te pierdes en la forma con una pureza infantil, en el tema que te emociona con peligrosa entrega, en aquel predicado que te embauca incluso a costa de tu propia naturaleza. Pero también te fascina la intrusión en ella, en tí, de lo desconocido allanando cualquier segundo del día, místico arte de traer paraíso a tu rutina, el cese de toda búsqueda, el encuentro
el así es creación con el lenguaje que adoptes, juventud renovada que vuelve a exponerse, expresión que se adelanta al movimiento, color otorgado a tu primitivo impulso, la audacia experiencial de ámbitos inmaculados, esa bohemia que te aleja de lo establecido hasta subvertirte en doloroso giro
el día de hoy pinta sus rostros con pensada diacronía, como si quisiera llegar a algún sitio
te es tan fiel la vida como tu propia leyenda dicte, va limando asperezas e incredulidades, rescatando tu niñez ingenua ojo avizor, devolviéndote el disfrute del viaje, una ilusión de retorno a algo mas grande que tú. Ingresas en un mar con mundos infinitos, te haces agente de iniciáticas imágenes que tiendes como ropa recién lavada. Y todas son aspectos de tí ad infinitum, incluso las que te revuelven las tripas, las más trabajosas
tu muerte es retórico tropo en la leyenda, una redundante reivindicación de vida con su artístico matiz. Quedas en tu libertad embrujado, mudo ante el color, enamorado de la vida en su más primitiva versión sajado tu busto
el ahí es decidida creación que entregarás al fuego, familiar traslación de lo invisible, progresivo cambio que va desechando símbolos a cada impresión desconocida
el ahí empieza obra separando realidad en pictóricos contrastes, zonas menudas que el negro delimita, vidriados recuerdos de una cristalera en permanente construcción. Me vuelca entre exóticas síntesis por canalizar ese ansioso flujo, descubrirle belleza hasta encontrar la más primitiva versión. Esa tormenta es convulso tiempo, total ausencia de fines, chamánica danza en una estepa irrecorrible, viejo espíritu indígena. Regreso a salvo
regresa la ocasión con mente reconocida, una relación salvada a un círculo superior, la verdadera vanguardia hacia tu hogar, tan polimorfo. Desfallece el cansancio, no hay lucha, ves pasar tu cadáver, una carcasa hueca
te es fiel la vida, sigue tu leyenda limando asperezas, el ahí es un niño que viaja más allá de su ingenuidad, retorna con mundos en sus manos, se inicia en otros y en todos se encuentra, le busca la búsqueda por hallarle retrato desechando símbolos a cada nueva impresión, que ya caduca
me siento en la preciada vida tocando nada, desencarnando la historia, un así razonable, un lenguaje adoptado sobre los más primitivos colores, la audaz incursión en los ámbitos de lo no establecido, una subversión de la mismidad con infantil pureza
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