jueves, 19 de enero de 2023

Ana. Comité Cisne

me anunciaste el tema de mi propia revisión, mi giro de incalculable duración; definía proyecciones ante mi propio comité de jueces. En paralelo, inconsciente, iniciados seres moldeaban con celestes falanges corredores y pasillos de adobe y paja, posibles salidas a la angosta sala del juicio. Tonadillas de pájaro me sacan del sueño, suerte de invisible brevaje. Siempre un cisne desde la ventana. Bandadas a veces lideran el aire fresco al despertar, una fusión de colores exponiéndose al ojo que en mi frente se abre, glamur irreconocible. Pesan de nuevo sus alas al percutir con la materia, devienen herramienta con un fin establecido, exponentes de mundo práctico, artistas de vida. Leo su marcha a fundar otro comité público que ya se disolvió en su propio juicio 

bebo aquí las décadas de embravecidos mares, dejan en mí sus vientos de notas salpicados 

no hay biografía para tí, aletea el cisne en el estanque; desmembrado, llevan las aves en su pico miembros y deformes cachos de lo que ya no soy a otros escenarios, tramoya para la oculta escotadura de otros suelos, otra emoción, otra posible forma que acá no resultaba obvia. Debuta en tí aleteo nuevo, dulce sencillez de unas horas sin más público que tu espacio detenido como alas de colibrí. Después, con la salida del cisne va creciendo la densidad de los años en grumos del ahora 

con miembros originales recluto pensamientos tras la música, voces irreconocibles de una gramola delirante, instinto puro componiendo formas 

estiro los años en grácil elasticidad, convierto despueses en antes, disecciono momentos, los secuencio en creativa lógica al mundo ilógica, y sello ese objeto con un solo latido. La intermitencia es oleaje, espuma y marea que arrastra virginales conchas. Leo sus líneas como temas que volverán a mutilar mis miembros

me trasladas a fuentes lejanas, viento de místicos embargos, creciente densidad en torno a la más profunda música, la del silencio. Se hace patente absurda búsqueda, el sonido superfluo, tu inevitable afinidad mundana, la roca sobre la que te asientas. Sólo en esa petrificación te me acercas activa a entregarte el control del aire que respiro. Consensuamos una visión determinada, compatible entre la vida y la muerte, creciente lasitud, pacífico consenso. Y me abandonas 

anuncia el cisne nuevo ciclo 

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