sábado, 15 de julio de 2023

E penso a te. Mina (Lucio Battisti)

sobre el todo los tramos de tus vínculos actuando en tu estar, tu interpretación radiándose como  detonante de censura, de presencia obviada. Programas tu variedad temporal tras un lapsus de ostracismo, reclamas tu regreso desde la transgresión al equilibrio. Ya luces tus cejas encendidas sin romper su efecto, la gracia de tu voz reproduciendo el siempre, intacto, potencial, vivo. Apela la sombra a tus sentidos, sus simpatéticas formas 

te escribo el nombre minado de significados, te rememoro engrandeciendo el canto de tu piel, de tus ojos en luz liviana, doy cumplimiento a tus años terrestres desde el nunca, preservo el misterio de tu esencia, dejo cada escena depure toda vana explicación. Y allí me refugio. Y de allí a los registros más atemporales, hogar abierto de múltiples moradas, definitiva residencia donde no hay hartazgo de ser, pues toda censura carece de sentido. Esa amorosa libertad es verdadera comunión, música sin  tiempo donde se alisa el tempo, mito primero donde olvido y recuerdo se fusionan, física fisión de toda escucha. Soy ahora retazos cosidos en un cuerpo de inmensidad, infinitas circunstancias que se salen de la pantalla, apasionada vida en su más sólida apariencia que lo invisible vela. Piensan las paredes de tu casa el siguiente minado de significados, los argumentos de una causa. Te ve la lejanía en su crepúsculo 

el lugar en que resides supera tus muros, del presente de indicativo al presente absoluto, de una fecha a la abisal fosa de los siglos antiguos y su inicio perpetuo, una relación culminándose una y otra vez, irrompible boda. Seguimos juntos en festejo de las transformaciones, sin coincidencias, sin causa numérica, una vitalidad inmutable, una voz siempre enamorada, la amorosa lejanía de un sanguíneo crepúsculo interminable. La música ha roto el calendario

me llamas cual vegetal tubérculo fronteras del sonido, te llamo motejándote con el sobrenombre de las ctónicas savias y su celeste contraparte. Somos herederos de una íntima totalidad al despertar de nuestro sueño, rojizo crepúsculo de tu mirada. Esa voz poderosa chilló su principio por tí, dio forma en su anuncio a tu tiempo. Me llamas sin elección desde cualquier símbolo que emitas 

"con quién fuiste de la mano?" te asalta en tu sueño llevándose el centeno que te oculta. Tu relación compone volátiles microrealidades como mensajeras entre el afuera y el adentro, pequeños accidentes como brechas de rutina. Pereces niño como fruta madura, tomamos y bebemos los unos de los otros en ingestas que aprendemos a dosificar, un escenario natural 

se aprovecha el campo de significados de tu canto, de tu vital festejo concursa, un certamen de la suerte aleatoria que destapa tus giros semánticos y tiñe la luna de volubles sombras. En ese baile me desplazo entre estaciones, celebro sus pasajes más barrocos, me aventuro en los eclipses del yo andando la luz extraña, liviana luz. Se hace el tiempo cielo en la casa de las sinfonías, ciudad solitaria encima del mundo, una palabra deshilachándose, engrandecido canto de la piel, los registros más atemporales grabándose a dúo. Entre tú y yo un árbol de potencia elogiando ese canto, la albura liviana de nuestra existencia actuando en tu estar: percibes un tramo 




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