eres en sí auditivo encanto, un festival de los minutos concertando tus deseos, una bandada que vuelve
vas a ser? ya eres aún si no recuerdas, aún si no oyes, sólo te reeditas
haces planes que van girando rallado disco, sonido en perpetua crisis con toda la cacharrería bamboleándose; y gira, y gira
vas en tu carrera dibujándote perfiles sueltos, nuevas combinaciones de color, una personal ambición que da forma a tu música
y cuando giras sientes colapsar, desértico tiempo en que tu oculta perla crece, pules tu alma de inmundicias en frías mañanas de invierno, estás volviendo a casa, te escuchas. Tornas la tristeza en generoso alimento, inaudible onda, bandadas de aves que de nuevo migran en magnético impulso con la elegancia de un perfecto algoritmo. Me abrazas entonces, pues eres. No hablamos, todo es, la posibilidad infinita se multiplica: no hay mejor ni peor, acogedora frecuencia sin tempo
te gustaba preguntar por esas aves extrañas pincelando el espacio en sus giros, por los casos del verbo que tu lengua modula en extrema síntesis, por la polifonía vegetal que en efectiva unicidad nos rodeaba. Y todo se ralentiza
entrevístame de nuevo, recupérame el crédito perdido, de nuevo zarpa sin destino
fue mi nombre creación sin mezclas, un colapso de oscuridad, una búsqueda del frío estabilizador
eres una artista formal, una cita constante a la belleza, un antes ahora. Has izado melodías en influyente flujo
no, el nombre no da bandazos, es eje del nunca, tu profunda tristeza de origen olvidado: nunca me tocaste, maravilloso hechizo
dime tu surco por el que la aguja da expresión a tu música, las revoluciones de tu soledad, auditivo encanto de tu crisis perpetua. Dime tu primer giro aún en tu más íntima quietud, el talento de tus formas escribiéndose en tus actos. Te escuchas con matemática magia
amamos esa inconcebible inspiración de lo que es, ese antes ahora que quiere ser ciencia, ese giro vertiginoso, esa revelación precognitiva de la que apenas eres consciente, completa, total. Te reedito en baja frecuencia donde apenas te escucho, te oculta mi habla entre la paja como inmemorial embrujo, todo en él se involucra, todas las cabezas devienen parlanchinas, se desorientan las aves, se forran los espejos de plata a discreción, estalla lo absoluto. Todavía giro el tiempo en bucles de pura e imperfecta inspiración
fuiste gracia acompañada, un ruego musical, una libertaria preferencia saltando entre los surcos, y me dices de agujas. Se hace el absoluto cosas en fantástica crisis, el control desmedido de tu tiempo, una ilusoria posesión
no me crees, querida virgen petrificada, te lo impide tu estatus, esa leyenda recién fabricada, esa cámara oscura de las imágenes volteadas que escurre posibilidades, ese destino del podría como opresivo mantra recargado de tan frágil verosimilitud
estableciste tu fin como finalidad en uno de tus saltos de surco, hiciste al otoño estación fija, un vecindario de cantos irredentos. Reedición. Paraste en el nunca por redescubrir una calma alegría, apenas esbozo en tus labios, la maravilla de una fantástica verdad
has comparado el vuelo de tus aves en repetidos encuentros, tu yo pereciendo en una silenciosa afirmación vibracional, desdibujada geografía que aterroriza a los vivos. Has cambiado tus números por domésticas menudencias, pequeñas cápsulas de incomprensible felicidad que inopinadamente emulsionaran por inesperado agente. Diluyen toda forma, todo escenario en crisis, sin tablones
¿por qué no giras este año? Se abrió la mente a la Mente en brutal cortocircuito, se hizo galáctico cúmulo, se hizo aire, desapareció. Y regresas pensamiento prestado, reapareces imposible en nuevo giro, mágico avatar, de tus inicios la galaxia imprevista
en tu vírico virar das forma y dificultad en pasivo o activo ritmo, en incesante producción te entretienes trabajando tus números y acordes. Sigues tus medios con juvenil caballerosidad en tu sónica determinación, vas mejorando tus podrías
te surgen a veces extrañas preguntas que lanzas al mundo, y cada respuesta ajena es una pizquita de razón, sigues sin saber cuál la versión adecuada, qué camino es portal a la realidad deseada mientras tu entorno inmediato te habla. Preparas nueva edición. Eres gracia acompañada por gráciles errores que te involucran en el giratorio bucle hasta regresar a casa
llegas a un punto de síntesis, cercano, manejable, operativo, un paso gustoso, posible. Vuelves a escucharte, te contestas en el sonido natural de tu entorno que ahora admites. Esa nueva forma te piensa primaveral, un momento de color esplendoroso que te tienta
vives hueco el día que los recuerdos rellenan, una experiencia giratoria que los sentidos apenas sí detectan cualitativamente. La presión te entrega el tiempo comprimido, una locura admitida. Vives hijo de aparente magia
cuál el significado que aportas a cada posibilidad? Cuál el volumen de tu existencia en esta tienda de baratijas? Hazme tu antología de tus oscilaciones, y ríete, róbate del tiempo en cualquiera de los -ismos que consideres
no puedes verme, tan sólo sentirme en un lapsus que no controlas, una inefable realidad sin lenguaje mediador, una sacudida eléctrica sin motivo aparente, una lágrima jovial. Estás sobre mí con una definitiva grandilocuencia sin tema definido, el encanto de una música arterial sin cantidad mesurable, aparente magia de una madre supraterrenal, definitiva. Esa certeza no se dice
a diario te estudio en un colegio de aves, rudo reino de la experiencia que te va marcando los nombres del ser. Eres un niño escuchando esos nombres hasta el absurdo, sumando esos números hasta el vacío. Llamas a cada uno de ellos en tu desesperación, y se desploman. Pones en contacto los istmos mentales con las herramientas que tanto te costó aprender a usar sin hacerte daño, música, historia, ecuaciones, la imagen perfecta, obsesivamente encuadrada, la constructiva dialéctica, socrática, marxista, ahistórica...No te evitas a tí mismo ni aún proyectado en el/lo otro. Parirás de nuevo
al tercer giro me alabaste en toda mi imperfección, cinto me ceñiste de tu invisible luz: ya no buscabas, me tenías tal soy en absoluto desmembramiento (querido Osiris). Pasan las aves todas a comer mis frutos y el genio terrestre se alza a emparentarse con su origen. Trae de vuelta la melodía más sencilla, generosa línea, regenerados miembros de cualquier cuerpo. Te sonríe, te da crédito, resignifica lo ya leído, te trabaja
auditivo encanto, concertado deseo, una bandada que vuelve en todo su irisado misterio envuelta
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