se ubican tus cuestas en espesas lecturas de tu entorno, es rasar tarea ardua del espíritu, desubicar lo que das por hecho. Son los años ingenieros de caminos, y sus ignorados obreros, un atrás impulsor que amable se ríe de tus lentos progresos: esperanza de qué? Es el tiempo un atolondrado electricista poniendo diferenciales a tus circuitos neuronales, un tuerto fragmentador de tu vida. El caso es que te da tus temas, están a plena vista, torpe lector al que toda constelación observa: sonríe amable, grita iracundo. Tu sonora banda de aves te llama con infinitud de nombres, tantos dioses y diosas como quieras, tu romance medieval, clásico, primigenio, tu origen, tu sincrónica creencia
tu nostalgia es nódulo de referencia, un giro anular de un anillo que no se cierra, una espiral de creativa memoria, una emoción susceptible de canalización: tu elección. Giras como sufí en trance en un momento de absoluto ruido, pareces caer por un agujero interminable más allá de tu nacimiento
te conocí como gracia otorgada en la geografía del nunca, estrenábamos dialéctica con lecciones aprendidas: tocaba aplicación, un concierto entero
escuchamos nuestros silencios donde aire y latidos se confunden, un siempre primordial, bacteriano donde los cuerpos se inmunizan, un vínculo de intransferible estética, un transcurso que ya fue. De la vida me conduzco por su canción más amistosa, me confiesa errores y sus perniciosos bucled, repasa mis caminos con mirada nueva, me piensa sin identificarse conmigo
a cada cambio depura honestidad, procesos de un habla escueta, ocasiones de ser en imposible ubicación, identidades desechadas, sintéticas concreciones como hitos de transformación, enfermiza minuciosidad, un realismo que rehúye superficies, desbancada pretenciosidad. Me etiquetas sin más música que la vida misma, una compleja realidad que da fe de sí misma a cada entidad, humilla tu orgullo con aplastante poder, nutre tu impotencia ante la enormidad de los sucesos, del más aparatoso al mas desapercibido, macro, micro, fractal en inconcebible comunicación. Nos recuerda la pobreza de nuestros antojos, el sino necesario, tu limitada sabiduría, tu disculpa
tu asesino te conoce aún si te disfrazas de payaso, o de santo pontífice de cualquier área humana, una profundidad que roza los límites del tiempo. Ves su reflejo en lo más mísero de la historia consensuada, te esfuerzas por dejarlo en ese escaparate como algo ajeno a tí. Lo ves en un vecino, en un hermano, un hijo: higiénica función, social crucifixión, colectiva psicopatía que mata sin necesidad de armas. Y huyes en infinidad de formas, la dosis justa
mantiene el siempre la honestidad de su expresión depurando juicio, desetiquetando vida, apelando a plausibles fantasías como realidades encontradas, voceándose en alguna verdad musical, una misma situación con mirada nueva, una silenciosa escucha de lo inaudible
corre la savia por el cortante filo de mis hojas desmoronando memorias, van los fantasmas por la sombra como luz ajena al Sol, atajo de signos cruciformes limpiándose de inmundicias por expandir sus comunicados: aspados giran como ancestrales esvásticas del cambio, entrelazadas partículas revolucionadas, vislumbrado yinyang, ese estepicursor que rueda en los desiertos. Hay un niño con un molinillo de viento girando en su mano mientras contempla absorto el rolar de una noria gigantesca. Me transfigura el todo, aquí abajo evoluciono. Toda referencia manifiesta te pide significado. Le darás texto en cualquier textura, una perspectiva alterna. Y bajarás del monte
una breve entrevista con tu némesis temporal serán años de crecimiento, tu alma encima revisando tus actos, tus palabras, lo que crees tus pensamientos. Buscarás motivos que te justifiquen, cambiantes, prácticos, vitales, un proceso de formas que depuren tu esencia, un costoso cambio de hábitos, una profunda reflexión de la luz, una duda saltarina. Pero cantas, se mantiene la materia unida ante tus ojos, caótica , armónica, fluctuante. Y trasciende a tu pequeño yo. Y haces números, y cálculos provisionales por dar contenido a tu tiempo. Y preguntas tan antiguas como Él mismo: ni siquiera son tuyas, sólo varías su aspecto. Pero estiras los límites de tu percepción
evoluciona la forma en que trabajas la materia, pones de manifiesto lados ocultos de tu prisma, desechas referencias específicas: hay cisnes dedicandote sus cantos, y los discípulos se transfiguran, pequeñas palabras, inadvertidos gestos, paseantes montaraces. Te acompañan perspectivas que en la inmensidad se pierden, un rebaño de nubes bala con ruidosa lluvia. Se aleja como señal de cambio
los hechos peso emocional, gravitacional por ende; te convocan en el tiempo con electrónica precisión, y en tu lamento te revelan encantadas vías de conocimiento: meditas. Canto de cisne te compone las alusiones necesarias en el lenguaje adecuado, se alinean los elementos en un ahora absoluto
tu evolución es una espiral en ascenso, una sierpe con escamas de números y letras velando la luz, confuso deslizamiento que va jugando con el arriba y el abajo, la introspección y su extrospección, lo orgánico y lo inorgánico sin distinción epistemológica, perturbadora retrospección, visión ufana, una constante sensación de apocalipsis revelador. Te adoraba, y esa información no se pierde
tanteas con tus instrumentos las escalas más extravagantes, coloridos acordes aletean sin más reconocimiento que el tuyo, una apreciada singularidad sanadora, un panorama atemporal, una terapia del ahora despierto, toda masa descomponiéndose en sus infinitas particulas, la electricidad de tu aura depurada. No hay mística, ni ascetismo, ni credo alguno: pura física por descodificar, tan alejada de tu cruda realidad. Esa sensibilidad te reconcilia con madre muerte
colaboras conmigo desde la confrontación o la alianza, se alternan, fluido, espeso, vas haciendo pilares vivos a medida que interpretas todo arte, demoníaco o angelical según mirada con la mente de un eterno principiante. Ese luminoso movimiento recorre el tiempo entrelazando mundos, iniciándolos, distanciándolos. Miles de islas se muestran en tu vuelo en mar materno, misterioso a veces, críptico incluso, cristalino otras
se perdió el hombre en su marasmo evolutivo, aquel chaval de letra clara que tanto amé
duermo en la quietud de las visiones entregadas, de una naturaleza que vela por mí, de sus vástagos arrullándome a cada camino abierto, cada cuesta una lectura
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