miércoles, 22 de mayo de 2024

Tres pasiones desde, a, por Bertrand Russell. POÉTICAS

sabe el amor cuanto es posible, levanta mi abajo hacia arriba, extiende mis brazos a lo infinito

ese tres contiene la sencillez 
de una tremenda pasión, 
la ha expandido el tiempo 
con las fuerzas que nos rigen, 
el deseo de vida en el que emisor 
y receptor confluyen, su hallazgo desde una comprensión absoluta: trasciende esas mismas fuerzas, toda visión de sufrimiento

ella me da la tierra que piso, la piel que se hace arena como rastro 
de mi paso, los ecos de un dolor tan antiguo como bigbang, 
mi propio parto. Ella reverbera 
en los laberintos de mi corazón, donde niños hambrientos buscan refugio, donde víctima y opresor disputan hasta el brusco giro 
de roles, donde anciano y joven dirimen generaciones, donde 
mis hijos crecen.  Ese mundo oculto brilla a pesar de tí, 
sin soledad, sin carencias, 
sin sufrimiento. Por tí, contigo, convierte en grosera burla 
la más animal humanidad, 
su abestiado ser. Aspira oscuridad que transmutar en luz, 
aún si chispa de alivio 
ante la ambición desbocada,
su más elaborada máscara, 
su más razonada mentira 
por la que tantos han sufrido, 
y sufrirán. 
Hiciste una elección 
que no asumes, haces pagar 
un precio por ello, que justificas, 
la sangre el más caro. Me lavo 
las manos por seguir viviendo, 
no se van las manchas 

zarandea esa tremenda potencia 
el aquí y el  allá, sólo en agua 
profunda remite la angustia, 
sólo quizá tras el abismo 

es la pasión hambrienta búsqueda de algún objeto perdido, saber, corazón, comprensión, 
el reencendido de alguna estrella que ya no está, quizás. 
Es el querer interferencia en el flujo de acontecimientos, volición 
de un número triunfante
que, por un momento, reajuste 
tu percepción, tu huella 

es la búsqueda éxtasis 
de encuentro e infernal caída, 
tu propio sacrificio en la otredad,
sublime gozo de una muerte 
transitoria. Tras ella, el universo inabarcable despertándote 
del sueño, emparentándote 
con su abisal vacío, tan lleno 
de vida, tu fragilidad 
desde una abierta inmensidad.
Mi pobre imaginario poético,
mística miniatura, se desborda 
en el inexplicable júbilo de visiones colmado: me buscan

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