miércoles, 19 de julio de 2023

Lakemist. Eddie Jobson


me embargan tus llamadas repletas de información, tus tareas que conmigo compartes, la oferta de tu sí 

mis mitades son años cautivos rifándose preminencias, prodigios literarios musicándose ciclos 

soy posterior a tu cuento, irremplazable espíritu, una aceptación tardía de tus habilidades, un regreso en plenitud, un repertorio aprendido 

te correspondo ser sin posible sustituto, teoría multinstrumental consumándose a cada problema que cruza 

previo a tu cuento reemplazo como copia de llave ensayando apertura, aceptación de regreso miembro a miembro hacia utópica plenitud, un sí resabido aprendiendo nuevos repertorios

me toca el antes con su aire curvado, fluidas oscilan las aves sobre la roca cercana abanicando esta curva 

llega la brevedad como espacio desmembrado, su etérea clave participándome del latiente cosmos, bombeando sangre fresca a su cuerpo, un corazón reeditado sin rastro de tiempo 

has empezado años como añadidos sin edad, has recibido virtudes orquestales 

dura poco la asociación correcta, solo vuelve en forma de un ello transfigurado 

se disuelve cada momento en un celoso envoltorio neuronal, golosina cargada de una química ancestral que desenvolverás como concepto, como estímulo, como escena en tu seno íntimo 

separarnos fue un acto de verdadera unión, un paso con que, a ojos cerrados, engrosar lo reconocible 

no hay sustituto posible a tu singularidad, como no lo hay al milagro del ahora, eres aún en la más matemática autodestrucción, en la más inconsciente eres 

tu apuesta es grupal, inmersiva, alada con fondo molecular, tempestuosa con el dulzor de máquina engrasada, mundana apreciación 

rompes filas con la solidez de una locura bien parapetada, un argumento sin pérdida: aportas el magnífico contrapunto a la ilusión colectiva con el virtuosismo de lo ordinario 

te siguen tus hechos que ahora personificas en un otro. Y no te reconoces: te defiendes de tí mismo, sombra que agrandas o empequeñeces según el amperaje usado. Colaboras grupal con tus giratorias zarpas afilándose en el zoo de las palabras. Pero tocas nada 

figuras tañidos transparentes, se te antoja una trascendencia arrojadiza, la incorporación de instrumentos rebeldes revelando fábulas ultramundanas entre las cosas 

varían tus edades según el día, cumples así desempeños distintos según el papel que te otorgas, resaltas periodos históricos que avalen tu ahora, trabajosa veneración de vieja estirpe. Y en ninguna función te reconoces, esta y aquella época siguen antiquísimos patrones 

has participado de una afrutada soledad, la del saber, vieja corte púrpura donde me embargan tus llamadas 


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