miércoles, 25 de marzo de 2020

SIN FONÍAS

SIN FONÍA DE LOS ÀRBOLES

Colocasia


tu biblioteca vegetal es obra wagneriana,
doméstico herborista que fue plantando
desde el materno feto, un sueño
ininterrumpido de floral manualidad,
tierra húmeda, nutritiva, revisando
tus volúmenes mentales, microuniverso
 de númenes y estro susurrando pétalos,
un museo metodista de números retallados.
Tu floresta pectoral come los minerales
 que reposan en las voces, bulle
con arcanos jardines de botánica regia
que llave invisible abre al vuelo
de aves y de insectos. Un molino rosado
 enumera con sus aspas las plantas,
un hondo mar de ceibas bailarinas
conquista orillas del ser nuevas.
 Hay marcas en tu piel de arácnidos
 lances, de flores venenosas, de campos
carboníferos tiznándote de naftalina.
Hay aguazales también: acorazados
pensamientos que se estancan 
hasta el dogma enquistador, cuevas
que solo en tiempo geológico van la luz
 admitiendo. Tu ciencia abraza su numen
sin contradicción: son manos en el tiempo, 
afluentes de un mismo río,
botánica regia de arcanos jardines,
enlaces exotéricos a la conciencia. 
Albergas esa planta articulándose tiempo

viajero de la savia colocas 
las épocas de este segundo geológico,
 imperas bizarro sobre las hojas 
arqueológicas y tus mosaicos de historia,
 sirves los frutos de tus luchas
 por conocer los límites de tu universo,
pieza a pieza, hoja a hoja, mosaico
a mosaico ensanchando la cueva

sí, levantas de nuevo los regios jardines
olvidados, mundos que experimenten
con sus plantas caducifolias, terebinto,
acacias, familias de años estériles,
tropicales eclosiones, colocas
  géneros y formas, especies y orígenes
 en las regiones de inframundo, la tierra húmeda

tu suelo de tubérculos y esponjas
 cerca los indicios de crecimiento, 
aparecen ideas y personas, desarrollos
 adecuados de lo orgánico o no,
 una riqueza en sombras y reflejos
que crecerán hasta la forma, una imperfección
subjetiva a ojos de cada jardinero,
el agrio recuerdo de los regios jardines.
Tu suelo retiene, húmeda tierra,
geológica memoria, las plantas fosilizadas
de tu viaje, la sequedad de tu alma
a cada cambio de ciclo, tus hojas 
arquitectónicas marchitando. Riega,
  recupera tu humedad creativa, tu siempre 
fraternal con la insondable oscuridad,
y cuando ya no estés, seca
tus frutos por fertilizar otros mundos,
por cercar del crecimiento sus indicios

tus temperaturas varían entre grados
de oscuridad y luz, cultivan frío y calor,
extremos del ramaje tuberculoso
de tus tierras, desentierran lugares 
olvidados, protegen tus relaciones 
extraviadas, hielan tus rencores, 
 ventilan tu alma coloreando sus hongos. 
Has replantado primaveras, y hojas 
que colocas en los mosaicos nuevos,
y pintas sencillas figuras en tu cueva

gigántea biblioteca vegetal, reino
silencioso de la magnanimidad, orden
celeste de las familias lumínicas,
de los subsuelos humedecidos por tu amor,
colocas tus tribus numinosas por la eternidad

eres especie y miembro floral
 de géneros impensables, cultivo tuberculoso
que nutre al universo, alimento 
de lugares y personas que desconoces

tu neurociencia indica perennes rizomas
de la idea, de futuros lirios sobre tu piel,
 las afiladas hojas del creciente árbol
 reconociendo su ser ante tus ojos

 géneros, botánicas, especies, tipos
van colocándose en los mosaicos
 como afluentes del poderoso río,
una irisada geología de la conciencia
que se escurre en los sistemas,
gigantesca biblioteca de la música
floral, vagina y falo confundidos
en la inmensidad de los cultivos

 prepara tus manjares sobre la tierra
húmeda, las regiones de inframundo,
templa tus ramajes con los ornamentos
de la razón, planta lo irracional 
en los suelos desenterrados del invierno



Robles


se terminaba toda referencia,
especies, géneros, el nacimiento
de un hemisferio verde, de ocasionales neuronas
sureñas de estricta beldad en ínsulas de silencio,
una comprensión inmediata fajándose pétrea
con el ruido de los hombres

oro a la deriva, el designio de hojas blandas,
sinuosos troncos, una luz marcescente en la noche
que alcanza el amanecer, caduco temple de un mar dormido

la fría posibilidad, la fría alzada del tiempo
en bosques sin nombre, la noble vertiente 
de espontánea abundancia donde el agua lenta,
el duro afecto

ecos de tronco albar enderezan tu médula
en ínsulas de silencio que tiempo se alzan


Pinos


vascular rareza sin pertenencia
delata un interior familiar, una presencia ramificada
de frecuencias verticales.
 Un ser piramidal, macroblástico desde sus primordios foliares,
se va tejiendo al alcance de la luz

membranosa escama aciculándose hacia el sol
a dar su ámbar, su resinífera
 voz de ruda persistencia al mundo, 
semilla alada que cultivara celestes chispas, 
una floresta de inverosímiles ornatos

antiguos nombres de una danza ancestral,
giran los coribantes con su tirso báquico
en las fiestas mundanas como agradecimiento,
se estremece mi espina en este culto,
se estremece el niño salvaje,
silvano en la floresta

mito de la llamada, del idioma lumínico
apoderándose de tu alma, de tus ojos,
de tu rima latente, su tamboril,
 la inmensa identidad de una danza estelar

 hombres de armadura y pandereta, de cuernos aflautados,
marcan tus pies de pensamientos, la educada elaboración
 pírrica, el ritual  mayoritario y vinculante
de la guerra

 fueron menudos los templos matriarcales,
los círculos arbóreos dimanantes de luz,
de extáticas miradas como islas de una divinidad,
humana infancia que el mito quiebra,
el nacimiento de un rito de lanzas y escudos
 que entrechocan ante el grito de este ser piramidal,
hijo del tiempo, víctima del tiempo. 
Agua de lluvia fertiliza la mundana fiesta

 cuida su infancia, la isla salvaje,
 su culto escondido, los gigantes
de antaño

 nativo son del hemisferio oculto, indivisible
hallándose entre islas, fragmentos arbóreos, restos
ubicuos, montañas sesgadas sin género, 
 planetas de ilimitada diversidad
 orientándose con palabras, estepas, tundra, sabanas,
 nativo son del origen
en los aledaños del ser,
cara supervivencia a lo remoto, montañoso sesgo
de las almas templadas donde crecen
las especies invasoras


Olmos


la botánica aceptación que te describe
reino de rosales, texto caducifolio
de tu hemisferio norte cultivándose
en las palabras,
un índice de hojas alternas, de asimétricas flores
que inconspicuo, persiste pétalo, fruto primario
en las orillas del ser

origen de lugares, de genéricas geografías
apareciéndose hallazgo, pictóricos planos,
láminas de crecimiento del porvenir
de tus nombres, de poéticas alusivas, de símiles
con un timbre agudizado por los hechos.
Músico de la experiencia, aerófono del pesar
 que prohibiera la brisa de dudosa afinación
en las edades de la ley. Aprendes,
la amplitud de la muerte en tu propia ruina
como un juego arqueológico

víctima de tu epidemia, el miedo, llamas
al tiempo, a la causa, y atacas el hoy 
hasta la extinción, mundana frecuencia propagándose
como principio por tu tronco decreciente

los siglos desaparecen en favor de la intensidad,
de los nombres del saber donde la corteza
se tinta de infecciones, de inocentes bacterias
 resplandecientes de vida

en la montaña tus hojas rugosas
por el haz


Serbal de los cazadores


en tu cosera de fácil riego
 la tierra da tonos de probabilidad,
vientos traveseros, una dulce zampoña
que se llama rosácea,
la altitud de un reino ilimitado

las hojas se detallan en rarezas ovales
de timbres evasivos, de grafías lineales
 copando la longitud de tu tallo,
oblonga dimensión de sutiles ecos,
de sonoros corimbos madurando en tu corazón
los frutos carnosos, coralinos de amor

 tesituras de carencia observan
tus variaciones, tu afinidad, tus dedos cerrándose
en la caída, desafinada opción
cuando los tordos se posan en la antena
soltando sus semillas,
el sustento de tus larvas

tu bosque supremo se baña de los vientos
que abren tu cuerpo al sonido, agudo timbre
de una orquesta de presencias,
la constante alegría de las partituras

altas octavas afinan la práctica
de los extremos, las posibilidades
del conocimiento que viaja en las notas,
el son vegetal que el tiempo depura,
 los trinos posicionales de un coro floral

la santidad de tu verbo
se embarga en términos, preferencias, el uso correcto,
octavines de los vocablos 
que un viento travesero pulsara


La Sabina


tu forma requiere un género, especie, frecuencia,
 albar nombre que se extienda,
una abundancia rastrera que supere toda verticalidad,
un estar fósil en vida, eras de prósperos ambientes
donde el rombo verde

rojiza veta llena tu imputrescible piel de puntos,
tu piel de aromática resina, de otoños afortunados
 en cañadas de incienso, el olor de los siglos.
Talamos excesos, talamos siglos, la extensión de tu nombre
en lugares de crecimiento, la lenta vida de los climas
nutriéndose de límites, de sorpresas del cuándo,
los sitios inesperados, las zonas altas de tu ser

 sexo albarizo resume la precisión de tu búsqueda,
la abundancia del otro, tu alogamia en las formas
 fructificando parlanchinas gálbulas,
un aire de fértiles fantasías
donde fosilizarte vivo
en magníficas miradas, ardiente alba

te describes magia, aire, boscosa leyenda
 contando luchas, poemas, viajera belleza
del ser 

 tu vejez el fruto, una dádiva sombría
en la que te cobijas, el ardor amable de tus horas
un paisaje, tu huerta, una última montaña
en el lindero de tu casa

se perfuman los días
como un cuerpo de rastrojos, leñosas manos 
que mancharan los paisajes, imputrescible piel,
en las zonas altas de tu ser, la suerte 
como una formación de verdes rombos,
esta planta que se mira

piel aérea en villas y cumbres,
la piel de elevadas parameras, caliza roca,
una anterioridad de altura,
el observador se realiza en una prístina albura
donde lo otro acalla

 ser de nombres que salpican municipios,
altos, arroyos, cuencas, dehesas, ramblas, collados, vegas, afluentes 
de la luz en longitudes y minutos, kilómetros 
de una corona sabinar

se dice deriva en la palabra, fruto toponímico
 en errores de uso, en el visor distorsionado
que te ubica en todo lo visible,
la pulsión de abrir ventanas

 en las zonas altas se purifica tu nombre,
tu elevado porte de longeva evolución,
 la anterioridad entendida que nos sobrevuela
en círculos de toponímico diámetro


Jacaranda


ingenia jardines de aire, plateados follajes
de significado, nombres exóticos, el símil
 de hojas mimosas llenas de carácter

 media alturas, metros que se ramifican,
se abren, ascienden tortuosos con suaves quiebros
de leve pubescencia

desnuda vez que se inclina
fractura, hendidura profunda,
un cruce de fisuras sucediéndose en tu alma,
las placas grisáceas que te colisionan
como hojas decusadas

tu contorno oval dividiéndose en veces
sésiles, el dolor agudo de la tierra
dándote colores, haz verde, claro envés
de tus ojos floreando con las notas de la primavera,
hermafroditas metros que se ramifican
 de tubolosas curvas, un limbo
que el azul viola a dentelladas

dispones longitudes, épocas, una floración
de veranos y de otoños ondulada, 
el ápice de tu lengua dehiscente
a dar sus livianas semillas,
ese aleteo invisible de las flores al caer

tu abundancia follaje,
 vistoso fruto ubicándose en las avenidas
del ser, raíz inocua de sus calles

te expones sol, invierno sacro
reclamando su suelo, arena fértil al futuro,
 un viento protector propagándose en siembra,
un principio de poroso sustrato
donde tu sombra se delata

te adornas silueta, plumosa textura
de violáceo intermedio, de sol atacado 
por los pesados colores de la rutina,
las esculturas del hielo y la pérdida
 que sostienen la razón, un delirio
persistente de poda y raíces desnudas,
 pan de tierra


Paulownia, árbol de la Emperatriz


el milagro de ser,
 saberse especie, potencial altura del color,
hoja en blanco donde escribirse de actos cordiformes,
corazón agudo densamente poblado
en un limbo inflorescente, pirámide y cáliz
donde tu sangre se ofrenda en un interior tomentoso
hecho de carne y nervio, de púrpura deseo,
 bilabiada mente que engulle el arriba y el abajo
 con el ansia de un recién nacido.
Centro, ventral luminiscencia caediza, 
tus estambres fecundan el gran ovario cósmico
en arqueada luz, eres fruto ovoide viajando viscoso
por los cálices derramados, eres valva incompleta
dilatándose en el tiempo entre brillos y vacío

 inmaduro ser, semilla multialada de números y versos
en incesante dispersión, cápsula abierta en el árbol
hacia un allá

 especie, origen, cultivo inlocalizable
que nace silvestre, pura altitud decrececiente
apartándose de sí misma, continente tomentoso
hecho de carne y de nervio, la emoción sinónima de la especie

refieres apariciones, posesión, hoja escrita
como rama nueva que hiciera jardín con cada poda,
 estiloso vigor de profusas foliadas,
una emulsión que sobreviva al fuego
hasta echar raíz, cáliz

eres suelo fértil con el abono del dolor, del placer,
la lógica del pionero erosionándose
entre las hojas, tu abonadura, una raíz ocasional
 superada por la sombra, próspera

 vieja planta la emperatriz de tu alma
esa niña naciente de velocidad y elección,
un matrimonio arbóreo dotando al cosmos de sabiduría

 tallas la madera de tu ser arte,
voz que se posará sobre una rama
hasta hacerse porcelana, ornamento, clima 
de floración y fruto, majestuosa alineación de los planetas,
de los árboles en el hielo de tu corazón,
de los años en tu ciudadela oculta

eres plaga, eres enfermedad andante, abiótica
 en un suelo que mengua, en hojas manchadas
por los hongos que originan la vida,
eres quema, afección de género, un ruido taxonómico

 eres tormenta describiéndose, acto regio
en tu propio parque botánico vulgarizándose,
vieja emperatriz de tus suburbios interiores
la emoción sinónima de la especie
en un cuerpo caducifolio

eres flor terminal, eres racimo vertical
azuleando pálido en la blancura de tu página
 recubierta de óxido,
hoja opuesta de angulosos haces

ovario elíptico que se hace bosque, cultivo
de ideas arbóreas en los terrenos profundos,
el fresco clima de un agua veraniega
 abriéndose en el deseo de múltiples semillas


Eucalipto


entras último entre el amor y el odio
el bosque ilimitado de la mente,
una clave castigada por la voz activa
 de lo organizado, una tierra de origen extraño
ávida de disputa, un vivero de dominios,
 de especies invasoras resecando tus recursos 
en un sino desubicado 

 cubierto de referencias, de semilla ajena,
te haces oriundo de cualquier paisaje, dueño
sin posesión de su vastedad en tu cuerpo,
hallazgo, fisible mirada en frecuencias inauditas,
una plantación de químicas y ornamentos​ sinfónicos

ubicuo pensamiento que se eleva
en fértiles superficies, coordenadas de curiosidad,
un cultivo del ahora en ínsulas del Tú,
 hectáreas indocumentadas por las que la visión
se alimenta, crecen las químicas, el sinfónico adorno
como fulminante firma de los cielos.
Cerúlea superficie entre el amor y el odio,
 región interna del riesgo afectado
que amenaza la paz como índices que te señalaran,
pereces de rectitud, de altura ejemplar, desapareces
 piel, mancha, grísea corteza

 hoja joven ovalándose en el brillo,
 adulta esencia de lo natural el desapego,
una emoción vertida en cada hoja

cualquier paisaje es, la especie de las formas bosqueja
la otredad, acentos de fuego en su expansión,
 maneras especiales luchando entre sí
 por los nutrientes que las alimentan,
hectáreas de supervivencia de inmensurable densidad

 esencia adulta nutre la hoja joven
como dolorosa infección, la articula labio, cita, rumor
que reforesta el bosque

el herbario de químicas audibles cerca la existencia
con siglos y colores, dentros y fueras en la ínsula del yo

entras último la santidad del nombre,
 semilla ornamental de los números arbóreos
compareciendo ante la especie

el bosque ilimitado activa las coincidencias,
la duda científica fabricando higienes y propiedades,
una clave castigada en el tejido neuronal, 
industriosos También dinamizándose bajo tus pies
en sectores y manifiestos sociales,
te renuevas eléctrico, cuestión alóctona plantando
una química diversa, notas silvestres a un campo 
 original, ubicua dinámica de las especies

 heladas ligerezas graduan tu resistencia
a las llamadas de lo particular, a la altura de tu montaña,
su frío de linajes clave

tu origen media entre los siglos,
seres que envían sus semillas a tus plantaciones,
los ornatos numéricos de la escasez
que favorezcan tu trabajo, afirman
tu árbol con el blanco y rojo cáliz
de tus paisajes, seres de sensibilidad intervenida
por una historia de añadidos

 vinculas esa afirmación en ambientes de eficiencia,
 agua a un cultivo del riesgo, del espacio degradado,
rico paisaje de las afirmaciones discutibles,
los ecos de la especie en un frío interestelar,
una ruta marginal de oblicuas plantaciones

ubicuos ismos sosteniéndose en los árboles
como presas de tu pretensión, bosques del bien y del mal
como hados cosidos en regiones del querer.
Citas de estima ocupan tu superficie​

 árbol de la investigación afirma
 plantaciones metafónicas que empobrecen el suelo,
 bosques marítimos de la amenaza, la medida, la alteración
en la dinámica de los ecos​

 árbol de la velocidad creciente


Abedul


tu savia se hojea en el herbolario 
de tus libros, una dolencia de vínculos
del corazón que descubre su valor,
un árbol compartido que agita sus colores

la tutela de tu género ordena los nombres,
 designa la caída de cada hoja, las veces 
como pertenencia familiar, procedencias, destinos,
 las palabras del árbol

 pendular reino de las plantas indivisas
ordena familias, géneros, especies, los números
sinonímicos, los opiáceos mentales editándose
como un goteo de cosechas, de medicinas, de hojas 
y yemas brotando juveniles, la savia 
en su frecuencia altiva, tu corteza 
hasta las cenizas. 
Compartido árbol de las categorías,
de tu farmacopea bacteriológica sanando bacterias,
 has presenciado la preeminencia de lo viejo,
la omnipresencia vana, tus cordilleras de imágenes 
 asociadas, tú, druida como rama de juventud,
 mágico profeta del barro ahuyentando tus miedos
en representaciones de inmortalidad, presagios
de alma hacia su sabiduría. 
Cosechas la savia curativa del invierno, 
 la venida de la corteza nueva, los pergaminos
de un saber instintivo, los manuscritos de rama joven
 como correas de transmisión 

morfologías extrañas se elevan especie,
 simplicidad, romboidales centímetros
entre la tierra y el cielo, ligereza de rama 
blanquecina floreando géneros porosos, formas 
de superficie granulándose en los bosques 
de la mente,
hábitats silíceos de ácida humedad 
donde el suelo acoge al sol 
como a una espada

 refieren geografías, anexos terrosos donde la savia 
 golpea tus extremidades con jóvenes ramilletes 
que ralentizan tu decadencia, tu sanguínea
finitud en el bosque de las imágenes, 
el paisaje montano de tu conocimiento
llenándose de nieve

 eres alimento de la vida, número y geómetra
binario embestido por índices de belleza,
 especie afín en sus frecuencias, en su relatos 
 exploradores de cada montaña mental,
reflejo aventurero de angustias y fuego,
de soledades y pérdida, de inmensidades 
salvacionistas en muerte, remedio, calor

 confieres hojas, hallas significados en las yemas 
de tus dedos, en la corteza de tu razón,
 dotas de potencia al tiempo, 
depuras el presente de astringencias, 
 de las hemorragias del delirio, das esencia 
 febrífuga al aire que te abarca y te respira,
sales mineral certeza de abundancia
que el suelo acoja a la espada solar
en la noche más ácida

eres árbol de copas y fisuras, de lejanías
 puntiagudas que te recuerdan el tiempo,
 las flores que cuelgan de tu pecho
como movimiento, como vibración del aire, 
 belleza dorada que adquiere los otoños

el suelo ácido te satura de certezas,
del mineral sin savia en tu montaña,
abre el bosque a las afectaciones, 
al alba turbia, a ínsulas pendulares 
como ornatos de jardín


La Higuera loca


tu propia datura denomina la burla, 
la hierba del diablo hedionda 
espinando el corazón,
 veranos que ingieren tu planta 
en letales dosis, tu vida cadáver en emergencias 
absurdas, lugares iniciáticos el cuerpo
en su violencia microbiótica, segundos de abandono 
 de la forma, de eléctrica estupefaciencia, 
de extática síntesis cuando el aire te libera.
Lejos, la urbe crea significados, delirios de origen,
 brutales años de moda y desarrollo, descampados 
de consumo y estramonio, tu planta venenosa.
Ingresas urgencia en tóxica psicomotricidad

tu estramonio especia la materia
 de géneros y familias, de soles extraordinarios
plantando nombres, reinos divisos, asteroides
del orden solazándose en su viaje

flor que se mira cenital,
fruto inmaduro de los hábitos
hasta el residuo basal de tu cáliz,
detallas espirales de otras flores,
eres índice venenoso familiarizándose
con el infinito, templado mundo polimorfo
de tóxicos duales, la cálida mirada de un río
que escombrara tu basura, suelo evolutivo
para el vigor húmedo de la abundancia. 
No ganas, no pierdes

tratas tu veneno eyectándolo en tu otro
como lavado, ese carbón agitado 
que te obliga al movimiento,
esa receta sedante del dolor ajeno

eres autora de inhibiciones fisiológicas,
 de miligramos de introspección venosa, lenta,
 inyección de minutos renovados, de prudencias
 convulsivas que a tu animal intoxican

tu planta fresca de disuasivos sabores,
tu olor a posibles, a forraje contaminado, 
 a episodio tóxico, ese pienso luego existo
que eleva autorías hasta cielos patológicos,
 mundos de prostración

¿qué es lo manifiesto? se enreda
en los episodios, se hace síntoma
 de una ingestión excesiva, de minutos 
casuísticos, de bocas trastornadas por lo visual, 
de músculos desorientados en el espacio,
un lenguaje incoherente en suelo evolutivo

tu individuo se aligera demente, 
congestiona rostros y pieles recalentadas
de táctil alucinación, evoluciona 
en su somnolencia sensorial

contienes compuestos ácidos, trópicos
 derivados de la unión con los racimos de la vida,
presencias formales que regresan 
como días, como dosis episódicas 
de alucinación perenne, días amnésicos 
que alteran tu semana

¿qué es lo manifiesto? denomina la burla,
 deriva en nombres como miembros 
de un cuerpo perturbado, tu planta 
envenenando soles y templanzas, mundos
 conocidos cultivándose de economías, 
de bellezas medicinales, de químicas 
antitrópicas que beleño y mandrágora no embrujen
tus causas, no levites de euforia.
Plantas vidas, alturas, frutos espinosos
que rondan tus campos, que dicen jardines,
 llamativas floraciones de realidad.
Creces contenido, frío amarillento 
en veranos lobulados de oscuro, presencia
 enraizada de números, de tallo liso 
que desprende su burla en cápsulas
de madurez, de espina longeva, semilla parda 
de las longitudes espaciales.
 Plantas orígenes, la explicación exitosa 
que te sirva analgésico, la alucinación provechosa
de la sencillez como cultivo. Usas tradiciones 
nativas como hojas del hechicero 
que se fuma tus trances.
Tus semillas son tamaño, una siembra en remojo 
de noches y entierros, son tierra suelta 
de tus contenidos precisándose resto, 
la orilla de aquel río sin escombros,
el vertedero del ser sin raíces

tus nombres maduran lugares,
 azota azucenas diabólicas, aborrega la burla
con las campanas bravías, con tu ceniza
en las vegas venenosas, espanta a tus lobos
 estramónicos, a tu loco de la trompeta 
que topa con el hedor de las hormigas nocturnas, 
hierba hediendo bajo tu higuera infernal
donde guardas la manzana espinosa,
donde tu púrpura nuez juzga al mundo
con su triste tompretilla, ese paréntesis
de toda frecuencia, ese vocablo aciago.​
Tus nombres son la loca flor de tu ángel,
son luna divagante​

habitas bosques de antigüedad, autores 
 como jardines por donde templar 
tus diferentes niveles, mar de especias
que perturban tus contenidos como huertas 
del pensamiento donde labrar Historias

 conoces antigüedades, materias descriptivas
psicoanalizando tu toxicidad,
tus dosis de alteridad, de constancias 
patológicas antiguas en las fiestas del honor,
de los dioses del después

 cultivas finales, siglos, obtenciones
turquesa de drogas parciales, experiencias genéticas
 que derivan en nombre, veneno de especie,
 miembro sectario de una muerte más

 das sustancia trópica a tus provocaciones,
 das la causa como síndrome de muerte,
 inofensivas realidades del efecto arborescente, 
la droga parcial de una mente intoxicada

peligras en el delirio de las horas,
de los números sin duda, de los soles venenosos
que potencian los embrujos, los oráculos de antigüedad.
 Fuiste cultivado dosis, efecto neuronal, semilla
de ocasión moribunda, gramo causal de todo envenenamiento
 induciendo a la hoja, niño histórico urgiendo normalidad.
Aplicas el veneno de lo difícil como sustancia activa
que condiciona ecosistemas, climas, el alimento debido
recolectando años

farmacológicos principios articulan tu actividad
en secuencias vegetales, dosis contenidas de delirio,
 horas potenciales como un chamán adivinando
 antigüedades, las químicas restringidas de un altar
humeante junto a las presencias funerarias
 donde el centro suministra niños, vidas, planta,
el idioma que predice tu futuro 

las hojas niño documentan lo colectivo,
 ocurren rebelión, desvían el uso de las semillas,
de las frecuencias enraizadas, tallan órganos

la hierba pubescente corta blancas dicotomías,
afila mis glándulas lanceoladas con un agudo
sentido del humor, resta importancia a mis sinuosos rostros
nocturnos con amarillentos vaivenes de la mente,
 ese limbo cuneado de asimétricas frecuencias
 con los nervios de punta, alados
por su florescencia reducida

 erecto y esférico, espinoso y pardo, aligeras
 desigualdades en la base, siembras la densidad
de diminutas negritudes o centros de galaxia​

 insertar la altura en tu corola es
 desigualdad, es liberar longitudes y pliegues,
las arrugas de tu frente que amarillean
 en los márgenes de tanta dehiscencia,
de tanta comprensión

cortan tus flores hermafroditas la blanca fructificación,
erectos y esféricos seres pubescentes
sorbiendo de un cáliz juvenil, lobulando
centímetros y segundos de igualdad divina,
triángulos lanceolados que hienden tus vacíos
con dolorosa persistencia, tu corola de espinas
  prolongándose en apéndices temporales. Blanco,
azul, violeta normalidad de las jerarquías
de la mente con los nervios de punta
exteriorizando tus pliegues internos
en las arrugas de la frente
hasta insertar altura,
la hedionda hierba del diablo
que ha espinado el corazón


Buganvilla


 estás buscando trepador alternativas
 al color, floridos ejemplos a tu origen, 
 rosadas, blancas, amarillas, rojas, moradas espinas 
que te alcancen altura

la suerte pesa el todo con esmero
a complicar tu así, tu vamos cuidadoso
donde pones tus ojos

 cuentas dimensiones con los dedos 
necesarios como alambres que te sujeten,
una seguridad que controle tu espacio
cultivado de cronómetros

 tu jardín de los minutos como esquejes 
de un futuro inexistente blande los ejemplos
como flores en tus manos, como épocas
que enraizaran entre arena y turba

espectador taxonómico reinas
entre tus plantas indiviso, ordenas
géneros y especies entre campanadas
como herzios infestados de modestia,
espectadores precoces ante la espina

el nombre conoce tu santidad
articulando parecidos con esmero, 
entra categorías de cultivo, cuidadosos relojes,
 precisa de lugares y climas en su idea

 podrás reducir búsqueda humedeciendo
tu tierra con la belleza vigorosa 
 de cada primavera diurna

 conoces los nombres que el silencio te sugiere,
esa zona honda de riquezas sin dueño,
esa agua santa de la mente que genera
 flores en familia, bosques húmedos 
sin norte ni sur especiando tu vida

articulas referencias que se aparecen
 en años inesperados, territorios de un aire
 honorífico donde exploras el quien,
 eras botánicas que te acompañan 
 mundo y obra entre las especies

enredas tu porte de plantas afiladas,
de cerosas púas siempreverdes secándose
 en tu pecho como un hábito purpúreo
que numerara tus días estrecho​



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SIN FONÍA DE LAS NUBES

Sexteto de Cirros

tu atmósfera tenue de soledades y cimas,
tu monte olímpico de fundamentos y trazas moleculares
se vaporizan polvo de existencia, devienes duna,
 desierto celeste de una luz granulada,
un suelo ferruginoso irradiando nubes,
una latitud polar

 cristales alados acompañan tus extensiones,
una virtud indistinguible de otras, 
 un velo de certeza como forma, símbolo,
una altura que se precipita

tu nombre​ deriva en esa atmósfera tenue,
 invernadero, superficial grado de lo que observas
 en efectos de cálida latitud.
Extremas la forma de los cristales 
hasta el carbón

la presencia en signos frente a su ausencia
 una perturbación remanente, estratos y flujos,
la estela de una llamada

esa calidez emite tierra,
 espacio de sol efervescente dilucidando tus fenómenos,
 el modelado de los cristales, el albedo de tu alma
en un clima de anunciaciones

 comprendes la nítida falta, la aparente turbulencia
de los cristales que caen como hebras
de un cabello de ángel, dorada lluvia
que une el arriba y el abajo, que rompe
el adentro y el afuera en todas direcciones


Las tormentosas. Timbales


tus células se atormentan
en cumulonimbos lluviosos, naturalezas
convectivas inundándose de intensidad,
de vientos libidinosos sin sentido.
Te desplazan incesantes por los minutos
precipitándote causa, descenso y ascenso, 
 energía que se disipa. Cuentas duraciones
inestables que generan relaciones, el diámetro 
de las formas, ciclónicos sucesos que te ascienden,
desciendes, tornados reducidos a la pena,
esos minutos huracanados de la insuficiencia.
 Solar, tus atmósferas se evaporan
como pétalos celulares en una nueva forma
desde el núcleo original, la causa verdadera

tu nimbo de cúmulos áureos 
y sus impredecibles visitantes como vientos
de la luz que ascienden y descienden
la verticalidad de la mente, la helicoidal
travesía de tu espíritu copiando a las galaxias
desde el núcleo original, y cuentas
  las heridas de tu costado sorteando
los procesos de fin a comienzo

tu nimbo se funde en los horizontes,
 ocupa altitudes, alrededores, los picos 
extremos. Acumulas zonas como domos 
que se alinean con el viento, con las nubes
que invierten veloces tu causa.
Estas formas se estructuran distancia,
 masa mesociclónica que granizara
sobre lo horizontal: tus brazos extendidos.
 Húmedas columnas en espiral rotan
 a baja altura mientras tu cima, 
tu plenitud, apunta al respeto, y se desplaza.
 A sotavento los rayos rasgan tu nimbo
en abreviaturas simbólicas, por debajo 
de aquellas nubes, los cumulonimbos lluviosos,
la intensidad eléctrica

tus lugares forman encuentros, templadas
 líneas de energía. A barlovento los relieves
 de toda relación forzando las elevaciones,
 ocasionando densidad, el origen 
de tus precipitaciones. El equilibrio 
y la inestabilidad generan su propia energía,
y acumulas tus lugares extendidos,
 las ráfagas del ascenso y del descenso,
esa electricidad fría que te carga
de truenos y relámpagos, la causa 

muéstrame tu blanquecino nimbo,
dame tu lluvia entre lo activo y lo pasivo
a la diestra del padre, siniestra de la madre,
entre lo masculino y lo femenino
 precipitándose intensidad sobre el cuando,
tu plenitud en abreviados símbolos 

desde el núcleo original comienzas 
estaciones, la oportunidad de formas, 
vas acumulando, solar, suelos, supuestos
de fría electricidad que te asciendan,
 ser irrupción de masa como momento,
  la tormenta que te ocurre categorizándose

indícame tus formas, tus cúmulos
nimbados por la tierra que pisas,
tus formas concurrentes, húmedas columnas
de tu ambiente, la densidad de tu masa
 inestable elevándose como aire caliente.
Tu energía crea la percepción de movimiento 
 provocando peso y densidad, la cuña 
del giro que levanta las horas,
la extensión de tus lugares en forma 
de prominencias, el relieve de tus relaciones,
 la dirección de tus vientos

 tu apariencia da origen a la expresión,
placeres que se precipitan virginales
sobre tu donde como íncubo imborrable.
Pelea tu masa contra ese velo arcaico

se atormentan tus células
en las densidades del tiempo,
  forman aislamientos en grupos 
de inestabilidad. Originan los cúmulos

tu cima se alisa, se estría 
con las oscuras nubes, las formas del luego​


Arpas. Estratocúmulos


semejas sones de apariencia confusa,
  distinguida masa indivisible apuntalándose
  en todas direcciones, una pulsión
 altiva que tendiera sus manos 

acumulas hojas de plena ligereza,
mentes brumosas que demostraran
 su convectiva actividad de distinta densidad,
  semillas que se alargan en el tiempo,
 planos que parecen separarte.
 Ese país es un invierno cálido,
 un ser de vientos montañosos, de formas
irregulares estratificándose en las mentes.
  La masa indivisible gira en ondas 

 los estratos se precipitan como llovizna
de ideas, neviscas de anticipación, tiempo.
Te indican futuro, arrugadas frentes,
la confusa apariencia

 creas corrientes difusas  como capas 
de aire fresco que estabilicen 
tus coordenadas, tu verticalidad
en el tiempo al que te asocias

cubren los estratos tu cielo, padre,
tu mirada interior, que se abrevia;
extraños símbolos se elevan
desde abajo, donde campan  las lombrices.
Sí, la llovizna contiene el no,
familias, niveles, géneros, estratos

una meseta de ruinas antiguas
 fuerza tu actividad, convierte
tu presencia en aire inestable. 
Se hinchan las formas en sus cimas,
  capeas la luz como algo congénito,
la apariencia con la que te confundes.
El ser de vientos se enroca
 por crear un encima sin separarse
de lo Otro en su meseta de las ruinas,
  redefine la luz, su aspiración,
eliminando condiciones

te indican futuros, descripciones
estratificadas, tu pertenencia
 a los seres de viento, distinguida masa 
iluminándose en su giro: el perdón.
Oscuras líneas se trazan en la onda, 
 elementos individuales que se acumulan
de ego, seres menores que bajan
hasta las formas subterráneas


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SIN FONÍA DE LOS TEMPLOS
(A Gaudí)

Viola y Orquesta: Taj Mahal 

yaces asimétrico cenotafio tu cuerpo,
 muerte ubicada en en el mausoleo del mundo
 sepultura andante en piadosa ostentación.
El sudario de tu piel un libro que alimenta
 las proyecciones del otro para la piedra nueva

coronas la ciudad del conocimiento
como un parto arquitectónico de la humanidad,
culturas y criterios que se inscriben en identidades,
imágenes revisionistas de realidad
usurpando nombres, orígenes, templos fonéticos.
Las tumbas son palacios históricos
de un gobierno severo, reyes robados
a los números, testimonios de relatividad
construyéndose volumen, registro, finanzas,
 fraude oculto de tu verdadero origen.
Haces árbol, masivo juicio desde tu cenotafio,
 falsa tumba en salas selladas
donde ocultar tu sombra​

mito usado, activo identitario de supremacías
 declarándose víctima, verdugo condenado al rechazo,
 gobierno conspiracionista contra el tiempo

tu belleza logra inspiración, una casa de jardines,
de joyas universales, de poemas derramándose por tus mejillas,
 de símbolos como piedra nueva en el mausoleo,
la visita de los siglos en los designios del prodigio




 eres tu esposa, eres tu esposo
en una tutela indestructible, eres el parto arquitectónico
iniciándose una vez más, eres estética, retrato 
epistolar de los prodigios que otorgan belleza,
 memoria fiel a la vida en la muerte​

negro reflejo de la otra orilla una vieja
 sostiene un mausoleo idéntico de oscuro mármol,
 ideas la fantasía destronado, caído contrario
como ruinas de un esquema descolorido,
 jardín simétrico en que te reflejas
con los trazos de un carboncillo
a la luz de la luna

una corte de palabras se significa palacio
del viajero emperador, la vida cercana mirándose
 esposa tuya​ en perfecta simetría, una dicha arquitectónica
obrándose en tus manos del jamás 

 una pintura con materia de los confines,
un bordado de distancias, de roja arenisca del todo,
 translúcido jaspe y turquesas, lapislázuli y zafiros
la piedra nueva de tu cenotafio

 agua de plantas profundiza en tu sendero
 alimentando jardines, fuentes conectadas al Sí
como siglos de inspiración, la prosa del viajero emperador
en relieves emocionales que devienen monumento

 adornas la pureza geométrico flotando en esa ola,
irrealizable cúpula del dolor por su blancura,
tu claro de la luna por donde un pez plateado se escurre
de nerviosa ternura, de infeliz santidad
entre las lágrimas del tiempo

los siglos deteriorados por estilos gigantescos
 cubriendo la cúpula, el ataque del engaño
contaminando la lluvia con supremacías,
tu integridad vulnerada por las aguas subterráneas
 en cuencas sin ritmo donde los pies se agrietan.
Partes de la tumba hacia tus minaretes
 mostrando signos de inclinación, la falta de agua,
señalas estrellas como predicciones del colapso

tu periferia reporta daños, tormenta, un culto
 rechazado reclamando sus fundamentos,
los elementos que unifiquen estética.
Tu mausoleo refleja los restos del pasado

lo complejo accede a tus lealtades
 en obras de limpieza, una arqueología de barro
 abrasivo que restaure tu brillo,
un inicio de nuevas maravillas

atravesar millones de mundos, de cualidades arquitectónicas
 creadas por tus manos desde que existen,
 cúpulas de loto, esquemas de la flor,
 muros portantes de columnas conmemorativas,
caligrafías sobre las arcadas que flanquean tu ser

 observa la estabilidad del mausoleo, tu inclinación
 desecándose en el deterioro de los siglos,
 causas como emanaciones de una atmósfera corrosiva
siguiendo el tránsito de la luna, un paseo
 prohibido, temor que atenta contra tu época,
lunar fluorescencia 

ladrones de infancia en las leyendas
el deterioro de los siglos, tiempo supuesto entre las pérdidas,
hojas de oro que se desprenden de la cúpula
que rodea tu cenotafio, límites reemplazados
por un tejido de ajadas perlas

se pierden los elementos entre portones de plata,
 doradas pantallas de números esmaltados,
un plan demoledor, una historia de frecuencias repetidas,
 narraciones gobernadas por el mito,
 proyectos subastados de la historia resurgiendo
sobre el mármol desechado 

 nombras maravillas incorpóreas, tradiciones edilicias
de tu interior, el diseño inspiracional en series del refinamiento,
antes habituales, la roja arenisca incrustada
en tu alma

eres artesano, escultor de lugares,
eres un país de tumbas palaciegas, eres fuente
de simetrías y patrones, un plano lunar
de jardines sin luz bajo minaretes inclinados,
eres mezquita de acceso a tus patios internos,
explanada perpendicular a la ribera de tu río,
una imagen señalada por cruces de caminos
donde el agua hurga tu fondo deshaciendo simetrías.
Cada jardín florece reflejándose en tus ojos

un estanque de nenúfares mutilados
 afirma tu pequeñez, las muertes cotidianas
de flotantes monolitos, un diseño central de paraíso
​ en textos místicos, períodos ideales de la abundancia
en clave descriptiva, tu fuente de montañas, de edenes cardinales
en tu estanque de los nenúfares mutilados

 rectángulos inusuales dan sentido a tus extremos,
redescubres la existencia en tu jardín lunar,
en orillas opuestas, corpóreas, cauces de paraíso​

 trazas principios como fuentes, senderos lineales
 de materia sugiriendo abundancia, narcisos frutales
como siglos de historia, imperios asumidos
por paisajes de la forma

todo genera cenotafios, exacta posición de identidades
como piedras de un rectángulo inusual,
 aproximaciones incrustadas de gemas caligráficas,
 urnas oratorias junto a tu esposa,
donde se pierden los elementos
entre portones de plata, junto a tu esposo,
donde las maravillas precisan su caligrafía.
Plumas de escribir sobre tu tumba,
donde esposo y esposa yacen

 piedras preciosas revelan flores esculpidas
en tu pecho, pictórica geometría de los poemas
decorando con apuntado arco tus procesos,
el río de la roja arenisca que se abre
a todo mausoleo, toda esposa construida recuerdo,
toda arquitectura incorpórea del esposo
en su caligrafía, la tumba abovedada de las geometrías
que el tiempo instaura 

tus extremos se alejan en un reflejo paralelo,
respuestas que se creen equilibrio,
 una casa de huéspedes sin nicho,
 la mezquita inclinada de silente oración,
 partículas del santuario cósmico aligerando
densas periferias de tu ser

un zoco de tumbas origina notas de color
 coronando tu frente, florón de perlas da esencia
a tus máscaras, una arquería de filigrana
repite tu nombre en octavas inaudibles,
 uniforme basamento de tus esquinas

mirada simple especula mundo, alturas
dimensionales que se acentúan en círculos,
 fruta​ floral rematada de agujas doradas,
combinaciones de Historias que apuntan al cielo.
Los extremos se afilan en figuras,
reminiscencias, símbolo, deidades bulbosas,
 énfasis sacralizados por la tradición,
la forma esquinando a la forma,
almas columnadas que se abren luz

 cronificas el dolor períodos, artesanía demiúrgica
que especulara con los diseños, teorías
 dominantes que obran tu propia fe,
los itinerarios científicos severos citándose
  relatividad en evidencias pasajeras,
una escalera al cielo por donde el método
se vaporiza, ideas vivas que se hacen materia

amas el tiempo alrededor, el valor de tu oro
inexacto entre los dedos, de tu mito
en los muros laterales, las espiras que decoran tu piel
con el loto mutilado, cada esquina del pedestal
que te inclina hacia el minarete
donde llaman a oración, tu iterativa simetría
evaporándose escalera arriba fiel a tus ruegos,
los balcones de tu alma con finial dorado
sobre tu cúpula derrumbándose como tu corazón
cuando lo improbable es probable, ese tiempo
de alturas que se quiebran
hasta el infinito

caligrafía de acceso ornamenta la noche
con épocas refinadas, detalles categóricos del recuerdo
 humano y vegetal, pinturas elementales
que cortan el cielo en páginas ilegibles,
  letras de mármol sobre tu cenotafio,
 la distorsión de una mirada simple.
Estás en reposo regresando a ser
por las líneas del jaspe veteado,
 textos incrédulos de los microparaísos cotidianos,
la luz de la mañana, el árbol que se abre,
la oscura hendidura de tu alma, el desgarro,
la evidencia, el dominio, la victoria, los enviados,
la geometría como abstracción de lo inabarcable

escupes la grafía en incrustaciones abstractas,
 superficies menores de tu tumba,
 tracería​ de transiciones espaciales a lo desconocido,
 patrones de la roja arenisca
en la blancura de tu mármol 

un elenco de soledades rodean tu talento,
 orígenes discipulares del gran arquitecto
que fuiste, claves complejas que la muerte simplifica,
 textos supervisores de tu alma copulando
 épocas, nativo oro solidificándose mausoleo
hasta su destrucción, mosaico infinito tesela a tesela
supervisando tus días

 el mármol obra su milagro de tierra y época
en bloques de energía, una provisión inagotable de secuencias
 constructivas, pedestal, cúpula, minarete, mezquita, mausoleo
tu cuerpo solar de restos y adiciones,
un orden de entrada a la existencia,
 construcción del En Sí desde una esencia mental,
 trabajos en la densa periferia de tu ser

tus senderos de coloridas teselas son olores
y diferencias, placas de perfección que reflejan el sol,
 juntas que una lente de aumento florea

 bajas a la tumba pulido de estilo,
 piedra amarilla jadeando en la superficie
 más allá de la técnica, forma elevada de tus manos,
un orfebre usado por los elementos
que se pierden entre los portales de plata,
 joyas virtuales sin época ingresando en tus labios,
 los jardines de interior que te aproximan altura,
sol apuntalado en el suelo, luz de tus balcones
que ilumina tus esquinas

 zócalos en bajo relieve prohíben a tu cuerpo
la mirada simple, un eje con los rostros inclinados

tus cimientos se excavan entre los escombros
de río, mides los pozos de tu alma
en busca de agua, la cercanía de alguna época
desde colosales andamios del afuera y el adentro,
 de los muros laterales a desmantelar
 leyenda tras leyenda, tesela tras tesela


Cuerda. Mezquita de Córdoba


exteriorizaste tu fachada a través de calles y puertas,
 patios anaranjados de acceso a tu interior​
donde construirte siglo, visir de un mundo santo,
 escudo del espíritu comunicador que derriba fachadas

discurres magisterios de estilo, años fuente
 adosándose a los muros de tu casa
como puertas del nombre. 
Es abravadero de almas, una hornacina vacía
para tus renacimientos, cuerpos resaltados por columnas 
y vanos adintelados por donde el espíritu dispone
su discurso, perdidas coronas. 
Las puertas abrían una capilla del otro lado,
dichas restauradas por el nombre,
 encuentros de ancianidad desaparecida, 
conceptos arquitectónicos de cercanía 

 la asunción de la forma simplifica tu existencia, 
 la ciudad humana del aire, tus coordenadas del orden
 como monumento a la vida

regiones de ti se inscriben en la extensión,
se construyen año, conquista, culto superficial
 por detrás del azul, una orientación del hábito

tu fachada discurre aguas en el aljibe de los siglos,
 arcas y fuentes en las esquinas de los cuerpos,
cornisas del perdón anexas a tu alma. 
Tus siglos de herradura dan los espacios del hallazgo,
 arcos ciegos por donde pintar tu vida,
la reforma de tu espíritu en lo cercano 

tu caudal conoce la barroca pieza de azul
que sencilla cuadra el altar en que te purificas,
la virginal asunción de ti mismo como reja y cielo,
 existir obra del aire, arcón de agua, puerta de perdón

tu fachada se atraviesa de muros y antiguallas,
de balcones iluminados por una plata sucia,
pequeños templos de la ablución cotidiana,
de tu nombre en hilera de siglos

  un recinto de galerías porticadas cuenta tu historia
sin perdón, un artesonado de visibles heridas
como relieves policromados que a días sangrara
en un milagro de curación, la realización de un círculo

 el subsuelo amplía ese hallazgo
en el aljibe de los siglos, remontas aéreo 
las palmas de tus oasis interiores,
siglos de evolución en todo rezo,
los habitáculos de antiguallas cruciformándose eje
de un núcleo impersonal

los patios anaranjados se curvan luz
atomizado el tiempo, alojan los hallazgos arquitectónicos
de cada alma

el recinto surte centros de piedra negra,
 ángulos ejemplares  para un árbol milenario,
fuentes de perdón como una forma de poder

 el trascoro de tu rostro gira lugares,
una lauda sepulcral en tu frente el deseo,
 sigues tu nombre como separación,
 magnífica reja, tu capilla del niño perdido,
un pasado recreado a cada ahora
 por la gótica tracería de una mente inagotable,
por los bustos parlantes de profetas y profetisas
de virtudes y vicios

los arcos lumínicos de tu trasaltar revelan caminos,
cuerdas anónimas de un taller primordial,
la fortaleza de tu coro ancestral,
el sello de toda representación.
La reserva rectangular se rodea de genios polibulados,
de un espacio sabatino para el debate,
 de pasadizos al habitáculo de antiguallas
donde la vegetación primera, octavas
de un eje incognoscible

 las hileras de siglos en herradura se levantan
ablución de gracia, un alminar de amaneceres,
 un bosque de columnas ribonucleicas
por el que tu voz se pierde,
milenios de mármol, de jaspe, de granito apoyándose
en la humana luz del pensamiento,
un joyel de mediana frecuencia
en oro y bronce, cobre y plata

luna hiriente asoma por el lucernario de tu alma,
ríen los genios polibulados tus ocurrencias diurnas,
tus inconfesos tras magnífica reja, el deseo,
cráteres decorados por arcos en cruz

la conquista de tu culto es adecuación, creencia,
una catedral de naves siderales en pleno corazón
de tu alteridad, la perspectiva originaria

 lo antiguo cristaliza, destruye para construir un apenas,
 rastro de raíz, inicios de subsuelo, de fundamentos
en un mosaico interminable

 la continuidad es la espalda de un hallazgo encastrado,
una nave sideral a lo largo del todo 
ampliándose de virtudes y vicios 

 las nieves del conocimiento transfiguran tu santidad,
sacramentos de una lógica natural albergan
los museos de la expectación, retablos del espíritu
dialogantes que conciben el dolor, tu regia ánima
bailando en tu sepulcro,
museos de los restos arqueológicos, las antiguallas

tañen campanas azules como fragmentos
de origen, un gong de inscripciones deslucidas

un tesoro de custodias labradas por los cuerpos ateridos
 aloja imágenes de la asunción, el equilibrio,
 las aureolas de relucientes portapaces
besadas por labios de plata, por años de inmortalidad,
tus hijos, madre, tus recién nacidos, padre,
bendito sagrario

tu liturgia pagana de la historia pervive
en tu esencia, el subrayado arquitectónico como síntesis
de perspectivas, de vaivenes consagrados
en tu cátedra cruciformista con una estrella por asiento,
obra de principios planimétricos en nanonaves imperceptibles
que deshilachan los siglos, los arcaísmos renacentistas

los hijos se manifiestan formulación, nueva nave,
los artífices de una nueva rejería
 con los hirientes lunetos de sus almas
abriéndose a los siglos

 el emblema del arte como bien entre los mundos
 un monumento que señala la dirección posible,
 una práctica orientada en trazados de realidad,
evolución constructiva de orígenes,
 de puertas y cúpulas esplendorosas, reinados del también
donde lo visible cruje en su nervada dicha.
El conflicto emplea el juicio, la muerte del relato,
 ejes sucesivos del sufrimiento en los mandatos,
  arcos evolutivos sin derribar en rojo y blanco,
 la imagen que alberga personas

 el arquitecto emocional muestra el subsuelo
de todo complejo, los restos de caridad solar
que los siglos inician,
tus longitudes en sombra hacia el río de la vida,
tu anchura identitaria y sus extremos
aligerándose en estrecheces sin dirección

cruzas la catedral a góticos impulsos
como prelado de los siglos, quiebras antiguas
bajo el auspicio de un arte de ruptura,
  los postulados espaciales del enfrentamiento,
la cruzas prócer de dualidades,
 emperador de los lamentos que destruyen
toda unicidad

 procedes época, sillería estable, curvado sistema
 de la alternancia cromática y material,
ladrillo amarillento de la locura inspirada,
milagro de vida

 conviertes el sufrir en diversidad, la alternancia pendular
de las edades, los cultos sepultados en traslaciones
del sentido, metáforas bajo el lucernario de tu frente.
Tu templo determina tus máscaras,
 el paso de tus siglos, la precisión de tus finales
moviéndose entre las antiguallas
como aspectos del ser, la capilla donde rezas

 un inmenso bosque te corona de aparentes recuerdos,
 un palmeral de diferencias y contradicciones
 orientándose motivo y duda, inexperiencia y error,
 el cálculo absurdo hasta la pureza
 proclamándose independencia, la política del desalmado
que se imita hasta el terrorífico vacío,
la hipótesis infinita, tu templo

se escriben los siglos controversia, revolución planetaria,
 primitivo bosque de los textos rechazados,
 lugares que se erigen basílica de lo parcial,
 creencias que se encuentran en tu patio anaranjado
como hallazgos del quién, hitos de visibilidad

 creces fines, afectos, oratorio de voces extrañas
en la cercanía de los muros, alternancia
de cromática piedra pintada de almagre.
Historiografías el crecimiento fiel a tu muro primitivo,
la visible forma que cruje en tu nervada dicha,
tus longitudes en sombra como dovelas amarillas
que labraran tus ojos, un propósito
mostrándose en el subsuelo de tu ser,
la capilla donde rezas, el patio anaranjado

los genios polilobulados se te entrecruzan
arañando el corazón, alternan rosa y azul
 labrando tu alma de presencias abstractas,
 avisperos del arte presencial en el azar
de las apariciones. El oratorio se agranda,
tañen campanas tu gracia anaranjada, el ocaso

un nicho se abre como una concha en la orilla


Percusión y Viento. El Micalet, entre dones


hacías pinturas con cuatro trazos,
 lápidas con los versículos del rayo, 
las tormentas cardenalicias de tu cuerpo sonoro 
como voz que llamara a otras dimensiones.
Eras planta en una terraza almenada
levantando tus pies exento de presencia,
 plano ilegible de texto vivo realizándose piedra, 
 expresión evangélica de una infancia feliz

 literal ser que se hermana con reyes 
y ceremonia, con el nombre justo, restos 
 enterrados en las cronologías, autorías expropiadas
a la tierra como recuerdos fundidos
 por las lenguas engullidas

inscribes años en bárbaros comienzos,
el lento avance de obras viajeras 
hacia la maestría,  corpóreo ritmo de tus tramos 
  coronándose torre, cobrizas espadañas de tu posterioridad
sonando voz en otras dimensiones,
ser literal que compone cuerpos 
en las canteras del alma,
fácil marca en la piedra
que lápida te recita un poema

 extraías libros de tu campanario mental,
góticos seudónimos como siglos del nunca,
ideas como agujas azuzando a la muerte

la espadaña situa tus ondas en terrazas de sol
donde se funden los recuerdos, el peso de tu gracia 
saltando al vacío como ángeles ennegrecidos
por las horas, un sonido de badajos clausurados.
Situas lo concreto sobre cuerpos fundidos,
 el peso de los Mientras tocando las horas,
fácil marca en la piedra, con tu nombre
 incompleto 

el antepecho de tu almenada terraza contempla 
tus fragmentos apilados en lo alto, 
el cuerpo planta en sillería de piedra
como origen, la idea torre exenta de presencia
 reformando los siglos con los pies en el aire,
hacías pinturas de potencia, de iluminación interior 
escalando como un caracol los accesos 
al sol

fundes tus inscripciones tiempo
como sacristán de tu campanario,
 hacías sonar imposibles, el rayo incesante,
recuerdos de una existencia bárbara 

 la antigua dicción solar fructificaba
verbo sagrado, conocimiento misericordioso,
 peldaños hacia lo exterior, cuerpo que señalara 
los diferentes niveles de la materia
 y sus aristas emocionales, la singular belleza 

 macizo agujero negro de la escalera
conoce tu prisión, el asilo de tus refugiados,
la sala lóbrega de la luz interior
con su ventana saetera mirando a las estrellas,
las campanas de la vida comunicándose
en el silencio, la terraza almenada por donde las cuerdas 
vibran sencillez. Los días son bóvedas
 iluminándose, una sala de sacristanes,
tu familia 

tus aristas se adornan de gárgolas
encadenadas que tiran de tus automatismos,
 el cierre de tu espacio a un aula capitular
donde las anécdotas se mitifican.
Las cosas tocan la partitura de lo visible
 para conservar su origen, el sonido del fin 
en ardua ascensión, peldaños de interior 
a un caracol de enlodado cuerpo
llegando a la terraza, a la espadaña oculta
 que da nombre a las cosas
firmas concordia a cada reloj que paras,
el cuidado de tus obras como fácil marca,
un cierre capitular que importara tus horas,
 una casa iniciática donde las calles 
se hacen audibles, hábil altura de un relojero, 
 forma anómala de los sucesos 
que mueren de realidad

es aquí la altura, el nombre grande, 
la antigua corona que firma tu tiempo 
en la piedra fácil, el día y la noche a salvo, 
el sonido de los badajos clausurados
 golpeando tus sienes con el dolor del mundo,
un maza eléctrica que agita lo externo
hasta la fractura, el vidrio roto, la grieta
por donde la altura carece de sentido.
Escucha a la ciudad amurallada
arrastrándose en las horas



Viento. Cuerdas. Loch Ness



tu monstruo conoce tu cultura, la conveniencia
de tu historia coleccionando santos, las fantasías
episódicas que emites como temporales
de agua arreciando sobre las criaturas
 fallidas, monstruo revelador que te libere
de las evocaciones, del alboroto interior, del insulto 
a todo centro 

  niveles del ser como dimensiones, pirámide submarina
aflorando hacia las estrellas referencia de vida,
la llamada del misterio real sin conclusiones,
tu ánima pertenece a los temporales,
al viaje mundano de las criaturas. 
 Batallas científico la oscuridad, experimentas procesos
 de gárgolas y monstruos, de amigos inconsistentes
 topando con lo primitivo, cruzando portales y anomalías
en el juego de la pérdida, las manos 
en una catacumba estelar. Dentro, ver la forma 
del mientras, la serpiente verdadera

tu monstruo usa a los difuntos
como leyenda, como libro de las criaturas
que crees vivas, ánima que habla del deber, del peso
de cada escena rompiendo con el oleaje

 los niños conocen a las criaturas, el nombre 
futuro que golpea los rostros,
 investigan pertenencias, canales, Historias
como segmentos matemáticos de la experiencia

el juego desarrolla supuestos, atisba monstruos
 referenciales, los niveles criptozoológicos que lo habitan
 llamándose entre sí, los extremos conectándose
  río, el alimento masivo y turbio 
 de lo que te circunda

tu monstruo se familiariza con el nombre,
con las criaturas legendarias que se dicen vivas,
 habita un profundo dulzor cerca de tu ánima,
una ciudad de pies y misterio inconcluso, 
la críptica emisión zoológica

formas, supuestos, visiones, el monstruo nombra
reinos, razas, pertenencias, ciencias afirmativas
 que prueban la existencia, fraudes, identidades,
los errores de las criaturas

 moras el supuesto, los rumores, un presunto círculo
de siglos veraces, historias locales como argumento
de existencia, la escéptica sugerencia industriosa
que crea los mitos, la referencia, un saber antiguo
que describe salvaciones, el supuesto animal cuestionado 
por la historia, historias fantásticas, salvaje poder 
de tu propia voz.
Lo mítico habita profundas anatomías,
  años extraños, remolinos del ser
como puntos que remontaran lo definitivo,
 hipótesis monstruosas apareándose en la superficie. 
Tu monstruo elige sensaciones, los medios
que reportan recompensa, los testimonios
que describen a las criaturas como cabezas pensantes,
 bocas que se abren y cierran estimando la cercanía,
los momentos de simplicidad, de misterio, de extrañeza
mundana, cuando se sumerge en el todo.
Las criaturas despiertan por una presunción
fotográfica, indicaciones de absoluto en la leyenda,
 mapas de la polémica a la luz de oscuras aguas,
  golpes de suerte echada sobre el olvido.
Las criaturas suceden imagen capturada,
 cielos creíbles como halos de realidad
dejando hipótesis, origen, modelos criptozoológicos

cuerpo de agua afluyes al río
dimensión profunda, medio y mapa
ubicándose dato, extensión superficial de islas
del pensamiento, puntos de profundidad variable
que convirtieran lo hondo en superficie,
gracia acuática que endulzara todos los cuerpos
en un valle de sombras

tu monstruo existe como semejanza,
 extinto fósil de la pertenencia, era animal
de las cabezas pensantes debatiendo hipótesis,
 la conexión de monstruo y tiempo,
el críptico inicio

 masivo nutriente la falla geológica que divide tu mente,
 mar de extremos como ruta formal, glaciar
de alto contenido en procedencias, suelos funcionales,
el plan que suministra tu energía a lo cercano
 generando Ahoras

 cercas islas artificiales que especian el conocimiento,
espinosos peces en los arroyos de la palabra,
leyendas monstruosas del ser desconocido,
símiles variables según la creencia,
un existir animal clasificado como mundo 

 científico gladiador actúa criptólogo
entre hipótesis remanentes, la inverosímil razón
que destaca experimentos, plazos, hechos
 emergentes en la respiración, atisbos de frecuencia
 divulgándose biología, señales productivas
que puedas familiarizarte con las criaturas.
Tu origen es geología reciente,
hielo sólido derritiéndose
en los arroyos de la palabra

afloras estrella examinada toda profundidad,
 búsqueda fotográfica como potencia que penetra
 lo oscuro, registro imaginativo de superficies
sin autor, animal existencia de los puntos cardinales.
Tu posición es un acercamiento a lo diamantino,
 movimiento aparente de tus pruebas, computados ejemplos
del Ello en las imágenes giratorias de un tiovivo celestial.
Comparas retoques, órdenes, la forma del deseo,
los sedimentos de un fondo monstruoso, culturas 

tu criatura extraña la vida, la realidad incierta
 significándose economía, comercio de baratijas
 fenomenológicas sustentando monstruos,
 razones del ver probable, la leyenda del tiempo

afloras jerarquía vaga, imagen romboidal
entre cielo y tierra, argumento objeto
que se lanza contra lo que podría ser,
 burbujas fotográficas que anuncian el nombre,
la ciencia, el monstruo de forma diamantada

 agregas registros de una fauna nominal,
un anagrama descomunal que bromea con estrellas

 lo anterior es zoología críptica, mar de quizás
donde las criaturas medran arqueadas
entre símiles y frentes solitarias

las hipótesis avistan monstruos, identidades erróneas
marinándose en grupo, distorsiones de luz
 como olas provocadas, relatos de la duda descartando
falacias, las criaturas en distancia, la alteraridad
tras aquellas olas, figuras interpretativas
como causa de realidad.
Presencias un enorme monstruo familiar,
una hipótesis recién nacida que llora
su realidad y efecto en burbujas volcánicas,
hondo lago de los argumentos tu falla geológica.
Científico batallas existencias, monstruos sostenibles,
 las vistas oportunas desde el balcón de los años,
 el dibujo que presenta correspondencias,
las imágenes de un pasado legendario.
Cualquier mito contrapone lógicas,
 una especie en dimensiones finitas, números
 reproduciéndose alimento de animales
 necesarios. Crecer y morir número, cadáver, hueso
 identificado fragmento de lo orgánico, aparición
 arrojada a un ADN desconocido. Las criaturas remotas
dan pruebas de existencia, restos de conocimiento

la llamada boreal emerge en tu espalda
 vidente, afirmación de existencia, paso del tiempo
 obtenido, un engaño confesado que te inspira,
 un monstruo de realidades superpuestas,
 un montaje de grandezas y miserias
 convenciéndote de tu búsqueda, un imaginario
infantil que provoca venganzas, materia
para el argumento, el hecho fotográfico,
verosimilitud existente


Alondras en Hyde Park


las aves se familiarizan contigo,
les perteneces informe entre calandrias y terreras,
saludan tu galería de amaneceres
en el reino de los animales,
burilan tu ánimo con el filo de sus picos

ordenan las aves tus pasos
en la forma, aluden a tu origen
por miríadas de caminos estelares
en las hipnosis del aire que respiras,
certeza, melancolías, la galería

alusiones reales que forman cadena, 
una entrada a tus jardines, al orador
que recita en una esquina sus poemas,
la avenida de los años

indicios de historia adquieren sus mansiones
a golpe de trino, invaden tu cerca invisible
 con venados que cazan a los jinetes, un guardabosques 
 crea una serpiente de agua, abre parques
por donde los atardeceres pasearán su oro

 sus habitaciones parten palacios en flor,
 trazan rutas de una realidad incorrupta,
 se vuelven sonido engravillado, carruaje del alma
 llevada a los límites de una inefable intimidad

las alondras picotean acres de verde
creación, dibujan mapas terrosos
 en el centro de tu pecho, latitudes ubicuas,
 aéreas divisiones de tu mente
 con la sierpe de agua, lagos que se dan la mano
 cuando tu Reina sale a la superficie.
Los acres se hacen aéreos,
principado añil arrastrando esmeraldas,
 días que se unen como amantes 
anocheciendo abiertos a las estrellas

emiten esa marcha nupcial en lucha
con el reloj de los suelos, la marca diurna
clareando tu percepción, dándose 
señal de un escenario de libertad,
 el sustento de tus labios

atentas bomba de lo provisional, causa 
real como un caballo desbocado
en el paisaje, supervisor acreditado cuerpo 
en las aguas serpentinas, inundas la verdad
 en líneas de belleza irregular, modesta curva. 
 Cuida de tu parque, cava los lagos serpentinos 
con sus puentes de añil y esmeralda,
los diseños del cristal que encierra
a los arquitectos, recauda magia

tus pájaros tallan plumajes, tonos 
como garras que se extienden 
por tu pálpito, el cultivo de tus actitudes

la esquina del orador se puebla
de hogares remotos, de hermosas columnas
y arcos por donde el perlado carruaje
lleva al alma, por donde peatonales fantasmas
hacen guardia con pies de mármol

los insectos siembran tu alimento, abren
tu semilla en curva, excavan los años
 de hierro, de bronce, anillean tu pensar
en blancos rieles de madreselva griega,
 definen los detalles de tus hojas 

alojas sendas hogareñas, tibias tardes
de ligereza, portales a los laboriosos insectos
que ingieren los otoños, un jardín de rosas
sin espina. El orador orate sitia tus esquinas
 con sus pies de mármol, cerca los arcos
por donde llega el carruaje,
el antiguo límite de los cristales
donde el palacio en flor se escinde,
la sierpe de agua que endereza memorias,
tu Reina oval como preciosa piedra
 presa en los holocaustos, llorosa botánica
que las hayas ofrecen a la noche


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SIN FONÍA DE LO INMEDIATO

Fagot, Oboe, Guitarra. Las sillas


eres intrínseca invisibilidad, una relación de poder
hablándote críptica con la discreción del saber, 
 parlante hoy del Es percibido como probabilidad,
la raíz del tiempo remoto prosperando en el presente, 
un también de carencias en soledad 
al que no alcanza el poderoso

tu vez es ello llamándote, 
cosa sentada en la palabra exacta
 deletreándose divertida en una deriva de ideas, 
aquel saber sin dudas del cariño 
 llamándote hombre, significándote mujer, 
casualidad de género que se pierde

eres efecto aquí, lengua del también como raíz 
de afectos inconfundibles, de significados inclusivos
 más allá del aquí, un idioma de morfemas abdicantes
que idean un amor sostenido, equivalentes dádivas
de tu vez entre persona y poder

eres esto, todo, referencia familiar de las cosas
que indica el bien en diccionarios sin lengua,
 historias de cercana etimología

tu remota raíz vela por los fonemas
de la anterioridad, los símiles sónicos
de la dicha correspondida, la claridad del más 
 en tu lengua buscona del bien, índice
familiar hablándote del dónde

ese bien te ve raíz, nombre eficaz, alivio del sí,
 ve tu origen, la semántica de tus relaciones 
 en un ámbito universal, tu otredad

 el mundo es ella aceptándose 
 en el magno texto de la vida

 elevado el dónde, el maestro da su espejo,
un púlpito catedrático en ciencias del hacer,
los números de un diccionario sin lengua, 
seres que se ajustan al origen 
sin razón de ser, únicos, correspondidos
en el ejercicio de su cátedra

el también faculta a la materia, 
partículas extrañas enseñan familiaridad,
la semántica de tus relaciones sentadas
a la gran mesa del mundo, la acepción correcta

matriz del dónde reside en tu pecho
como una catedral de paganas liturgias,
 buscona lengua del más ejerciendo
sus tiempos entre las cercanas etimologías,
ve tu hoy, tu íntima relación

certera acepción recoge esa matriz 
donde la claridad del más se apalabra,
el bien se reconoce catedralicio en tu hoy 
como capital de toda definición en el diccionario sin lenguas, 
 cosas que se hallan cambio

 conoces apóstoles de lo universal, 
 simples fidelidades recibidas piedra a piedra,
 raíces de los tiempos remotos desplegando tu sabiduría, 
aquel bien amado más del hoy en las ciencias del hacer 


Violín. Gatos




una historia de cromosoma y mito
te esculpe edades del pensamiento, vivas cumbres 
de un mundo en común, oscura creencia 
en suertes excepcionales, supersticiosas formas
de lo súbito en augurios de infortunio, culpa
 transmitida como una peste exterminadora
de pueblos y ciudades, propaganda

en el río de los tiempos guardas reliquias 
de la mente en los templos de la inteligencia 
donde atribuyes formas a la nada, variantes
de un mundo en común, cimas blancas
donde creces. Animal sagrado veneras 
los senos de esa madre láctea 
que te transita en sueños, la lúcida viajera
que te representa en tu silencio

 en los tiempos declaras patrones 
que te asistan domésticos como ciclos 
de ciencia compañera humanizándote,
 querubines que renacen en cultura 
 a partir de lo salvaje.​ Descubres restos 
enterrados en los datos, sugerencia nueva,
relaciones​ entre años que sacralizas
 con cabezas momificadas sobre carros voladores ​

dicen profetas, fundan religiones, predican 
leyendas de lo edénico que caen 
sobre tu lomo adormecido como túnicas


Viento. Viento

 ​


 escalas dimensiones en recorridos planetarios, 
cruzas regiones ilocalizables que determinan
tus variantes más ínfimas, la energía 
en la que eres aprovechando tu aprendizaje,
atraviesas tus molinos de viento en ese flujo

 civilizaciones ignotas inspiran tus mitos, 
 afectan a tu historia como energía, una mecánica ancestral
que te impulsa hacia sí misma a través del viaje,
 tu sustento de cada día consumiendo tu cuerpo,
una provocación meteorológica creada 
por seres que ya no son

 denominas fuerzas con número y nombre 
como ráfagas de aproximación temporales, 
produces escalas sin flujo como fruto 
de diferencias, una absorción de soles 
en tu geoastronomía circular, escalas dimensiones

 esa inercia centrífuga te busca 
en planetas lejanos, una presión imperceptible
 del aire que no respira, un hemisferio 
que se oculta a tu razón como origen, 
un viento perpetuo que sientes 
en las depresiones de tu fuerza, un continente
interior de agujeros y de agua, tu sustento
de cada día circulando como sangre

 el flujo gasea tu cuerpo de aparente movimiento,
esa presión que se hace atmósfera de tu ser
 definiendo tus diferencias, un punto fractal

los planetas ocultos te generan 
 temperaturas, dúctil continente, mares nocturnos,
te incluyen flujo de sentidos en las estaciones,
 zona cálida precipitándose aire, cielo sin nubes,
 húmeda tierra de los olores, cumbre elevada 
para tus lluvias verbales, un efecto orográfico 

 dan relieve a tus procesos como fértiles 
 destrucciones del pasado imaginario, 
erosionan emociones hasta el polvo 
de los desiertos que transitas, distancias 
que desaparecen en un lugar desconocido
por ese viento dominante, perpetuo, ilocalizables
regiones que se ocultan a tu razón
incapaz de significado, un incendio
que dispersa las nuevas semillas 
de la supervivencia, dispersión vegetal, 
tu alimento de cada día

escalas velocidades de pensamiento
con nuevos mapas meteorológicos, horas
aéreas en ciclos terrestres, definir lo local 
con relieves verbales

tu viento genera consecuencias, una rotación 
 original de acciones latitudinales bajo la presión, 
verbos ciclónicos y depresiones de luz
que te disponen ecuador y polo de energía,
 una realidad enorme conociéndote.
Los vientos muestran procedencias,
 la trayectoria de tus viajes


Percusión. Zapatos


 cuentas cortesano tu entorno 
de tiempos sentado noble 
en el ángulo de los quejidos, sentado
 dama gentil de la ironía, el placer 
de tus brazos, el dolor de sentiros 
 entre las piernas

 revolucionas símbolos de época 
deplorando planos, cenizas, ciudadanía. 
Alto ser de nuestros días documenta 
 antiguos conocimientos, alusivas pinturas 
de lo primitivo, hombres esquemáticos
como especie de piel reinventada,
un imposible prehistórico

la historia calza pareceres,
  mira pensamientos como prendas protectoras,
 cubre ideas de un origen, evoluciones
que respondan a comienzos

 te conoce, te indica contenidos, 
te evoluciona rareza del saber

el ser documéntate los años 
con los hallazgos y apariciones imposibles,
te sabe con exactitud. Podrías originar
comienzos, confeccionas trenzadas láminas 
 de masculino y femenino que, ceremoniales,
 perduran Historia

articula el ser cunas de civilización
 donde la especie se impulsa artística 
y lógica hacia lo práctico, 
y se pierde en la información.
Lo antiguo describe héroes, geógrafos
del alma humana que van dorándose

 la elegante dama camina sobre 
lo increíble, el estrecho avance
sobre los suntuosos códigos del color,
 define lo normal, lo aceptable. 
Era marrón o negro, blanco o rosado,
un pensar cosas y personas 
como si fueran rufianes de la mente

eras faraón caminando piedra
 protocolaria de lo antiguo, conocías
los signos de la enemistad
en los rostros vencidos, la ceremonia
que articula civilizaciones. Fuiste
 imperativo de lo útil, el artístico
 impulso que desvirtuó con su lógica 
 a los héroes de lo antiguo,  los geógrafos
del ánima mundi devorándose

podrías originar trenzadas láminas 
de lo masculino y femenino en la ceremonia
 que descalza a la Historia

tú, faraona que caminabas 
 piedra protocolaria de lo antiguo,
 conocías los signos flexibles y ancianos
 del viaje, las llamadas enlazadas
de arcanos diseños, de elementos 
 pensantes ondeando como sauces

tu fin impuso la reducción 
de lo natural por conseguir la flor 
de loto, tu ideal de sensualidad,
la elegante dama de las combinaciones.
Recortabas lunas como perlas y piedras preciosas.

tu ciudadanía cortesana afecta
a los colores, abre los comienzos,
 evoluciona bizarra tras la caída,
renace marrón oscuro o negro.
Surges retorcido como prestigio,
  denotas absurdo, modos menudos 
de imposible, caminas artefacto 
de renuncia, un aditamento encadenado

y percutías en los principios 
del tropiezo, modos revolucionarios
del fin, el furor en plataformas ligeras
donde caminar femenino, requerías
 la caída de las alturas masculinas

 buscas sucesos invertidos, impresiones
 para no caer, razones a mano 
que calcen centímetros de Historia,
sentado noble sobre las imitaciones,
 alto ser de lo relativo

 constatas las figuras, 
realza psicologías seculares en el furor
 estético, realzas las damas del equilibrio.
 siluetas de la memoria caminando
descalzas por los cuerpos del suelo

claveteabas el suelo con tachuelas 
de ingenio, con elementos que fijaran
tus pies, estribos del ser que la lluvia
 convierte en barro, alto 
ser de las apariciones

 andabas renacimiento que modifica
los cuerpos, realzas tu verticalidad,
 superficies que se estrechan.
Tu majestad frecuenta los aprecios,
 retrata tus galerías de palacio 

entrenas las suposiciones, formas
 de existencia ideándose cosa, ciclo 
revolucionario calzando la Historia,
 la resurrección de los centímetros


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SIN FONÍAS CAINITAS


Valencia


 hablas la lengua que dictamina pueblos,
un saber característico de ensordecidos alveolos,
de casas sonoras como arcaísmos ribereños,
 la original tendencia a lo átono 
cuando la pólvora te ahoga

eres un puente de otoños escultóricos
que se abstraen en alamedas y cauces próximos,
artes​ de candil en mano alargándose 
hasta las ágoras donde los rostros se aquietan

las casas sonoras son manzanas de plata 
enseñando los cuerpos de las décadas 
como estilo, decretos monumentales de la Historia​
estacionándose en la expresión del rostro,
urbe solar que aprecia la línea recta 
como sinuosidad del alma

tu centro es líneas de metal, cúpula vítrea, columnas
 de claridad que se precipitan al suelo
 entre los años. Tu noche es crónica, diaria guardia 
de timbales y clarines en una corte de festejos,
un mercado monumental

 obras tinglados sin autor, impulsos de existencia 
como mercancías de vida en primorosos jardines,
ornatos y épocas de un comercio de colores

 primitivo culto alza tu antigüedad
en un gran óculo cegado, el cuerpo de tus décadas
de sutil frecuencia, retablo de piedra 
sobre el que dominas el tiempo,
 plaza única donde escultórico otoño
obra sus ornatos como torres de santidad,
pájaros abandonados a su vejez,
ofrendas el día

 desbordas tu propia imaginación 
con frescos y llamas perdurables,
 pinturas como incendios trabajando centurias

 oficias la ascensión de espacios por ubicuos núcleos
 fundacionales, densidades lingüísticas, códigos hermanados 
de las costumbres como nobles cultivos 
que conquistaran la oscuridad. Testimonias el reino
de las orillas donde tu centro se funda, 
fluvial encuentro de tus distancias,
un mar de marjales escénicos donde las palabras se atiborran.
Los afluentes consagran sus brazos
a la pictórica relevancia de su historia, 
la inmaterial humanidad de sus tierras
como escenario, figuras que se proyectan​
 gracia sobre lo temporal

  presencias lo humano dentro como rutas
simbólicas, murallas antiguas que repiten tu nombre
 milenios, tiempos ubicándose estrategias,
 mar escénico atravesado por la Vía Láctea,
 núcleo fundacional que aplazara tu santidad.
Reconstruyes lo humano obra, ciudad, siglo

tu apogeo es arte largo, corona​ industriosa
que cabecea en la mesa de los cambios,
comercio del todo,
 auge de los reflejos emblemáticos 
 como torres literarias, magnánima flor de artística tiranía,
blanco innovador en que se escribe una época,
tu alma

tu inmediatez se hace conquista, oscuro cuento
de destrucción, hijo de un orden palaciego
donde el origen recibe los nombres,
un barro viejo en manos de la muerte.
Señoreas el tiempo como imposibilidad,
el abandono de todo culto. 
Decaes poder, dinastía ​

 oleadas de vacío dejan toda estrategia,
  oscura arqueología del tono vital,
sedes de incomprensión

 encadenas afectos, tierras concretas​
que el corazón asedia con veranos empedrados,
 labores de una energía antigua. Cuentas versiones 
 que se adhieren, industriosas coronas, a tu piel
como gráciles hitos de realidad, creación del monumental mercado
donde todo núcleo se funda, siglo con patas
que se conoce tras la exposición al mundo,
un universo desvirgado.
Señoreas el tiempo en una república de avatares,
tus manos gobierno de los veranos empedrados
cuando la mismidad explosiona símbolos.
 Un buque oficia tu ascensión por el espacio ocasional, 
llegas ciudad herida, cifra mortal, raíz 
en los marjales escénicos de un mar interminable,
cauce y alameda en abstractas demografías
 ejecutándose obra, carne.
 Llegas poder, reino, país de las noches empedradas
a golpe de fracaso, de lenguas crispadas 
 en torno a los símbolos, el olor a pólvora. 
Obras los reflejos emblemáticos como música, 
el arte de la ciencia en la pictórica relevancia
de tus manos, de los pájaros abandonados a vejez


Cullera



tu hora prepara arraigos posesivos, formas 
 secas que resaltan luminosidades, fallas
tectónicas como escudos que archivaran 
tus visiones, ubicuos ojos en provincias 
sin país, comarcas ribereñas sin grado 
ni longitud elevándose superficie,
densidades elásticas de una lingüística
descodificada, cielos

tus horas son playas que dicen cualidades,
 cuentan faros nocturnos encendiendo olivos, 
blancos rincones de santidad escorándose
a la madrugada, son playas sin bandera
azulando los días con accesos de amor, 
 dicen físicas paralelas, sombras reservadas, 
 anfibios pensamientos que bucean la noche,
indicios espumosos en alguna bahía 
de tu ser sitúan las riberas junto a mares
de tiempo, épocas irrigadas por los hábitos

 es pertenencia poblada de extrañas termodinámicas,
de frutales diminutos como islotes de sol, 
 formas naturales sin límite
en los mares de tiempo

historias atardeceres en la bahía,
los pueblas de años como restos líticos
 en la cueva de tus remontes, viejos 
que broncearan los siglos en sus cumbres,
las épocas anegadas por el sufrimiento
y la transformación, esos regadíos del método
que cultivan sociedades

 encuentras nuevas playas que nombran los puntos
cardinales, faros blancos que arrinconan
la oscuridad donde la santidad se escora
en un silencio adorado

musitan historias colectivas, procedencias 
lejanas que excavan tu alma, piezas 
de realidad musealizada que vigilan 
tus defensas. Reinas sobre las funciones 
de esa ermita vigilante.
Tu cueva alberga temáticas y argumentos,
 el recorrido que ilustra tus realidades
neolíticas, tus museos de las herramientas mentales,
de tus cultivos sociales transformando la tierra,
 las épocas anegándose de siembras y origen,
 de tradiciones labradas

te refugias en tus museos bélicos narrando
 contextos, fallas profundas, días santos
encarnándose madrugada, visión archivada
en una provincia sin país

los puntos cardinales en un recoveco 
se rodean de una fauna macabra, se extienden
 llanura elevándose montaña, altura 
milimétrica del ser en una última estribación,
un sistema de mares sin nombre 
donde las montañas te deben la mirada,
 una época habitada por rarezas.
 De esta montaña los usos contrastados,
  el castillo de las reformas seculares
que se vuelven santuario. La parte 
más elevada se cubre de nubes

paseas lo natural abierto a los mares, 
atraviesas marjales aromáticos como una medicina
que arrinconara a las sombras, sendas 
con rincones blancos que te azularan,
dulces meandros de la rutina 
por donde la diversidad entretiene a tu alma,
 especies, estrellas, sendas. Transitas 
los litorales que te desembocan
 animal y planta, camino, una playa más

ese canto se aparece con nombres, reinos
 tomados por una fuerza que nunca capitula,
 tratados del verbo que se extiende

 comunicas la conexión que enlaza
las galaxias neuronales donde el tiempo
se trama, futuros parciales, nortes de llegada, horas
del aire más cercano situándote cuerpo

hay horas ferruginosas, hay horas cuarteadas
en punta, conexiones que traman
 líneas irregulares hacia los blancos rincones,
tu verdadero patrimonio

 sublevas ondas de poder, realidades
que se apoderaron de tus ojos, fortalezas
de la consecuencia que te expulsan
de tus reinos, conclusiones como presencias
ribereñas diversificando tus actos, un acontecer
de las edades del alma universal entre
los castillos, la fortaleza de tus luchas

la inflación de tu verbo deprecia tradiciones,
ese cultivo cedicio en los terrenos
 de la especulación, esa urbe construcctiva
de tus pequeños albañiles neuronales
 terminando períodos, su decadencia
en previsiones desautorizadas que capitalizan
toda creación, el beneficio pacato de los listos
arruinando tus huertos, el abandono
que alimentaba tus horas. Parcial saqueo
 asalta logros, un botín que te mantiene cautivo
de sucesos, las causas que nunca fueron,
tu cueva despoblada de leyendas,
 ubicuo prisionero en tus museos

la cueva se recrea en historias, construye
 enseñanzas antiguas al abrigo de los nombres,
 descubre vecindarios estelares de un arte
 privilegiado, humaniza rocas, identifica
las figuras cosiendo estrellas en la oscuridad,
 cruciforma los trazos de toda interpretación
 como un animal figurativo, esquematiza lógicas
temporales en concreciones broncíneas
que se te aparecen imagen, un vacío innombrable,
tu verdadero patrimonio

 el nombre regresa rupestre a las rocas,
ese arco de luz curvada en la ermita vigilante,
 la santidad de toda piedra,
de tu abdomen a tu semen
el escudo que archiva tus visiones

el deseo elimina defensas, pervive
 lugar trágico donde el juicio
 dota de poder a la emoción, una prepotencia
 irresponsable que asesina gente, el lugar

 integras lo pequeño en anárquica socialización,
hermanas patrones formales del movimiento
percibido, incluyes la cualidad entre tus playas,
ese clima de conversión que se ordena
en el tiempo como beneficio y problema

el santuario de lo secular con su vestal
embriagada de vaticinios reformistas templa
los estilos, construye finales a cada camino,
 ondula a cada calvario de los visionarios
como una torre de ejecución
a la vera de un río, construye siglos de la forma
y su ruina en las ermitas consagradas

pozos de inmediatez mercadean con tus días,
tipifican accesos de santidad, estilizan
 arquitecturas psicóticas en ágoras
del acontecer, celebran góticos interiores
que escapan de los faros en los acantilados
del alma, círculos defensivos que se vigilan
a sí mismos a la vera del río

los puntos de vigía miden siglos, lugares,
miran una costa llena de recuerdos, presencian
las historias como calvario de fragmentos
que chirrían sobre el mar, las fortalezas
 construidas por el miedo sobre la trama
de líneas blancas, el tiempo, el camino
segmentado en las catorce oraciones


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Montañas


La última montaña


la última montaña quedó muy dentro
de ti, aéreo logro mostrándose fiel,
 ojos íntegros de alpinas meditaciones,
 la hazaña cotidiana de otros mundos
entre míticos habitantes, la isla
 de las sepulturas antiguas, de los poemas
irracionales escritos por la geografía,
de los poetas montañosos en cuentos
de caballería, de gestas volcánicas
 en las estribaciones del ser. Tu épica
 salvaje conserva las imágenes malditas

 evocas el éxodo que te aleja
de la vida, de la amante en las llanuras

tu presencia se sugiere en geometrías
  urbanas, en el mar de nubes
por el que caminabas, en las apariciones
 imposibles representándose campo, inmensidad.
  Las figuras se abren sobre los paisajes
como siluetas familiares, se desplazan
 hacia las líneas de fuga deformándose
 como señales que la montaña te ofrendara.
Se sugiere en movimientos panorámicos
 sobre la llanura, como una amante​

los paisajes renacen fondo virginal,
 un retablo alpestre solazándose
en el mar de nubes que caminas

evocas el agua simbólica del existir,
 partículas poemáticas como espíritus
 literarios sin destino, evoluciones
 de tu hazaña cotidiana redescubriendo
héroes, mágicas rutas del ser
entre sedosas dinastías vegetales,
  la influencia de esas cimas entre las cadenas
del pensamiento, tiempos de irisados relieves
 escribiéndose en tu alma. Evocas
 el testimonio de la tierra sobre tu cuerpo,
tu amante en las llanuras relegada
a un verbo, una creación romántica
que evoluciona sobre la montaña​

representas romances de un glaciar
olvidado, de pasos alpinos donde el invierno
es un monje sin religiones

 la última montaña quedó muy dentro
de mi, una estética carente de símbolos,
 un ciclo de lumínicos ciclos trazándose
 entre las cordilleras, el habla
 vehicular de la pureza, la soledad
meditabunda liberándose de las cadenas,
 visión, camino, el mar de nubes​ inviolables
 imaginándote en el continuum, tejiendo
 sentidos cima a cima, cordilleras, ascensiones
vertiginosas sin victoria alguna

eres la montaña del tiempo
escalándose onírica​ entre los símbolos,
mágicas rutas, volcánicas gestas, los ojos
virginales en el retablo alpestre
 sin contradicciones, bellaza manchada
por el amor de una amante extraviada,
un idealismo contrastado por eones
de evolución reflejándose en la historia,
un éxodo de vida​


Cerrado cerro


ardía el viñedo al sol de poniente,
 formaba fenómenos visuales, morfologías
terrosas surgiendo como fallas de color,
cuentos montañosos deponiendo palabras
en las frías morrenas del alma. La forma
 obedecía a tus sentimientos, de los que dimanaban
  suelos, dorados regolitos que cubrieran
el tiempo de futuras reptaciones

los símbolos indicaban historia,
cultura, no del banal entretenimiento
que adormece: mismidad, silencio
y ruido, el asentamiento original, el lugar
donde naciste sin una sola mota
de tu polvo, cerrado cerro donde nacen
los ríos, la inundación del cosmos
con tus pensamientos más vacíos,
  una visión de la tierra desde nada.
Y construyes mundos invasores

trazaste puntos cardinales como monumentos
del aparente movimiento, defensas
ante la oscuridad, broncineos castros
de lo social teñidos de sacralidad.
 Fabricas reinos e iglesias de creencia,
  eriges paganas catedrales de lo inane
 siguiendo el contenido de tus símbolos
en lo alto de tus ciudades

túmulos culturales depositan sus sedimentos
como cruces de lo muerto sobre tu espalda,
 que luego cubres con tierra

 regiones de la causa aceptada cubren
eras de hielo mental que contrastan
 entre sí, vastas colinas cardinales, gobiernos
del número y sus efectos

 los nombres son motas eminentes
 en tu tierra que generalizan tus cimas,
  países del nombre como picos de tu altura

usas existencias específicas para describir
 tus apariencias, métodos del nombre
para modular tus geografías espirituales,
 para describir otra forma, otro cerro
que se cierra ahíto de peculiaridades,
pequeñas elevaciones del alma
prolongándose en el tiempo, aislándose
al sol de poniente, un llano de viñedos.
Formabas acciones visuales como islas
 escarpadas, cimas aplanadas donde báquico,
por un instante milenario, te celebras.
 Formabas climas y rocas puntiagudas
que sajen viejos lazos de la causa
y de su efecto, nuevas islas pensamiento
y sus montículos de hielo. Cubres
de nuevo la tierra con los tesos
de llana cima, motas eminentes
del ser en sus raíces, aspirando altura,
  aislándote en los montículos de hielo:
arden los viñedos al sol que se pone

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SIN FONÍA DE LOS LIBROS


Vientos de ultratumba. Pedro Páramo



el Luego corta trozos de relatividad,
 lugares de entrada a los cuentos que un lector avanzara,
 párrafos de búsqueda leídos entre novelas
 milenarias, significados brillantes en cielos nocturnos,
 una mezcla de voces apasionadas en las líneas del tiempo

 obras significados exponenciales que transforman tu realidad
en saltos visionarios, obras bibliotecas que navegan
portales de ascensión, palabras como teclas
 de arena en un páramo interdimensional

te despides del mundo a cada muerte, 
rehaces historia y mito en páginas 
que las ánimas atraviesan como paredes de humo,
te relincha el alma prófuga en un atroz despertar,
tierra de tiempos y rostros desfigurados
que gira los mitos en una nada lineal,
 tramas sentidos inconsecuentes, Historia encarnada
por vagabundos cósmicos encadenados
a su falta de perdón

tu biblioteca ascendente funda lugares,
virtualiza mapas de la idea liminal,
 estrellas junto a lunas habitadas por murmullos,
 manuscritos de magia sideral 
con una cubierta de taquiones

arde tu llano neuronal con el oro
del crepúsculo recopilando cuentos, 
retomando muertes, la pérdida como esperanza
 tras tus guerras narrativas, historias olvidadas,
 difuntas revoluciones de la carne

 encuadras realidades, catálogos precursores 
de las lenguas, tiempos inusuales de lectura emocionada,
una metamorfosis literaria

 obras formas seculares, mundos adaptativos,
una muerte primera, protagonistas del tiempo
argumentando dominios, refracciones del alma
 pisando sus calles y sometiendo a los minutos
en la niebla, pones rumbo a los muertos 
 careciendo de posteridad, a una luna 
de murmullos dañinos que aceleran tu pulso, 
tierra que el polvo desfigura con rostros ahogados, 
palabras guardadas, un silencio final

 llegas al padre lógico, a la página espectral
 cruzando existencias, fantasmas anónimos entre los siglos
 como expresión de mundos, de efectos legendarios, 
 propósitos universales que borran los vínculos 
 en las orillas de un río. Tus artificios hablan 
 accidentes de lo real, extravagancias que te desarraigan
 de todo fervor, excesos a una cultura reticente.
 Provocas visiones, la intuición creadora de los márgenes
 del Sí-mismo, fantasmas de una magia inspiracional
 paseándose por las arrugas de tu frente,
 arriesgados balcones de la forma narrativa,
 testimonios de sino y símbolo

 la pintura del sentido y la implicación
un páramo escrito por los cuentos de la madre, 
las armas del etcétera cortando realidades, 
 paisajes filtrados de conciencia,
 tramas de una absurda lentitud ensayándose
como voces terminales

 la obra es milagro, margen novelado, 
 cosa entendida que fantasea contigo,
es lectura separada de toda explicación, 
es muertos de una telúrica decisión

el propósito subraya ilusiones, oraciones
de encuentro, eternidad sobrante en un campo
de palabras, de fantasmas verosímiles. 
Los significados se hablan de pie
junto a los gloriosos pilares de la fantasía

 el desierto accidental ocurre historia,
pérdida del ahí, región donde habitan tus fantasmas,
las mansiones de la imaginación, el desván 
de los lunáticos que alumbran con candelabros
tu cerebro, las aceitosas bujías para un inventario
de lo real. Los contrarios trabajan el vacío,
 escenifican disímbolas desnudeces de ti
 en tierra pobre, mundos de ánimas tonificantes
 a la invención, al artificio del tiempo, estatuas inteligentes
como singularidades sombrías profetizando sueños.
Tu presencia es un drama de la escasez,
del apenas distinguido, de la sombra 

 amor único limpia la existencia, tus crímenes
 instrumentales, sus símbolos redimiéndose
 tangibles en la hermosura de tus ojos, tu perdón
sentido desventura de ser humano. 
La certeza se trasunta cielo, tiempo
que reza el después, un pensamiento menudo
volando cometas cerca de tu alma, un remonte 
 de supuestos ya murientes. Recuerda 
el nadie, el ninguno, tu funeral sin misa 
en el desierto accidental, el páramo escrito
por los cuentos de la madre, la cruel transacción 
de tus funciones.
Mudas tarde, regreso, padre lógico
explorando las minas del oro crepuscular,
 esqueleto en las bodas de la causa
y del efecto, una bala nupcial que deja 
tu corazón lisiado en la tumba del día.
Mueres exacto en lo conocido, mueres esposo 
del todavía que cree que está vivo, tarde
que espera la noche casa de la mañana, 
 falleces fulgor que renuncia a lo inútil,
 que evita el pasado porque ama la tierra. 
Concibes dolores como adeudos, una familia 
de tímidas respuestas, de impasibles advertencias,
una bala nupcial en la noche.
Duermen tus ruegos ebrios de carne,
de causas, de accidente cercado, de padre lógico
sobre un caballo blanco ahíto de mezcal,
tu canto corcel de muertes absuelto,
 padre exculpado en el páramo escrito
donde el oro se diluye. 
Curas enojos, perdones asesinos, confesores
 supersticiosos, adoradores ebrios, años perdidos
en cielos ahorcados, fulgores sedativos 
en poesías nocturnas, la casa esquinera donde 
 la salvación se desnuda. Arrojas la llave 
a la ironía, a los ecos durmientes
que en un grito despiertan, lo súbito.
Los dolores concebidos te abandonan
como zopilotes tras festín, los cielos deseables
que vuelan hasta tu casa dejan ir
ese divorcio.
Curas los lamentos que entran las plegarias,
el regreso de las cartas acechantes
que asustan a los soldados muertos,
tu absolución llevándote delirios como sacramento
 de alcohol y salvaje vela nocturna
que muere en la mañana.
Sales olvido, herida que grita
su ebriedad en un entierro ilegítimo,
una cita fantasma en la obra tragicómica
de los deseos futiles, sales padre de los años iniciáticos
en que murmullos y ecos aleteaban armónicos,
en que las sombras se irisaban de vida,
 aquel idilio del alma.
Los cuentos de la madre son fantasmas,
cisnes acogidos por la oscuridad
 entre las voces de los muertos,
 tumba narrativa de toda historia

dices llamas de lo mismo, nombres de la ambigüedad,
dices géneros de la sensación, sentidos fantasmagóricos,
 límites a cada noción, sutiles páramos del juego
lector, mundos emisarios 

lo sonoro gesticula estéticas,
 el silencio poetiza lo indisoluble
en pequeñas mentes absolutas, prolonga
lógicas de la renuncia a la palabra,
 alegorías del despojo inconsciente,
el desgarro en cada concordancia estética.
Una estéril caja de resonancia 
la tumba narrativa

 aproximas seres precisos más allá de toda trama,
 jinetes espectrales de limbos literarios,
 vidas sin muerte en laberintos de elocuencia.
Los alrededores se te llenan de nombres,
 de constelaciones inverosímiles donde tramar
 causas, contradicciones, personas, la Historia
 como ondas de remoto efecto, motivos inescrutables
que regresan Ello

 aconteces reverso, hombre posible, sino profundo,
 margen narrativo de los fantasmas circulares,
un propósito del tiempo recordándose
en los atardeceres, narración ejemplar
que asume lo colectivo en el mito,
 vívido cuento de rosas y páramos
donde la encarnación del tiempo hereda
lo patético y lo cómico

la muerte desea el relato, la amenaza
de liberación, la forma consecuente, protagonistas
del nunca con una pericia radical,
el oficio del movimiento sin progreso.
Requieres perdón, llegar error en medio de la vida,
 requieres muerte, caída sin apelación,
el victimario de los vivos, un rezo en cada libro
 reconociendo la existencia, vivos en los niveles más íntimos
 del sufrimiento

 devenir es personaje mítico, transcurso
de un exilio terrenal, tiempo, vuelta
donde los muertos carecen de pasado,
 narración de un lector circular,
 insinuación de instantes y repeticiones

 refieres aventuras del saber, muertes
  clausuradas, los cuentos del todavía expresando
 continuidad, miserias y despojos de lo posible
 entrando el tiempo, dimensiones de intrahistoria

tu incestuosa lujuria de estéril gracia
 da su impureza en culpas inocuas, nombres
 del aburrimiento punitivo, consignas inútiles
 de infiernos infantiles. Depuras los días
 genuinos, la experiencia estremecedora, la nada.
Sales esperanza, variante del allá, sino del aquí,
un siempre fijo abandonado a tu suerte,
 instante sin principio

las voces viajan a la imaginación, traman
 peregrinaciones a la soledad, ladran
a la primera persona movedizas, te distancian
 relato como centinelas de lo circular

 obligas a los dioses a salir de lo repetitivo,
a rezar por tu suerte en milagros imperceptibles,
por tu indiferencia como una pugna celestial.
Recuerdas absurdos sacrificios, la ofrenda vana,
recuerdas dioses obligados 

 hay poder patriarcal, hijos del páramo materno,
la paradoja que conduce a tu sequía,
 tierra mujer transformando lo yermo

la nada se escapa en actos inclusivos,
 desiertos que sueñan la luz sembrada
de cadáveres aplazados, un arquetipo esperpéntico
 rumiado por odios de prolija teatralidad.
Tu vulnerabilidad tragicocómica es hija de la pérdida,
amor único

tramitas lectores del asombro, recursos
de realidad desplazada por lo Otro,
un saber irreconocible en patios barridos por la niebla,
 extrañas frecuencias que te abren los ojos
ocultos, la mirada de tus testigos, la ajena vida
de tus protagonistas. Tus logros son novela, drama
del desconocimiento, una legalidad intransferible,
perturbadora de toda certeza asumida

tu reverso es un libro ilógico, un lugar
de ojos atrevidos que te niegan, una derrota
anticipada trabajando temas de poder,
 una boda de violencias y delirios obsesivos
 que no entiendes, un maltrato que desvela
 fragmentos irreconciliables, un mar vacío que la mente,
indómita, hace inaccesible. La vida
debe estar en otra parte

desplazas tu fuerza opresiva a realidades incomprensibles,
 arrastras la aparente pérdida amorosa fuera de ti
en negligente tiranía, cruzas yermos horizontes
como escenas del libro ilógico, la caída
en un páramo de piedras

tu hagiografía incluye feligreses de mesa,
 cuartillas de un desorden lineal en discusiones
 fragmentarias, en yuxtaposiciones urdidas
 como vidrios rotos de un tiempo detenido,
un continuo de prosa interrumpida

los murmullos en el páramo generan fantasmas,
 aluden a la forma de tu galería de voces,
a identidades tramadas, almas susurrantes
que matan, una historia colectiva adquierendo autonomía
de sombras que se disiparán. Extrañas palabras sueltas
dicen gentes ilegibles, tejidos nocturnos
donde los llantos hablan, los ruidos
de un narrador omnisciente

 el ámbito ficcional vocea vientos, márgenes
 de la voluntad en llamas, tu fuerza
 revelada diálogo en el fluir de la conciencia.
Arrepentidas horas arrinconan tu elocuencia
 atávica, frasean acústicos accidentes
como confesiones nocturnas, la paradoja
de una quietud rebosante

el texto formula secretos aparentes, el poder oral
de tu necedad, desatinos terrestres que olvidan
tu destino. La palabra provoca ocasiones,
 las llamas del margen, una experiencia
 etnológica lejos de la costumbre, tierra simbólica
donde el silencio ladra

mueres heraldo sin cuerpo, novela última
sin ataduras, mundo de tu entorno, confín
sin escisiones, un exacto mecanismo narrativo
 obrando corales sepultados,
emisario venido de dentro

preciada interioridad de la omnisciencia
narra la abundancia, presencias que se perfilan
sujeto de toda descripción, versiones de vida
 idealizada con el juvenil impulso
que, tiránico, condiciona tu muerte. La crueldad
es adoración criada, un hogar astuto
de mercenarios mentales, un otro arrasado 

tu brocha describe la forma, líneas en el páramo
fragmentándose en un desorden aparente,
revoluciones de mismidad ubicándose
en el libro ilógico de lo humano

 hablas páramo, antropoilógico mérito
de tu lenguaje altivo, hablas pérdida infundada
en un texto insignificante, ficción de un más allá
 antropológico como un misionero incorrecto,
voz en niveles reinventados, el habla
de la creación alegorizándose Historia. Tu tierra
es símbolo, una cartografía quemada

 inicias relatos de madre en su lecho de muerte,
de padre cuyo nombre desconoces, promesas
de una ilusión constructiva viajando
en fragmentos, diálogos del dolor interrumpido
 por líneas de un páramo personal

 las rendijas de tu alma se agrietan
de voces como trozos expresivos, de textos
al margen que miran el mundo, ilógico libro
que te expulsa de sí

 toda grandilocuencia polvo de espectros,
 la arena que el viento empuja en los desiertos,
pobre nombre condenado al afuera,
 la página insuficiente

 sentir presencias vagueando tu nada,
 percibir instancias crepusculares que al alba
 escuchan tus pasos, el rumor del pasado inmediato
 fundiéndose con tus puntos cardinales
en una bruma de sombras

 juntas guijarros de una pobre elocuencia
paisaje de los verbos escurridizos, Entonces sónicos
sentidos como sueño que muerde tu alma,
 anillos de terracota que el aire deshace
tras su lúdico brillo

eres región desértica, flor exigua de la belleza,
un lirismo referido recordándose juventud,
eres madre que cuenta a los suyos
del calor y del cobijo, eres padre que sopla
las hojas que se estremecerán, cautivo
 término en una boca insaciable
de asombros, de oasis reflejados, un abrojo
 endeble imaginando lo fértil, eres deseo
en un paisaje de espigas que ricen el ocaso,
 una lluvia del color derramando su miel
 dramática de lo insólito, tierra pródiga
de la memoria, tu presente.
Aquí ves, los árboles son almas con hojas,
 rostros breves abrumándote sonoros,
 nombres en un panteón con nadie 

 tramas espectros, difuminada luz,
un campo de resonancias diferidas,
de nubes visionarias

tus fronteras de claroscuros llevan lo indefinido,
asexuada causalidad ahogándose entre los murmullos,
un diálogo insostenible

los nombres plantan revelaciones, la piel
que roza paraísos, ruda flor de santidad
hablándote de espejismos, de erráticos poemas
acostumbrados al silencio



Los Siete Pilares de la Sabiduría. T.E.Lawrence


eres un ejército de plantas buscando
arraigo, una inmovilidad en perpetuo movimiento, 
nutres la cabeza con páginas irregulares, opciones
que vagan por los desiertos mentales, un terreno 
 esporádico de ideas vulnerables al deseo, 
páginas que van y vienen como cosecha
de batallas, promesa de un botín de dudas

 antes del relativismo las culturas dedicaban
su nobleza a los corazones salvajes, añejas
metafísicas resonando antropológicas
como belicosas estratagemas sin niveles

sabías principios, pensabas guerras sobre papeles
 reveladores contra yugos carcomidos
por la culpa, farsas del anonimato vendiéndose
a coste de creencia sin beneficio

las cosas detestan el señorío, abominan
de los ojos altaneros, de la lengua mentirosa,
de las manos que derraman sangre,
de los corazones que traman lo falso,
las cosas son testigo que profieren silencio,
 un banquete de sabiduría

eres un libro relatando experiencia,
un durante que traduce el hierro
de las estrellas a Historias de relatividad

dejas indicios de origen, títulos
y autorías como versículos proverbiales
que te hablan desde moradas impolutas,
tu casa con siete columnas donde víctima
y verdugo se diluyen a la mesa, donde
el jugo de la tierra como leche materna
se mezcla a proclamar tu bendita ingenuidad,
la escasez de tu entendimiento camino de la inteligencia

tus principios relatan peripecias del frío
y del calor, un cansancio perenne, tu hambre
y tu sed de la penuria ajena, un libro
que se llena con soles y lujos, paisajes
que te sienten bélico en una crisis
permanente, abominable ojo de la altanería

 comprendes terrenos, ciudades que aprisionan
a las estaciones como tramos de vía vigilada,
 adornas recuerdos, sensaciones, juicios
como forma, cronificas tu libro, tu mente
en profunda y permanente crisis
con argumentos de conquista, escenarios
con las líneas del hierro estelar desplegándose
 en tus terrenos, con vigías a cada tramo

los momentos te localizan, guerrean
evolutivos adaptándose a las imágenes,
existen página irregular contando páginas 

tu obra es el recuerdo de las miniaturas
sentimentales, un ejército de plantas
 de arraigo en desarraigo asesorando
a las páginas irregulares del durante,
eres guerra llamando imperios, un niño
monstruoso aliviando su dolor
tras la madrugada, un versículo reducido
 en el desierto de las caras


La Montaña Mágica (I) - Thomas Mann


 siguiendo remontes seculares que peregrinan
las zonas aisladas de toda religión
  circunvalas montes prohibidos, cimas rituales
 revés del tiempo, pagos de longitud.
La maravilla asocia mundos, mitos y sepulturas,
poemas que te evocan montaña,
 un estilo colosal de gestas huecas,
una corte de resurrectos ubicándose
en los extremos de tu ser, estribaciones
 salvajes del ídolo marchito que en tus grutas
arteriales se sume santidad,
una boca natural de montañas
y su íntima trascendencia, un hombre antiguo
 acercándose rito a tus gestos, un templo menudo
donde las peregrinaciones

 símbolos y desprendimientos gradúan vida
de lo cotidiano al arte, surgen paisaje
y partícula en montañas poemáticas,
  retiro y espíritu observable en literaturas
 evolucionadas, un teatro de magias visionarias
que fondeara en tu alma como un bajel
de​ posibilidades, sedosa ruta bajo
el auspicio de la ciencia, aquella cima ritual
de los reversos donde eres ya montaña,
una cartografía de ampollas en relieve,
de distancias impuestas por arte
de lo accidental, siglos, números, literaturas
evolucionando clásicas por tus grutas arteriales
como testimonio, cruces, mitos, pasos
entre las galaxias, inicios, un paisaje
 relegado, una historia, jerarquías resistentes
de romántico realismo,​ un vacío
evolucionando, tu montaña

 la montaña infiere lustrosos glaciares,
artísticos accidentes como monjes
por un desfiladero entre galaxias

vírgenes rojeces la montaña introduce
fondos a tu ser renacido levantándose
volcán tras la cabeza, un retablo antilógico ​ 

 la montaña decora clasicismos evolutivos
sobre un mar de nubes, una omnipresencia
 sepulta en sus edénicos glaciares,
 tu ombligo hundiéndose en el mundo
 al que nunca llegas, tus montes prohibidos
el refugio que reinstaura la montaña,
 tu divina crucifixión entre las lenguas
el cielo de tus frecuencias, tus cimas rituales

 las montañas conservan tiempos, un carácter
  onírico que consume magias constructivas,
 levantan su cabeza virgen sin contradicciones,
una antología precisa de pictórica maestría,
 representan plenitudes, un idealismo de partículas
 evolutivas reflejándose poema, historia

 peregrinas reliquias tus huellas como leyenda
 afirmándose pie mítico de un edén
 creíble, sones apostólicos del suceso,
de tu ascensión nocturna por las rutas del dolor
a contemplar un sol peregrino

 vives región creíble del origen
 todo lo conocido, ese fervor ciego del visitante
de otras dimensiones

 las montañas residen en ti
como espíritu de compleción que obrara
los ejes de tu mundo en su justa coordenada,
 la residencia de lo incognoscible​

las montañas elevan torres de silencio
donde no alcanza límite alguno,
la simple creencia del ascenso 

 evocas nombres, naturalezas, mundos alejándose
como formas de vida, un éxodo amante
 oponiéndose a las llanuras de tu voluntad,
 religiones y mitologías articulando laderas,
montes en miniatura como siglos de porcelana

las montañas son elemento, aspecto, símbolo
culminante de una identidad cercana,
son cielo vehicular de regresos y manifestación,
una mística atribulada de cimas y cismas
donde las nubes consuman su magia constructiva
en incesante hierogamia

 la presencia es montaña, una geometría
invisible que toma tus caminos, tus mares
 relegados, el rango de tus pruebas infantiles
como un reflejo de tus mundos, esa llanura
de tu voluntad enfrentada a la inmensidad,
 figura y conjunto humanizados, la historia.
Es paisaje que se estrecha silueta de lo posible
dibujándote un rostro, un supuesto humano
 en cuadros familiares, un nivel focal que finja
 desplazamiento, móvil fuga, la deformación
de la luz entre coordenadas, una integridad
que te señale en contraste. Toma tus sonidos,
 filma tu adaptación a cada desafío.
La montaña campa a sus anchas en tu interior
 sugiriendo presencia, te ofrece el movimiento,
ve tu llanura voluntariosa muriendo en el río​

 aérea muestra tu lealtad humana, la integridad
de tu balada vitalicia al ser

te separaron del mar de los amores
 como montaña residente en su llanura costera,
 un santuario fértil abandonado en las laderas,
el reino de los muertos, tu regreso,
tu propio vientre de los cosmos

 la montaña es estética, una ética
 de la vida captando luces, trazos, la guardiana
de tu soledad, un pensador libre imaginándote
 sentidos


Thomas Mann - La Montaña Mágica (II)


 música notable el estilo de tu siempre, 
 sinfonías de contrapunto que traman 
 la idea pura, motivos constructivos de frecuencia,
los acordes simbólicos de un placer sensorial
 narrado por voces inaudibles que ya te habían escuchado.
  Sobre anhelos de muerte tararean su tema 

tiempo igual se busca en la montaña 
 narrándose lógico en vidas anteriores,
el ritmo acelerándose en años minuciosos,
 en detalles protagonistas de una época,
en novedades aparentes y cambio sobre las rutinas

la asimetría del tiempo razona tu percepción,
 advierte los tiempos iguales como habitantes 
de la montaña que impera en tus alturas

 nada arriba afirma posibilidades, pensar 
es hilo relacional estableciéndose tiempo​

 el tiempo es la boca del narrador, es personaje
  entrometido relatando conciencia, exponiéndose tema

lo novedoso confiere tiempo, peso, 
sólido modo del discurrir, una lentitud 
 vacía como viento que se encoge 
de espanto ante su propia santidad​

 tu hilo relacional se emplea historia,
 narra el tiempo en las preguntas,
refleja tu música​
 encarnas la atracción primera en tu amada,
un encuentro interior de frecuencias
 menudas en el carnaval de las carencias,
una mano que se desprende en el regreso

 insinuas pérdidas, búsqueda sorpresiva,
 fascinación homoerótica y cosmopolita 

 conoces, despiertas en recuerdos antiguos,
el sueño pide un lápiz que dibuje la anécdota,
 que inspire a las partículas en su forma,
que dé los ojos a sus nombres como una íntima 
 definición de tus limitaciones, años que guarden
tu secreto como un mundo atiborrado de esos lápices.
 Se te prestan lápices de eternidad
que intercambiaran frases y números
para acontecimientos de futuro, puntos
que guardaran el secreto que crees tuyo
 durante un éxtasis que olvidas, virutas
que serán lectura de tu propia psique,
una historia de símbolos referenciales

 episodios de origen como gracia concedida
te libran del Eros y su Thanatos, de su viveversa,
del tuyo, literaturas andróginas te refieren
 saberes obsesivos como reflejo de atracciones,
de repulsión en los amores juveniles ​

en alto la homoerótica del todo en cópula
incesante, la admiración absuelta de idolatría,
sentir la tensa relación entre los duales
como una certeza desinteresada 

 la montaña fabula magias en símbolos
relacionales, multiplica niveles de percepción
 como lugares donde aparecen los muertos,
 motivos literarios como estatuas de mármol
 que advirtieran al lector, al acólito que principia
la magia, ancianos que regresan
 al Nadie, historia misma de la seducción incesante,
cópula, decadencia corpórea frente a ascensión
interna sin forma a las ruinas de lo que fue,
un castillo en la altura donde los sentidos
y el tiempo se confunden

 los sucesos geográficos se hermetizan
como antítesis del movimiento percibido,
un hogar sobrio e inmortal en tu llanura

el grotesco carnaval de las carencias
es noche de brujas y magos
 celebrando lo efímero

 sanas recuerdos venusianos entre paraísos
e infiernos, la lujuria mundana del tiempo,
las horas iniciáticas de cuentos y mitos
 encontradas en los libros, los doctos jueces
en el reino de las sombras, tu paso
acelerado velando el mundo
de lo que consideras muerto, el sueño de nieve
en que desciendes a los valles
donde viven conclusiones.
Juegas, das palabra prometeica, coaliciones
mentales que confunden a los iniciados​

la búsqueda parte de un genético recuerdo,
es hija de un rey despiadado que esquilma
tu inocencia, fabula tus pérdidas, pone sueldo
a tus años, menciona historias victoriosas,
 vende tu termodinámica en los ritos iniciáticos,
te habita de nombres de otros mundos

tu hilo relacional conduce cifras,
la magia del grotesco carnaval, los puntos extáticos
culminando poemas, letras como números primos
en un banquete de sumas que mueren
en patéticas ceremonias de presente

tu enfermedad impregna todos los niveles
al ritmo de lo cotidiano, pensamientos
exclusivos que conversan sin pulmones
con el entramado de los hilos van
 pacientes a las causas, el efecto en sí,
la patética ceremonia del miedo amplificado
por la tecnología, la memoria lectora desparramada
como lóbrega sala en escenas de delirio,
los primos numéricos despidéndose de ti
en los muelles de la vida como a un héroe,
 las conversaciones que disputan el tema,
los niveles en una guerra festiva

 aprendes lo que enseñas, la profunda experiencia
de la muerte como vida, los hábitos
de la genialidad más simple, los pasos
de un saber que evoluciona, tu montaña mágica ​

el sueño de nieve articula principios,
 integra niveles, los puntos álgidos
del tiempo cosmológico

tu invierno sana los vértigos de la enormidad
inaprehensible, nieva los deseos como pétalos
 de una naturaleza primigenia, emprende
las excursiones del alma por los valles 

tu búsqueda es blanca nada, nieve
que atrapó las tormentas, un refugio
 solitario sin entradas, un efecto en sí, ​
un sueño sin causas

 inicias maravillas evocativas, costas
de un azul por domar, un jamás alegre,
hijos como mares, soles de amabilidad
 y respeto, el templo de aquellas estatuas literarias,
 ánimas portuarias en los muelles de la vida
 divisándote en el azul, las llamas blancas
de nieve ardiente como formas de civilización,
la nobleza que supera las contradicciones,
tu brutalidad sanguinaria y la luz que te ciega,
la dualidad de tus conceptos, la nobleza
de infinitos pensamientos como universos burbuja
danzando sin juicio en la oscuridad,
como pétalos evanescentes en un punto extático
donde la muerte carece de sentido,
la nieve que atrapó las tormentas,
tu montaña mágica


Conversaciones en la catedral. Mario Vargas Llosa


 embargas convencido narraciones subcutáneas, 
 dificultas la comprensión de lo múltiple 
mediante sistemas personales de simultaneidad, 
  contrarios que solo existen en tu imaginación,
 efectos que prosiguen confusión

 novelas lo extraordinario en arquitecturas
 del desorden, la compleja apariencia 
de planos espaciales que simulan tiempo,
una conciencia maestra de lo contemporáneo,
 Historia sin diálogos mirándote profunda 
como una máquina dictatorial de la desidia,
 de la impotencia que enmascara la libido natural
de los planetas, de la carencia como cultura.
Ven, come tu propia masa adormecida,
 acepta, abomina de la mente política, 
 retrata el vacío discursivo

conversa con tu visión sin lenguaje,
gobierna los años, restringe toda prohibición,
corrompe la lógica discursiva, social, racial, 
 la historia que te observa en perpetua decepción 
 cayendo en mediocres relevancias que te desconocen,
 frasea el inicio del tiempo por boca 
de una imagen desafiante de toda imagen

 tramas transcursos y prórrogas, caídas 
a un fondo histórico, relatos paupérrimos
que participen de un centro consensuado
como ficción de vida creada a partir de un sustento histórico,
 entornos identitarios como emoción vegetal,
tramas personajes con nombre como espinas
dorsales de lo real, dispendios represivos
de la brutalidad natural, subviertes su poder
en nombre de la carne corrompida, de la contradicción
última entre la vida y la muerte disputándose
tu mente, la aparente oposición en el proscenio de la historia,
un origen mutilado por el gran usurpador,
que furibundo se recrea en la palabra,
 la caída en su fondo

 la verdad vive íntima tras la luz,
en cada mota de polvo que se va 
en la tormenta, cada año que viaja
entre los universos que sospechas, 
en cada muerte que ignoras desentrañando
tus contradicciones, la verdad te explica 
entre las células su amor animaloide 
 hablándote tras las palabras, un frenesí iniciático
más allá del líquido amniótico, y novelas
lo extraordinario, te explica tus reticencias,
ese dolor del mundo que cargas en cruz
exhalando suspiros como catedrales
 cuando preguntas al sinsentido, a musas
inventadas por orden de la historia, 
 el diálogo sostenido de cada célula con su vecina,
 la obra que se desprende de su autor
en el crimen de la voluntad, sin orden
ni fe

 la verdad rompe la apariencia de toda relación,
 trabaja a diario la desaparición de las formas
como un auriga veleidoso que te utilizara
en sus patrones arquetípicos, un trance
mudo al que no llegas

caes desalmado persiguiendo métodos,
 morales que acallen a los amantes 
 abandonados, desmembrados

 catedrales hechas de suspiros, novelas
que urbanizan la tierra, la luna, tu alma,
poemas pensados como un cálculo trigonométrico
de los riñones, partes que trabajan
la reescritura de los mundos asegurándote
materia, un fuego salvador de cada instante,
las conversaciones sin género ni ambiente,
sin idioma ni bandera, ciudades sin país
que sobrevuelan como suspiros magníficos
visitándote indicio

las preguntas forman claves
que te observan incoloras desde un centro
consensuado, "¿en qué momento
perdí mi silla de montar?"

la conversación te considera cruz,
obvía el árbol de la vida,
en qué momento me avergoncé de ella

 la ciudad de los suspiros sufre la vida
como ganancia o pérdida, la vida arrastrada
por los falsos ídolos mientras ella
se está reconociendo en ti, perpetua infancia
de un cosmos milagroso

eres todo en carne propia, en carne ajena,
 la puerta que mira la avenida de estrellas,
el amor que destruye los esqueletos
de la mente, que flota neblina en la oscuridad,
 el gris que intercede entre el blanco y el negro,
 ¿en qué momento descabalgué la ola?
Merodeas pregunta entre los vehículos oraculares,
 voceas transeúnte entre los suspiros
como un momento que se piensa,
como pies rabiosos que cruzaran borrachos
los desfiladeros sin espejos de la eternidad

tus personajes sostienen sus vínculos
en estratos funcionales como alambres de espino

 la conversación es esquina de suspiros,
es un techo desconchándose forma
sobre las horas, un hilo que te conduce
 historia sobre los cabos del miedo,
un vacío rellenándose de épocas,
 de afectos estratificados, de los planos espaciales
que simulan el tiempo, intercala pasados ficticios,
 narraciones subcutáneas de un presente viejo,
 los deseos de la especie en imágenes
de abundancia

 la conversación inicia años de vejez prematura,
los interrogantes del desconcierto, realidades morales
  tratando respuestas sin autoría, momentos argumentales

tus tendencias odoríferas convierten lo aparente
 en un eje evolutivo, repentina violación
de un orden establecido, novelan la crudeza
 que vive allende tu cerebro

 guardas secretos helicoidales que se burlan del relato,
el padre que sostiene tu ilusión colectiva
por amor, la vida a pesar de ti, tu propia decadencia
 chantajeándote consternada al ver ese patrón
ajeno a tus deseos, un trance de misterio
que sospecha tus ilusiones, el padre que eres
sin género reviviendo infinitos pensamientos
que se expanden en los diálogos
de los cosmos, ecos catedralicios reverberando
en las mentes que despertaron, la novela
bifurcándose fractal a cada nuevo título

 protagonizas tu universo en absoluta santidad,
el núcleo de todo movimiento aparente, tu partida
como tiempo enfrentando la materia,
eres madre protegiéndote en tu desafío,
el amoroso perdón de todo error de percepción,
la relación perfecta de toda frecuencia
jugando con sus pensamientos, un bohemio
estelar de la placenta cósmica


                                Lord Jim y su corazón de las tinieblas                                         en una isla extraviada - Joseph Conrad

eres personaje complejo queriendo
escapar de tu cárcel mental, buscas
lo que ya eres encontrando baratijas.
Eres terminología indeterminada, paranoia
maquillada, una esquizofrenia con patas
y genitales de la razón que concibe
ejes de pensamiento, maneras y modos
de transmisión, una inconsciencia infantil
de vida que la conciencia menciona.
 El misterio ve tus análisis diversificándose
como las ramas de un árbol inaccesible,
 tu personaje esquematizando coherencias
y probabilidades heroicas, vocaciones
y victimarios a cada elección, poéticas
alegorías del tiempo, la impotencia
ante el misterio, tú y tus personajes

me sugerías sueños, oficios significativos,
funciones superpuestas por el ímpetu 
de la inocencia. Eras un paladín 
del sentido pensando que eras causa,
 hombre, mujer, árbol, una identidad  
a la que llamar real, la consistencia
de la materia en tu sueño 

tus personajes determinan tu ficción,
tu cuerpo de deseos, tus apariencias
temporales, tus modos y maneras, tu vileza
engañada, tu noble mente abriéndose 
más y más a cada muerte, el error
original del que partiste. El Sí-mismo
se refleja en ti con un amor indestructible,
la física amoral de un mar inabarcable

eras señor de la oscuridad, un bosque
 cuyos nombres se te revelaban
  transportando el sufrimiento, el placer
como pasajeros de los días, rescates 
 convocados por el abandono, la pérdida

te creías causa cierta, esa tensión 
entre la idea y la materia, un corazón 
tenebroso sin volumen, una unidad 
de presencia narrando lo esperado.
 Consideras lo homogéneo desequilibrio,
un descontento como contrapeso 
a la preocupación, un turbulento acuerdo  
que surque lo inabarcable, lo desconocido,
 pasajes a la conmoción del ahora, 
 los orígenes del misterio perdido

 mis deseos encuentran su sombra 
entre las apariencias, agregan la preocupación 
como pensamiento de separación,
tu debilidad como misterio sin atisbo 
alguno de conocimiento, la destructiva intrusión.​
 El corazón contiene el tiempo,
tus relaciones como ideas que aspiran
 conductivas a la gloria. Aventura 
 personajes de una familia atemporal

el tiempo se tinta de tierras remotas,
del adentro y del afuera habitado
 por secretos bandoleros que, mestizos, 
toman palabras voluntariosas, que ejecutan 
 tu caída en la carencia, el juicio 
fracturador que se espera de ti. 
Y narras en la oscuridad
 como un vapor que sueña lo heroico,
la vida como Historia que te libere
de tu cárcel, que te abandone 
en las tierras remotas donde los rescates.
 Sabes que el siempre navega
impertérrito entre los hombres 
con sus gigantescas velas de sol
como una muerte de los corazones. 
Y te emborrachas  de montañas
en escuchas perfectas, sientes 
 la corte que tripula tus sueños 
 escondiéndose en el no-lugar, 
el mar de los días sin juicio 
imperando en tu ignorancia 
como una presencia inexplicable.
 Hombre, mujer, árbol, larva, fotón,
  vida larga que comercia contigo
en los puertos de las almas, en las áreas 
de las lontananzas donde la pérdida
 las levanta como plantas en botánicos
de la filosofía, pasatiempos de una pasión
sin tiempo ganándote la ciencia. 
Pérdida, enfermedad, entendimiento puro
como joyas del tiempo, santo instante
de la indefinición en que te abandonas. 
Mueres al conocimiento del que naciste,
a la causa que te encuentra en cada célula
 confabulándose con todos los universos,
 sucedes desempeño de la aceptación.
 Eres un viejo padre de lo único,
anciana madre de las despedidas,
 una química aliada de los cultivos estelares.
Y recurres a lo otro, a la vida 
 en tus términos, a las tripulaciones 
invisibles en barcos de la historia,
a inspiraciones del juicio inevitable,
a los capitanes de la duda y la moral 
que aspiraron a la gloria, y te abandonas 

en tu estado anterior referías
tus personajes invasores, y encarnabas
como alegórica oscuridad de lo humano. 
Cambia el lugar, cambia tu ambigüedad
 entre los hombres, tu oscuridad inherente

has luchado con la desesperación
 de las horas, con los amaneceres 
del gélido abandono, de la realidad 
trinchada rumbo a la agonía, la adversa 
ruptura con tus pasajeros de los días,
una violencia consustancial, el vapor 
que sueña esos peregrinos del alma
como seres vivos que remolcas 
río abajo hasta el mar​

en el bosque de las revelaciones
es la oscuridad preámbulo, una parte
de ti novelándose vida entre los colores,
  una aventura de poder y pérdida,
 un estado de génesis y multiplicación.
Te despidías de tus certezas
como de olas en tus islas, escribías
​ comienzos sin término que te rescataran
 juventud, tu corazón salvaje
de tinieblas, y salías de tu cuerpo.
 Tus excesos fueron ejercicio de salud,
 vacilantes habilidades creativas, una esposa
 de los años que acabara contigo, el señorío
  de esos bosques de la oscuridad
iniciabas bocetos de esa lucha
  asaltando la duda permanente, páginas
que pararan el tiempo en frecuencias
de la espera, oraciones sin que palabra alguna
fracturara el vacío, tu santidad de origen
como vocación que anhelaba escribirse.
​ Los hechos como certidumbre
se te escapaban en manuscritos
sin rescate,​ bocetos imposibles del mar
inabarcable. La distancia es un cello
nocturno de origen desconocido,
una ironía sobre tus personajes
sin estatura, un romance tardío
que la conciencia te menciona

no termina, sencillamente cambia
tu percepción sin percibirlo, se transforma,
y escribes en el bosque oscurecido
como agradecimiento de la gracia,
 la indulgencia incansable del cosmos
con tus debilidades, una realidad paciente
de luna llena entre las ramas,
 una prueba del brillo consciente
como norma inaprehensible que admite
  la infinitud de pensamientos, la exención
 de toda gravedad, de toda Historia

sí, te menciona señor del albedrío,
 historiador del autoconocimiento, una casa
o parte de ti novelándose allí, el aliento
primordial iniciándote en los episodios
 de la creación, los pensamientos infinitos
burlándose de tu estatura en la escala
cósmica, el corazón de las tinieblas
riéndose de tus vacilaciones sobre la forma,
 de tus Historias como manifestación
de lo real, de tus divisiones númericas
y oratorias, de tus capítulos como flujo
del tiempo concibiendo lectores,
de tus principios sin fin


El lobo estepario y su juego de abalorios con el joven Demian bajo las ruedas. Hermann Hesse


 cuando dejaste los libros, llegó
 el magisterio de una compleja anterioridad,
 el ejercicio de las representaciones como albedrío,
 de las estructuras predeterminadas. Tu juego 
de reales irrealidades sin objetivos, 
sin recompensa, sin reconocimiento,
la artística complejidad del silencio

tus hábitos se nombran literarios,
   mayúsculas ficciones de la ciencia 
como una literatura del ambiente,
 una naturaleza del ahora intelectualizada
 celebrabas la combinación de estilos,
las biografías de tanta fantasía,
una estepa sin límites, sin final,
portadora del origen sin género,
 las biografías de tanta filosofía
 como alma de las identidades,
los idiomas animaloides sin fecha

ocultaste el juego en los ambientes,
la deducción brutal y bélica de tu cultura 
que experimenta sociedades, futuros formales,
 órdenes intelectualoides, humanidades
 como especie reservada a la exclusividad.
 Aquel ejercicio de albedrío
 deviene teoría, análisis, interpretación,
 debate agónico ausente de creatividad,
una existencia imaginaria

ya no trasmites la idea, el Ello
que juega con la inexactitud.
Las impresiones imaginan posibilidades,
conceptos suspendidos en el tiempo
revelando sus secretos para el desengaño,
lecturas como retazos del Sí-mismo.
Pedías subyacer bosquejo del aquí
y del allá en las conversaciones,
  hueco personaje que el otro llene
con sus fantasías, ser océano

la estepa inmensa es un mundo dorado
llenándose de datos, un libro 
de los espíritus en crisis sufriendo
 los retratos de la división, humanidad huraña
y agresiva en su prolongado desarraigo.
El pesar demanda tiempo, historia,​
 principios y teorías que casen contigo,
  escritos y ciudades separándote en el viaje 
 creciente del aislamiento, de la desesperación; 
 los pensamientos cercanos de la continuidad
 poemas definitivos sin estructura

solías suceder obra, partículas incapaces 
de intelecto, un altar de los juegos
  fascinantes como vaciado de la razón

y empezabas el jamás como juego
 del ser, enfatizabas la Historia
como evolución inteligente reconociéndote
 camino. Ascendían tus edades 
en su magisterio como vejez charlatana,
 la muerte del sentido. Te revisas 
 juvenil como un epílogo subyacente,
  personas y finales desconcertantes, razones 
de una inmensidad irrelevantes

 llegó el magisterio de las cosas 
 que nos tipifican, la aburrida competencia
de las biografías fantasiosas, una humanidad
intrascendente de la indignidad

el libro de los espíritus atraviesa 
nuestras obras con los mundos del Sí-mismo,
 compone mujeres y hombres, locos
 esteparios de una compleja anterioridad
 analizando psicologías, puntos de vista

el intelecto austero mora como especie 
en los rituales del juego, la inexactitud
  se adivina en los extremos profundos,
 desconoce los alfabetos conceptuales,
 musica, teoriza, postula símbolos
 como mapas de la luz oculta
 en la vasta estepa del conocimiento,
su medida avanza entre las infinitas realidades,
 ensoñaciones que aparecen y desaparecen
 sobre el tablado de un mágico proscenio

las idea se disciplina académica
 codificándote alrededores, un juego 
incomprensible de concreciones compitiendo
entre sí mismas, cautivadoras imágenes
que parecen estirar tu vida
  construyendo colosales conceptos,
una profundidad de campo, la inexactitud

 presencias misterios que contradicen
  contrarios, que humanizan el pensamiento,
que desisten en el fastuoso baile
de las máscaras. Llevas metáforas
de lo mágico donde las preocupaciones
se desintegran como plagas de la mente,
donde lo etéreo fantasea la existencia.
  Ese teatro forma espejos y puertas
de lo otro, una vida ilimitada

tu aparente fracaso es motor, parte
del juego temporal, un concepto
  que vas asociando a pauta común,
  la música de un edificio derruido,
una distorsión del pensamiento
que permite el más allá, la intuición
de lo oculto a tu percepción, a tu información,
a tu razón, de ella independiente.
Y encuentras formas nuevas

el deseo entra profundo en el yo
como un ente asocial que extraerá
tu renuncia, todo detalle intelectual,
una savia acientífica consciente
de su propia transmisión, la existencia
en su máxima certidumbre alejándote
 en apariencias de mundo, el riesgo
de una inmensa torre de marfil

 alababas novelas que fascinaban espíritus,
 sus revelaciones como ironías de vida
  leyéndote entre las risas sutiles,
 el ritmo como argumento vital,
la aburrida historia de las realidades
filosóficas disfrazándose de conocimiento
entre las risas sutiles

 morías en relatos cortos y poemas
como síntesis de tus volúmenes,
  decías aspectos reiterativos en árida
  conversión de lo comúnmente aceptado,
 una morosidad biográfica de la escasez

 la vida asciende fría, analítica,
un orden que pervive fuera de ti,
un bosque sin tutela como exilio
donde aprendes: te meditan los árboles,
los ojos cerrados de los gatos,
juegan contigo a las incertidumbres,
 te leen, te estudian como sabios
en su cósmico monasterio, te invitan
a la desnudez frente al padre
   político, religioso, filosófico, a la música
uterina de la madre sin sonidos,
  aprendes todo sin saber nada,
el juego ascendente en la jerarquía
de las frecuencias que te alcanzan 

te rebelas tiempo brillante, orden
que se aísla de lo real
incapaz de cambio, espíritu
de la metáfora inaudita. 
Los años como libro miden ideas,
  exploran patrones de historia
 afianzando el aparente conflicto,
 los mundos que solo en ti se contradicen,
 preludios novelados del acontecer
el juego te narra futuros
 de juventud imaginaria que nace
 tiempo y lugar en poemas de redención,
dorada cadena de cíclicos despertares


Amin Maalouf.
La Roca de Tanios, orígenes de la travesía de Baldassare por los jardines de luz


me titulabas septembrina revolución
 de los años en alianza con las rocas,
un yo malhadado que imperará
en forma de páginas malditas

tu siglo ha escalado reseñándose
como una montaña grave, una infancia 
nueva conociéndose poeta, antepasado 
mestizo sin ortodoxia, atea protesta
 contra los siglos viejos, cansados 
de tanta muerte artificial, madre 
de una familia original de símbolos, 
un imaginario de nómadas estelares
  habitado por la multiplicidad 
de lejanos mundos

 asesinamos patriarcas y autores, leyendas 
e historias remotas por autonomía, 
quedamos huérfanos de toda reconciliación, 
 un anacronismo sideral con la contradicción
como causa, la vida como destino 
abierto en la montaña grave, la vida 
como personaje que nos traicionó

ya no discutes con la autoría
  de esta cordura irreconciliable, ofreces 
 identidades funcionales sin mensaje,
 un hilo conductor del tiempo

desorientado, numeras alianzas, inspiraciones
que han influenciado obras, la poesía mística,
 marcas experiencias como reflejo 
de la primera imagen, deambulas 
entre religiones olvidada tu luminiscencia 
original, esa cuántica numinosidad.
Has ensayado las identidades de lo humano 
en lenguajes binarios de afirmación 
y negación de lo otro, de ti mismo. 
Humanizar como una herencia amenazante 

has operado en el continuum
 con narraciones viajeras, memorias 
mundanas de cada civilización

has presenciado reflexiones de luz 
en cada lengua, desafíos insalubres, malhadados
en loor de la multiplicidad, elegiste conocer

lo religioso se lee tentativa 
de unión incorpórea y vibracional
sin palabra alguna que divida,
 secreta muerte de todo aspecto o función,
de toda lengua como sombra ​

has presenciado protagonismos creativos 
de poemas giratorios como derviches
en torno a tu siglo, manuscritos
del alfa y el omega escalando la historia
como héroes desorientados superponiéndose
al hilo conductor, bocetos de un mismo relato

e incurrías en mundos como libretos 
de amor y odio componiendo orgías
de vida y muerte girando como derviches,
  creación de más allá sociológico,
un universo al que esposarte. Tu guerra 
 estalló tiempo sin refugio, hijos 
de un vasto proyecto literario

has recibido la montaña como escenario,
aspiración e inspiración a tus costumbres,
un retiro donde escalas los momentos
como eternidades, y ensayas identidades, 
matas patriarcas, obtienes un más allá

has contraído el virus de una culpa
de la que ya fuiste eximido, el apego
al miedo que petrifica lo invisible,
da fe de tus sentidos, de tu dolor,
de tu enfermedad, del amor oculto
en las maravilllas de la luz diurna.
Y ensayas vacunas con tu escritura,
opiáceos que mitiguen tu desmemoria,
 poemas como jardines de luz
sobre epitafios consagrados, figuras 
 históricas que inspiren tu desorientación. 
Has narrado realidades psicótropas
como aspectos del ser que no afirma, 
ni niega. Has cambiado de género,
de especie: escalabas tu siglo
en las reflexiones de la luz 


El zen de Dôgen o shikantaza


 acompañabas a otros en sus decisiones,
 navegabas el tiempo como periplos
monacales saltando de especie 
en especie, de montaña en montaña,
de rostro en rostro reflejando 
las profundidades del asombro.
 Las noches deseaban hablarte
 de regresos y templos de certeza,
una práctica vieja que desconocías.
  Venerables lecturas laberínticas
  irrumpían extranjeras en tu ignorancia,
  significados nuevos enseñándote maestros

en uno de tus regresos desarrollaste
 lo cercano reuniendo los años
  en provincias mentales, regiones fundacionales,
  templos actualizados como principios 

aliterabas tus escritos con esas chispas
maestras que los años fundaban, 
la información impersonal de nombres
ancestrales, de nacimientos inmemoriales, 
muertes sin países, evanescentes pensamientos

te indicaban grafías, la nobleza
de la tierra donde, huérfano, fuiste
tu propia madre, tu propio padre,
 un ser adoptado por los ríos 

imitas los encuentros numinosos,
  nombras templos donde los números
 conversan sin sentido para ti,
letras de alfabetos desconocidos 
en los sutras que elaboran
las estrellas, respuestas silenciosas
 de la vieja práctica de lo verdadero,
vías de ninguna parte disimuladas
bajo la materia. Y replicas 
 encarnando lo invisible, reuniendo 
los años de conocimiento como elixir
escaso que se acumule entendimiento,
una sed que nunca sacia

tu trabajo toma cuerpo en los actos,
 tu vida de novicio en el templo cósmico,
tus regresos reconociéndose maestros 

 entrabas fases decadentes, esotéricas
 ceremonias, exotéricos formalismos como soldados
fantasmales sobre los montes, monasterios
  nocturnos de la duda y la nada.
 Aspirabas a la enseñanza, a los seres
 naturales de la iluminación sin respuestas

acompañabas las decisiones en su abandono,
 acompañabas montes como a monjes
fantasmales que fundaran vías
del no-pensamiento, ilustres renovaciones
 de los templos del silencio, prácticas
  eruditas profundizando en la no-búsqueda,
  nuevos maestros. Las decisiones
 visitaban las fuentes más antiguas

contactabas con el somos, interrogantes 
prehistóricos del hacer, el sutra
estelar ejercitándose en su respiración,
la proximidad de los maestros,
de su ciencia, de sus ecos como vida,
  el corazón de lo múltiple  

 esa intimidad relaciona el uno
con lo otro, los grados de conexión
 con todo, medita identidades evanescentes 

 naciste período de ilustres renovaciones,
de cortes estudiosas del Cuándo,
 referencia libre meditando estados
 de pensamiento que se miran
entre ellos, partículas sin contenido​ 

 vives aristocráticas posiciones
 huérfano de los acordes pertinentes,
 mundos donde no hay nada
que poner a salvo, un legado
magistral de las cumbres literarias 

 detrás de los fenómenos la necesidad
 busca entre las apariencias a sus huérfanos,
 acoge las ilustres renovaciones
que poetizan los descubrimientos,
 impregna el futuro de cursos alternativos
 como montes fantasmales de la iniciación

has obrado extensiones y volúmenes
puros, criterios y métodos de búsqueda,
    vida universal en su correcta práctica
coleccionando aprendizajes, diminutas
verdades sin autoría permisivas
con la emoción contenida. Has practicado
 pregunta y respuesta entre invisibles
atesorando ojos que en un lapso
se cierran, caracteres originales
que te renueven los ojos de la noche
 sobre tus extensiones y volúmenes,
 temas como puntos de ruptura
de lo dual, principios de conocimiento.  
Tus ojos entienden sin saberlo 

has perseguido la aceptación
como forma de autoría, los trazos
 que garantizaran tu existencia
 en este fluir de las posibilidades,
los contenidos sociales que optimicen
tu función, o tu disfunción inaceptable 

 compones canónicos fascículos
de lo múltiple que te recuerden
 el viaje en el flujo de fenómenos,
 reflexiones del tiempo como cultura 

tu vida sin propietario ni autoría
 se pierde en una tribu de maestros desnudos 
sobre los fantasmales montes de la iniciación



★★★★★★★★★★★★★★★★★★



SIN FONÍA DE LO INAPREHENSIBLE


Octabajo-Violines. El miedo


religiosa pobreza del estar se graba
 mención en tus atributos, en tu voz desnuda
escondiéndose en particulas, en certezas menudas
que adoctrinan períodos, creencia que se postula
 sufrida norma indirecta, relación ​

 individuo y conciencia escriben los proverbios
en una huída impía que se persigue 
por el lado benigno de la reverencia,
 sabiduría insensata del desprecio




 presencias el arte del sí mismo como un cuento
 cultivado de inspiraciones, de romances grafológiccos
que interpretan apocalipsis personales, categorías
 del ser como emblemas en grito,
múltiplos de las épocas

en ámbitos espaciales se te orienta
 control, modo, forma, oficio, un comando
 autómata de las horas en escenarios de la causa,
del fuego en los caminos, del cuerpo de los cuerpos

la inherencia humana expone maneras,
 medida, los pilares de todo proceso
socializándose normativos, la muestra 
identitaria como riesgo en la medida,
el ahora enfrentado a la posibilidad
de una muerte inminente

estás exento de crimen como puntos suspensivos
en las obras del impulso, vigente eximencia
 de lo insuperable, principio de otredad
 vinculado a tu legítima divinidad. Eres motivo
 ilícito, excepción del  entendimiento que actúa
 en el cambio, una inmanencia imaginaria​

 ocurres civilización, defecto razonado
como causa, nulidad, cultura construyendo
 variaciones positivas, prueba de las leyes del grupo.
Colaboras información comunicándose
con el cosmos sin autoría, revelas sentimientos
 con la muerte, vinculas mundos eventuales
 con la inquietud de los contrarios, hechos
eutanásicos asistiendo a tus relaciones
en el cambio​

has mecanizado a la persona, animales reptilianos
 regulan tu esencia, respiran por ti
 las emociones evitándote el dolor, revisan por ti
los sueños de un cerebro desactivado,
 la sensación de una respuesta en el silencio.
Medias hormona del afecto
como antagonista de las sensaciones,
 bloqueas posibilidades del nunca comercializando
 biologías, tipos, funciones, inhibiciones
productivas resonando como magnetos sociales
en las llamadas atrofiadas, las pérdidas
 del afecto que provocan psicologías

 sostienes los transmisores masivos,
 la credulidad que estalla Historia,
la autoría del abuso periódico llevándote
 ficción sobre tierras alarmadas, experimento
identitario sobre miedos colectivos, reino
 olvidado por tus sentimientos con la muerte

mides restos, sujetos eximidos de concordancia,
 innovaciones semánticas en octavas ajenas,
 causas eximentes, los pleitos del alma
 determinando tu crimen, los continentes
de lo concreto a través de los eclipses,
 millones de olas formando existencias,
 razones palpables, sentimientos, el olvido
como imposibilidad, su contrario, el habla
avergonzada de los sentidos reafirmándose
 estatus, teoría, psicología, múltiplo de las épocas
dándose existencia​

 las sensaciones se comunican existencia
 anterior, regiones nerviosas afectadas
de milenios, cambio cerebral que aprende
lo inexistente desde el pánico

  provocas época, pesar, vida de actos
 articulados sobre la muerte, consecuencias mundanas,
 libros sin rúbrica en bibliotecas sin estantes,
 autorías dominantes que denuncian políticas,
 formas poblacionales haciéndose escenario
 de inseguridad, de historia y  movimiento aparente,
 cultura del miedo milenarista en medio
de un apocalipsis permanente, arma asidua
de tus gracias ​

cierras los diccionarios de la realidad
en el riesgo imaginario, el vocablo análogo,
 las emociones graduadas como ideologías
 asociadas, recelo, espanto, una alarma libidinosa​

 sobre la persona conduces psiquiatrías
sensoriales arrojando sustancias trasformacionales,
 células concéntricas de una Atlántida cerebral,
un corpus aéreo de procesamiento emocional,
 personas sin sustancia

 testimonias palabras en escritos autoritarios,
 obras del pleito moral requerido por los sentimientos,
 relacionas vocablos en gradaciones del riesgo,
 riscos enraizados análisis aprensivo, aversión
  breve hasta significarse, lengua que golpea
escultórica la oscuridad colectiva, nombres del ruido
 súbito, la causa pequeña, la alarma 

 reconoces vocabularios, culturas presenciales,
 profundidades de tu imagen cerebral,
las penosas torres de la variedad
en tu manía persecutoria, pronuncias lo inmediato
de irracionales restricciones, de etimologías
 lugareñas que importan lo probable

 la memoria es trauma de inmediatez,
​ la activación de tus receptores moleculares
como señal radiofónica que dejara huella
entre las estrellas, marcas experimentales
de un ratoncillo bloqueado, la desaparición
de toda causa-efecto

tu escasez varía sus significados
en una lengua universal, en muestras moduladas
de culturas por articular

 temes la intensa percepción, los supuestos temporales,
 primaria derivación de una amenaza manifiesta,
al animal que te incluye humano
en expresiones del terror, tus relaciones

tras los cambios aparentes que entretienen mentes,
el animal sabe lo inmutable, una inmanencia
metabólica y sangrante que activa al mundo,
una inmunidad salvaje que retiene lo esencial,
que fluye a los músculos planetarios, tu corazón
hormonando las células de tu casa,
tus ojos dilatados por el brillo de las apariencias,
 la admisión de una luz ajena a lo aprendido
que arruga tu piel hasta el horizonte
como un rostro que cicatrizara fantasías

enfocas puntos biológicos como adaptación,
 mecanismos permisivos del sentido,
 puntos neurológicos como forma
de lo vivo, esencias temporales

 puntos afectivos corrigen tu adaptación
como organismos de claridad, formas
 aprendidas, objetos temerarios que te relacionan
 sentimiento con la muerte, guarda evolutivo
que extiende el dolor-placer, la alerta libidinosa
como salud de tus modos, aparición corregida

ese limbo frontal cambia atenciones,
 conciencias cosificadas, desactiva fijaciones
 fisiológicas, ritmos sanguíneos de la realidad,
 las amenazas retroalimentadas por la ponderación,
el riesgo incapaz, la magnifica incomprensión
de lo presente

 eliminas animales, cosas, sucesos, humanos
que sumaban cambios, calmas los mecanismos
 complejos de tu corteza cerebral,
ese limbo del enfrente

existes miedo, realidades dimensionales, amenaza
 neurótica relacionándose en conceptos,
 diferencia conductista en la profundidad
de tu imagen cerebral, aprendes.
Existes conflicto irresoluble

 el ser no guarda ninguna relación,
es sino consciente, expansión de tus niveles,
 conocimiento, ese limbo ilocalizable


Flauta Shakuhachi. La inocencia


 incurrimos inocentes en escritos
del haber frustrado, de la rebelión 
contra el tiempo, esa literalidad que se afana
auténtica en tu mundo, ese victimismo
aceptado en el entramado de las ilusiones,
esa otredad

la pérdida sea alejamiento, un hogar 
sin halagos, vida de beatitud buscándose 
en lo otro, unos brazos amantes perecederos, 
una efímera pasión de la escasez, un arrastrarse

 connotas significado, un nivel de experiencia 
dictando discurso, calificaciones de lo social 
que determinan personas, carencias 
de sentido que causan moralidades,
 niños racionales de lo vulgar
en una literalidad que se afana

 referencias de desconocimiento dan visiones
 absolutas, escalas de contraste en la ignorancia,
  términos denotando connotaciones de dicha,
 mundos carentes de dualidad, mal y bien
 hacen árbol que se relaciona con la materia

tus medidas cosifican la luz 
como niño en espontánea deliberación,
 refugios contra el miedo proyectado
materia, otredad, ignorancia, burla, 
 es uno en la no-forma, ogro y bruja
haciendo árbol en la oscuridad, un enfrente
invertido que vive en ti como un obra 
interminable, esa arenilla molesta que te mira 
en los desiertos, avatares evolucionados 
 abriéndote las cajas de la matrioska

los términos te describen naturaleza,
una mente importada niño en la diversidad 

 das niñez, das edades a la tierra
 confiado en los signos, creas existencias 
en el sueño como fragmentos de vida 
 llamándose entre sí realidad

 figuras flores y manos de lava
 sobre un pedestal de blanco​


Presencias

creas gente fantasmal en cerebros calculadores, 
 posiciones corporales que identificas 
mundana pertenencia 

 posees tus espacios en percepciones unitarias
que el yo manipula a su antojo hasta su quiebra,
 creas imágenes del yo como personas
tras los ecos, posees cuerpos espaciales 

 participas inocente en los hallazgos
de extrañeza, sensaciones que te experimentan
deshaciendo lo unitario

mides dormido los trazos movedizos
con la exactitud del animal
a espaldas de tu voluntad

 los movimientos te hacen frente, lugar y tiempo
como algo ajeno en la extrañeza, demoras
 entre pensamientos, dualidad participativa
que sientes como presencia, fantasmas 
que te habitan sin sentido 

 venda los ojos y manipula tu percepción,
 robotiza tus manos en las funciones 
de la causa y el efecto, acciona tus representaciones,
los cuerpos del uno que ya no percibe,
presencia

di fantasmas cerebrales a las neuronas del cosmos
 con el desorden de la experiencia, di pasados 
del presente sensorial al lado de tus fantasmas,
descubre daños asociados a tu conciencia
fragmentada, movediza de corpóreas posiciones,
el rey de tu espacio creando imágenes,
las sensaciones que tendrás
presencias

 compones percepciones unificadas 
que te representen el mundo, cercanías
tras los ecos de realidad, una solitud
estudiada que te revisa tiempo, una biología
descarnada provocando cerebros

 investigas identidades en tu extrañeza,
 espeluznantes ciencias de cercanía 
como fantasmas de lo extremo

 historias fenómenos de abundancia 
y de carencia en relatos productivos
 con la frecuencia más baja, vívidas visiones
del siempre explicándose
presencias

 exploras personas neurológicas, añades
 creencias de una esquizofrenia socialmente
aceptada, esa extrañeza reconducida
interactuando, robóticas manos del cambio
aparente, tiempo como función que los cerebros
 asocian con la conciencia del sí mismo,
 la corpórea percepción de las infinitas posiciones

 sorpréndete ser, di las presencias
que te replican sin movimiento, el Ello
sensorial racionalizado en posiciones, 
escorzos, ideas, epifanías, números,
presencias

 ciencias usadas como voluntad colectiva
 sanan tus experimentos, acompañan tu sometimiento
 a la alteridad, señalan neuronas en el cosmos
de un cerebro presencial


Escribir


desde el concepto identificas niveles,
 uso exacto, el sentido que ejecuta
 referencias, códigos interpersonales, los diferentes 
 géneros como vehículo disciplinario.
Refieres sombras cognitivas, rumbo experiencial

funcionas imaginación, heurística florescencia
que denominara representaciones de realidad,
un idioma de trazos humanos conversando
con estrellas, gráficos precisos hablando
invisibles con el cosmos, signos táctiles
de lo secuencial, la lineal evidencia del existir
 en los campos del sema, en los sonidos,
en alfabetos de pureza, grafémica gracia

te distingue el destino con registros
 sin límite, duraciones de la corriente
alterna, anotas ocurrencias, imprevisibles
 sonidos manipulativos, un ser planificador
que facilita enunciados, necesidades y circunstancias
 literarias, piensa el guión de los peldaños
que asciende, desarrolla los géneros 
como idea, existe en los campos del sema
como inicio, una actividad de potencias
 creativas, el aprendizaje. Experimentas el poder 
 cotidiano en tus amigos, otredad lingüística, 
 conversión de lo prójimo en lugares y tiempos
 cuando los precisos gráficos cortejan lectores, 
una estética del juego interdimensional

articulas la corriente del entonces 
con la glotonería de un fonema exacto, 
 sonidos consonantarios que representan números,
 signos ambiguos que eliminan la parte,
 lectores que silabarios refinan lo ambiguo,
 marcan núcleos de genuina frecuencia
como sílabas vibratorias de la tierra,
una relación ideográfica con el todo.
La plenitud usa derivadas jeroglíficas

la parte forma matemáticas abstractas,
 escritura iniciática abreviando lo hablado,
anotas avances y retrocesos de lo cierto 
 en formas de aproximación a lo informe

la otredad relaciona ortografías del ser,
 naturalezas imperfectas en variantes sutiles, 
 reconoces silencios, sencillas pausas

 encuentras existencia en los alfabetos
de pureza, la plenitud que idea los trazos
de lo humano como pictografías
del ser, refieres las sombras. Sucedes 
en palabras monolíteras, bilíteras, trilíteras 
en el campo de los semas, eres fonema
del cosmos que imparcial habla

te observan ancianos códigos de universos 
ignotos, discursos de precisa matemática,
te hablan fónicas constataciones de otredad
en tu universo contenido: grafías de mismidad ​

las derivadas jeroglíficas son atribuciones
de observación, transiciones planetarias
 conversando con los trazos de lo humano,
 combinan los alfabetos de pureza, mundos 
  que precedieron a tu aparición

 evolucionas tiempo fundacional usando lugares, 
personas, animales idealizados. Inicias 
saberes como secuencia de sonidos, 
 percibes. Inicias mentes convencionales, 
principias contenido en los objetos, designas. 
Transcribes la vida, pronuncias tierra

 evolucionas memoria y testimonio de los objetos,
 forma en abstractos que resuenan sentido, 
 naturalezas imperfectas, señales, voz 
simbólica del alma escribiéndose ​

compilas años de arte, existencias, hallazgos,
 las cuevas del saber imaginando aproximaciones,
 antigüedades, motivaciones creativas realizándose 
 siglo, un signario de secuencias ordenadas, combinas 
purezas y articulaciones del entonces como
 líneas y geometrías de ilusión, hipótesis 
del tiempo como probabilidad ​

te observan, lineas francas de sino,
desde las cuevas del saber​

 el alfabeto de las transiciones planetarias
habla supuestos verbales articulando existencia,
   humanidades como huella de memoria,
 refuerza la clara y ágrafa reflexión ​

las palabras vuelan quizás sentido estricto,
  derivadas de inmediatez, preciso gráfico, 
  fonema cósmico en relaciones ortográficas,
  adoptan concreciones del ser como signo,
espacios del luego existiendo mente, 
 antigua suplantación

tus símbolos de otredad te identifican concepto,
 te implican inhibición de vida, pensador,​
 territorio controlado, una antigüedad singular

 lo atinente a las letras se asigna a mágicos
 sinogramas de la suplantación, señalan 
un psiquismo evolutivo, memoria biológica,
un cerebro de sustancias efímeras, tiempo.
 Inventas coincidencias, lugares posibles,
 difieres la muerte como praxis.​ Es el paso 
 abstracto codificando los supuestos, la cultura 
que sostiene tus construcciones, un determinismo
consciente, los procesos del ser

 las atribuciones de observación entre tierras alejadas
 difieren tiempo, plasman fundamentos
en pequeñas formas, simbolizan geometrías
  que se añaden al control, la cantidad 

 indicas los contenidos, su origen básico,
  sirves a los grafemas modificándolos,
 formas escuadras verbales que dibujen
 el qué, el cuánto, el cuándo requeridos

 inventas, varías mundos, remontas
la historia como un río infinito
por milenios, surges creador extendiéndose
 cercano al origen, apareces jeroglífico
en los fenómenos naturales, reemplazas fonemas
de evolución con impulso alternativo​

la clara y ágrafa expresión, tu rostro
en las transiciones planetarias, una fase 
más en las pictografías del alma, milenio más


El Mirlo Blanco


tu hembra de tonos variados presenta
 zonas oscuras, orbita los colores 
 brillando en la noche con pálidos
destellos, círculos de claridad restan 
 vaguedad a esa masa oscura 

juvenil, tu especie conserva la preocupación
por la muerte como un reino animal,
filos de cordura aceptada en un orden
de formas, géneros, familias, una distribución
de los miedos residiendo en cada estación

  procuras alimento y refugio a la noche 
en territorios de eseidad, anidas 
 proporciones mentales como recursos 
de la necesidad, las voces masculinas
cantando el paradigma admitido

 aproximas esas proporciones a tu especie
en géneros tangibles, cabezas largas 
que canten sus melodías migratorias,
 filogénicas, cercanas; aproximas islas 
polifónicas en su pacífico estar, 
 probabilidades que divergen luego
en incontables puntos de vista evolutivos

otras especies alejadas nombraron ya
  las similitudes entre cada uno de los universos,
 tamaños, colores, cantos, su alimento

la distribución de los miedos como existencia
 se expande entre las subespecies 
como autorías de pleno derecho
en cada latitud. Y migran parciales. 
Tu macho holotípico extiende 
su oscuridad con círculos como ojos 
 que anidan en los bosques, nidos
 definidos que el barro consume. 
Tu macho canta en el invierno
  estableciendo territorios, un gorjeo 
repetitivo y grave desde cada árbol, 
cada casa como dominio sacramental. 
Cantas principios y sugerencias
 como forma del cuando, amaneceres 
y atardeceres de intensa comunión. 
Cantas belleza en melódicas variaciones 
que improvisan nuevas aves

esa dualidad comporta lugares 
de suficiencia, templadas referencias literarias,
  culturas relacionándose con la melodía
primordial. Esa división de la mente, juvenil, 
mudará su morfología con la meditación

abandonaste los días a su nacimiento,
 un vuelo fuera del tiempo donde alimentarte,
 una unicidad que usarás como corona
 trasgeneracional, padre o madre, hijo o hija
 y el espíritu que los comunica. Aprendes 
a elegir tus alimentos, la medida 
de tus experiencias, la confianza 
en tu aventura por los territorios 
del alma. Juvenil, la especie se independiza
 paso a paso, territorio a territorio,
de sus miedos. Marcha en su iniciativa

la llamada es silencio, señales 
a un depredador de lo invisible, posarse 
en los anillos de Saturno a contemplar
lo inmenso de tu fragilidad, descubrir
 la pequeñez de tu mente como ave 
de presa, el inaudible sonido de la vida
indistinta de la muerte, sofocar 
el aullido de la vegetación precipitándose

no hay exclusividad, los territorios se amenazan
como intrusos de cabeza larga entrechocando
melodías, principios, miradas del arriba
y del abajo, tiempos enfrentados, un revoloteo
 de centímetros y gritos estirándose
como si se opusieran, una violencia
  rápida y productiva compitiendo con la nada,
 con territorios imaginarios, con las frecuencias alternas

tu ave de presa clasifica orígenes,
diversos relatos de creación, familias
 de formas y géneros como genética
 de los años, mide grupos y antigüedades,
  metodologías de otredad

tu hembra eclosiona en la noche
  desnuda, cruza imágenes de supervivencia,
 ideas esenciales como partículas vulnerables,
 posibilidades de existir

 imitas cerebros ajenos detectando
errores, una montaña desconocida, un canto 
 limitado comparándose con sí mismo

esos centímetros pesan como lluvia
de pétalos entre las estaciones

pliegas las alas tendiendo tus manos
a semejar un milímetro menos

tu macho se oscurece en contrastes
mentales, en fuerzas invernales, sus círculos 

 las estaciones brillan como aspectos de tu hembra

 juvenil, tienes las similitudes cósmicas
 como cuerpos estelares, los tonos 
variados pensándose ojos que te miran
desde bosques invisibles, alas 
que se abren hacia nuevos tonos
  amarilleando y oscureciendo en sus frecuencias
alternas, unificándose en un lapsus
de imparcial autoría ausente de colores

eres fauna de figuras fusionándose,
  zorzal de significados recreándose
naturaleza, microbio, ciencia, nombre. 
Perteneces a todas las especies 
 en fundamentos biológicos, una pureza
 ocasional que ve la anomalía 
del exceso, absolutos que te observan
 como las aves desde cada árbol
perdiendo sus colores, el mirlo blanco

tu macho construye principios materiales,
  formas duales que el musgo burla, 
 fango hermoso desovando colores,
  números gruesos cayendo como pétalos
  de esa oscura masa en días de tormenta,
 los pálidos destellos de tu hembra.
Has incubado miradas 
y miradas como días

tu especie se extiende juvenil
en su deriva etimológica, vuela 
 pensamiento en su zorzal enfermizo, 
digiere sus anomalías decolorativas
 como abismos irresolubles, ignota causa 
ajena a lo genético, una deficiencia 
neuronal, un mirlo albino 

aún buscas presas mentales, principios
que te aten a la tierra, corres 
tras las cabezas largas y sus territorios.
Aún te cazan tus presas a la noche
  consumiendo el humus de tus venas.
 Aún escarbas la hojarasca de los pétalos
caídos revolviendo el tiempo invertebrado.
 Arañas excepciones, recuerdos vertebrados 
como lagartijas que cruzaran tu lecho.
 La tierra duda de tu aplomo
enviándote señales

las voces masculinas siguen componiendo
  cabezas largas, cantos de inmovilidad
  que reglen la muerte, la separación.
Juveniles, las voces llevan elecciones,
 territorios, casuística, subespecies,
nuevas montañas que escalar. Tu hembra
 desova el tiempo en nidos asimétricos

tus presas importan épocas, frutas 
estacionales que comporten sociedad,
territorios comunes que delimiten
tu identidad, bosques virginales donde esconder
tus ojos por preservar la vida. 
No soportan tu excepción 

tu carne consume dependencias
absurdas, exóticos suelos invernales,
  semillas de tóxico muérdago
 como frecuencias contaminadas 
a cada centímetro. Juvenil, las alas 
palidecen en su superficie
y te confunden. Tu hembra marca
esos puntos oscuros e invertebra
tu tiempo sobre la hierba húmeda

procuras alimento y refugio 
a la noche, el mirlo blanco


La Filiación


 refieres estados civilizados ordenándose
en suposiciones, defines leyes 
de pluralidad distinguiendo al hijo 
del padre, estados de legitimidad casando
  deberes y tipologías instrumentales.
 Has atribuido derechos y obligaciones
e imputas a la unidad como posición 
última en calidad de hijo. Hablas 
de igualdad en tus procedimientos 

tus áreas llaman a las personas 
del verbo, te afilian al efecto consensuado,
 y citas mares y familias arbóreas
como origen de tu patria, tu poder
  legislado dividiendo el patrimonio del tiempo.
 Te alimentas de vida separada, de relaciones 
indirectas, del hijo sin custodia socorriendo
cuerpos, sistemas: has heredado
  prioridades absurdas junto a tus hermanos,
un determinismo sanguíneo como función 

 existes entre números naturales, un acto
 indicativo de tu vínculo divino, asciendes,
 desciendes por la escalera de Jacob
 sin limitaciones de escala, se desprenden 
 consecuencias de lugar, de poder, de estado

existes sistema, teoría de convivencia,
te afilias a títulos de la causa 
 legitimadora como signo, sanguíneo
 determinismo camuflado entre los tubos 
de ensayo. Tu función carece de conflicto
a tu pesar, existes. Tus doctrinas 
no diferencian otredades, se disputan
el Uno como manuales de iglesia,
  presunciones de separación como destrucción.
Te afilias a criterios de autonomía
como puntos de partida que articulen
tus espacios, a interpretaciones eventuales
cosificándose como catedrales de determinación.
 Y decides el conflicto, procedimientos, 
formas, sistemas sin sustrato vital, 
 particiones que se impugnan civilizadas
 sobre los derechos y deberes que te atribuiste.
 Tienes carácter, hijo de la pluralidad

 los efectos mencionan alteridades,
 una punibilidad inventada, defensas 
de tu absurdo en nacionalidades 
sanguíneas, padres e hijos diferenciados.
Eres. Has conceptuado la consanguinidad
 como relación de sentido, refieres estados
civilizados como vínculos de procreación,
  purezas culturales, estatus filial

la materia depende de cada pensamiento
sincronizado, de cada procedimiento 
transformador, media determinante
 como naturaleza activa del conocimiento.
 Eres. Has operado en la existencia 
como nacimiento, como tiempo 
en relaciones indeterminadas, como madre
 reconociendo tu progenitura. Constituyes 
 voluntades de apariencia separada, 
 leyes de procedencia, existes tendencia 
ilimitada hacia el fin, hecho consecuente
más allá de tu pensamiento. Legislas 
 factores de determinación, sinos 
acreditados constituyéndose posesión.
 Has erigido una magnífica apariencia
de vida como si fuera tuya: cuidas, 
educas, provees, alimentas a ese hijo
 como forma acreditada, un concepto 
práctico de la posesión activa

tus lugares, biológica santidad, extraen 
 efectos de materia, tipologías, identidades
​como juicio de las cosas, un índice 
 visual de toda perspectiva aceptada.
 Padre e hijo excluyeron a la madre 
del templo, un estado civilizado,
un posición tipificada, un sistema

tu origen no biológico no distingue 
 contextos, crea incesante el sí-mismo, 
sin contrarios, sin formas , sin determinar:
sólo tu razón separada ve contradicción.
Has ordenado lo concreto como recurso
de endebles certezas, factores 
de determinación con objetivos; has facilitado
   estados, estadios de evolución, tipos,
   relatividades mentales simples, prácticas 
como manifestación de lo externo

tus acciones suponen existencia,
  ser, destructivos procesos de creación
 innovando ordenamientos, imputando 
a la unidad personas del verbo.
Has acudido a instancias invisibles
 reclamando la materia, al hijo 
sin identidad que te reconozca.
 Tus acciones adoptan objetos, someten
 creencias que no impugnen su realidad.
Desconoces a tu cónyuge invisible,
el espíritu de la Voluntad revocando
 tu ignorancia, reconociendo lo irrevocable, 
salvando tus relaciones de toda falsedad

tu pluralidad civilizada tiene su origen
en el ya, acto incesante de creación
en una densidad inabordable, madre


Isla Pensamiento


 tienes presencia importada del arte, creas 
 símbolos ambiguos en su aislamiento, 
esa muerte isleña en la que tus diablos
 propician tesoros, perfectas utopías 
del buen salvaje aventurándose entre figuras,
 esa odisea del alma en el tiempo​

divagas con tu ecolalia persistente,
 fraseas personas, lugares, tangentes irrelevancias
que centrífugas te incomunican, repites
el estímulo incesante, te disgregas palabra 
 incomprensible, irreversible, fóbico.
Abandonó la magia tu isla

eres símbolo prestado, inciática historia, 
un héroe sin riesgos, un monstruo tentacional
 que se va reconociendo, tu tesoro. 
Perdido en narraciones precedentes 
cruzas el misterio de las analogías 

 la velocidad como hija de la percepción
 trastorna tus cantidades, una taquipsiquia​
poética, fuga y tocata constantes
 en que crees saltar entre los temas.
 En el luego aparente te inhibes,
esa brusca precipitación del silencio

 la forma incluye direccionalidad, aparente
 continuidad, significado, circunstancias 
de exceso, una redundancia artística

tu isla es masa inestable, agua
de superficie, niveles climáticos, 
casos gramaticales pensando mentes:
traemos a existencia en comunión,
 formas de nueva apariencia, definiciones
  productivas que puedan generar 
realidades, reflejos de intelecto abstrayéndose
  de la naturaleza como trabajos 
de una cósmica libido, creativa multiplicidad

tus primeros pasos fueron introversiones
  intuitivas, sensitivas, un respeto inmaculado

las cantidades trastornadas dividen
celularmente el contenido mental, 
 añaden grupos, vivencias, archipiélagos.
Incluyeron la enfermedad como flujo,
 química fórmula organizada en producto

tus psicologías proponen funciones, 
 consciencias, sensaciones modificadas 
por un dualismo ancestral, misterioso.
 El adentro y el afuera dialogan
 sin teorías sobre los atardeceres,
sobre las montañas mágicas, te indican
 sendas con los lenguajes del enigma,
singularidades tras el horizonte 
paralizando tu percepción: sonríes

 racionalizas sucesos, divides hemisferios,
 dices formas como eléctricos polos,
sintetizas mentes como pequeños gorriones
que te recordarán. Semejas los objetos 
que piensas, procesas los fenómenos 
que fabricaste sin recordar tu autoría,
las relaciones que aceptaste como abstracción
 ocultas entre tus sombras 
y prescindiendo de ti mismo

has razonado hasta la sequía,
has deducido hasta la acusación,
 tu lógica pasa sus conclusiones 
a vertederos de energía donde lo concreto
se desvanece. Su contrario te induce
a vacíos abisales donde la sinrazón
cultiva luz,  aprende nuevas formas, 
 desarrolla métodos nuevos, designa 
los maestros que perturbarán tu paz.
Has usado divertidas enseñanzas 
que te definieran identidades, vidas 
con funcionales fisiologías que trazaran
tu fin, lógicas derivadas de la determinación

los indescifrables reflejan precisos
 destellos de luz, transmiten impulsos
que se harán lenguaje. Una escalera
que desciende hasta los fonemas
y sube morfema que aspira al conocimiento.
Involucras estructuras, códigos y símbolos
 acondicionando realidades, límites 
de la vigilia, yerros e interpretaciones.
Las formas se hacen analogía dependiente

aquí en el jardín, de amapolas
punteado, has clasificado partículas
de razonamiento, premisas florales
como inversiones de la percepción,
has deducido generalidades como figuras
nocturnas que serán identificadas.
Creativo, has modificado el vacío
  introduciendo existencia. Lo vivo
y lo muerto convive entre las amapolas
como sistema visionario de compleja
 multiplicidad, relaciones. Has derivado
palabras para ver las cosas. La vida
discurre en vertientes mecánicas,
 creencias esforzadas en su inconsistencia,
 acciones interrogativas como las del murciélago

te contradices de racionales ecos,
 planteas una búsqueda incesante
de soluciones al problema que olvidaste,
 ya eres persona del afuera

tu individuación posee aprendizajes,
  patrones de comienzo y fin, milésimas
de comienzos y finales, dependencias
emocionales que podar, dimensiones
inaccesibles. Las respuestas se esconden
tras el horizonte, singulares, intransferibles.
 Eres sujeto y objeto pensándose mutuamente
sin necesidad de exigencias. Tus procesos
  siguen el vuelo de las abubillas
a cada renacer, una dirección inconclusa
 de líneas irregulares zigzagueando
sobre los oteros: avanzas, te detienes,
 rodeos los árboles, regresas. Tus procesos
  organizan las formas de tu presente,
 respetan la infinita potencialidad
de tus aspectos, elementos, niveles, eras.
Has ordenado art´ístico tus matemáticas,
tus lenguajes en busca de equilibrio,
los libidinosos impulsos del subsuelo
por crecer hacia los confines
de tu universo, descifrar la existencia
 en series condicionadas, tu mismidad
 bloqueada por el anterior paradigma

has definido ideas, mentes, reflexiones
 virtuales proyectadas por los cuerpos,
  hechos sin solución como fenómenos
 objetivos, la marca divisoria derivando
 soluciones del problema recurrente

tus procesos planifican el movimiento,
 obstáculos y leyes que proyectar

dialogas sin teorías sobre el atardecer,
 traéis realidades elaboradas como dulces
sobre el mantel de las estrellas,
  los procesos de su imaginación

tus imágenes sueñan voces interiores,
púlsares y diosas rojas invisibles cuchicheándose
durante la noche, sueñan el día
en planetas lejanos, perezosos relojes,
formas cognitivas como andamiajes
de una obra inconmensurable


Fetiches, de raíces a copa


tus teorías me acercan al fanatismo
  relacional, un comportamiento idea 
que condicione mi aprendizaje. Experiencias
  infantiles como causa imaginaria, placer
y objeto relacionándose con las edades,
 una devoción material, una forma religiosa
 hechizando a los objetos, una posesión
animal que te proteja del miedo, amuletos 
naturales sublimados hasta el artificio

tu autoría es un autoengaño creativo,
 un cuerpo fantasmal de morfologías
 y poses capnogálicas fumándose la vida 
en el autoconocimiento, una provocación
  excitante a la otredad como compañera,
 una frecuencia necesaria de la naturaleza

tu origen termina ahora reino 
de la palabra, un hechizo de eruditos
has usado la historia para describir 
tus baratijas, tu mercancía vital, el humano
capital de tus afectos. Eres sujeto
y objeto representándose en el tiempo
como dolorosas parcialidades

 llamaste a lo imposible,
pues siempre has sido

tus análisis son núcleos de perversas
distorsiones, ensayos sobre lo simbólico, 
 instancias manifestándose normativas, 
sujeto escindido, carencia

el objeto es frecuencia férrea, 
la aparente solidez de tu mundo,
la falsa seguridad de lo cotidiano
vistiéndose de forma, de género, deportiva
caza de objetivos, de matices excitantes 
  proyectándose en imágenes del mundo,
 ese cuerpo fantasmal de las morfologías
en el perpetuo cambio de las apariencias, 
sujeto real tu mente excitada
 en el sí. Solitaria, viste, huele, se frota 
contra los árboles como un oso

tus situaciones son citas analíticas

el artificio ha hecho magia con tu percepción,
 ha erotizado tus logros objetivados,
 has atravesado el objeto con tus partículas
  inofensivas provocando significados

 escribías estudioso los siglos de teorías, 
de evoluciones totémicas, de primitivas 
 representaciones progresando a la abstracción,
 de pensamientos fastuosos suspensos
en líneas temporales, de erudiciones hechizadas
por tu emoción comparándose entre sí,
un animismo ancestral de tus conceptos 
 desplazándose geográfico y evolutivo,
una mirada renovada​

la libidinosa estimulación del juego
anida entre los arbustos que antaño
te rodeaban, el pecho materno, el desafío
paterno, en tus ensayos referenciales 
 diversificándose en sus manifestaciones,
en las fronteras del pensamiento 
que estableces, sujeto, objeto, la última 
frontera, una profunda neurocosmología

 clasificas enfermedades en la inversión 
perceptiva, una defensa animal ante el miedo
fabricando tótems, crucifijos, medicamentos,
amuletos que te salven de la muerte, 
una conducta recurrente del espaciotiempo, 
de lo que no es, esa frecuencia necesaria 
y animista que ya fue perdonada 
por el afecto floreciente, tu vida social
como sujeto, como objeto. Eres 
la mismísima paciencia del universo​


Politeia

Polis 1

te agrupas en torno a dimensiones 
que integran los opuestos, formas
  líneas de horizontes libertarios,​ vértices
 ideológicos en sistemas cruzados, centros​
espectrales procesando información. 
Eres arte, doctrina, referente científico,
 rama social de la virtud soñada, 
un compuesto de problemas y soluciones
en convivencia colectiva, un quehacer ordenado

crees poseer legitimidades recurrentes, 
ser dueño de lo anterior, el resultado 
de tus sistemas de relación, un punto
en el tiempo estableciendo derechos 
y obligaciones, una herencia libre 
 de capitales espirituales, una identidad
  friccionando con sus ideologías, 
una herramienta usada por todos
  cuyo injusto rédito es mera pretensión

comulgas paradigmas de control, abolidos
 medios del decir socializándose 
como existencia; colectivizas el pensamiento
entre siglos de histórica excedencia,
 materiales iniciáticos que pongan fin 
a lo primitivo; separas, acuerdas
  formas relacionales que te vinculen,
  implicaciones temporales que reemplacen 
 secuencias antiguas; entras constantes 
de tu conflicto interno como realidad,
 cíclicos estancamientos donde el camino 
se bifurca entre la derrota y la victoria,
una simplificación creativa pero dual
de tu aparente hegemonía; estructuras 
la revolución cosmológica en utopías
  bidimensionales, los centros espectrales
 que colorean tu estatismo, tus ´vertices
ideológicos como ejes de lo físico
y lo moral, esas líneas de horizonte

eres ciencia que estudia tu poder,
 que sacude tus posesiones, tu capacidad 
 ejecutiva, tu necesidad de bien,
eres un amplio concepto de conceptos 

tu kemalismo cultural te especia
la vida que renace en la escala temporal, 
 adopta nuevas dimensiones reformando
tu percepción, y guardas los viejos tintes 
 entre las épocas como citas literarias,
te mueves libre entre las décadas ​

has definido la amplitud
de tus conceptos acuñando tus lecturas;
eres arte, doctrina, búsqueda.
Has articulado principios como mercados
 de la técnica, diseñado estrategias difusoras
de presente, de mundos ilógicos de autosatisfacción 
en esferas de elección sin alternativa.
Y criticas higiénico tus argumentos
 como una enfermedad que procese 
tus históricas excedencias, que regule 
tu vida entre los planetas creciendo 
amoral y romántica, biocéntrica

tus perspectivas se definen ética 
funcional cumpliendo sus papeles,
 expresiones de primacía en el mercadeo
de los principios, y sin embargo, transhumante,
 sigues viendo a la humanidad romántico, 
un eje de horizontes irisado

tu amplia conceptualización se observa
 clarificada al sustraérsete: convives 
con tu más abestiada humanidad 

eres ello definiéndose en los horizontes,
 aquella amplitud de holguras conceptuales,
 una aclaración como constante
 que activa los ámbitos de tu vida. 
Estricto, propones resultados,
la expresión de tus leyes 
 conviviendo con lo indeterminado ​

sí, has articulado principios de progreso
evolutivo sujetándose a la historia,
  humanidades​ como sistemas predominantes,
  materia aumentando materia​

tus racionales previsiones acumulan
los capitales espirituales como origen,
 el cambio como argumento simplifica
 la natural legitimidad de tus conceptos,
tus posturas radicalizándose como alas 
que inmoderadas se desplegaran sobre
tu ancestral antagonismo interior, 
cualquier cuerpo de principios 
mercantilizados, la descomunal empresa
de autoexterminarte en tus centros
espectrales por el exceso de control,
la histórica excedencia abogando 
por estrellas. Has manejado 
tus medios como parte creativa,
todo cuerpo de principios del grupo
al individuo y viceversa, un camino 
de combinaciones armónicas e inarmónicas
  privándote del aire, una empresa
descomunal compitiendo con el vacío
 en el devastador autoengaño del mercadeo
de los principios. Interno, la forma se diluye


Polis 2

para que tu sobreprotección sea has ideado
  nuevos ejes que restrinjan tu conflicto,
 el fatalismo de la dialéctica amigo-enemigo,
la guerra como expresión. Luchas
 para vencer a tus funciones más estrictas

 interpretas en privado la libertad,
  moral anulas la querencia interesada
hacia la dominación que obvía lo contrario,
 extremas tus estados transferido
a formas mercantiles, un control
que suprima toda conversión individual.
 Radicalizas los opuestos inmateriales
hasta su ilegitimidad: piensas
la materia como suelo rechazado.
E ideas individuos argumentales que racionalicen
  la libertad celoso de tu forma, personificas
leyes con una física menuda, posesiva,
  amparas mayorías transferidas
a su forma mercantil, y se articulan 

el capital espiritual surgido de la Historia
 se hunde en los milenios de la síntesis,
de racionalización justificatoria, de sistemas
 y principios refinados, desérticas dunas.
 Existes en vertientes morales
sobre los cuerpos, conservas creencias
 del uno y su principio de no agresión.​
Conoces el todo, idea y movimiento
como ilusiones de libertad restringido
tu conflicto a ejercicio indivisible.
 Comulgaste paradigmas de control
que te han democratizado hasta el bosón,
una solución parlamentaria

alineado con tus procesos facilitas
las formas con tus funciones congruentes,
 admites nuevos sistemas a discreción,
anárquico, cleptócrata, estocástico, noócrata,
plutócrata o teócrata, tecnócrata irredento
contemplando el sentido de su obra,
  una disposición utilitaria de tus logros
  como forma colectiva, tu fuerza
 amenazándote a ti mismo

el suelo rechazado sobre líneas de horizonte
 dice plurales de existencia, coexiste
en claridades del juicio inseparables,
  múltiples representaciones del Yo.
Has abarcado momentos y medios
violentando el entendimiento, te has procurado
  poder reteniendo visiones de un fin,
 vinculando bien e interés en generalidades ​

el suelo aceptado te da homogéneas
 distancias entre los ejes, vértices
 de respeto a quien los gobierne,
ejemplos de existencia sin separación,
 claridades sin función ni juicio
 ejecutándose entre las sombras
renaces dinámico en marcos históricos
que tintas de romance, de humanidad
cumplida, de ideas referenciales
civilizando lo antiguo.
Has reformado las generalidades
 como cursos de tu historia, la solución
de la forma marchita, muerta
en la palabra. Renaces adopción
de dinámicas interioridades adaptándose
a un nuevo aspecto de la cosmogonía


Polis 3

 concibes ciencia concreta de lógicas
orgánicas desarrollándose creativa,
  un terreno de avance interesado, momentos
de consensuada fuerza, páginas y pilares
 de realidad que gobiernen tus hechos
 de certezas irreductibles​

primitivos rechazos argumentan naturalezas,
  derivadas formas de visión mitificándose,
 falseando ideas a cuenta de tus recursos,
 limitando lo efímero a la tierra, articulándose
tus ideas mueven prioridades
sobre el centro de la vida, liberan
  el nombre de todo hasta sus extremos.
 La lengua se articula, ejercita
 activos del conflicto interior
a tu piel adscrito, especifica incoherencias
y las normas que te das para integrarlas.
Tus ideas proponen finalismos,
romances colectivos de un camino
a la perfección.​ Algunas carecen de Historia,
lo concreto negando libertad,
  atentando autoritario contra emoción,
 espectros asociados en mímesis infantil

tu fanatismo escala acultural
 tomando posiciones de normalidad,
 conserva etnocéntrico los paradigmas
de control, se actualiza antagónico
 en el teatro de los opuestos

 haces tu función voluntarioso
  complementando otras funciones,
  permitiendo reglas y gobiernos
 que dobleguen tu deseo, orientándote
 con propósitos de finalización como los dogmas,
 procesos de ortodoxia identificada,
verdades del decir sin criterio 

tus procesos excluyen suelos, abarcas
 universos relativizando tu visión,
rechazando aquellas líneas de horizonte​

adoctrinas la corriente de las aguas
  favoreciendo adversidades, cambio,
 radicalizas tus procesos en aspectos
desconocidos, vida sin suelo, una libertad
 coexistiendo con el polvo

 proponías razón, basamentos de perfección
  deshumanizándote más allá de tu mirada,
caminando irrealizable sobre las ideas
como creencia, moviéndote ilustrado
por entre revoluciones hacia la plenitud ​

los contrarios romancean tu suelo
 identificándose con el quien,
  evolucionando visión, postura

te consideras dimensión aparte, disfunción
 buscada, humanidad totalista aceptando
el rechazo de lo otro​, cultura, Historia

 el quien niega tu acción, define
tus ocasiones, defiende tus normas
traicionando certezas, traiciona el respeto
 a tus elecciones camino de los artificios,
destina ideas como modelos de pasarela​

tu orden capitaliza nociones de ser,
humaniza el sí mismo en consecuencias
  soberanas sobre tu cuerpo. Has aceptado
 las ideas, crees reservar un rincón oculto
que nadie puede invadir, has legitimado
 el cuerpo. Debates entre las partículas
  la eutanasia de tu sexo, objetivizas
 el rechazo de los suelos por carencia.
Crees en tu derecho a establecer duales,
 homologas relaciones de extremos
rechazando la frente de los hombres

¿qué recaudaste de tu persona moral?
 Considerabas tu dicha contraria
a toda práctica organizativa,
 sugerías tu propia y total supresión 

tus ideas encasillaban vertientes,
  considerabas alturas de disensión
 que te describieran, aspectos de anterioridad
 librándose de los aspectos nuevos

tu centro espectral cuadra, ubica
 las ideas en racimos sobre el horizonte,
  alarga esa líneas en tu lugar
de percepción, idea oposiciones, creencia

 existes en amplias variantes conceptuales,
 escalas objetos mentales sin valor
 por satisfacer tus fines. Humano,
tu suelo argumenta sus contrarios, dice
plurales sostenibles de existencia, da
  valor a tu piel proclamando la vida​

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