habré veces en un siempre encantado, quedo en la llegada de amadas islas, un saber tropical en el que experimentar microparaísos, eternizar sus relatos a precio de sangre. Fuese veces por los paisajes hermosos, su música en forma de colores, el delicado papel sobre el que la vida me impacta. Hago veces de gracia y fealdad con un rostro real, su agria perfección imitando lo observado indiferente a mi emoción
son tus mensajes peliaguda duda, una rebelde impaciencia, tan humana, ante la inmensidad. Tratas de explicarme con las escenas que dialogan conmigo, enmarcar la historia exaltando lo digno, honrando el valor de jugar con la vida más allá de lo tolerable. Con tus dádivas me maravillas
hay historia en un momento, y ruego por ese inopinado casamiento, mi capitana enamorada, y ríes con un timbre tan íntimo...La duda ofrecida se razona a si misma. Y marcha en un siempre encantado
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