llega el momento coral de magníficos efectos, se me dobla la voz en diferenciados fragmentos, repiten ciertas palabras su acústico fraseo, su versátil entrada interfiriendo al coro, tratando la imposible sustitución de lo que es; se me dobla la voz con una posterioridad entregada, repite caducas interpretaciones por sentirse viva, ahora
el Cuánto trata de integrar grupos de trabajo con artística definición, funda su muerte supergrupos permanentes que a su vez fenecerán en la escena apropiada, su forma quizá duradero icono. Formo parte de esa masa solícita de diversas aristas, esas alineaciones momentáneas
me analizan tus maneras tal obra retrospectiva, pueden observar los remanentes que el entonces subestimó, considera el ser etapas en perpetua transición con su pertinente grupo. Posees la necesaria atmósfera oscura con que requerir tus ideas, la sigilosa escucha con que apreciar lo que no viste en su momento, descubrir una belleza inclusiva que rescata los aspectos que la luz del día oculta, la ofrenda rechazada por alineación indebida
están tus referentes en una danza discontinua, te trabajan incertidumbre como móviles islotes de una neurosis asumida, te trabajan diversidad a capela, el límite de la muerte le pones como brutal cerrojo. Y sigues trabajando de lo clásico a tu vanguardia como fiel acólito del Universo que manejas, aceptando, rechazando según tu ánimo, integrando, desintegrando con oficio cualquier forma de liderazgo, depurando la información que te sobreviva
te corteja el momento, esa lagartija que en tu presencia danza, se posa en tu mano, y desaparece. Queda un puñado de letras, sonido oculto, la luz que resta. Incorpora el ser algún ave como testigo que en vuelo emerge, cae el Cuándo programándome el día, el mes incluso con todo un repertorio de fantasías, nota a nota
no quiebra la ruptura tu raíz, ensaya en el rechazo nuevas composiciones, deseos por desarrollar, las deudas contratadas que afrontar, lo acordado para tu tiempo. Regresaste a tu lazo terrestre como forma de vida, antiguo seguidor de viejas diosas
vas alternando tus presencias en sesiones controladas que el tiempo ubica, con tu ábaco anímico las concluyes, una asistencia musical que invita al giro, incluso en forma de danza. Componeís inicios en arco de múltiples posibilidades, voces que entran a granel con su más aguda interpretación, maneras, estilos, la estrofa práctica del día a día, la contundente melodía de cada accidente que nos marca, la diversidad más sonora implementando sus ritmos, la atmósfera alucinógena hasta la angustia, o la grave voz pautada en los acuerdos
colaboran las islas despidiéndose de aves y reptiles, sienten tu gusto por el trabajo bien hecho, una posterioridad asociativa. Contribuyen al tema cósmico en absoluto anonimato
tuvo la inspiración a bien escribirme las doradas letras en recientes penínsulas del pensamiento, cada isla describiendo su paisaje más recóndito, señalándome lugares ocultos, hechizándome con lumínicas delicias sin referente alguno. El tema forma parte de un repertorio incognoscible, ladea épocas, voltea nombres
reaparece un minuto de silencio, ser sonando aflautado al fondo de la escucha, conversa contigo afinando cuerdas, te sigue en la precisa indicación del tema, termina abrupto
sin todavía que concluir entran planetas y anillos de materia iniciando su relato, navegas su ritmo junto a tu propia interpretación, te contrapuntea con su gravedad como un rasgueo de hacendosas guitarras sobre el fondo de un terrible melotrón. Subes el volumen de tu tema, te aceleras, cada impresión compitiendo entre sí, queriendo sobresalir en su expresión hasta extenuarte, navega el relato mezclándose con la inmensidad. Pervive cada interpretación en la banda adecuada, que recuperarás con nueva formación
conforman los temas sus lenguajes, atribuyen autorías en lentos procesos de formación, ensayan sus cosmológicos arpegios uniéndoles voz, repuntan delicadas estrofas estelares que acompañarán frenéticos ritmos hasta el colapso, pausas de sobresaliente ejecución. Hay golpes, marcas en el pentagrama, un tono violento aquí y allá, una abrupta conclusión. Planetas y voces cantan lo que parece una última estrofa. Se han perdido las letras en la vasta oscuridad
esta melodía proviene de vida coagulada, la interpreta en vívidas formaciones derivadas del tema, pueden caer como lluvia precursora de futuros nombres, cajas de resonancia con miles de versiones recopilándose entre lenguajes, giratorias letras del infinito repertorio, la vida ahora
sigue siendo el canto último el primero, sigue cada isla escribiendo según su atmósfera, siempre cambiante, siguen las letras sintiéndome entre edén e infierno, comenzando formas con ritmo comedido, alocado en su más superficial interpretación, en arcos imperceptibles que el Luego deja transcurrir, minutos que el presente cornea hasta sentirte ser. Vienes dominante como sonido de fondo contrarrestando mi manierismo, versos aflautados guiando el canto último, un suave coro llevando mis latidos en aparente armonía, es el presente ya posterioridad, fondo in crescendo a medida que canto, una mera conclusión. Giran las letras en el cosmológico caleidoscopio, el repertorio infinito
ladea de nuevo la composición mis referencias, pequeños destellos de conocimiento, eléctricas presencias marcándome sus acordes. Entran las melodías cogidas de la mano revoloteando entre los versos, van agregando sinfónicas brevedades que quizá se desarrollen, voces que subirán el tono
continúa el giro con sus preludios de diversa procedencia, su tema con alegre demencia creativa, piezas de un archivo colosal orquestándose para una sinfónica brevedad, una belleza inaprehensible donde nada sobresale, un fondo sin créditos, el momento coral de magníficos efectos
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