalentes
que se unen en burbujas nuevas,
das hijos al despertar artístico.
Esas progresiones fusionan síntesis
a un presente carismático, presencias
 registros musicales desconocidos
  relacionándose con lo Uno

la vida personifica la totalidad
 como corazón ocurrente, te lanza
centro a ese viaje arquetípico, odiseico,
te casa con las estrellas como modelo
 de conversión en épocas de despertar

y has tocado la música del arte
como hermanamiento, una rueda
 melotrónica en la odisea espacial,
aquel piano vital de los cambios
y las inclusiones, los himnos arquetípicos
de la civilización que quiebran el Yo.
Tu Rey divaga en oscuras estepas
tocando melodías perdidas, sangra
ante su Reina de lo múltiple
aferrado a una roca

tus manías se adentran en las excepciones,
te van alejando concepto en sus progresiones,
  decaes estilo, moda, buscador. Gradúas
  las décadas con centros terrestres,
 has participado en la sinfonía
de los viejos tiempos, en artes
que divagan por las oscuras estepas
 lanzado centro, los mitos giran
 en un baile cosmológico, números
que incluyen roca y tus extravagancias.​
Despiertas carne indiferente, estricto
 vegetal como miembro de una razón
primaria, inicio musical. Despiertas
sentimiento oceánico sin sustancia
que te conecta con la roca, con la obra,
 y recitas estudiadas noches blancas

has participado de la música
de las libélulas, de las colecciones antiguas
 en los bosques de las brujas, de la tabla
armónica de aquel piano celestial,
te han grabado a fuego los despertares
  desconocidos en las estepas oscuras 

el tiempo permanecía esposado
 a tus espacios componiendo enormes
catapultas artísticas, materias de interpretación
  girando como sistemas solares desconocidos

los años nacían suburbiales, gramáticas
 orquestadas para el giro melotrónico
 y tu odisea, la vida en la belleza
de las cosas, los cambios que te rompen
 como a principiante de absoluto

has participado de la magnificación
 de las formas en tu giro celestial,
de la creación alternativa, anunciadora
de esos giros, del nombre proverbial

y regresaste Uno sin intermitencia,
 plenitud aceptada, clave de ascenso
 desde el entonces, despertar

has programado críticas y aficiones
 como rocas reinantes, un concierto
de posibilidades que las engrandecen​

viajas centro en los conceptos convirtiendo
  maneras en historia, rocas
en sinfónicos despertares, en coros
de electrostática pulsión sintetizando
 creencias polifónicas​. Has despertado
 bandadas de frágiles pájaros
al filo del abismo entre la vida


♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫♫


En el metro donde Nikita, dura de matar, y Lucy, trascendida,
fisionan como quinto elemento. Éric Serra


eres joven desarraigado, eres pan
de cada día a las aves adictas 
al miedo, eres autor de identidades
 especiadas con mortíferos secretos,
eres un sicario de duros muñones
que el ahora perfila en el frío, eres
un muerto en beneficio de la vida

te das títulos mortuorios, caras
sin dirección, besos sin luz
que te producen una música
huera; sierras las imágenes
de árboles deformados como protagonistas
aniñados de enormes vacíos.
Hay animales sueltos
que te miran sin dar crédito
a tu origen. Vives los años
sin género ni acción, una durabilidad
de ficciones como minutos 
que te hablaran con las lenguas
del fuego. Acompañas los montes
en bucles temporales, como un tigre
 sin supuestos existenciales, una afinidad

te ganaste la mejor candidatura
 a los orígenes, una llamada informe
 de tundra y estepa sin argumento.
Serrabas imágenes incandescentes
 componiendo conocimientos lumínicos

nacías nación de músicas,
de información artística
sin género, sonidos aleteantes
que activan el presente real,
de ojos sitiados por las sierras

has tocado los higiénicos cantos
 del talento ajeno, los escritos 
azules que el cielo pondera
como un león que sin existencia 

 generabas rostros sin dirección
  por entre las sombras, grafías
dentadas que no claudicaran
ante la imagen, años de exposición
  a mundos sin edad donde la madre 
aún te mira con dulzura, edades 
 iniciáticas al conocimiento lumínico
 donde los rostros extraviados
te sonríen, donde las luces de pintores
desconocidos te pedían eternidad.
 Y componías la música primeriza,
 un futuro irreconocible, un entonces 
ignorante, los guiones del asombro

 elegiste componer hasta cuando duermes,
abiertos ojos o cerrados, el dorado ojo
 lanzó su luz ha mucho ya, primerizo
siempre, fragmentos siempre, un lazo
extratemporal que te subyuga,
una partitura de cristales rotos
 que los campos magnéticos funden
 en un lenguaje insonoro, un holograma vivo



🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺🎺


Sunday at the Village Vanguard. Bill Evans



la ocasión acepta vanguardia, tiempo
 inmóvil, la ayuda biográfica en estados
de composición. Abarca frescas músicas, modos
  de la historia que percibes evanescentes

 creces teórico y juego, graduas
tus giros con llamadas nuevas, tocas
  épocas estudiosas con teorías estrambóticas,
modos que se orillan sobre los conceptos,
   estilizas las flores del pensamiento
  presentando las estancias de tu mente.
 Das formato a los nombres críticos

el tiempo toca tus artes revelador,
 significados que se conciertan
para una realidad evanescente.
Nacían campos orquestales, artísticos
modos de fresca instrumentación,
la actividad de los años tejiendo
impresiones antiguas, trayendo
 influencias a tu corte de introvertidos
lirismos. Relajaban tu volcánica
imaginación como poéticos bautismos.
Y hermoseabas entonces melódicas vidas,
 improvisabas estilos, representaciones
  abiertas de su expresión sin conflicto.
  Lograste orígenes desconocidos,
 ver el festival de los nacimientos,
 la frescura estructural de sus armonías
como perspectivas liberadas. Formaste
  fracciones de luz que bailaban
 sobre el intelecto como abstracciones
 sin raíz, efectos auditivos, estilo.
Te aportaban tríadas profundas
en su diálogo sacramental improvisado,
  melódica vida

tus líneas copan ritmos originales,
la irregular cita, las formas estilizadas
  fraseando sensibilidades, visiones serenas
   de sutil emoción en arpegios nocturnos

toco aquí el nervio animado
de las creencias como un sastre
del lenguaje grabando voces
sobre la tela granulada de vitales
 experimentos. Converso con los segundos
  sobre primordiales concesiones de la luz,
 tríadas vinculadas a un nervio sideral.
Grabo fantasías como faros en la noche

teórico y juego, recibes a los testigos
que escogiste: atestiguan la ausencia
 de cualquier fragmentación; aceptas
el festival de los nacimientos en tus giros.
Y aún así mueres de insuficiencia

la luz de un faro se apaga
 en tu viaje, sale de tu tiempo
 y ya no ves el festival, callejeas
  con ropa milenaria abandonado
a otoños interminables, huecas formas,
  una melancolía azul improvisada.
 Los modos no obtienen su acústica,
  conmovedoras notas del desequilibrio
 quiebran las tríadas en alineaciones
absurdas, revolucionan el sonido
 en árboles desmembrados

pero vuelves, escarbas en pozos de paz,
 imágenes reinventadas, conceptos
sincopados que aviven lo caduco,
 en estrellas que te siguen hablando
en el ahora como faros prehistóricos.
Y grabas las voces sobre texturas
granuladas por osados vanguardistas,
la inspiradora fisión de las tríadas​


🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻🎻

The Gardens of Babylon in an Imaginary Voyage - Jean-Luc Ponty




la luz entre las décadas viaja
mundos repetidos, graba sus números
en el polvo estelar, te alcanza
en las cimas de tu pensamiento
como melodía que se sobrepone
a lo que llamas caos. Millones
de auroras te imaginan cuerpo 
estableciéndose en el movimiento.
Fuiste cuna de montañas enigmáticas,
de océanos mensajeros de la vida
propagando sus revoluciones biológicas,
 rasgos del tiempo y lapsus visionarios 
en tus elecciones con aspecto de individuo.
 Fuiste la música última en llegar

tu luz es una capacidad que impulsa
a la materia, una música milenaria 
que contrae las vísceras del universo.
 Has tocado las maravillas y también 
las zarpas del conocimiento, la eléctrica impronta 
de los cielos, el sonido de tus síntesis

en tus décadas pontificas sobre el mundo
 acallando a los músicos genuinos,
 a los jugadores de riesgo marcando
sus cartas, el canto claro de tus hijos.
 Tu luz se realiza aun así en vasta sinfonía

muerde el conocimiento tus vísceras
 componiendo con notas azules
 tus décadas pontificias, contribuyes
 al Adentro con las afiladas zarpas
de la invención, urges a tus hijos
a emigrar en busca de su tono,
proyectas nuevas maravillas visionarias
 que brillen en un inefable más allá.
 Tus rasgos, tiempo, se liberan
por un instante, una bandada de aves

añádeme a tus personas, a tus nombres
 sin luz naciendo entre las décadas,
educa mi música y baila en torno
a mi con tus azules notas, prestigia
mi voz épica oficiando en la oscuridad

es hija la luz de tus aprendizajes,
 el instrumento que te ingresa en el cero.
 Trabajas maravillas y zarpazos, la eléctrica impronta 
otorgada por la fusión de las décadas

 invitas a pontífices tabernarios
a regurgitar el miedo, a los montes
de la apariencia que se aplaude
a sí misma. Rehúyes el trueno seco
que te contrae, pacificas bestias
aislando su conexión eléctrica,
la luz de la brutal experiencia. Has acumulado
 giros mundanos sobre las cuerdas,
 octavas violadas por las azules notas 

  pionero último que combinas 
las cajas del puzzle, que permites
 los sonidos de perfección

pruebas tus límites, miras
el tiempo como instrumento legítimo
 que resitúe las ideas, un vocabulario
 que vibre en lo visible distinguiéndote
entre las cosas, fraseos y pulsaciones
 que jueguen con la nada
previamente definida. Y escuchas
 el antes entre los árboles que crecen
 a saltos sobre las décadas. Liberan
sus rasgos en un largo plazo,
dan las cuerdas su talante creativo 

quiebras la onda al intoxicarte,
inútil magisterio de tu voz 
al fortalecer tu dualismo, vida: 
ensayas tus fórmulas con una orquesta
de mancos mientras exiges precisión,
un programa de accidentes naturales
 que elegió tu voluntad como luz

 reúnete conmigo en las formas,
el invisible ritual de las cuerdas,
 los giros de posterioridad espontáneos.
 La fusión de las décadas resalta
tu aventura mística, las auroras
que te dieron forma, tu imaginación
viajera enviando mensajeros cósmicos,
 tu elección primaria en su entramado 
mental, tus fábulas numéricas
interpretando el tiempo que te diste

 lanzaste la experiencia carnal
como giro perpetuo en el tiempo,
una presencia productiva de enigmas
serpentineos comiéndose la cola.
La pasión de tus sentidos permuta
civilizaciones aventureras que van abriendo
los límites, diluyendo centros, fabulando
nuevas maravillas y zarpazos narrativos.
Tus trucos no te absuelven
del tiempo ni de sus enigmas,
de tu condena experiencial más íntima
y mientras te exiges, miembros orquestales
 recogen gigantescas enseñanzas que vuelan
en las pequeñas bandadas del tiempo,
locales pruebas del cambio perpetuo
 en estrellas que ya no son.  Saltos
sobre las décadas crecientes como árboles
de luz. Sonidos milenarios contrayéndose
 por entre las galaxias impelidos
por tu respiración, por los creativos compases
de tu pasión sensorial, tu luz
pronta a disolver toda necesidad
ausentándote de la materia, tu voz
 atravesando el tiempo legitimado

naciste música que conservara
la materia, instinto que rastreara
 sus rasgos sin descanso, inmediatez
 de una desconcertante sinfonía

es tu luz pionera de su voz,
 un magisterio de tierra endurecida
 que viaja en sus visiones renovándose
a cada giro, enriqueciendo vocabulario




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