sábado, 22 de marzo de 2025

Tuve que correr. A, por, desde Antonio Vega

es tu ademán unitario, pedagógica colaboración con la multiplicidad de formas, psicológica cirugía en las áreas que rozan tu piel, propelen el corazón que ves entre las nubes, alteran tu aparato locomotor especificando nada

ese diseño psicomotriz habilita tu adquisición de habilidades contemplativas: partiste hace mucho tiempo ya 

has entrelazado intensidades con cuidadosa atención, la apropiada respiración, los adecuados nutrientes espirituales 

correspondes a ese madurar remodelando tu estructura nerviosa, reconectando cerebro y médula, acolchando nervios y músculos, el aprendizaje de un bebé rodeándose de mundo

ya te equipaste con las enfermedades precisas para tu desarrollo, los cuentos necesarios que captaran tu atención, los desequilibrios familiares justos para obtener las dudas adecuadas 

varías el motor psíquico según ambientes por estirar tu potencial genético con pedagógica precisión  

departes multidisciplinar con los diversos lenguajes, unificas luego el discurso como pincel a un bizcocho, te permites incluso infantiles diagnósticos 

también terminas motricidades inertes que ya te dieron, observas esas habilidades en una línea temporal a la que das continuidad 

te sigo con infantil permisibilidad, tanteo los estímulos adecuados, generan la información pertinente, tomo de tu actitud sin alarma y camino evitando el riesgo adolescente; descubro así la capacidad real de las cosas, perfilo con precisión el daño posible, mi propia rehabilitación

un Cuándo empieza su desarrollo

bebe el cerebro de tu saber con vulnerable sensibilidad, aprehende vida o lo que así parece, adecua neuronas en perpetuo intercambio

soy continuo embrión, feto asistemático que los nervios configuran, parlanchinas células multiplicando información sin desplazarse, conectando oportunidades en elaborados conceptos que, incansables, mueren y nacen como pequeños infantes sacrificados

me aplico una atención consistente, toda estimulación acallada, me despersonalizo con sentida armonía, la mínima motricidad 

tiendo a globalizar mis secuencias mentales en pos de un principio universal, el desarrollo de la mismidad en todo, una velocidad que voy fechando de adquisición en adquisición. De la diversidad dependo como potencial génesis de ambientes, de existencia me rodeo tal desamparado niño 

qué es la atención primaria, aquella motricidad primera, la brutal inflación 

el maestro es un ente familiar, merece tu cuidado cuando se aproxima, trata tus tóxicos con anticipación, rebaja el peso de tus pensamientos, alivia tus nacimientos, te asistió con el aire que respiras parándote el tiempo

¿cuáles son tus infantiles riesgos?

valoras tu experiencia como propia, separada, tus psíquicas adquisiciones como ocultas, proteges al niño del saturniano mundo, tan voraz, su dermatológica sensibilidad

ya embargaste tu salud en la vigilancia del programa biológico, en el riesgo de la posibilidad más anómala, la extenuante motricidad

y evitas la alarma del niño siguiendo los pasos de tus ancestros, el ritmo determinado que tu experiencia detecta 

todos tus niños se van desprogramando punto por punto temporal, su feroz competencia previenes en el punto y seguido, desbloqueas neuronas desde lo antecedente, su deficiente visión, la baja frecuencia auditiva que determina su olvido, la malformación de su entorno. Les sigues de cerca variando tu prisma 

cuáles los merecimientos de tu especial vigilancia

vas principiando aspectos del ser que ahora sí observas

y en ofrenda los elementos de toda experiencia referencial en un ademán unitario 

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