sábado, 19 de julio de 2014

de El Libro de Elías



 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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 6.25h., Miércoles 5/3: 
 "Quizás hay dispersos en las distintas dimensiones anudadas innumerables universos paralelos provocados tras otros tantos big-bangs por nuestra propia mano creadora—tal y como Buonarroti lo visionó en su poema pictórico y pontificial—al final de un ciclo de contracción cósmica. Para evitar nuestra extinción generamos una nueva explosión fértil con la tecnología del fin de los tiempos en un ciclo impensable, exponencialmente mayor que el de un solo universo, eterno, del que como en los ciclos reencarnatorios no tenemos conciencia porque se anudan en dimensiones paralelas (ni tres ni cuatro, hay quien aventura veintitantas como filamentos espacio-temporales enroscados en una gran cuerda desconocida) a las que nuestra conciencia no tiene acceso por no hablar de los trillones de universos alineados en burbujas paralelas que la última física dibuja como un cuadro absurdo o libro beckettiano con su lenguaje matemático, tanto que algunos de ellos han cambiado la física por la teología para hallar respuesta a la pregunta de por qué en el inconcebible juego entre la materia y la antimateria de la mecánica cuántica este universo, el nuestro, tiene las leyes que han generado la conciencia de la vida y la muerte y no otras leyes con lo cual, a pesar de que Dios no quepa según las matemáticas en esta infinita multiplicidad cósmica, el absurdo es tan inmenso que volvemos al punto de partida donde física y teología se encuentran.
 Quizás seamos nuestros propios creadores, o no desistamos de anhelarlo así, elementos pesados, carbono, oxígeno, etc., al final del reciclaje de un núcleo estelar que nosotros mismos provocamos millones y millones de años atrás.
 Quizás Dios/Alá/Krishna/etc. sea la no-respuesta, la eterna angustia de no saber, para que, como el bombardeo de cometas estimulando a las especies sobre la Tierra que el cosmos, organismo vivo y mental, nos lanza para luchar y sobrevivir, para generar nuevas especies mejoradas, no cejemos de vivir, de crear.
 Quizás Dios/Zeus-Hera/Júpiter-Juno/Marduk-Astarté/Adonis-Perséfone/etc. sea la aspiración incansable, 'el rayo que no cesa', de vivir, de seguir creando".
            Abiertos los ojos a las 4.30h, la ansiedad se alza como mecanismo de defensa atrofiante ante los problemas por venir de la jornada, como alerta exagerada que anticipa la vida, provoca insomnio, provoca esos pensamientos extraños sobrestimulado el cerebro en sus estrategias de defensa cotidiana. En la cocina, café en mano, el impulso de escribirlos sobre las cuartillas para la lista de la compra semanal en una síntesis entre física y metafísica. Fin. Hay que vestir a los niños y llevarles al cole. Próxima cita supuesta, este fin de semana a la entrada del laberinto... 

 ...9/3/03, domingo 8º32'15", bouquet "Ricochet", Tangerine Dream, cosecha 1975 de cuerpo delicado y fragancias amandarinadas y oníricas. Pensamiento del rocío: el artista pone texto a la informe masa de percepciones que recibe, a su mirada, en un juego de asociaciones innovadoras, creativas. Todos, hijos de Altamira, perciben y crean. Sólo el artista manifiesta su expresión en textos... 
 Vagas imágenes del claustrofóbico mundo de una discoteca cullerense le han quedado a Elías de aquel descenso a los infiernos, escaleras que bajaban al subsuelo de luces sicodélicas y música innombrable entre paredes aterciopeladas de verde, gente que danzaba con sus cabezas agachadas en trance de elevados derviches y Elías que se iba sumergiendo lentamente en las aguas del olvido. Aquella pastilla combinada con alcohol sumía en un estado hipnótico de tal calibre que todo lo que aconteció después de entrar en el submundo se lo tuvo que narrar Odiseo. Un pasaje de cerebro absolutamente borrado: “Te tuvieron que sacar de la discoteca porque sin previo aviso te acercabas a las mujeres a besarlas, a abrazarlas, a tocarlas, con el consiguiente revuelo que eso provocaba entre los tíos”. Odiseo y sus argonautas le libraron de una paliza.
 La curiosidad vive en el hecho de que cuando Elías abrió los ojos a la luz del día, o cuando los abre ahora la memoria, estaba desnudo en una cama, boca abajo. A su lado, un cuerpo. Olía bien. Elías giró la cabeza. Una chica joven de media melena rizada, castaña, estaba tendida junto a él, boca abajo también, desnuda, la sábana desvelaba el Alto o Bajo Nilo, según preferencias, la voluptuosa ondulación en el nacimiento de sus nalgas, la piel limpia y dura sin ápices de grasa ascendiendo desde allí su espalda perfectamente simétrica como estas escalas de pianos eléctricos superpuestos y ascendentes que atraviesan ahora martillo y tímpanos, ligeramente arábiga, hermosa y dulce pero absolutamente desconocida. 
 La intensidad de la luz indica la posibilidad de mediodía. La joven se despierta y mira a Elías, cara a cara, cerca, su aliento neutro como si la halitosis nocturna no la afectara porque no dejó huella en la memoria. Sonríe dulcemente, silenciosa. "¿Dónde estamos?", pregunta Elías. Estaban en Sueca, tierra adentro, ¿casa de sus padres? Elías temía hablar por no ofenderle. 
 No recordaba absolutamente nada, ni su nombre, ni su cuerpo ni la supuesta conflagración de ambos la noche anterior. A diferencia de la ofrenda a la Virgen de la Aurora, Elías había recorrido el trayecto opuesto, tierra adentro para otro tipo de purificación o fertilización que por su bien esperaba no fuera tan providencial como con los pececitos del mar. La desconocida le hablaba con cariño, como satisfecha, y él pensó que, al menos, ella lo debía haber pasado bien en la cama. Elías asentía como si se acordara de todo. Si lo pasó bien o no, Elías lo tendría que suponer por el resto de sus días. Ni siquiera recuerda su rostro. ¿Sería ella una de esas personas que te saludan por la calle, o te hacen una señal en un autobús, o te guiñan un ojo en un bar y no tienes ni puta idea de quién es? Miró el reloj. Había salido de casa de sus padres la tarde anterior y no llegaría ni a comer...
 Yellow Magic Orchestra (YMO) "Kyoretsu na rhythm"...
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Pic: shiva evanescente 

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