(Tr. Eng-Spa. from a review by Andy Kester S.)
La novela se abre con el retrato de un pastor visto antiromántica y cómicamente. Gabriel Oak no se presenta como un modelo de inocencia y virtud. Su personaje es descrito como una "especie de mezcla de sal y pimienta''. El tratamiento cómico de Oak es el dispositivo de Hardy para poner el mundo pastoral en su ''sitio'', verlo como realmente es y no a través de una neblina falsificadora y romántica. Aunque mirado cómicamente, Gabriel Oak no es un personaje cómico. Es un protector y un salvador que en varias ocasiones se demuestra capaz de un santo altruismo. Él es el ángel de la guarda de Betsabé. Su nombre bíblico está en consonancia con su conducta en la novela. El primer encuentro con Betsabé le muestra en su papel esencial como un mayordomo providencial de sus asuntos caprichosos. Por supuesto que está sacudido por el inusual atractivo de Betsabé, iluminado en una brillante mañana, pero ella no es más que un fantasma de paso o una imagen bonita que él podría haber encontrado.
La trama de la novela es bastante simple en su superficie. Podría resumirse como la historia de una impulsiva muchacha de campo, de fuerte mentalidad, quien, tras una notable carrera como ''femme fatale'' es finalmente amansada para el matrimonio por su primer y, evidentemente, más perseverante amante. Es una trama cómica que escarmienta y somete a los errados personajes pero no los priva de la felicidad, que se han ganado a través del sufrimiento y la desilusión. Su convencional recompensa es el matrimonio con la persona adecuada al final. Esto es exactamente lo que sucede en Mundanal Ruido en lo que se refiere a la trama. Es una trama perfectamente plausible e impecable.
Se ha sido innecesariamente
duro acerca de los argumentos de las novelas de Hardy. Incluso críticos
receptivos y comprensivos como Forster han puesto
reparos a Hardy sobre la rigidez de sus tramas que, a su juicio, dejan a
sus personajes atados de pies y manos. Un crítico temprano definió esos
argumentos como ''la impuesta obstinación del autor''.
Hardy describe
las novelas de Wessex como "novelas de personaje y entorno". La trama
surge básicamente de los personajes y en cierta medida de la acción de
las fuerzas de la naturaleza---los caprichos del viento, la lluvia y la
tormenta que determinan los destinos de los granjeros. La trama de Mundanal Ruido es producto de los personajes y el entorno y no de la
obstinación impuesta por el autor ni de la representación de una visión
determinista y pesimista de la vida. El corazón de la novela---su
preocupación imaginativa central---es la relación Gabriel-Betsabé y, a
través de esta relación, una celebración y reivindicación de la ética de
la comunidad con sus eternos ritmos de trabajo y amor. En el plano de
la trama, Betsabé es el coqueteo de un cerebro disperso y Gabriel un
cateto de campo ridículamente cariñoso.
Mucho se ha hablado, en la
reciente crítica sobre Hardy, de la falta de integridad de sus
personajes principales y de su admirable promiscuidad moral y
emocional. Es cierto que Hardy percibe y demuestra la deriva, el
extravío, el viaje sin anclas del corazón humano. Lo que se olvida, sin embargo, es que los protagonistas de Hardy a menudo, como en las
célebres palabras de Polonio, ''a través de las indirecciones, hallan la
dirección''. Hardy muestra la comunidad rural como la estancia
principal contra el caos de un universo absurdo y los beligerantes
impulsos de la personalidad humana.
Betsabé, la heroína romántica
de la trama, es de hecho un enloquecedor compuesto de sentimientos
contrarios. No está ''hecha para el matrimonio'', ni siquiera ''frívola
con el afecto de los hombres'', y aún así Hardy dice que ''la
experiencia de un censor que viera a una coqueta real, tras observarla,
le habría producido una sensación de sorpresa el que Betsabé pudiera
ser tan diferente de ella y sin embargo tan parecida a lo que se supone
una coqueta es''. Boldwood está más cerca de la
comunidad que el pícaro forastero al que mata. Pero es un personaje
aislado en sus aberraciones y pasiones. Después de recibir la traviesa
tarjeta de San Valentín de Betsabé, él se enamora desesperada,
mórbidamente de ella, a pesar de admitir ella con franqueza que no le
ama y no se perdonará nunca el anónimo San Valentín que envió por pura
broma.
El estilo de esta novela trágicómica está impregnado de una profunda comprensión de valores esenciales. Una característica destacada de su ''estilo'' es el uso que hace de metáforas premonitorias, es decir, las metáforas que nos preparan para algo por venir, algo todavía no evidente pero no menos inevitable. La relación Gabriel-Betsabé se nos transmite a través de tales eventos prefiguradores y simbólicos. Los personajes positivos en la novela se presentan a través de imágenes naturales. Liddy es un pequeño arroyo, Betsabé, una brisa y Gabriel, un río que fluye rápidamente bajo el hielo. Es esta imaginería natural la que nos revela la profundidad y la comprensión de la imaginación de Hardy hacia sus secretas gentes del campo.
El estilo de esta novela trágicómica está impregnado de una profunda comprensión de valores esenciales. Una característica destacada de su ''estilo'' es el uso que hace de metáforas premonitorias, es decir, las metáforas que nos preparan para algo por venir, algo todavía no evidente pero no menos inevitable. La relación Gabriel-Betsabé se nos transmite a través de tales eventos prefiguradores y simbólicos. Los personajes positivos en la novela se presentan a través de imágenes naturales. Liddy es un pequeño arroyo, Betsabé, una brisa y Gabriel, un río que fluye rápidamente bajo el hielo. Es esta imaginería natural la que nos revela la profundidad y la comprensión de la imaginación de Hardy hacia sus secretas gentes del campo.
Mundanal Ruido es una
compleja novela pastoril escrita en un estilo intencionalmente alusivo,
evocador y metafórico. También se distingue por su amplio pensamiento y
reflexión sobre la variedad de eternas preocupaciones humanas como el
amor y la naturaleza misteriosa de la voluntad y el destino humano. Es
una novela que, después de muchas lecturas, todavía sorprende al
lector por su solidez, originalidad y la fuerza de su "aprehensión de la
vida''. Es un clásico que lleva en cada página el sello del genio
esencial de Hardy.

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