naciste masacrado por los años, movido por familias lingüísticas dispares tejiendo ciudades como lección de vida. Has entrado escuelas de pensamiento con el estudiado arte del descubrimiento, la imperiosa voluntad de aprendizaje en tu viaje de regreso. Y tomaste el tiempo como estancia
coges años como granos de uva, gastas viaje como extensión palpable atravesando el gelatinoso tejido, prolífico caminante relatando su viaje. Mueves lingüísticas familias en exitosa aspersión: te permite construir torres más altas. Te has hecho escena cotidiana, sección de tiempo especializada
naces emigrante activo con tu diseñado talento, y brindas tu apoyo al dibujo cósmico, a cada elevado maestro ingresado entre las constelaciones, la real academia estelar, estudiado arte, los dorados dones fotovoltaicos que contigo viajan de regreso. Retratan los números encendidas serpientes trazando vías a la noche, los gestos de un tejido inacabable. Hay en el salón de casa secciones de tiempo como granos de uva, es su mosto cotidiana degustación, el honor de vida plena. Canta tu obra al amanecer en forma de gallo renovador, genera verdad, te restituye universo, infinita multiplicidad de detalles arrasada, el expresivo plasma de los vigilantes maestros, el terreno que pisas. Y compones el trato diario, tu cotidiana escena
moriste primavera, año embodegado, moneda vuelta
originario me coges residente de un óleo primigenio
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