sábado, 9 de noviembre de 2024

Encina SIN FONÍA (de los árboles)

me embarga tu soledad antigua, esa considerada cultura elemental de la mente arbórea que tiendes a sacralizar. Y es que preciso tu idea naciente, tu madera como símbolo de vida, tu profundo canto que me protege. Venero tus partículas hogar de lo divino 

perteneces a un orden familiar inmenso que agrupa especies, los nombres por los que me reconoces, viejos cuentos elípticos de frondosos significados. En vuestra copa bebo la idea y su sombra 

eres especie de sin igual resiliencia, el cambio que tu lucha genera, el clima que absorbes hasta su forma lingüística. Capturas los siglos de evolución 

eres subconjunto ansiando conjunto, trepas a las ramas más altas por delinear tu propia poda, dibujas formas a la copa que habitas con sólo expresarte, extiendes tus brazos sobre la tierra. Crecen en tus ramificaciones caducas hojas y perennes, ocultas flores y vistosas, capturas siglos de evolución

transformas tu suelo conservando mínimas dehesas de exóticos frutos, el alimento de los espíritus montaraces. Mezclas formas en tus bosques escondidos, posibles hábitats para tu fauna mental más salvaje, pequeñas reservas de tu naturaleza ancestral 

poseo ancho tronco de agrietada corteza que el tiempo agrisa, una floración ya invernal que duda del estío, monoica convivencia de sus huestes. Cultivo aún mis semillas al conversar con mis raíces, alabo la resiliencia de sus brotes en cualquier suelo

desconozco país aquí subido al árbol, se diluyen los nombres entre islas paradisíacas, arden en los volcanes, se ocupa mi estima de las hectáreas perdidas de suelo fresco, de los metros de especial altitud donde lo extremo se evapora 

¿cuál el fruto de esta sequedad, de aquella semilla peculiar que mi infancia plantó en las pequeñas cúpulas de mi tronco con el artístico celo que el Sol bendecía? 

es fruto mi suelo, esta preciada recolección que dan barniz a mi piel, este hacer de tenaz carpintero reparando mis desgastadas piezas, este roce sometido de la periódica labranza y su hidráulico empeño 

ese fruto me sirves de curado alimento que el animal deprecia, la distancia el tiempo recorrido hasta llegar a mí, retorcida rama, soledad antigua 

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