pueda el qué decirme
tu saber que en tí
gota me reflejo
como templo de agua
y me bendices de bosques
y madura fruta, mi pecho
llenas de humeante incienso
mi piel rojea a tu más elevada voz,
se evapora todo pensamiento
en un supremo olvido
adonde el mundo no alcanza
tintinean las gotas frías
sobre mis pies alados,
se alejan las sombras
para hacer nueva rosa en el jardín,
es el sueño trémulo pétalo
no buscas ya entre los rosales,
se ha llevado el sol el tiempo
soy pasto del prado,
de esta primavera de flores silvestres, la meloda brisa
de mi propio canto
viene de arriba un ahora
que roza esta plenitud,
un así poderoso que me sueña
entre las gorgoriteantes aves
de guirnaldas ceñida me vienes
con el dorado cuerno de la abundancia en tu mano,
dionisíaca gracia de los sentidos que en tu néctar se baña
trae tu timbre la noche plena
celebrando el amor en todo,
púrpura el regazo de tus pligues
a mis dedos invitas tañan
tus cuerdas: titilan
las estrellas con la belleza
que el deseo les otorga
mi llanto es un rezo sin palabras
de amor henchido
me ve tu piel en mi hechizo,
de una sentida divinidad goza
un nacimiento más...
en tu lejana isla
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