se desarrolla tu linea espiritual según continentes, retomas enseñanzas de estelares maestros, aprendizajes del continuum y sus líneas en un orden inconsciente. Tomas explicaciones como indigestas pócimas que mueven tus entrañas, una aspersión de símbolos que psicologizas llevándolos a su digerible enseñanza; luego los devuelves a su posición inicial donde su gramática recupera el significado original, su fuerza espiritual
sostiene la existencia los caminos a transitar, una latencia suprahumana que todo aglutina, su abandono hacia otros senderos de luz, todo artificio como entretenimiento, juguetes con los que adormecerte. Te ofrece ser cada escuela, cada camino una corriente donde lo físico, lo intelectual, lo emocional afluye en un ambiente cotidiano: vives
me muestras la evolución como crecimiento, la interiorizo con pequeñas aperturas que emanen formas sin requerir conciencia de un conocimiento previo, directo y preciso impacto que el yo cree controlar. La ayuda es una guía con experiencia ajena a mí, prolonga mismidad, perspectivas de una misma realidad. Escribo del todo en libros de ilógico razonamiento que refuercen tu lógica, endiablados relatos de una destructiva imparcialidad, implacable cosmos, una total falta de compromiso personalizado, el desarraigo de creencias y opiniones que los siglos sienten, la respetuosa lectura de todo texto como revelación, sin prueba de falsación. Y te encuentro entre los hombres como alegoría de un mismo proceso de búsqueda, tan familiar al cosmos. Con ese material me familiarizo para cada nueva creación: solidificará. Miro y está, no miro y soy. Me contribuyes al surgimiento de mente y mis sentimientos lectores, mis más ficticias representaciones barnizadas de verosimilitud, una veracidad inalcanzable, detallistas, imprecisas, la ilusión que percibirás, un amago de existir. Va y viene la mensajera, siempre joven hija de Taumante: sé paciente, calla. Son sus aforismos un guiño natural, sin sentencias, una súbita inscripción en el tejido espaciotemporal que bordas, tu hogar
instituiste el número como sintética otredad, pensadores del potencial humano en movimiento, en ese estudio viajas por corresponder a toda tipología, sus psiquiátricas categorías en el afán de conocerte, hasta el breve esquema como peldaño
carece de significado lo verdadero, cada significante una fuente de discusión, pero reconoces al maestro, el carisma que fundamentó tu iniciación, tu esotérico desarrollo, sus ideas
hiciste de ciertos símbolos sacralidad, recuerdo imborrable de tu ser, de un saber inmaculado. Te llegan noticias entre el ruido de su arcana raíz, una vibratoria transmisión buscando expresión, una forma en el tejido que bordas de infinitas líneas
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