buscas comprender procesos físico y metafísico de tu apalabrada pintura, maneras de universo, de la fruta que comes, crujientes quarks, chispeantes electrones, esa onda solidificándose en tus retrocesos, esos movimientos que no ves sino en sus ojos relampagueantes. Te llama este proceso con natural inteligencia, te da intransferibles claves con total ausencia filosófica, las coleccionas como formas de respuesta intemporal, irreproducible conversación. Te menciono a veces entre la luz y la sombra, te digo pensamientos tal se me dieron, una conexión sin límites que nos endereza. En cualquier área de la vida te afirmo, de lo simple a lo complejo y vuelta, te requiero al discernir esa unidad, supura una belleza desestructurada, una dulce inconsistencia, una asombrosa extrañeza, tan íntima, una tremenda energía incorrupta
óseo nací en distinguida lucha con su opuesto, el vacío, cruenta infancia de especie en un dedal de tiempo. Habilidades afino con la pasión de un genial diseñador, perfeccionar las formas y su conexión más profunda, dibujos como constelaciones recién descubiertas, entre estrellas, entre seres. En esa escuela me inscribiste, esa liga de veleidosos estudiantes que sistema y antisistema incentivan, la artística supraestructura y su vacío generador. Me enseñas, aplico, yerro, transformo, me trasladas. Domina una montaña mi interior, sangra, se seca, reverdece, engulle libros que como lava erupta, te lanza años de excelencia, te rotura
cuando empecé a cribar y dejar correr las voces gané un allá sin más confirmación que su silencio, una aparente muerte en vida, la vida misma en su punto de eclosión, una certeza improbable. Y la vida se dibuja, invisible se entrelaza hasta su visibilidad: color, bordes, valores...Tu diseño. Cruza el jardín una mariposa
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