viernes, 27 de enero de 2023

IL banchetto. PFM


boicotean los reyes tu periplo interior, lo abren a la causa más causal posible de tu fibra emocional. Callan los pájaros 

apremia la historia comienzos, décadas en cajones programáticos, una fortaleza grupal que te salvaguarde del enemigo escogido. Te apremia décadas de evolución entre grupos afines mientras musitas en la plaza                            

 sales sonido inclinado al que seducen las rocas, una progresión de tempos sincopados rellenitos de controversias, fanáticas bandadas intentando orientarse, recriminándose a cada graznido. Comercias y adquieres pasaporte espiritual con tu fisión de sonidos. Muestras un brillo cercano, tu folklore doméstico, pequeñas claridades como arreglos sinfónicos. Bajas al diván apropiado a festejar esa forma reciente, su voz novedosa serpenteando por la mente, una acústica por definir, orientándose en tu espacio. Lanza lugares redescubiertos, opera a las rocas con pictórico bisturí, una aria y su costosa escena floral 

qué difícil la cohesión en la vida como carrera, una independencia imposible en tu variado sesionar con fines y principios, con férreos pilares evolutivos, fracturante vanguardia. Destacas leves aspectos del haber, hechos proyectados desde un sello particular, luces con batuta, líricas sombras con las apremiantes letras, semillas y minas a la par, mazazos y caricias en perpetuo trabajo encaminándote por azarosos senderos, desembocándote inmaduro en el desconocimiento. Te cuenta la música de unidades y fracturas 

esa misma llamada es la historia de un lapsus sin particular sello, un número extraviado en tus prolíficas cuentas, el insospechado crecimiento de tus huesos estelares. Te invita su música a abrir el pecho al profundo púrpura sin protocolos, un harem de estrellas nacientes realizándose en perpetuo giro, danzantes números, ciudades de ignotas inteligencias vestidas de musgo, de escamas, de gríseo y cristalino silicio, de diminuto ser acuático, de chillona floresta: el banquete está a la mesa ("supper's ready"), inmensa filiación se sienta a ella sin distinguir frecuencias. Sonríe mi amigo que cruza el túnel en bicicleta, cuelga su imagen en un recodo del no-tiempo, remozada versión espacial hecha de inflatones en la infinitud de su campo a escalar. Hay un poeta en su túnica carmesí regalándole letras de magnífico cesto de dorado arcazón; hay un bardo cantarín, y un matemático desmelenado. Hay un pequeño mamón chupando de una estrella masiva, y hay cintas como lagos flotantes grabando sus quehaceres: todo vive. Entras la escala etérea 

abandonas esa cocción mental, tocas la tierra agreste, musitas al viento, algo apremia sin saber su origen, está la plaza desierta, un aire pagano me toma el nombre y ensaya con él estéticas combinaciones. Ostentan las paredes sus siglos oscuros, dorados, sus marcas como hitos de escala, líricos milenios abriendo pechos en perpetuo giro. Me atraes por afirmación, por negación 

comienza tu coreográfico giro en reinos desunidos por años de divismo, aéreo emplazamiento de planetario disco. Llamas a la nada desde tu particular sello camuflando a la mantícora (allí está la pobre en perdida isla). Pones nombre al mundo tras nuevo giro, cerrado aún el pecho a la nueva cosmogonía, al concierto que ya suena. Sintonizan las aves el nuevo magnetismo, esta alterada rotación, y te presentaste a mí abriendo de nuevo tu pecho: orilla de mares que se encuentran, vívidos archipiélagos rezumando de luz y espuma, armónico giro de los pedregosos anillos planetarios, potenciada vida en la plenitud de una imaginación colectiva desbocada, conocimiento vivo en infinitesimal cocción, todo el eléctrico vaivén de tu inmortalidad en giro 

se acercan reyes y reinas a boicotear tu interior periplo. Y sonríes: servido está el banquete a la mesa, "supper's ready"

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