viviste junto a cada momento esposado con la cólera de un estallido primaveral, y regresas en epidémica memoria por los establecimientos que bendeciste. Está allí ahora el mientras exponiendo su ternura en tu auxilio, hábito que vas adquiriendo con el arte de tu infinita galería. Trabajas un palacio de emociones contenidas
padre te reconoces en cada hijo, cada paisaje bendecido, probable madre liberada del dolor o placer
has pintado con tu agua bendita casuales rincones, escenas de un mar sin orillas, costas besadas por los ríos
me comienzas labiada por tus vitales talentos, tu estudiado atardecer de cósmica realeza plagado; primorosa me debutas de tierna exposición ganándome la más profunda veta, el más preciado mineral
mi muerte escribes como memoria intransferible, falaz retrospectiva
fuiste una continuad en constante transformación, veleidoso estudio de tu entorno, primario, secundario, global, trascendente. Con tus aguas me copiaste hasta la saciedad realizándote en cada mínima variación, tierna mirada de un valor incalculable. Cada segundo de eternidad me conseguiste que distribuir a cada rincón casual, primavera esposada, invernal dormición. Ese paisaje se revela infinita galería
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