dormimos hasta enamoramos del
amor, una circunstancia del todo que hace de la vida algo tuyo, una mirada sin fondo
te mira la flor desteñida ser que mira desde el arranque del tiempo, esa belleza que te rastrea sin elección con la capacidad de destruirte. Humano, cambias perspectivas con la facilidad de un chispazo, un ya de impersonal trato
etérea me hurgas desde la menudencia a la más pavorosa grandeza, pasados desentierras sin que nadie lo vea. Existes en inquebrantable dependencia
la locura ve por tí lo que otros no ven, es su locura responsabilidad social, exaltada plenitud de la inconsciencia tramposa, limitado y cambiante saber que sólo a veces, diminuto puntero de luz, destapa la inmanente vastedad del conocimiento. Y todo está en lo que te rodea, ahora, palpable, sentido, efímero acto de posesión que no valoras
te alcanzará lo absoluto inmensa vida sin sentido, lo irás pincelando con pequeñas muestras de color
te ama el odio con su capacidad de conversión, una monedad en curso entre amigo y enemigo: tú. Profana el miedo ese intercambio con díscolo saber, llena tus sentidos hasta su propio colapso
tu hermana ambición resta a la bondad de tus gestos, alimenta la astucia de tu orgullo, abre la puerta a una crueldad más o menos incruenta, un tablero de juego cuyos cuadrados se dilatan al calor de tus pasiones, un terreno de juego desmesurado del que los anímales huyen
el momento primavera se proyecta en vibrantes floraciones del intelecto, floral resurrección de tus dones
el todo te piensa desde la inmutabilidad, allí chispean tus neuronas en cambio perpetuo; enriqueces la nada con tus mundos, ensucias, limpias, ensucias, limpias...transformas sin apenas percibirlo, y tu cambio genera cambio, aparente, profundo según tu grado de penetración
es tu ilusión la perfecta sincronía, intransferible, literaria, una extraña en tu otredad, una belleza matemática que ningún número atrapa, crudo ser
la felicidad es un sorbo breve de no tiempo, recuerdo ancestral que te llega en la fractura del yo mundano, la raja por donde el universo te penetra, sierpe inmensa de lo visible y lo invisible. Ese dolor esconde al fondo tu propio origen. Y las formas se vacían de sentido, se ha roto la dualidad orgánico inorgánico, el motivo por el que estás aquí, ahora. La única acción el aire que respiras. Sé
la biblioteca cósmica sin descanso te brinda el aprendizaje puro, inagotable fuente que devaluarás en pequeños saberes domésticos, estrechas calzadas por las que seguir caminando en la forma que adoptes. No necesita la verdad ser dicha, le es indiferente, no así a tu voluble honestidad. Tu cuerpo es una culpa absurda que usas en tu propia contra, al herir te hieres, pesada carga innecesaria. Crees estar vivo desde errónea causa, y sigues buscando: el mundo no te lo puede dar, la historia es un acuerdo narrativo sordo a tus sincronías, desconoce tus problemas, es sorda a tus deseos, no valora tu vida tal la ves, puede enseñarte nada. Si acaso reflejos de tí mismo
cuando amas es, se hace sol tu estómago, serenata el grillo, fulgen chicharras en las ramas, reflejos de verdes hojas encendidas bañan tus ojos, te reconoces en el otro
quebradiza pompa de jabón tu saber, el que entregas cada día a tu ignorancia, nevada cumbre, oscura ladera que vuelves a ascender hasta el primer rayo de sol
es real tu palabra? dice la mente cosas, personas, sentimientos? Ardua honestidad en el autoengaño colectivo, oculto brillo, perpetua ausencia
mi hambre es un quién de comida saciado, un qué helado con su abrigo de pieles, una felicidad de la que me avergüenzo. Existes conocimiento sombreado, anhelado mérito que ya fue, un realizarse que al llegar se evapora, arena callada
es tu encanto vida hechizada, turbulentas dosis de cambio; es tu muerte materna comunión, una paz indescriptible donde luz y sombra se estabilizan, su conciencia la tuya
estira el sufrimiento tus límites, va expandiendo lo posible, tu mismidad. Va de tí aprendiendo el observador, va encendiendo la materia oculta, tu gran diseño del que te vas haciendo responsable: no eres distinto de él
mejora el bien tus maneras con nadie que sepa de tu propio respeto, indistinto quien creas que piensa: eres también otredad
bajas la mirada en el reflejo desagradable, quitas al sol intensidad, se pausa la belleza en ese universo causal sin dejar de ser. La alegría que te acompañaba te ve de lejos con nostálgico regusto, te piensa ahora como prueba de vida, todo mal ahuyenta al entregar tus causas. Ardua honestidad tu propia recalificación, valorar tu última frontera, un deber hacia tí mismo
se ha expandido tu familia en rasurante onda, cada relación un afecto que profundiza en tu identidad real hasta vislumbrar lo que es
es tu nombre un compuesto aparente que todo abarca, una detención del tiempo, aespacial momento donde todo esfuerzo cesa, roza tu alrededor el origen concebido. Aprendes ser, verdadera vida
la forma infinita desplegándose tiene el hechizo de polvo de estrellas, una belleza brutal que te engulle en su más insondable silencio. Miras lo que llamas tu mano: han regresado las luces y las sombras, aspectos apoderándose de aspectos, chisporroteo alterno, la realidad que te conviene
tu infinitud carece de concepto, no requiere debate, no lanza polémica como dado en tu ruleta: es (no puede ser más que tú, ni menos; nada que ganar, ni que perder)
bajo a tierra, a mi gobierno de pastoso lodo donde revolcarme, activa, pasiva violencia que ejercer con mis sentidos, la eficacia de un paradigma aceptado, mis toscas herramientas de aparente control, la idea y su forma en constante conflicto, tu exposición al insulto y al halago intercambiando sus disfraces
eres el rey esclavo de tu propia historia, eres el pequeño cacho de tierra que brinda tu propia manifestación, el sesgo que das a tu intransferible realidad
cualquiera tu destino ya fue, cualquiera tu queja una pérdida de tu tiempo. Cada decisión una libación de tu lugar en el mundo, una sabrosa estación que deglutir, un encuentro con tu absoluta invisibilidad. Dentro y afuera te albergan en fluctuante emoción, una transmisión perpetua de tu más recóndita pureza, tan prístina como antes de nacer
mejoras tu historia a pesar de tí mismo, guerra tras guerra contigo mismo, contradicción tras contradicción deshecha con el gesto más simple, la palabra obviada. Se balancean ahora dolor y alegría con la intensidad justa, liviana, de intrascendente apariencia, llevadera rutina que resta peso a tu ser, consciente, vital
me haces música con tus ojos, da ritmos tu aliento a mis latidos, licuan aquellos mi emoción en breve síncope estela: no es vana esa transmisión, arbitrario receptor amansará sin pérdida
en tí conviven maldad y bondad con un signo matemático en el medio que toda máscara deshace, dual perjuicio, ardua honestidad, colectivo bien que hace brillar a tu estómago
desconocidas leyes físicas sobre las que no tienes gobierno te escriben con pasmosa facilidad, sólo tu forma es compleja, vas y vienes en esa interacción, vas legislando la existencia a esas formas adherido. Hasta el absurdo matemático, vertiginosa oscuridad
es indiferente la verdad a la histeria colectiva, a la historia consensuada: no tiene mayorías, ni siquiera un simple eco social, ni mimética reproducción. Desconoce tu problema particular, no es su ámbito la materia, ni siquiera la más ínfima célula, pero sí reacciona a tus miedos, incluso al deseo colectivo que una idea formalice. Es impulso e impedimento, siempre inslcanzable desde la arena
numera la fracción tus pasos, buscando patrón los piensas, formas imagen, se evapora. Y al dejar de saber aprecias la menor brizna de realidad presente
hacen tus cuentos pequeños casamientos de efímera felicidad, te hacen compatible con la eternidad, una forma de entendimiento inaccesible que en un despiste aceptas: eres tú
te aburre la inteligencia con su docto discurso, su estúpida inacción, su estricto deber sin momento concreto. Bosteza el animal en su jaula
sabe el amor de tí, fuerza tus instintos desde poderosa intuición, siempre te apreció
habrá un siempre ahora, siempre hubo un habrá, esa cuerda que mide los nudos en el mar
lo que ves fuera está dentro, sólo sitúalo en tu tiempo y lo descubrirás: lo que ves en otro es tuyo desde el momento en que lo ves: eres tú, vas reconociendo todos tus aspectos, se va achicando la sombra, vas aceptando toda etérea información. Y cuando creas que sabes, deshazte de Ello, devuélvelo a su origen (eres tú también sin ser su dueño). No uses la otredad para hacerte daño, no se detiene la música de las esferas, elige bien la nota que das: hay eco en tu caverna
sufres cada posibilidad desechada aún si dopas el dolor o lo entretienes: cada semilla aflora a su debido tiempo fuera de tu control fruto de acción o mal llamado pensamiento
tu magia es un miedo camuflado, un suceso soñado que te asusta, un dormir que posponga el despertar, brillante burbuja. No sabe el ego lo que quiere, persigue pompas de jabón
te debes confianza, que al hablar sueles restar de una inteligencia primaria: se torna estúpida la más redonda frase. Valor adquiera tu prosodia de tono a gesto: manejas energía, ritualizada o no
rezuman las fosas de tu corazón con las presencias amadas, u odiadas. Por allí se pasean recordándote errores y aciertos, revelándote aspectos de tí mismo aceptados o no, pobre corazón del siempre que ahora miras, ahora no, ahora sí, ahora no...Da igual: lo verás aún si crees verlo en otro. Harás que lo fusilen, lo crucifiquen, lo empalen, lo lapiden, lo entierren vivo, lo olviden con pertinaz indiferencia? Harás que lo idolatren, lo encumbren, le voten... hasta divinizarlo? Qué falaz fuerza y seguridad da el grupo (familiar, vecinal, político...!) Eres tú, marciano, dios, animal o humano
separa tu ciencia hasta la infinita fragmentación en una N incomprensible, te diseca hasta donde el microscopio dice "hasta aquí". Luego, nada. A seguir tropezando hasta aprender a andar más o menos derecho. A veces , en la embriaguez hago eses y la N se desdibuja, extraña biología. Ojalá tu sacrificio no sea en vano
posees nada por un tubo (cuántico), feroz miedo de esa silenciosa enormidad: eres tú, una plenitud que asusta
estoy en el siempre conmigo, en aquel tubo espaciotemporal me visito con cualquier rostro consolando mi aparente soledad. Me visito ahora, aquí, por equilibrar creación y destrucción, permitir luz y sombra con dulce sonrisa
te siento, amor, pegajosa cercanía de una prodigiosa mirada que me trasciende y cuyo límite desconozco: yo y ell@ desaparecen
por sinuoso pasillo arterial verás al fondo tenue llama. No la apagan tus latidos, tan sujetos al mundo, soleado día, nublado. Es en la total oscuridad cuando más brilla y late el corazón en su dirección: se expande
se sientan al banquete lobo y cordero, última cena una vez más
es tu cónyuge tu vida sin fragmentos, el río que navegas entre tormenta y calma. Vas así aprendiendo el equilibrio. Tu par, aún si cambia de forma, oscila entre mínimo y máximo, a duras penas flota. Sólo con él descubrirás el mar
el lugar a ir te asiste con su cósmica biblioteca, no sales de ella en realidad: te empapas te llamen loco o sabio, te quemen en la hoguera o te santifiquen (converge)
perfila el mundo tu astucia, maliciosa, benevolente según tu juicio. Valoras su eficacia acorde a tu función por estirar la vida, la expones vulnerable al elogio o defenestración de tu entorno, te orientas, tensas vínculos
contienen las cosas su verdad indiferentes a tu juicio: este sólo repercute en tí
el campo de batalla que ves manifiesta tu lucha interior, la confrontación entre lo fabricado y lo creado, biológico hito
tu matrimonio real siempre fue, y será: la otredad que eres sólo varía según tu mirada, sus contrastes un reflejo de tu unidad de medida: el tiempo, cosmológica poligamia, espiritual monogamia
la voluntad no duerme, ni viva ni muerta, desconoce esa barrera que interpusiste y que aún no te perdonas. Sólo si la das a esa vigilia estelar en profunda convicción que el mundo no te puede enseñar: esa paz sólo puede provenir de tí mismo
no puede tu mentira engañarse a sí misma, su poso en forma de negación te irá envenenando, no es piadosa contigo, rústica ira de la verdad que hasta enterrada late, diamante bruto de la tierra que eres, ardua honestidad como forma de compleción, tu propio enemigo al que no puedes sino amar, muerto o vivo, la barrera no es el cuerpo. Está junto a tí, irritante arenilla que convertirás en agua
el movimiento te busca como forma de existencia, esa inquietud emocional que te expone al peligro por sentirte vivo, tu amorosa pasión, la eterna juventud de tu espíritu
me va educando el movimiento en su vertiginosa escuela, un derecho que nadie te puede garantizar (bonita promesa electoral)
te adquiere relieve la vida en el cambio, pequeños picos de transicional perspectiva donde el juego de luces y sombras varía, toda una región que se ilumina. No se pierda ese romanticismo, hazlo por tí (Ella es luz, Yo soy oscuridad). Luego, el la llanura, tu sencilla rutina te diluye
de la pasión al respeto hay un frágil puente de maderas. Abajo un vacío insondable. Al otro lado espera tu extrema filiación, los seres que te reconocen y en los que te reconoces. La barrera se levanta
la línea que trazaste se desdibuja a veces, a tí viene en una cuantía de hechos inabarcable. Las curvas, quiebros, atajos que tomaste: te ponen en solfa. Pero en lo alto de tu montaña sientes su plenitud
enamorado duermo de ese amor, una mirada sin fondo
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