viernes, 27 de mayo de 2022

Eversmile, New Jersey. Carlos Sorín

Eversmile, New Jersey. 
Carlos Sorín


tu fanático monstruo interpreta su carencia saboreando emociones con su deforme boca, una suerte de cultura establecida que inhalas desde el materno vientre del mundo. Respiras resultados a ojos de una audiencia ansiolítica, toda puerta cerrada para el gran espectáculo. Interpreta el férreo guión de la exterioridad comparativa sin más sustancia que la emoción cardiogramática, el texto académico de algún peripatético claustro, algún recuerdo petrificado

y viajas en tus higiénicas predicciones con su evangelio en mano aún fuere piedra que inmisericorde te hunde al fondo. Ese limo primordial te conoce. Desaparecerá tu estela, serán tus promesas testigo para otra generación, para otra especie tal vez, ahora, aquí. Acompáñame hacia aquella puerta que se abrió en la trastienda del gran teatro, esta inmediatez incomprensible que me devuelve el aire. Es tu pasión desaforada ira en rosáceo pétalo, tu propia negación. Sigues fiel a tu frustrada aceptación, tu indecorosa casa que sólo el silencio acicala. Es el abandono tu  estela más profusa, el profundo surco de un sentimiento absoluto, arrasador, una puerta al infinito y su trabajo. Es curiosa tu ansiosa incertidumbre, tus datos diciéndote izquierda o derecha, esa polaridad que se desboca, esa epidémica anunciación bíblica propia de una naturaleza interferida, desbordada que aún crees exige sacrificio. Ganó aquel que dejó de competir, esa fisura por donde breve asoma eternidad, la ausencia de tu propia historia, la que el perdón entregó 

certezas menudas entretienen tu viaje de cualquier absoluto, un ping-pong de contrarios semejando sentido, triunfadores, perdedores girando en un torno de arcillosa base, cerámica frágil, una gratitud de corto alcance 

sonríen mis posibilidades en este país de las maravillas terribles, hermosas, este inmenso descampado de cuyos ocultos huesos nacen rascacielos, despegan naves de colmillos enterrados, se entrelazan seres para una nueva colonización, se abren caminos que empujan el miedo a nuevos espacios, y marcarás frontera, aduana incluso... Allí te encuentro, amor, toda relación carente de historia 

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