llegaste jazzeando a través de océanos musicales, me tomaste colona con tu ontológica influencia arrebatándome el tiempo, diste a mis letras auge entre desiertos, cielos me diste imposibles de traducir momento. Y me asocias con homólogos en tus salones de baile, música amiga me consideras entre guerras, entre las raíces de este mundo buscando su luz desde la oculta savia, obedeciendo arcano impulso de creación y destrucción en incomprensible orden
actualiza el ahora alternativas conservando la equilibrada proporción entre mundo y ego, una vieja afición con su literario espacio donde reunirme con los iniciados, donde escuchar el tiempo. Aparecen los fenómenos como exclusivos sin conversación alguna, pan recién hecho en las entrañas de los montes, jazzean mi propia contemporaneidad usando cualquier figura, una jam session creativa
esa durabilidad me ocupa a pesar del mundo, demanda mi entretenimiento entre sus partículas, fluyen las décadas como milagro atemporal allanando el camino que piso, no me alcanza el mundo. Evoluciono más allá del mimetismo biológico y su programa, el impulso distintivo de un sonido ancestral que, jazzeando, llega
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