jueves, 25 de abril de 2024

Williwaw. Rosa de rumbos

roen tus oportunidades con vigorosa, desconcertante fricción; en tí fondean recorriendo tus más fueguinos canales, formando islas a tu espalda, activos volcanes 

tu meteorología emocional contiene ráfagas que por tu médula descienden hacia la total exhalación. De tus costas afectivas parten palabras buscando lo desconocido, marineros ya curtidos tras siglos de navegación. Usan los vientos y corrientes adecuadas incluso en contra, estrechos e islas, los fiordos más agrestes, las regiones de los fenómenos extraños. Se helarán esas palabras 

respetas mis áreas estrechas privativas de viento, mis ademanes en las zonas agónicas por canalizar, las islas que quedan a merced del fuego. Y lo agradezco 

tu voluntad produce descensos hacia aquella helada densidad, te inmoviliza aún si escalas la más elevada cima. Allí la nieve acelera tu pulso que sobre la fuerza terrestre levita. Luego el vértigo catabático ladera abajo hasta el valle 

la noche trae tiempo reconvertido sin moderación alguna, prepara una mañana aumentada que sólo el mediodía reequilibra en algún punto, tu voluntad violentada por el fino cúter de lo que no controlas, tu realidad volcada sin un punto de apoyo. Vuelves a colocar las cosas en su sitio con un ligero escoramiento que aún no percibes, vuelves a desplegar tus razones a sotavento con sigilo, a trincar con fuerza tus cosas queridas al zarpar de tu ensenada emocional, las montañas se posan con arriada cadena. Una ráfaga de viento pasa. A la tarde los masteleros se afirman rumbo a la noche. Todo sucede sobre un fondo inmóvil. A sotavento tus razones como pequeños renacuajos hacia tierras altas, un fondeadero nuevo, una mirada a barlovento desde lo alto: dónde rompía el mar? Aquel lugar donde el viento no devolvía el golpe, aquel peñón fijo desde el que sentir infinito 

la suma de impredecibles agudiza el temor, puedes encallar, y no le queda ron en su bodega al marinero 

soy el almirante de mi diario de a bordo, comando la descripción de lo que es, el trajín de los siglos. He fondeado aquí para escribiros 

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