grabas en el alma tu homonimia bisilábica, capta aquella tu compleción progresando en su comprensiva fusión. Este suceso alienta el giro constante, a lo establecido te abandona sin liderazgo alguno, sin reemplazo personificado, sales de lo conocido a un lugar en formacion, rotante isla centrífuga
vas incluyendo miembros al cuerpo, reinos, músicas, máquinas, escenas de lenta progresión, extraviadas piedras de alguna civilización reencontrada, alados vecinos, terrestres, bípedos y cuadrípedos, grupos familiares vigilantes unos de otros...Lo antecedente es precedente colectivamente fijado, grupos y bandadas giran sincronizados en la inestabilidad de los erráticos juicios, la aparente separación una eléctrica bipolaridad
esta isla centrífuga debuta miembro del vasto mar de los registros temporales, adonde se extrae su más sencilla esencia, su idea más lograda
la anterioridad es mente ahora reformando tu mirada, la humedad de tu iris tiñendo de matices cualquier frustración pasada, cromática reforzando cualquier brillo revivido, un poder que triangular se dibuja en las arrugas de tu frente. Despiertas a veces de tu ensueño al sueño que te huele, que te respira ahora: el universo en un soplo. El antes salta al después con grácil parsimonia, se balancean entre exhalación e inspiración, se tocan extremos en sus presupuestos temporales vaciándose de sentimientos, una pausada liviandad. El yo se disuelve en aquel vasto mar de inmaterial vastedad, una unión incorpórea
tu a posteriori es sudorosa mente al final de una escalera de causas y efectos, un disco póstumo que revive en noches testamentarias, un apreciado significo que guardas como preciada alhaja. El después termina en un miembro dolorido, banal polémica con otro ego poseído de razón, reverberante de muerte. Echa de menos su origen. Sus principios le mutilan, se atrofia su maestría, su majestuosidad se emborrona queriendo arrastrar con él lo que no tiene, lo que no es. El disco gira como elíptica galaxia que otros seres, otro tiempo, limpien el borrón, todo un concierto de renovadas formaciones, de nuevas apariencias anticipando un nuevo salto. La materia obedece maleable a esa voluntad sincronizada, inéditas formas surgen de esa física interiorizada sin que el emisor pueda verse receptor. El peligro es un diseño sin dudas llenando de epitafiod toda evolución, graba en el alma tu bífida homonimia
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