te me fallé ajeno al corazón del cosmos, no llegué a la gran cabeza de incontables neuronas chisporroteando de vida, no llegué a mi propia humanidad: sólo necesitaba respirar, el foco exacto. Diferí del tú con toda mi fuerza, un ser inalcanzable como palpitante corazón entre galaxias, una belleza que me abruma repitiéndose en bonitas palabras que el tiempo vacía. Quisieras cerciorarme en cualquiera de tus filosofías y fórmulas, sentir la inmensidad y poseerla con tu magisterio, pero no puedo ayudarte. Oriéntate
te amo entre las filosofías y los números que te acercan a la no-forma, en la mística de tu ignorante ensimismamiento donde la razón fracasó. Tú ahora es único en contemporaneidad, tan cerca de mí como línea tangencial entre hemisferios. Te detienes, dejas hablar al miedo y sus viejos patrones, entras ahí, con ellos, los purgas de misterio, sales
no niega el ahora tu entretenimiento, no condena la forma, es testaferro de tu mundo. Lo ominoso es una cierta iluminación de amplio espectro susceptible de todo
me has conocido en más de una ocasión entre miles de seres, me has incluso seguido por algún interés oculto, has encontrado caminos hacia el santuario íntimo de tu verdad silente. Esa consistente conexión te allana el camino, incluso te precede. Trabaja tu intelecto en la amplitud de espectro, horada hacia el corazón de un sol oculto
eres naturaleza y sus molestas personas, te conozco tal vienes como un soplo de melancolía que se torna incomprensible júbilo, sólo habla el nunca sin más recurso que la propia existencia. Me te fallé en la falsa incompleción, dijera lo que dijera en la falaz certeza y sus semillas, la humana decepción ante lo humano, la luz de esa enseñanza
es el Esto una continua cuarentena mental ante la idolatría, un nadie en el arduo camino que el vértigo estira hacia infinito, una disposición interna a lo invisible, guías de lo posible a través de la forma. Y, de hechos, me lo dices
genera tu mente el problema que ya aceptaste, subrepticio entendimiento que busca satisfacción siguiendo a nadie, resistente fondo
luchas los años alterando significados, los hago amigos presenciales lamento y euforia, les doy vida con entretenida escucha, van y vienen en una aparente continuidad, toman personas que los vocearán como si fuera la primera vez, santificado sea su nombre tal la primera onda haciendo latir el corazón del cosmos, el tuyo
me van rodeando esas personas, creencias que adquieren forma o no, chispas que se encienden y se apagan según las trampas que se ponen
se reúnen los egos para el autoengaño convenido, la falacia a seguir, un alguien que dice entender tu soledad, incluso guiarte. Creen pensar en lo real, sin concesiones, y esa realidad acude
con los más hermosos pinceles me engaño entre los sucesos, les dibujo opuestos que articulen pensamiento, a esa selección me entrego en ergonómica adaptación, razonada. Y me siento
es posible la ayuda que a tí acude ahora y en todo momento, microscópicos puntos de escucha que para tí se abren por darte sentido, breves recorridos de aparente soledad donde descubrir, una revelación de fondo, un magisterio como actitud
ilumina ese recorrido espacios insospechados, la sonrisa de una constelación lejana, el sentimiento que su belleza te genera, tu potencia creativa. Te aleja del mundo que conoces, te transforma en poema floreciente en su jardín interestelar, hace de la materia grácil liviandad, corazón latiente te redime
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