haces pública tu disconformidad a pies juntillas con la impresión colectiva, decadente influencia de los dispersos flecos del pensamiento caduco, desgarrado vestido que el viento ondea
tu bestia esculpe mitos ahistóricos que en tus proyecciones te orientan, retratos de tí mismo con temas que se fijan en la memoria colectiva, climáticos puntos de convergencia en vuestro imaginario, artística imaginería cubriendo períodos. Su maestría esculpe en tu helicoidal adn
tu león con piel de cordero va mejorando su habilidad social en la llamada de su joven desnudez, un ejercicio de fondo, el epítome del movimiento invisible. Estudia la forma cambiante deshaciéndose de toda crítica
nació la altura en ese trabajo derrochando energía, un viaje de regreso sin más premio que el reconocerte, una casa atemporal
estás casado con las hijas del arte, y este se expande con la fertilidad de una genética entrañable. Se reproduce en establos y talleres, muda entre rascacielos y plantas bajas, áticos celestes y tierras de cultivo
profesor me nombraste de mi propio estudio, un invitado en esta inagotable corte de milagros
llegó el viaje a las orillas de bastardos ríos, a lugares impregnados de otros viajes, artísticos entornos
me trasladas a grupos foráneos entre el aquí y el allá, lugares que te extrañan, imágenes y textos cayendo por un reloj de arena, discursos de un guiñol esperpéntico, composiciones magníficas de oraculares avatares
se reparan mis muertes en el taller de almas, caducan retratos en el almacén de la memoria, su verdad relativa. Te pedí participar de tu espiritual prominencia sin renunciar al mundo, subir tus montes y navegar tus mares con sentida filiación
tu obra se vuelve origen, posteridad que devuelve tal se te dió, encontrar aquello que creíste perder entre las olas, entre las zarzas. Te eligieron sus temas, cruda selección de la que no eres causa. Y haces pública tu disconformidad
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